30 de septiembre de 2019

30 de septiembre: San Jerónimo

Dice el Martirologio: «Memoria de San Jerónimo, presbítero y Doctor de la Iglesia, el cual, nacido en Dalmacia, estudió en Roma, ciudad en la que cultivó con esmero todos los saberes y recibió el bautismo cristiano. Después, seducido por el valor de la vida contemplativa, se entregó a la existencia ascética al ir a Oriente, donde se ordenó de presbítero. Vuelto a Roma, fue secretario del papa Dámaso, hasta que, tras fijar su residencia en Belén de Judea, vivió una vida monástica dedicado a traducir y explicar las Sagradas Escrituras, revelándose como insigne doctor. De modo admirable fue partícipe en muchas necesidades de la Iglesia y, finalmente, llegado a una edad provecta, descansó en la paz del Señor».


San Jerónimo murió en Belén el 30 de septiembre del año 419 ó 420, a los 91 años; su Memoria «es conocida ya en el siglo VIII en Galia, y posteriormente se difunde por todo el Occidente (siglos IX - XI). Celebra al más grande erudito entre los escritores latinos de la antigüedad cristiana, tanto que ya en el ordinario de Inocencio III era saludado con la antífona "O Doctor"».  Jerónimo «fue venerado durante todo el medioevo, convirtiéndose en objeto de la más extravagante iconografía, que lo ha presentado no sólo con vestiduras cardenalicias, sino también con un león amansado, entre fieras pacíficas o entre mujeres tentadoras» (E. Lodi: "Los santos del Calendario Romano").


La imagen de San Jerónimo que vemos hoy está pintada en el techo de la antigua capilla del Carmelo San José ubicada en Humberto I  1352.  Tomé las fotos en mayo de 2017.

Prefacio de la Memoria de hoy en el Rito Ambrosiano:

Nosotros te proclamamos sabio y admirable
porque, haciendo resonar tu palabra,
nos ha revelado tu designio amoroso.

Por tu gracia, 
San Jerónimo penetró tan profundamente 
las Sagradas Escrituras,
que de este tesoro supo dispensar 
la antigua y nueva sabiduría,
incitándonos con su ejemplo a buscar sin fin 
en las páginas sagradas
a Cristo, tu Palabra viva.

28 de septiembre de 2019

Santa María "en sábado"


En esta Memoria sabatina de la Virgen, tan cercana en el almanaque a  la Memoria de Santa Teresita (1° de octubre), traemos a este blog una imagen de la Virgen de la Sonrisa, de la que la santa carmelita era  devota. 

La imagen, así como la oración que la acompaña, se expone en el exterior de la iglesia dedicada a Santa Teresa del Niño Jesús en Buenos Aires, sobre la calle Quirós.

27 de septiembre de 2019

27 de septiembre: San Cono

San Cono nació en el siglo XII en un pequeño pueblo de la provincia de Salerno, Italia, llamado Teggiano. Cono siente despertar desde muy pequeño su vocación de santidad; siendo apenas un niño decide solicitar el ingreso al monasterio benedictino de San Nicolás, pero no es aceptado.  Cono insiste, de incógnito, en otro monasterio de una ciudad más alejada. Sus padres lo siguen y para evitarlos Cono se esconde en un horno de pan, del que sale ileso. Al ver el milagro,  sus padres finalmente aceptan su llamado vocacional. El joven fray Cono lleva una vida de oración y trabajo en las labores más humildes. Cuando no tenía todavía 20 años, muere en la madrugada del 3 de junio de un año de comienzos del siglo XIII.  


El 3 de junio de 2017 mostramos una imagen de San Cono.  En ese día, 3 de junio, aparece el santo en el Martirologio. Pero en la  iglesia porteña dedicada a los Santos Sabino y Bonifacio hay una imagen en la que expresamente se menciona la fecha del 27 de septiembre.



Como sabemos, San Cono es especialmente venerado en el Río de la Plata. En el sitio de la diócesis uruguaya de Florida leemos que «el 27 de setiembre de 1261, los dos pueblos cercanos se disputaban los restos del monje benedictino. Finalmente deciden ponerlo en un carro y dejar que los bueyes decidan el camino. El rumbo fue el pueblo de Teggiano natal y ante la iglesia de su infancia los bueyes se echaron. Quien primero lo reconoció santo fue el pueblo mismo». De esta anécdota parece surgir la fecha del 27 de septiembre.

El culto a San Cono, muy antiguo, fue confirmado en 1871 por el Papa Pío IX, lo que equivale a una canonización. Los emigrantes teggianenses y en general del sur de Italia llevaron su culto a varias regiones del mundo, entre ellas a la Argentina. 

23 de septiembre de 2019

23 de septiembre: Aniversario de la Dedicación de la Catedral de Chascomús


Tal como lo explicamos el 9 de febrero, el aniversario de la Dedicación de la propia iglesia, el aniversario de la Dedicación de la Catedral local, y el aniversario de la Dedicación de la Catedral de Roma, son celebraciones que forman parte del Calendario Litúrgico de todos los templos católicos.

Hoy nos unimos a la celebración del Aniversario de la Dedicación de la Catedral de Chascomús, que es Solemnidad en esa diócesis.

La antigua iglesia consagrada a Nuestra Señora de la Merced en Chascomús fue elevada a la dignidad catedralicia tras la erección de la diócesis. 


Fue San Juan Pablo II quien creó la nueva jurisdicción mediante la Bula Universum Dominicum Gregem del 27 de marzo de 1980; el mismo día fue nombrado el primer obispo, monseñor Bufano. Pero fue sucesor, monseñor Montes, quien tuvo a su cargo la solemne dedicación del templo, como vimos en la primera foto.

En la foto que sigue, la cátedra episcopal, cerca de las imágenes de la Virgen de la Merced y de San Juan Bautista, Patronos de la diócesis.


Tomé las fotos de esta entrada en noviembre de 2017.

20 de septiembre de 2019

20 de septiembre: Santos Andrés Kim Taegon, Pablo Chong Hasang y compañeros

Se honra hoy conjuntamente a 103 mártires, encabezados por el presbítero Andrés Kim Taegön y el laico Pablo Chong Hasang: cristianos de todo estado, edad y condición, que dieron su testimonio en Corea entre 1839 y 1867. Fueron canonizados por San Juan Pablo II el 6 de mayo de 1984 en Seúl.


En el frente de la iglesia de los Santos Mártires Coreanos hay una especie de sencillos vitrales monocromos que representan a los valientes cristianos que dieron su vida por la fe en Corea. Es enorme la multitud de mártires de esa noble nación; de ellos, hoy se celebra al grupo de los 103 canonizados en 1984.

Claramente se distingue, entre la multitud de figuras representadas, a San Andrés Kim, que lleva -como es habitual en su iconografía- un destacado sombrero de copa.


Respecto del resto de las figuras, inferimos que se quiso representar a los numerosos mártires a quienes está consagrado el templo. 


Dijo Juan Pablo II en la ceremonia de canonización de los mártires que honramos hoy (la primera celebrada fuera de Roma en 700 años):

«La verdad sobre Jesucristo también llegó a la tierra de Corea. Llegó por medio de libros traídos de China. Y de una manera maravillosa, la gracia divina pronto llevó a vuestros ancestros eruditos a una búsqueda intelectual de la verdad y la Palabra de Dios y, por lo tanto, a una fe viva en el Salvador resucitado.

Anhelando una mayor participación en la fe cristiana, vuestros antepasados ​​enviaron a uno de ellos a Pekín en 1874, y allí fue bautizado. De esta buena semilla nació la primera comunidad cristiana en Corea, una comunidad única en la historia de la Iglesia, porque fue fundada únicamente por laicos. Esta Iglesia sin experiencia, tan joven y tan fuerte en su fe, ha resistido varias oleadas de persecución feroz. Así fue como, en menos de un siglo, ya contaba con decenas de miles de mártires. Los años 1791, 1801, 1827, 1839, 1846 y 1866 llevan para siempre la marca de sangre de sus mártires, y están impresos para siempre en vuestro corazón.

Los primeros cristianos, en los primeros cincuenta años, fueron asistidos sólo por dos sacerdotes, que vinieron de China, y por un corto período de tiempo; sin embargo, profundizaron su unidad en Cristo a través de la oración y el amor fraternal. No hicieron distinciones de clase, alentaron las vocaciones religiosas, y buscaron una unión cada vez más estrecha con su obispo en Pekín y con el Papa en la lejana Roma.

Después de solicitar el envío de más sacerdotes durante años, vuestros antepasados ​​dieron la bienvenida a los primeros misioneros franceses en 1836. Algunos de ellos también se encuentran entre los mártires que dieron su vida por la causa del Evangelio, que serán canonizados hoy durante esta celebración histórica.

El espléndido florecimiento de la Iglesia en Corea hoy es realmente el fruto del testimonio heroico de los mártires. 

(...) 

De Peter Yu, de trece años, a Mark Chong, de setenta y dos años, hombres y mujeres, clérigos y laicos, ricos y pobres, personas del pueblo y nobles, muchos de ellos descendientes de mártires desconocidos de tiempos anteriores, todos murieron con alegría por la causa de Cristo.

Escuchad las últimas palabras de Teresa Kwon, una de las primeras mártires: Dado que el Señor del cielo es el Padre de toda la humanidad y el Señor de toda la creación, ¿cómo puede pedirme que lo traicione? Incluso en este mundo, el que traiciona a su padre o madre no será perdonado. Con mayor razón no puedo traicionar al que es el Padre de todos nosotros.

(...)

Los mártires coreanos dieron su testimonio de Cristo crucificado y resucitado. A través del sacrificio de sus vidas, se han vuelto semejantes a Cristo de una manera muy especial. En verdad, podrían haber adoptado las palabras de San Pablo: Siempre llevamos en nuestros cuerpos los sufrimientos del Jesús moribundo, para que la vida de Jesús también se manifieste en nuestro cuerpo”».

17 de septiembre de 2019

17 de septiembre: San Roberto Belarmino



La imagen de San Roberto se venera en la iglesia jesuita de Nuestra Señora de los Milagros, en Santa Fe, donde tomamos la foto en julio de 2018; la biografía la tomamos del "Misal Romano y Devocionario" compuesto por el P. Natalio Díaz sj y publicado por Amorrortu en 1957 (el número "13" antes del nombre del santo se debe a que la Memoria de San Roberto Belarmino aparece en la fecha en que se celebraba en el calendario anterior: el 13 de mayo).

Oración Colecta:

Señor: tú que dotaste a San Roberto Bellarmino
de santidad y sabiduría admirables 
para defender la fe de tu Iglesia,
concede a tu pueblo, por su intercesión,
la gracia de vivir con la alegría
de profesar plenamente la fe verdadera.

16 de septiembre de 2019

16 de septiembre: San Juan Macías

En el Martirologio, San Juan Macías aparece inscripto en el día de hoy, con esta leyenda: «En Lima, en el Perú, san Juan Macías, religioso dominico, que, dedicado por mucho tiempo a oficios humildes, atendió con diligencia a pobres y enfermos y rezó asiduamente el Rosario por las almas de los difuntos (1645)». Sin embargo, su conmemoración aparece el 18 de septiembre en el Calendario Propio de la Orden de Predicadores.

Nació en Extremadura, España, en 1585. Cuando sus padres murieron, siendo él muy niño, quedó bajo el cuidado de un tío suyo que lo hizo trabajar como pastor. Después trabajó con un mercader a quien, en 1616, Juan acompañó a América.

Estuvo en Cartagena, Pasto y Quito, para finalmente instalarse de forma definitiva en el Perú. Primero trabajó en una hacienda en las afueras de la capital; allí descubrió su vocación a la vida religiosa. Por ello, un par de años después, decidió instalarse en Lima. Repartió todo lo que tenía entre los pobres e ingresó a la Orden de Predicadores como hermano lego en el convento de Santa María Magdalena, donde en 1622 tomó los hábitos.

Su vida, como señala el Martirologio, estuvo marcada por la oración, la penitencia y la caridad. Ocupó el cargo de portero;  y como la puerta del convento era el lugar de reunión de los mendigos, los enfermos y los desamparados,  allí tuvo ocasión de ofrecer ayuda y consuelo. Hasta el Virrey y los nobleza de la ciudad acudían a él en busca de consejo. Juan solía recorrer la ciudad en busca de limosna para repartir entre los pobres, a quienes daba el pan material y también buenos consejos y nobles exhortaciones sobre la vida cristiana. 

Murió el 16 de setiembre de 1645 y fue canonizado por Pablo VI en el Año Santo de 1975.

La imagen que vemos se venera en la Basílica del Rosario de Buenos Aires.

13 de septiembre de 2019

13 de septiembre: La Virgen del Milagro



En estos días de septiembre se celebran en Salta, con peculiar solemnidad y gran concurso de fieles, las fiestas del Señor y de la Virgen del Milagro.  Se trata de una celebración que tiene lugar ininterrumpidamente desde fines del siglo XVII.

Hoy, en la Arquidiócesis de Salta, se celebra con el grado litúrgico de Solemnidad a la Virgen del Milagro. Aunque la historia del Señor del Milagro comienza un siglo antes que la de la Virgen, nos centraremos ahora en los hechos vinculados con la imagen mariana.

Según la tradición, una imagen de la Inmaculada Concepción, que pertenecía a una familia de Salta, era llevada todos los años a la Iglesia Matriz (la actual Catedral de Salta) con ocasión de la fiesta de la Natividad de María. El 13 de septiembre de 1692 la imagen todavía se encontraba en ese templo. Ese día hubo fuertes terremotos; la cercana ciudad de Esteco, que era  el centro geográfico y comercial de la región, se hundió quedando totalmente arruinada. Ante estos hechos, los pobladores de Salta se dirigieron a orar a la iglesia. Allí, en medio del templo parcialmente destruido, se pudo ver a la imagen de María, caída de su hornacina, intacta -pese a la altura de la que había caído- y en actitud suplicante ante el Sagrario. Su rostro, además, cambiaba de color.  La imagen fue sacada al atrio y continuaron las plegarias, pero  los temblores no cesaban.

Un sacerdote jesuita,  José Carrión, aseguró que había escuchado una voz que con toda claridad le decía que mientras no sacasen la imagen de Cristo crucificado, que hacía un siglo estaba abandonada en el Altar de las Ánimas, no cesarían los terremotos. 
Se trataba de la imagen que hoy llamamos Señor de los Milagros, que había llegado a Salta en 1592 y permanecía prácticamente olvidada desde entonces. 
El crucifijo fue sacado en procesión. Los temblores cesaron el día 15. Desde entonces se celebran las fiestas que por ese motivo se llaman "del Milagro" y se renueva el "pacto de fidelidad" entre el Señor del Milagro (cuya Solemnidad  tiene lugar ese día) y el pueblo de Salta. Cabe destacar que de todos estos hechos se levantaron actas, que se conservan.
El Señor y la Virgen del Milagro recibieron la coronación pontificia en 1902.

Las fotos que ilustran esta entrada corresponden a unas réplicas que se veneran en la Basílica de San Ponciano, en La Plata

9 de septiembre de 2019

9 de septiembre: San Ciarano

En uno de los altares laterales de la Basílica de Luján hay una imagen de un santo ignoto, que no es posible hallar por su nombre en los santorales con los que trabajamos habitualmente. La foto que sigue la tomé en 2016; la subsiguiente (la base con el nombre del santo), en 2018.



Como se desprende de lo que acabo de relatar, ya en 2016 tenía una foto de la imagen de San Querado, pero volví a la Basílica Nacional en 2018 y nuevamente tomé fotografías de la estatua del misterioso santo, como esta que sigue:


Oportunamente investigué acerca de San Querado, quien resulta ser el abad San Ciarano, a quien corresponde esta entrada del Martirologio: «En el monasterio de Clonmacnoise, a orillas del río Shannon, en Hibernia, San Ciarano, presbítero y abad, fundador de dicho cenobio». 

Querado o Ciarano (también Querano, Queriano, Kiriano o Kieran) nació «en Irlanda a comienzos del s. VI. Fue educado en los monasterios de Inishmore y Clonard. Fundó con otros compañeros el monasterio de Clonmacnoise, en el que tuvo un gran crédito y fama de santo, y donde murió en el 549» ¹.  Se relatan numerosos hechos fabulosos de su vida, anécdotas relacionadas con sus virtudes y relatos de sus milagros. 

¹  José Luis Repetto Betes: «Todos los santos - Santos y beatos del Martirologio Romano» (Madrid, BAC, 2007)

4 de septiembre de 2019

4 de septiembre: San Moisés


El Martirologio Romano no sólo recoge las memorias de los santos, sino también las de algunos personajes destacados del Antiguo Testamento. Para hoy, por ejemplo, trae la «Memoria de San Moisés, profeta, a quien Dios eligió para liberar al pueblo oprimido en Egipto y conducirlo a la tierra de promisión. También se le reveló en el monte Sinaí, diciéndole: «Yo soy el que soy», y le propuso la Ley para regir la vida del pueblo elegido. Murió lleno de días en el monte Nebo, en tierra de Moab, a las puertas de la tierra de promisión». 

En la imagen, una de las representaciones más comunes de Moisés: haciendo brotar agua de la roca con su bastón. Es un relieve ubicado en una de las barandillas laterales que cierran el presbiterio de la Basílica del Espíritu Santo. El hecho que evoca está relatado en el libro de los Números (20, 2ss):
Como la comunidad no tenía agua, se produjo un amotinamiento contra Moisés y Aarón.
El pueblo promovió una querella contra Moisés diciendo: «¡Ojalá hubiéramos muerto cuando murieron nuestros hermanos delante del Señor! ¿Por qué trajeron a este desierto a la asamblea del Señor, para que muriéramos aquí, nosotros y nuestro ganado? ¿Por qué nos hicieron salir de Egipto, para traernos a este lugar miserable, donde no hay sembrados, ni higueras, ni viñas, ni granados, y donde ni siquiera hay agua para beber?».
Moisés y Aarón, apartándose de la asamblea, fueron a la entrada de la Carpa del Encuentro y cayeron con el rostro en tierra. Entonces se les apareció la gloria del Señor, y el Señor dijo a Moisés:
«Toma el bastón y convoca a la comunidad, junto con tu hermano Aarón. Después, a la vista de todos, manden a la roca que dé sus aguas. Así harás para ellos agua de la roca y darás de beber a la comunidad y a su ganado».
Moisés tomó el bastón que estaba delante del Señor, como él se lo había mandado. Luego Moisés y Aarón reunieron a la asamblea frente a la roca, y Moisés les dijo: «¡Escuchen, rebeldes! ¿Podemos hacer que brote agua de esta roca para ustedes?».
Y alzando su mano, golpeó la roca dos veces con el bastón. El agua brotó abundantemente, y bebieron la comunidad y el ganado.