30 de abril de 2023

Domingo IV de Pascua

 

El Cuarto Domingo de Pascua es conocido como el Domingo del Buen Pastor, porque en los tres ciclos se leen fragmentos del capítulo 10 del Evangelio de Juan, en los que Jesús se refiere a sí mismo como el Buen Pastor.

En el Ciclo A se leen los versículos  1 a 10, en los que Jesús, entre otras cosas, dice:

«El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. Él llama a las suyas por su nombre y las hace salir. Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz».

«Les aseguro que Yo soy la puerta de las ovejas. (...)  Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento. (...)».

«Yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia».

La hermosa imagen junto a estas líneas se venera en la Catedral de Córdoba.


Acompañamos esta imagen con una plegaria al Buen Pastor.

San Juan Pablo II, durante una Vigilia de Oración con los jóvenes en el Cherry Creek State Park de Denver, el sábado 14 de agosto de 1993, pronunció esta oración:

Buen Pastor, enseña a los jóvenes aquí reunidos; enseña a los jóvenes de todo el mundo lo que significa «dar» su vida mediante la vocación y la misión.

Como enviaste a los Apóstoles a predicar el Evangelio hasta los confines de la tierra, lanza ahora tu desafío a la juventud de la Iglesia para que cumpla la gran misión de darte a conocer a cuantos aún no han oído hablar de ti.

Da a estos jóvenes la valentía y la generosidad de los grandes misioneros del pasado, de suerte que, a través del testimonio de su fe y su solidaridad con todos sus hermanos y hermanas necesitados, el mundo descubra la verdad, la bondad y la belleza de la vida que sólo tú puedes dar.

Enseña a los jóvenes  (...) a llevar tu mensaje de vida y verdad, de amor y solidaridad, al centro de la metrópoli moderna, al centro de todos los problemas que afligen a la familia humana al final del siglo XX.

Enseña a estos jóvenes a hacer buen uso de su libertad.

Enséñales que la mayor libertad consiste en entregarse totalmente.

Enséñales el significado de las palabras del Evangelio: «El que pierda su vida por mí, la encontrará» (Mt 10, 39).

Por todo esto, buen Pastor, te amamos.

Los jóvenes (...) te aman porque aman la vida,  el don del Creador.

Aman su vida humana como el sendero por el que pasarán en medio de este mundo creado.

Aman la vida como tarea y como vocación.

Y aman también la otra vida que el Padre eterno nos ha dado por medio de ti: la vida de Dios en nosotros, el mayor regalo que nos has dado.

Tú eres el buen Pastor.

Y no hay ningún otro.

Has venido para que tengamos la vida, y la tengamos en abundancia.

La vida, no sólo a nivel humano, sino también en la medida del Hijo, el Hijo en el que el Padre se complace eternamente.

Señor Jesucristo, te damos gracias por haber dicho: «Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia» (Jn 10, 10).

(...) 

29 de abril de 2023

29 de abril: Santa Catalina de Siena

«Hoy quiero hablaros de una mujer que tuvo un papel eminente en la historia de la Iglesia. Se trata de Santa Catalina de Siena. El siglo en el que vivió —siglo XIV— fue una época tormentosa para la vida de la Iglesia y de todo el tejido social en Italia y en Europa. Sin embargo, incluso en los momentos de mayor dificultad, el Señor no cesa de bendecir a su pueblo, suscitando santos y santas que sacudan las mentes y los corazones provocando conversión y renovación. Catalina es una de estas personas y también hoy nos habla y nos impulsa a caminar con valentía hacia la santidad para que seamos discípulos del Señor de un modo cada vez más pleno.

Nació en Siena, en 1347, en el seno de una familia muy numerosa, y murió en Roma, en 1380. A la edad de 16 años, impulsada por una visión de Santo Domingo, entró en la Tercera Orden Dominicana, en la rama femenina llamada de las Mantellate. Permaneciendo en su familia, confirmó el voto de virginidad que había hecho privadamente cuando todavía era una adolescente, se dedicó a la oración, a la penitencia y a las obras de caridad, sobre todo en beneficio de los enfermos.

Cuando se difundió la fama de su santidad, fue protagonista de una intensa actividad de consejo espiritual respecto a todo tipo de personas: nobles y hombres políticos, artistas y gente del pueblo, personas consagradas, eclesiásticos, incluido el Papa Gregorio XI que en aquel período residía en Aviñón y a quien Catalina exhortó enérgica y eficazmente a regresar a Roma. Viajó mucho para solicitar la reforma interior de la Iglesia y para favorecer la paz entre los Estados: también por este motivo el venerable Juan Pablo II quiso declararla copatrona de Europa: que el viejo continente no olvide nunca las raíces cristianas que están en la base de su camino y siga tomando del Evangelio los valores fundamentales que aseguran la justicia y la concordia.

Catalina sufrió mucho, como tantos santos. Alguien incluso pensó que había que desconfiar de ella hasta el punto de que, en 1374, seis años antes de su muerte, el capítulo general de los Dominicos la convocó a Florencia para interrogarla. Pusieron a su lado a un fraile erudito y humilde, Raimundo de Capua, futuro Maestro general de la Orden, el cual se convirtió en su confesor y también en su «hijo espiritual», y escribió una primera biografía completa de la santa. Fue canonizada en 1461.

La doctrina de Catalina, que aprendió a leer con dificultad y aprendió a escribir cuando ya era adulta, está contenida en "El Diálogo de la Divina Providencia" o "Libro de la Divina Doctrina", una obra maestra de la literatura espiritual, en su Epistolario y en la colección de las Oraciones. Su enseñanza está dotada de una riqueza tal que el siervo de Dios Pablo VI, en 1970, la declaró Doctora de la Iglesia, título que se añadía al de Copatrona de la ciudad de Roma, por voluntad del beato Pío IX, y de Patrona de Italia, según la decisión del venerable Pío XII.

(...)

Queridos hermanos y hermanas, aprendamos de Santa Catalina a amar con valentía, de modo intenso y sincero, a Cristo y a la Iglesia. Por esto, hagamos nuestras las palabras de Santa Catalina que leemos en "El Diálogo de la Divina Providencia", como conclusión del capítulo que habla de Cristo-puente: “Por misericordia nos has lavado en la sangre, por misericordia quisiste conversar con las criaturas. ¡Oh loco de amor! ¡No te bastó encarnarte, sino que quisiste también morir! (...) ¡Oh misericordia! El corazón se me ahoga al pensar en ti, porque adondequiera que dirija mi pensamiento, no encuentro sino misericordia” *».

Imagen: de la iglesia de San Cristóbal.

Texto: Catequesis del Papa Benedicto XVI en la Audiencia General del 24 de noviembre de 2010. 

Referencias: cap. 30, pp. 79-80

27 de abril de 2023

27 de abril: Nuestra Señora de Monserrat

 
La Virgen Mare de Déu de Montserrat, según la tradición, fue encontrada por unos niños en el año 880. 

«Tras ver una luz en la montaña, los niños encontraron la imagen de la Virgen en el interior de una cueva. Al enterarse de la noticia el obispo, intentó trasladar la imagen hasta la ciudad de Manresa pero el traslado fue imposible ya que la estatua pesaba demasiado. El obispo lo interpretó como el deseo de la Virgen de permanecer en el lugar en el que se la había encontrado y ordenó la construcción de la ermita de Santa María, origen del actual monasterio. La imagen que en la actualidad se venera es una talla románica del siglo XII realizada en madera de álamo. Representa a la Virgen con el niño sentado en su regazo y mide unos 95 centímetros de altura. En su mano derecha sostiene una esfera que simboliza el universo; el niño tiene la mano derecha levantada en señal de bendición mientras que en la mano izquierda sostiene una piña»

Aunque la imagen es dorada, el rostro de la  Virgen es de color negro, lo que le ha dado el apelativo popular de La Moreneta.

El Papa León XIII declaró oficialmente a la Virgen de Montserrat como Patrona de Cataluña. Se le concedió también el privilegio de tener misa y oficios propios. Su festividad se celebra hoy, 27 de abril.

Respecto del templo porteño puesto bajo la advocación de la Virgen de Monserrat, en el sitio oficial de la parroquia se señala lo siguiente:  «El barrio de Montserrat comienza a destacarse cuando en 1755 un catalán llamado Juan Pedro Sierra, dueño de una chacra ubicada allí, decidió construir una capilla que estaría bajo la advocación de Nuestra Señora de Montserrat. Más tarde se construiría en ese mismo lugar una iglesia, realizada por el arquitecto italiano Antonio Marsella». En noviembre de 1769 se erigió  canónicamente la parroquia, con sede en ese templo.   A mediados del siglo XIX la falta de mantenimiento había deteriorado el edificio que, además, resultaba pequeño para atender a los numerosos fieles. Por ello, una comisión de vecinos tomó a su cargo la construcción de una nueva iglesia, cuyo proyecto se atribuye al arquitecto Manuel Raffo. El nuevo templo fue inaugurado el 1° de septiembre de 1865.

24 de abril de 2023

24 de abril: Nuestra Señora de los Buenos Aires


Hoy se celebra a Nuestra Señora de los Buenos Aires. De una gacetilla de AICA para igual ocasión de 2012, que aporta a su vez datos proporcionados por las autoridades de la Catedral Metropolitana, tomamos la siguiente información:

El 24 de abril «se celebra la fiesta de Nuestra Señora de los Buenos Aires, advocación que dio el nombre a la capital argentina. (...). En la primera fundación de Buenos Aires Pedro de Mendoza llamó al sitio Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre para cumplir la promesa que hiciera a la Patrona de los Navegantes. “Buen Ayre” era la castellanización del nombre de la Virgen de Bonaria que se veneraba en el santuario de Cagliari, Cerdeña, y que era también patrona de los navegantes de Cádiz, España».



«En la segunda fundación, Juan de Garay le da al nuevo asentamiento el nombre de Ciudad de la Trinidad. La razón sería que la festividad más importante cercana a la fecha había sido la de la Trinidad o, según algunos historiadores, porque la nave ancló el día de dicha festividad. 
Pero al puerto le dio el nombre de Puerto de Santa María de los Buenos Ayres. Sin embargo los designios de Garay no tuvieron éxito ya que a pesar de que jamás hubo disposición oficial alguna que cambiara su nombre, el uso inapelablemente consagró desde el primer momento el nombre de Buenos Aires para la ciudad. 
Sin embargo, el nombre asignado por Garay lo conserva el templo mayor porteño, que se llama Catedral de la Santísima Trinidad». 

Tomé las fotos en mayo de 2018 en la Catedral de Buenos Aires.

22 de abril de 2023

22 de abril: Santa María Virgen, Madre de la Compañía de Jesús

En el Calendario Propio de los jesuitas, hoy se celebra esta fiesta de la Virgen María como Madre (o Reina) de la Compañía de Jesús. El "Misal Diario y Devocionario" del padre Natalio Díaz sj, editado en 1957, decía al respecto:

El  22 de abril de 1541, en la Basílica romana de San Pablo Extramuros, delante de una imagen de Nuestra Señora, San Ignacio y sus compañeros emitían la solemne profesión, con lo que adquiría existencia real la Compañía de Jesús. En conmemoración de este suceso y de la maternal protección que la celestial Señora dispensó a San Ignacio y a la Orden por él fundada, los jesuitas venían invocándola con el título de Regina Societatis Jesu, advocación consagrada por la Iglesia en esta festividad, recuerdo de nuestro IV centenario.

Ilustramos esta entrada con una imagen que se encuentra en uno de los patios internos del edificio donde funciona el Colegio del Salvador:




Una publicación jesuita señala:

«La imagen de la Virgen protegiendo con su manto tiene su origen en una visión relatada por el monje Cesario de Heisterbach († 1210) en su Dialogus Miraculorum, en el que se relata cómo un monje cisterciense, en una visión del paraíso celestial, al no ver a sus hermanos de orden, vio a la Virgen abriendo su manto mientras le decía “Los del Císter me son tan cercanos que los cubro bajo mis brazos”. La imagen fue muy popular entre las órdenes mendicantes y conventuales, quienes la representaron en el auge del barroco español: dominicos, franciscanos, carmelitas y mercedarios. Los jesuitas siguieron la tradición en Hispanoamérica», por lo que se pueden encontrar imágenes del mismo estilo en distintos templos de la Compañía (fuente)

Del mismo "Misal Diario y Devocionario" compartimos, para terminar esta entrada, el Introito y la Oración Colecta de esta celebración:

18 de abril de 2023

18 de abril: Beata Savina Petrilli



Sabina (o Savina) Petrilli «nació en Siena el 29 de agosto de 1851. (...) A los 15 años se inscribió en la Congregación de Hijas de María, y en poco tiempo fue elegida presidenta. Dos años después emitió el primer voto de virginidad por un año. En 1869 fue recibida por el papa Pío IX, quien la exhorta a caminar en las huellas de Santa Catalina. El 15 de agosto de 1873, en la capillita de la casa paterna, emite, junto con cinco compañeras, los votos de castidad, pobreza y obediencia, con la presencia de su confesor, y el acuerdo del arzobispo, Mons. Enrique Bindi, quien les concede el permiso de iniciar una obra a beneficio de los pobres.
La nueva pequeña familia religiosa toma el nombre de «Congregación de Hermanas de los Pobres de Santa Catalina de Siena». En 1881 inicia la primera fundación en Onano (Viterbo, Italia), y en 1903 la primera misión en Belém (Brasil). Las Constituciones de la congregación, que se vuelve de derecho pontificio, son definitivamente aprobadas el 17 de junio de 1906.

Sucesivamente la madre Sabina emite el voto de «no negar nunca voluntariamente al Señor», y el voto de «perfecta obediencia» al director espiritual, el voto de «no lamentarse deliberadamente en los padecimientos externos e internos», y el voto de «completo abandono a la voluntad del Padre». 



El 18 de abril de 1923, a las 17.20, la madre Sabina deja la tierra para entrar definitivamente en posesión de Dios. Su obra se expandió por Italia y por muchos países, al servicio de los pobres y «y de todos aquellos que sufren y son oprimidos». Fue beatificada por SS Juan Pablo II el 24 de abril de 1988».

En el día de la Memoria litúrgica de Savina Petrilli, y justamente cuando se cumplen 100 años de su muerte,  la honramos con el frente y el dorso de una estampita difundida por las Hermanas de los Pobres de Santa Catalina en la Argentina. La estampa incluye una pequeña reliquia: un trozo de ropa usada por la beata.

El texto de la biografía que hemos transcripto pertenece a El Testigo Fiel.

15 de abril de 2023

Sábado de la Octava de Pascua

La Segunda Lectura del Oficio de Lecturas de hoy se toma de las las Catequesis de Cirilo de Jerusalén (Catequesis 22 [Mistagógica 4], 1. 3-6. 9: PG 33, 1098-1106): "El pan celestial y la bebida de salvación".  Ilustramos la entrada con fotos romadas en la iglesia de la Sagrada Eucaristía en 2017 y 2022.


Jesús, el Señor, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, después de pronunciar la Acción de Gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: «Tomad y comed, esto es mi cuerpo.» y tomando el cáliz, después de pronunciar la acción de Gracias, dijo: «Tomad y bebed, ésta es mi sangre.» Por tanto, si él mismo afirmó del pan: Esto es mi cuerpo, ¿quién se atreverá a dudar en adelante? Y si él mismo afirmó: Ésta es mi sangre, ¿quién podrá nunca dudar y decir que no es su sangre?

Por esto hemos de recibirlos con la firme convicción de que son el cuerpo y sangre de Cristo. Se te da el cuerpo del Señor bajo el signo de pan, y su sangre bajo el signo de vino; de modo que al recibir el cuerpo y la sangre de Cristo te haces concorpóreo y consanguíneo suyo. Así, pues, nos hacemos portadores de Cristo, al distribuirse por nuestros miembros su cuerpo y sangre. Así, como dice san Pedro, nos hacemos participantes de la naturaleza divina.

En otro tiempo, Cristo, disputando con los judíos, decía: Si no coméis mi carne y no bebéis mi sangre, no tendréis vida en vosotros. Pero, como ellos entendieron estas palabras en un sentido material, se hicieron atrás escandalizados, pensando que los exhortaba a comer su carne.

En la antigua alianza había los panes de la proposición; pero, como eran algo exclusivo del antiguo Testamento, ahora ya no existen. Pero en el nuevo Testamento hay un pan celestial y una bebida de salvación, que santifican el alma y el cuerpo. Pues, del mismo modo que el pan es apropiado al cuerpo, así también la Palabra encarnada concuerda con la naturaleza del alma.

Por lo cual, el pan y el vino eucarísticos no han de ser considerados como meros y comunes elementos materiales, ya que son el cuerpo y la sangre de Cristo, como afirma el Señor; pues, aunque los sentidos nos sugieren lo primero, hemos de aceptar con firme convencimiento lo que nos enseña la fe.

 

Adoctrinados e imbuidos de esta fe certísima, debemos creer que aquello que parece pan no es pan, aunque su sabor sea de pan, sino el cuerpo de Cristo; y que lo que parece vino no es vino, aunque así le parezca a nuestro paladar, sino la sangre de Cristo; respecto a lo cual hallamos la antigua afirmación del salmo: El pan da fuerzas al corazón del hombre y el aceite da brillo a su rostro. Da, pues, fuerzas a tu corazón, comiendo aquel pan espiritual. Y da brillo así al rostro de tu alma.

Ojalá que con el rostro descubierto y con la conciencia limpia, contemplando la gloria del Señor como en un espejo, vayamos de gloria en gloria, en Cristo Jesús nuestro Señor, a quien sea el honor, el poder y la gloria por los siglos de los siglos. Amén

13 de abril de 2023

Jueves de la Octava de Pascua

El Jueves de la Octava de Pascua, en el Oficio de Lecturas, se proclama el siguiente texto de San Cirilo de Jerusalén,  tomado de sus Catequesis  ¹ y titulado "El bautismo, figura de la pasión de Cristo".

«Fuisteis conducidos a la santa piscina del divino bautismo, como Cristo desde la cruz fue llevado al sepulcro.

Y se os preguntó a cada uno si creíais en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Después de haber confesado esta fe salvadora, se os sumergió por tres veces en el agua y otras tantas fuisteis sacados de la misma: con ello significasteis, en imagen y símbolo, los tres días de la sepultura de Cristo.

Pues así como nuestro Salvador pasó en el seno de la tierra tres días y tres noches, de la misma manera vosotros habéis imitado con vuestra primera emersión el primer día que Cristo estuvo en la tierra, y, con vuestra inmersión, la primera noche. Porque como el que anda durante el día lo percibe todo, del mismo modo en vuestra inmersión, como si fuera de noche, no pudisteis ver nada; en cambio al emerger os pareció encontraros en pleno día; y en un mismo momento os encontrasteis muertos y nacidos, y aquella agua salvadora os sirvió a la vez de sepulcro y de madre.

Por eso os cuadra admirablemente lo que dijo Salomón, a propósito de otras cosas: Tiempo de nacer, tiempo de morir; pero a vosotros os pasó esto en orden inverso: tuvisteis un tiempo de morir y un tiempo de nacer, aunque en realidad un mismo instante os dio ambas cosas, y vuestro nacimiento se realizó junto con vuestra muerte.

¡Oh maravilla nueva e inaudita! No hemos muerto ni hemos sido sepultados, ni hemos resucitado después de crucificados, en el sentido material de estas expresiones, pero, al imitar estas realidades en imagen hemos obtenido así la salvación verdadera.

Cristo sí que fue realmente crucificado y su cuerpo fue realmente sepultado y realmente resucitó; a nosotros, en cambio, nos ha sido dado, por gracia, que, imitando lo que él padeció con la realidad de estas acciones, alcancemos de verdad la salvación.

¡Oh exuberante amor para con los hombres! Cristo fue el que recibió los clavos en sus inmaculadas manos y pies, sufriendo grandes dolores, y a mí, sin experimentar ningún dolor ni ninguna angustia, se me dio la salvación por la comunión de sus dolores.

No piense nadie, pues, que el Bautismo fue dado solamente por el perdón de los pecados y para alcanzar la gracia de la adopción, como en el caso del bautismo de Juan, que confería sólo el perdón de los pecados; nuestro bautismo, como bien sabemos, además de limpiarnos del pecado y darnos el don del Espíritu es también tipo y expresión de la Pasión de Cristo. Por eso Pablo decía: ¿Es que no sabéis que los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo Jesús fuimos incorporados a su muerte? Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte».

La imagen, tomada en el Bautisterio de la Basílica del Espíritu Santo, representa gráficamente el vínculo del sacramento del Bautismo con la gloriosa Pasión de Jesucristo.

¹ Catequesis 20, Mistagogica 21, 4-6: PG 33, 1079-1082

9 de abril de 2023

Domingo de Pascua de Resurrección

Antífona de entrada
Cf. Lc 24, 34; Ap 1, 6

El Señor resucitó verdaderamente, aleluia.
A él sea la gloria y el poder
por los siglos de los siglos. Aleluia, aleluia.




Antífona de comunión
Cf. 1 Cor 5, 7-8

Cristo, nuestra pascua, ha sido inmolado.
Celebremos, entonces, esta fiesta
con los panes sin levadura de la pureza y la verdad, 
aleluia, aleluia.


La imagen del resucitado junto al Sagrario pertenece a la iglesia de Nuestra Señora del Socorro, en San Pedro.

7 de abril de 2023

Viernes Santo

En este Viernes Santo, recordando la Pasión y Muerte de Cristo, compartiremos imágenes de los atributos de la Pasión o "Arma Christi" que están pintados en las paredes de la iglesia de Jesús Sacramentado.

Los clavos de la cruz:



La lanza que atravesó el costado de Cristo  y la lanza con la esponja embebida en vinagre:


El "título" de la Cruz y la escalera del descendimiento:


El paño de la Verónica:


La corona de espinas:


Y la Cruz:

3 de abril de 2023

Lunes Santo

La Segunda Lectura del Oficio de Lecturas del Lunes Santo está tomada de los sermones de San Agustín ¹ y dice:


«Gloriémonos también nosotros en la cruz de nuestro Señor Jesucristo

La pasión de nuestro Señor y Salvador Jesucristo es una prenda de gloria y una enseñanza de paciencia.  Pues, ¿qué dejará de esperar de la gracia de Dios el corazón de los fieles, si por ellos el Hijo único de Dios, coeterno con el Padre, no se contentó con nacer como un hombre entre los hombres, sino que quiso incluso morir por mano de los hombres, que Él mismo había creado?

Grande es lo que el Señor nos promete para el futuro, pero es mucho mayor aún aquello que celebramos recordando lo que ya ha hecho por nosotros.  ¿Dónde estaban o quiénes eran los impíos, cuando por ellos murió Cristo?  ¿Quién dudará que a los santos pueda dejar el Señor de darles su vida, si Él mismo les entregó su muerte?  ¿Por qué vacila todavía la fragilidad humana en creer que un día será realidad el que los hombres vivan con Dios?

Lo que ya se ha realizado es mucho más increíble:  Dios ha muerto por los hombres.

Porque, ¿quién es Cristo, sino aquel de quien dice la Escritura:  En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios?  Esta Palabra de Dios se hizo carne y acampó entre nosotros.  Porque no habría poseído lo que era necesario para morir por nosotros, si no hubiera tomado de nosotros una carne mortal.  Así el inmortal pudo morir, así pudo dar su vida a los mortales; y hará que más tarde tengan parte en su vida aquellos de cuya condición Él primero se había hecho partícipe.  Pues nosotros, por nuestra naturaleza, no teníamos posibilidad, ni Él, por la suya, posibilidad de morir.  Él hizo, pues, con nosotros este admirable intercambio:  tomó de nuestra naturaleza la condición mortal, y nos dio de la suya la posibilidad de vivir.

Por tanto, no sólo debemos avergonzarnos de la muerte de nuestro Dios y Señor, sino que hemos de confiar en ella con todas nuestras fuerzas y gloriarnos en ella por encima de todo:  pues al tomar de nosotros la muerte, que en nosotros encontró, nos prometió con toda su fidelidad, que nos daría en sí mismo la vida que nosotros no podemos llegar a poseer por nosotros mismos.  Y si aquel que no tiene pecado nos amó hasta tal punto que por nosotros, pecadores, sufrió lo que habían merecido nuestros pecados, ¿cómo, después de habernos justificado, dejará de darnos lo que es justo?  Él, que promete con verdad, ¿cómo no va a darnos los premios de los santos, si soportó, sin cometer iniquidad, el castigo que los inicuos le infligieron?

Confesemos, por tanto, intrépidamente, hermanos, y declaremos bien a las claras que Cristo fue crucificado por nosotros:  y hagámoslo no con miedo, sino con júbilo, no con vergüenza, sino con orgullo.

El apóstol Pablo, que cayó en la cuenta de este misterio, lo proclamó como un título de gloria.  Y, siendo así que podía recordar muchos aspectos grandiosos y divinos de Cristo, no dijo que se gloriaba de estas maravillas –que hubiese creado el mundo, cuando, como Dios que era, se hallaba junto al Padre, y que hubiese imperado sobre el mundo, cuando era hombre como nosotros-, sino que dijo:  Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo».



Dos fotos que tomamos en febrero del año pasado en la iglesia de la Exaltación de la Cruz de la localidad de Capilla del Señor ilustran muy bien este hermoso texto, y, con él, nos ayudan a vivir con intensidad estos días de Semana Santa.

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¹  Sermón Güelferbitano 3:  PLS 2, 545-546