30 de abril de 2022

30 de abril: San Pío V

 
Hoy el Martirologio recuerda a «San Pío V, papa, de la Orden de Predicadores, que, elevado a la sede de Pedro, se esforzó con gran piedad y tesón apostólico en poner en práctica los decretos del Concilio de Trento acerca del culto divino, la doctrina cristiana y la disciplina eclesiástica, promoviendo también la propagación de la fe. Se durmió en el Señor en Roma, el día primero del mes de mayo (1572)».

Compartimos parte de la biografía publicada en Vatican News, que explica en gran medida la iconografía de la imagen que vemos junto a estas líneas, la cual corresponde a un sector de un vitral de la Basílica de Luján.

«La flota turco-musulmana estaba preparada para lanzar el ataque decisivo en el Golfo de Lepanto. Trescientas naves esperaban la orden para doblegar la Europa cristiana. A las 12 del 7 de octubre de 1571 tuvo inicio una de las batallas navales más decisivas de la historia cristiana. Después de tres horas de violentos combates, las fuerzas aliadas de la Liga Santa vencían a las otomanas. Ante la noticia de la victoria, el Papa Pío V ordenó que se hicieran sonar todas las campanas de la Ciudad Eterna. Y como signo de agradecimiento a la Virgen – en los días precedentes al combate había enviado a los romanos a rezar el Rosario – instituyó precisamente el 7 de octubre, la fiesta de la Bienaventurada Virgen del Rosario.

La de Lepanto es una de las páginas más conocidas ligadas a la figura de Pío V, en el siglo Antonio Michele Ghislieri. Determinado e inflexible, su imagen está relacionada de modo especial a la Contrarreforma por haber combatido la herejía, y a la Liga Santa, la coalición militar que constituyó con los Estados para contrastar el avance de los turcos en Europa. Sin embargo, importantes y numerosas fueron sus decisiones en materia teológica y litúrgica. Publicó los nuevos textos del Misal (1570), del Breviario (1568) y del Catecismo romano.

Durante su pontificado, Pío V trabajó en favor de la asistencia a los pobres y necesitados, creando estructuras de asistencia y de ayuda como el Monte de Piedad y los hospitales de San Pedro y del Espíritu Santo. Durante la carestía de 1566, suprimió todo tipo de gasto superfluo, distribuyó víveres y organizó servicios sanitarios.

Inflexible, entre sus disposiciones, también figura la bula In Coena Domini que recogía medidas sobre la custodia de la fe y la lucha contra las herejías. Redujo el costo de la corte papal, impuso la obligación de residencia de los obispos y afirmó la importancia del ceremonial. Se opuso a toda forma de nepotismo y trató, con todas sus fuerzas, de mejorar los usos y costumbres de la población.

Pío V dio prueba de grandes capacidades también con respecto a las monarquías europeas. Logró que se reconocieran las decisiones del Concilio de Trento en Italia, Alemania, Polonia y Portugal. Entre los monarcas católicos sólo el rey de Francia se opuso. Excomulgó a Isabel I de Inglaterra con la intención de apoyar a las fuerzas católicas y determinadas a favorecer el ascenso al trono de María Estuardo.

Agotado por una larga enfermedad, murió el 1° de mayo de 1572. Sus restos descansan aún en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma. Fue beatificado cien años después del Papa Clemente X, el 27 de abril de 1672, y canonizado el 22 de mayo de 1712».

28 de abril de 2022

28 de abril: Santa Gianna Beretta Molla

Se cumplen en 2022 cien años del nacimiento y -en el día de hoy- sesenta años de la muerte de Santa Gianna Beretta Molla,  así elogiada en el Martirologio:

«En Magenta, localidad cercana a Milán, en Italia, Santa Juana Beretta Molla, madre de familia, que, esperando un hijo, no dudó en anteponer con amor la vida de la criatura a la suya propia». 





El sitio de la Santa Sede trae esta biografía de la santa de hoy:

Gianna Beretta nació en Magenta (provincia de Milán) el día 4 de octubre de 1922. Desde su tierna infancia, acoge el don de la fe y la educación cristiana que recibe de sus padres. Considera la vida como un don maravilloso de Dios, confiándose plenamente a la Providencia, y convencida de la necesidad y de la eficacia de la oración.

Durante los años de Liceo y de Universidad, en los que se dedica con diligencia a los estudios, traduce su fe en fruto generoso de apostolado en la Acción católica y en la Sociedad de San Vicente de Paúl, dedicándose a los jóvenes y al servicio caritativo con los ancianos y necesitados. Habiendo obtenido el título de Doctor en Medicina y Cirugía en 1949 en la Universidad de Pavía, abre en 1950 un ambulatorio de consulta en Mésero, municipio vecino a Magenta. En 1952 se especializa en Pediatría en la Universidad de Milán. En la práctica de la medicina, presta una atención particular a las madres, a los niños, a los ancianos y a los pobres.

Su trabajo profesional, que considera como una «misión», no le impide el dedicarse más y más a la Acción Católica, intensificando su apostolado entre las jovencitas.

Se dedica también a sus deportes favoritos, el esquí y el alpinismo, encontrando en ellos una ocasión para expresar su alegría de vivir, recreándose ante el encanto de la creación.

Se interroga sobre su porvenir, reza y pide oraciones, para conocer la voluntad de Dios. Llega a la conclusión de que Dios la llama al matrimonio. Llena de entusiasmo, se entrega a esta vocación, con voluntad firme y decidida de formar una familia verdaderamente cristiana.

Conoce al ingeniero Pietro Molla. Comienza el período de noviazgo, tiempo de gozo y alegría, de profundización en la vida espiritual, de oración y de acción de gracias al Señor. El día 24 de septiembre de 1955, Gianna y Pietro contraen matrimonio en Magenta, en la Basílica de S. Martín. Los nuevos esposos se sienten felices. En noviembre de 1956, Gianna da a luz a su primer hijo, Pierluigi. En diciembre de 1957 viene al mundo Mariolina y en julio de 1959, Laura. Gianna armoniza, con simplicidad y equilibrio, los deberes de madre, de esposa, de médico y la alegría de vivir.

En septiembre de 1961, al cumplirse el segundo mes de embarazo, es presa del sufrimiento. El diagnóstico: un tumor en el útero. Se hace necesaria una intervención quirúrgica. Antes de ser intervenida, suplica al cirujano que salve, a toda costa, la vida que lleva en su seno, y se confía a la oración y a la Providencia. Se salva la vida de la criatura. Ella da gracias al Señor y pasa los siete meses antes del parto con incomparable fuerza de ánimo y con plena dedicación a sus deberes de madre y de médico. Se estremece al pensar que la criatura pueda nacer enferma, y pide al Señor que no suceda tal cosa.

Algunos días antes del parto, confiando siempre en la Providencia, está dispuesta a dar su vida para salvar la de la criatura: «Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis; elegid -lo exijo- la suya. Salvadlo».

La mañana del 21 de abril de 1962 da a luz a Gianna Emanuela. El día 28 de abril, también por la mañana, entre indecibles dolores y repitiendo la jaculatoria «Jesús, te amo; Jesús, te amo», muere santamente. Tenía 39 años.

Sus funerales fueron una gran manifestación llena de emoción profunda, de fe y de oración. La Sierva de Dios reposa en el cementerio de Mésero, a 4 kilómetros de Magenta.

«Meditada inmolación»: Pablo VI definió con esta frase el gesto de la beata Gianna recordando, en el Ángelus del domingo 23 de septiembre de 1973: «una joven madre de la diócesis de Milán que, por dar la vida a su hija, sacrificaba, con meditada inmolación, la propia». Es evidente, en las palabras del Santo Padre, la referencia cristológica al Calvario y a la Eucaristía.

Juana Beretta fue beatificada por Juan Pablo II el 24 de abril de 1994, Año Internacional de la Familia, y canonizada por el mismo Pontífice el 16 de mayo de 2004.  En la iglesia de Nuestra Señora de la Rábida se venera su imagen y se conservan reliquias ex vestimentis de esta santa de nuestro tiempo.

25 de abril de 2022

25 de abril: Fiesta de San Marcos

 


En la fiesta de San Marcos, compartimos esta imagen de un vitral que lo representa -junto a los demás Evangelistas- en la puerta de la iglesia de San Isidro Labrador.

Marcos sostiene su propio Evangelio, señalando la profecía que se lee en las primeras líneas del libro: «Vox clamantis», aludiendo a la frase «Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos».

La Catena Áurea recoge estas palabras de San Jerónimo:

«Marcos evangelista, levita según su linaje, siendo sacerdote en Israel, convertido al Señor, escribió el Evangelio en Italia. En él mostraba lo que Cristo debía a su linaje. Señalaba el principio del orden de la elección levítica, al decir: "Principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios". Y comenzaba el Evangelio con una exclamación profética sobre Juan, hijo de Zacarías».

Y San Remigio en la misma obra: 

«Se le representa por un león, porque así como éste hace resonar su terrible voz en el desierto, así San Marcos empieza clamando en el desierto: "Voz que clama en el desierto" ( Mc 1,6)».

Oración Colecta:

Dios nuestro, que enalteciste al evangelista San Marcos
con la misión de anunciar la buena noticia de la salvación,
concédenos recibir de tal modo sus enseñanzas
que sigamos fielmente las huellas de Cristo.

19 de abril de 2022

Martes de la Octava de Pascua

La Primera Lectura (Hech 2,  36-41) de la Misa de hoy, Martes de la Octava de Pascua, comienza con estas palabras pronunciadas por San Pedro el día de Pentecostés:

«Todo el pueblo de Israel debe reconocer que a ese Jesús que ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías».

La contraposición crucifixión/glorificación señalada por Pedro en este discurso también aparece en la Secuencia de Pascua,  como veremos más abajo, y está plásticamente representada en este "díptico" de vitrales de la iglesia   de Lourdes en Santos Lugares.


La muerte y la vida se enfrentaron
en un duelo admirable:
el Rey de la vida estuvo muerto,
y ahora vive.

(Secuencia "Victimae Paschali Laudes")

17 de abril de 2022

Domingo de Pascua de Resurrección




En  la pequeña iglesia dedicada a  la Inmaculada Concepción en el barrio de Almagro hay un hermoso Vía Crucis. Hoy celebramos la Pascua con la figura que en ese templo cierra el conjunto iconográfico: la estación que corresponde a la Resurrección del Señor.

Invitamos a escuchar la Secuencia  Victimae Paschali Laudes, propia de la misa de hoy.

14 de abril de 2022

Jueves Santo


Hermanos: Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido, es lo siguiente:El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, dio gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía».De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza que se sella con mi Sangre. Siempre que la beban, háganlo en memora mía».Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta que él vuelva.


El texto que transcribimos es la Segunda Lectura de la Misa Vespertina In Coena Domini. Corresponde a la Primera Carta de San Pablo a los Corintios, y es el texto más antiguo que recoge lo ocurrido en la Última Cena. 

Las imágenes corresponden a una pintura en la iglesia de la Resurrección del Señor,  que justamente decora la capilla del Sagrario.

9 de abril de 2022

9 de abril: Santa Casilda


En la  iglesia de San Ignacio, la más antigua de Buenos Aires, se venera a Santa Casilda de Toledo.

Era hija de un rey musulmán, cruel enemigo de los cristianos. A los discípulos de Cristo a quienes su padre enviaba a la cárcel hasta dejarlos morir, Casilda les  llevaba alimentos en secreto. Cuando su padre escuchó los rumores de que su hija visitaba las mazmorras, decidió espiarla para sorprenderla.  Pero los panes que llevaba se transformaron en rosas. Autorizada a seguir su camino después del encuentro con su padre,  las flores volvieron a convertirse en panes.

Casilda empezó a padecer luego una enfermedad incurable. Pero le fue revelado que recuperaría la salud en Burgos, al bañarse en el lago de San Vicente. Pidió a su padre permiso para ir allí; éste, a regañadientes, finalmente cedió a sus súplicas. Casilda viajó a Burgos  y se curó de su mal. Para expresar su agradecimiento, hizo construir cerca del lago un oratorio junto al cual, después de hacerse bautizar, pasó retirada el resto de su vida. Muchos milagros se obraron en su tumba; su culto se extendió por toda España. 

Pese a que la placa indica "9 de mayo", su nombre está inscripto en el Martirologio hoy,  9 de abril, en recuerdo del día en que tuvo lugar la traslación de sus reliquias a la iglesia de Burgos: «En el lugar llamado San Vicente, cerca de Briviesca, en la región española de Castilla, Santa Casilda, virgen, que, nacida en la religión mahometana, ayudó con misericordia a los cristianos detenidos en la cárcel, y después, ya cristiana, vivió como eremita».

6 de abril de 2022

6 de abril: San Pedro de Verona

El Martirologio Romano trae hoy el recuerdo de San Pedro de Verona:  «En Milán, de Lombardía, pasión de San Pedro de Verona, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, el cual, nacido de padres seguidores del maniqueísmo, todavía niño abrazó la fe católica y, siendo aún adolescente, recibió del mismo Santo Domingo el hábito. Dedicado a combatir la herejía, de camino hacia Como cayó víctima de los enemigos, proclamando hasta en el último momento el símbolo de la fe».

En uno de los cuatro nichos del crucero de la Basílica del Santísimo Rosario de Buenos Aires hay una imagen del protomártir dominico. La fotografiamos en septiembre de 2019.

En un sitio oficial de la Orden de Predicadores se publica la siguiente biografía: 
«San Pedro de Verona nació a finales del siglo XII. Fue un gran predicador y combatió al catarismo. Por fidelidad a su misión fue martirizado en Barlassina. Es el primer mártir dominico.
Fiel hasta el final y dispuesto a dar la vida por la fe que había dado sentido a su existencia, San Pedro de Verona fue el primer mártir de la Orden de Predicadores. 
Nació en Verona a finales del siglo XII. La mayor parte de su familia era adepta de la herejía cátara. Sin embargo, desde muy pequeño mostró especial afinidad e interés por la fe de la Iglesia, a pesar de la oposición de muchos familiares. Conoció a la Orden de Predicadores mientras estudiaba en la universidad de Bolonia. Tomó el hábito dominicano en 1221, poco antes de la muerte de Santo Domingo. Su actividad apostólica se desarrolló principalmente en Milán, donde fundó en 1234 las «Sociedades de Fe» y «Cofradías de María». Predicaba y organizaba debates públicos con los cátaros en varias ciudades italianas.  Fray Pedro fue nombrado inquisidor de Milán y Como por Inocencio IV. Sin embargo, su participación en el tribunal ha sido distorsionada a lo largo de la historia. Lejos de tener los rasgos de muchos inquisidores posteriores a él, Pedro de Verona, según atestiguaron sus contemporáneos, siempre profesó el principio «Hay que persuadir a la fe, pero no imponerla». El rápido culto que se difundió después de su muerte demuestra la fama de santo y predicador evangélico que poseía en el pueblo. La oposición a la predicación de fray Pedro, por parte de sectores afines a la herejía, iba aumentando. Fue martirizado el 7 de abril de 1252 mientras se encaminaba desde Como a Milán. Más tarde su asesino se arrepintió del crimen y acabó ingresando a la Orden de Predicadores como hermano cooperador».

4 de abril de 2022

4 de abril: San Isidoro de Sevilla

En el día de la Memoria de San Isidoro, compartimos casi en su totalidad  la catequesis del papa Benedicto XVI en su audiencia del 18 de junio de 2008, mientras mostramos dos fotos (la primera tomada en 2021 y la otras en 2015) de la imagen del santo que se venera en la iglesia parroquial de San  Antonio de Areco.

«Hoy voy a hablar de San Isidoro de Sevilla. Era hermano menor de San Leandro, obispo de Sevilla, y gran amigo del Papa San Gregorio Magno. Este detalle es importante, pues permite tener presente un dato cultural y espiritual indispensable para comprender la personalidad de San Isidoro. En efecto, San Isidoro debe mucho a San Leandro (...) 

La casa de San Leandro y San Isidoro contaba con una biblioteca muy rica en obras clásicas, paganas y cristianas. Por eso, San Isidoro, que se sentía atraído tanto a unas como a otras, fue educado a practicar, bajo la responsabilidad de su hermano mayor, una disciplina férrea para dedicarse a su estudio, con discreción y discernimiento.

Así pues, en el obispado de Sevilla se vivía en un clima sereno y abierto. Lo podemos deducir por los intereses culturales y espirituales de San Isidoro, como se manifiestan en sus obras, que abarcan un conocimiento enciclopédico de la cultura clásica pagana y un conocimiento profundo de la cultura cristiana. De este modo se explica el eclecticismo que caracteriza la producción literaria de San Isidoro, el cual pasa con suma facilidad de Marcial a San Agustín, de Cicerón a San Gregorio Magno.

El joven Isidoro, que en el año 599 se convirtió en sucesor de su hermano Leandro en la cátedra episcopal de Sevilla, tuvo que afrontar una lucha interior muy dura. Tal vez precisamente por esa lucha constante consigo mismo da la impresión de un exceso de voluntarismo, que se percibe leyendo las obras de este gran autor, considerado el último de los Padres cristianos de la antigüedad. Pocos años después de su muerte, que tuvo lugar en el año 636, el Concilio de Toledo, del año 653, lo definió: «Ilustre maestro de nuestra época y gloria de la Iglesia católica ».

San Isidoro fue, sin duda, un hombre de contraposiciones dialécticas acentuadas. En su vida personal, experimentó también un conflicto interior permanente, muy parecido al que ya habían vivido San Gregorio Magno y San Agustín, entre el deseo de soledad, para dedicarse únicamente a la meditación de la palabra de Dios, y las exigencias de la caridad hacia los hermanos de cuya salvación se sentía responsable como obispo. Por ejemplo, a propósito de los responsables de la Iglesia escribe: «El responsable de una Iglesia (vir ecclesiasticus), por una parte, debe dejarse crucificar al mundo con la mortificación de la carne; y, por otra, debe aceptar la decisión del orden eclesiástico, cuando procede de la voluntad de Dios, de dedicarse al gobierno con humildad, aunque no quisiera hacerlo» (Sententiarum liber III, 33, 1: PL 83, col. 705 B).

Un párrafo después, añade: «Los hombres de Dios (sancti viri) no desean dedicarse a las cosas seculares y gimen cuando, por un misterioso designio divino, se les encargan ciertas responsabilidades. (...) Hacen todo lo posible para evitarlas, pero aceptan lo que no quisieran y hacen lo que habrían querido evitar. Entran en lo más secreto del corazón y allí tratan de comprender lo que les pide la misteriosa voluntad de Dios. Y cuando se dan cuenta de que tienen que someterse a los designios de Dios, inclinan el cuello del corazón bajo el yugo de la decisión divina» (Sententiarum liber III, 33, 3: PL 83, col. 705-706).


Para comprender mejor a San Isidoro es necesario recordar, ante todo, la complejidad de las situaciones políticas de su tiempo (...): durante los años de su niñez experimentó la amargura del destierro. A pesar de ello, estaba lleno de entusiasmo apostólico: sentía un gran deseo de contribuir a la formación de un pueblo que encontraba por fin su unidad, tanto en el ámbito político como religioso, con la conversión providencial de Hermenegildo, el heredero al trono visigodo, del arrianismo a la fe católica.

Sin embargo, no se ha de subestimar la enorme dificultad que supone afrontar de modo adecuado problemas tan graves como los de las relaciones con los herejes y con los judíos. Se trata de una serie de problemas que también hoy son muy concretos, sobre todo si se piensa en lo que sucede en algunas regiones donde parecen replantearse situaciones muy parecidas a las de la península ibérica del siglo VI. La riqueza de los conocimientos culturales de que disponía San Isidoro le permitía confrontar continuamente la novedad cristiana con la herencia clásica grecorromana. Sin embargo, más que el don precioso de la síntesis, parecía tener el de la collatio, es decir, la recopilación, que se manifestaba en una extraordinaria erudición personal, no siempre tan ordenada como se hubiera podido desear.

En todo caso, es admirable su preocupación por no descuidar nada de lo que la experiencia humana había producido en la historia de su patria y del mundo entero. San Isidoro no hubiera querido perder nada de lo que el hombre había adquirido en las épocas antiguas, ya fueran paganas, judías o cristianas. Por tanto, no debe sorprender que, al perseguir este objetivo, no lograra transmitir adecuadamente, como hubiera querido, los conocimientos que poseía, a través de las aguas purificadoras de la fe cristiana. Sin embargo, de hecho, según las intenciones de San Isidoro, las propuestas que presenta siempre están en sintonía con la fe católica, sostenida por él con firmeza. En la discusión de los diversos problemas teológicos percibe su complejidad y propone a menudo, con agudeza, soluciones que recogen y expresan la verdad cristiana completa. Esto ha permitido a los creyentes, a lo largo de los siglos hasta nuestros días, servirse con gratitud de sus definiciones.

Un ejemplo significativo en este campo es la enseñanza de San Isidoro sobre las relaciones entre vida activa y vida contemplativa. Escribe: «Quienes tratan de lograr el descanso de la contemplación deben entrenarse antes en el estadio de la vida activa; así, liberados de los residuos del pecado, serán capaces de presentar el corazón puro que permite ver a Dios» (Differentiarum Lib. II, 34, 133: PL 83, col 91 A).

Su realismo de auténtico pastor lo convenció del peligro que corren los fieles de limitarse a ser hombres de una sola dimensión. Por eso, añade: "El camino intermedio, compuesto por ambas formas de vida, resulta normalmente el más útil para resolver esas tensiones, que con frecuencia se agudizan si se elige un solo tipo de vida; en cambio, se suavizan mejor alternando las dos formas" (o.c., 134: ib., col 91 B).

San Isidoro busca en el ejemplo de Cristo la confirmación definitiva de una correcta orientación de vida y dice: «El Salvador, Jesús, nos dio ejemplo de vida activa cuando, durante el día, se dedicaba a hacer signos y milagros en la ciudad, pero mostró la vida contemplativa cuando se retiraba a la montaña y pasaba la noche dedicado a la oración» (o.c. 134: ib.). A la luz de este ejemplo del divino Maestro, San Isidoro concluye con esta enseñanza moral: «Por eso, el siervo de Dios, imitando a Cristo, debe dedicarse a la contemplación sin renunciar a la vida activa. No sería correcto obrar de otra manera, pues del mismo modo que se debe amar a Dios con la contemplación, también hay que amar al prójimo con la acción. Por tanto, es imposible vivir sin la presencia de ambas formas de vida, y tampoco es posible amar si no se hace la experiencia tanto de una como de otra» (o.c., 135: ib., col 91 C).

Creo que esta es la síntesis de una vida que busca la contemplación de Dios, el diálogo con Dios en la oración y en la lectura de la Sagrada Escritura, así como la acción al servicio de la comunidad humana y del prójimo. Esta síntesis es la lección que el gran obispo de Sevilla nos deja a los cristianos de hoy, llamados a dar testimonio de Cristo al inicio de un nuevo milenio».

2 de abril de 2022

2 de abril: San Francisco de Paula


El Martirologio consigna hoy:   
«San Francisco de Paula, ermitaño, fundador de la Orden de los Mínimos en Calabria, prescribiendo a sus discípulos que viviesen de limosnas, no teniendo propiedad ni manipulando dinero, y que utilizasen sólo alimentos cuaresmales. Llamado a Francia por el rey Luis XI, le asistió en el lecho de muerte, y célebre por la austeridad de vida, murió a su vez en Plessis-les-Tours, junto a Tours (1507)».

Oración Colecta:

Dios nuestro, recompensa de los humildes, que has elevado a San Francisco de Paula a la gloria de tus santos, concédenos, por sus méritos y ejemplos, alcanzar los premios prometidos a los humildes de corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Las fotos que compartimos hoy las tomamos en enero de 2017 en la iglesia dedicada al santo en la ciudad de Río de Janeiro. Recordemos que las "reglas internas" de este blog señalan que todas las fotos que publicamos son propias, y que siempre corresponden a la Argentina y a los países limítrofes.