10 de julio de 2025

10 de julio: Santos Francisco, Abdel Moti y Rafael Masabki

 


La Iglesia honra hoy a un conjunto de mártires sirios.

Así los recuerda el Martirologio Romano:

«En Damasco, en Siria, muerte de los mártires beatos Manuel Ruiz y López, presbítero, y diez compañeros, siete de la Orden de los Hermanos Menores y tres hermanos fieles de la Iglesia maronita, que, entregados fraudulentamente por un traidor, sufrieron toda clase de vejaciones a causa de su fe y consiguieron la palma del martirio con una muerte gloriosa»

El Martirologio decía "beatos", pero Fueron canonizados en octubre pasado por el papa Francisco I.

Los nombres de los otros siete fransciscanos son: Carmelo Bolta, Pedro Soler, Nicolás María Alberca, Engelberto Kolland, Nicanor Ascanio, presbíteros; Francisco Pinazo y Juan Santiago Fernández, religiosos de la Orden de Hermanos Menores. Salvo Engelberto, que era austríaco, todos eran españoles.

Pero hoy nos centraremos en los restantes tres santos: los hermanos carnales Francisco, Abdel Moti y Rafael Masabki.

Oración publicada en Instagram por @Noticias.Maronitas
con ocasión de la canonización, en octubre pasado


El martirio de estos once hombres no es sino un pequeño ejemplo de la cruel matanza de cristianos a manos de mahometanos, desarrollada en Siria en 1860. 

Cuando la matanza comenzó, los drusos estaban armados, en tanto que los cristianos se habían dejado desarmar por las autoridades turcas so pretexto de restablecer la paz. Del 30 de mayo al 26 de junio, los drusos saquearon y quemaron todos los pueblos maronitas del centro y el sur del Líbano, y asesinaron, mutilaron o vejaron a cerca de 6000 cristianos. Cinco jesuitas fueron estrangulados en Zahleh; en Dair-al-Kamar, el abad del monasterio maronita fue despellejado en vida y veinte monjes fueron asesinados a hachazos. Khursud [gobernador de Beirut] se dirigió entonces a ese distrito con 600 soldados; pero se contentó con disparar un cañonazo, y después dejó que sus hombres participasen en la matanza. El 9 de julio, el motín se extendió a Damasco. El gobernador, bajá Ahmed, no movió un dedo para impedir la matanza; en cambio, el noble emir argelino Abb-al-Kadar, gran defensor del Islam, se opuso abiertamente a sus correligionarios y dio asilo a 1500 cristianos, entre los que se contaban algunos europeos. Las víctimas del terror y la violencia llegaron, en tres días, a varios miles; ciertamente hubo más de 3000 muertos, sin contar las mujeres y los niños.


Manuel Ruiz, guardián del convento franciscano, cuando la turba se acercaba dio asilo en él a niños y adultos cristianos. Pero los perseguidores ingresaron allí y asesinaron cruelmente, de diversos modos, a todos los religiosos, en la noche del 9 al 10 de julio de 1860.

Casi todos los laicos refugiados en el convento lograron escapar con vida, salvo  los tres maronitas, hermanos entre sí, que perecieron y fueron beatificados junto con los franciscanos.

El mayor, Francisco, que tenía cerca de setenta años, era padre de familia, rico e influyente. Muti, que era viudo, se había retirado del comercio para vivir con su hermano y ayudaba a los franciscanos en la instrucción. Rafael, el más joven de los tres, no era casado; después de trabajar en los negocios de su hermano Francisco, se había convertido en una especie de sacristán del convento. La beatificación de estos tres mártires es particularmente notable, ya que el proceso se llevó a cabo en menos de seis meses. La causa de los franciscanos había sido introducida en 1885; pero la de los hermanos Masabki no fue introducida sino hasta 1926, a instancias de Mons. Giannini, delegado apostólico en Siria. Felizmente, el obispo maronita de Damasco tenía en sus archivos todos los documentos necesarios, de suerte que la beatificación de los tres hermanos tuvo lugar con la de los franciscanos, el 10 de octubre de 1926. 

Los tres hermanos maronitas están representados en la iglesia del Monte Calvario y Nuestra Señora del Líbano, en Villa Lynch:



En la transcripción del nombre del segundo hermano y del apellido de los tres se registran diferencias ortográficas, según la fuente consultada. Hemos respetado la grafía usada por El Testigo Fiel en los párrafos (en cursiva) que transcribimos de ese sitio, mientras que en el título de esta entrada usamos la forma en que son mencionados en la imagen venerada en la iglesia del Monte Calvario y Nuestra Señora del Líbano.

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