29 de marzo de 2020

Domingo V de Cuaresma

Hoy, Quinto Domingo de Cuaresma del Ciclo A, se lee como Primera Lectura de la misa este fragmento del Libro de Ezequiel (37, 12-14):

Así habla el Señor:
Yo voy a abrir las tumbas de ustedes, los haré salir de ellas, y los haré volver, pueblo mío, a la tierra de Israel. Y cuando abra sus tumbas y los haga salir de ellas, ustedes, mi pueblo, sabrán que yo soy el Señor.
Yo pondré mi espíritu en ustedes, y vivirán; los estableceré de nuevo en su propio suelo, y así sabrán que yo, el Señor, lo he dicho y lo haré -oráculo del Señor-.


El Evangelio de la misa de hoy es el episodio de la resurrección de Lázaro (Juan  11, 1-45), que es representado en la pintura que vemos, que se encuentra en la Catedral Armenia de San Gregorio Iluminador .

27 de marzo de 2020

27 de marzo: Aniversario de la ordenación episcopal de monseñor Luis Collazuol

Hoy es el aniversario de la consagración episcopal del actual Obispo de Concordia,  monseñor Luis Collazuol, quien nació en la provincia de Santa Fe en 1948 y fue ordenado sacerdote en 1974. En 1997 fue elegido Obispo Titular de Elo y Auxiliar de Rosario. Recibió la consagración episcopal el 27 de marzo de 1998. En 2004 fue nombrado Obispo de Concordia, y tomó posesión de esa sede el 11 de octubre del mismo año.

La Diócesis de Concordia, en Entre Ríos, fue creada en 1961,  por Bula de San Juan XXIII.

Nos unimos a la fecha litúrgica con el escudo episcopal correspondiente, que vemos a continuación:


En la entrada del 24 de diciembre de 2011 de nuestro Blog hermano, Heráldica en la Argentina, nos ocupamos con detalle de este escudo episcopal.

25 de marzo de 2020

25 de marzo: Solemnidad de la Anunciación del Señor


El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate, llena de gracia!; el Señor está contigo».
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre,  reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin».
María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?».
El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios».
María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho». Y el Ángel se alejó.
(Evangelio de la Misa de la Solemnidad de hoy: Lucas 1,  26-38)

«Para la solemnidad de la Encarnación del Verbo, en el Calendario Romano, con decisión motivada, se ha restablecido la antigua denominación —Anunciación del Señor—, pero la celebración era y es una fiesta conjunta de Cristo y de la Virgen: el Verbo que se hace "hijo de María" (Mc 6, 3), de la Virgen que se convierte en Madre de Dios. Con relación a Cristo, el Oriente y el Occidente, en las inagotables riquezas de sus Liturgias, celebran dicha solemnidad como memoria del "fiat" salvador del Verbo encarnado, que entrando en el mundo dijo: "He aquí que vengo (...) para cumplir, oh Dios, tu voluntad" (cf. Hb 10, 7; Sal 39, 8-9); como conmemoración del principio de la redención y de la indisoluble y esponsal unión de la naturaleza divina con la humana en la única persona del Verbo. Por otra parte, con relación a María, como fiesta de la nueva Eva, virgen fiel y obediente, que con su "fiat" generoso (cf. Lc 1, 38) se convirtió, por obra del Espíritu, en Madre de Dios y también en verdadera Madre de los vivientes, y se convirtió también, al acoger en su seno al único Mediador (cf. 1Tim 2, 5), en verdadera Arca de la Alianza y verdadero Templo de Dios; como memoria de un momento culminante del diálogo de salvación entre Dios y el hombre, y conmemoración del libre consentimiento de la Virgen y de su concurso al plan de la redención» (Pablo VI: Exhortación Apostólica Marialis Cultus, 6).

La foto corresponde al frente de la iglesia de Santa María, ubicada en Avenida La Plata 286.

21 de marzo de 2020

21 de marzo: San Nicolás de Flüe

Hoy el Martirologio señala la Memoria de San Nicolás de Flüe, «que, por inspiración divina, deseoso de otro género de vida, dejó a su esposa y a sus diez hijos, y se retiró al monte para abrazar la vida de anacoreta, en la cual llegó a ser célebre por su dura penitencia y desprecio del mundo. Solamente una vez salió de su celda, y fue para apaciguar con una breve exhortación a quienes estaban a punto de enfrentarse en una guerra civil».

«Nicolás von Flüe, “Bruder Klaus, ocupa un lugar privilegiado en la estimación de sus conciudadanos (...) y puede asegurarse que ninguna figura religiosa en la historia de Suiza ha inspirado tan variada y voluminosa literatura», dice El Testigo Fiel, de donde también proceden los restantes párrafos que transcribamos en cursiva y entrecomillados.

Nació en 1417. Su madre, que era una mujer profundamente religiosa, educó a Nicolás (así como a su hermano Pedro) para que pertenecieran como ella a la hermandad de los «Amigos de Dios» (Gottesfreunde). Se trataba de una sociedad extendida por Alemania, Suiza y Holanda, cuyos miembros, mediante una vida estricta y una constante meditación de la Pasión, querían entrar en una íntima relación con Dios. Estaba formada por clérigos y laicos, y éstos de ambos sexos. 

Nicolás, desde pequeño, se destacó por su piedad, su amor a la paz y su sano criterio.  Se casó con una joven devota, y tuvieron diez hijos. A lo largo de su vida matrimonial Nicolás continuó las prácticas devotas de su juventud. Cuando tenía alrededor de cincuenta años se sintió atraído «a abandonar el mundo por completo y pasar el resto de sus días como ermitaño. Su esposa no se opuso, porque los «Amigos de Dios», reconocían tales vocaciones como venidas de lo alto. Nicolás renunció a sus cargos, dejó a su mujer y a sus hijos en el otoño de 1467, y partió descalzo y descubierta la cabeza, enfundado en un hábito oscuro, llevando un rosario y su báculo».

Se retiró a la soledad y pasó así los restantes 20 años de su vida. «Durante las primeras doce horas del día estaba en oración y contemplación y por las tardes entrevistaba a los que tomaban el camino de su ermita, buscando su consejo sobre asuntos espirituales o temporales. Dios le había dado el don de saber aconsejar». Compatriotas y extranjeros se sintieron atraídos por la fama de Nicolás, que además vivía sin comer ni beber y rara vez abandonaba su retiro. Sus sabios consejos también sirvieron para consolidar la paz y la unidad de la Confederación Suiza en 1481.

Murió el día que cumplía 70 años. De inmediato fue honrado en toda Suiza como patriota y como santo. Su culto fue confirmado en 1669 (lo que equivale a una beatificación); fue canonizado en 1947. 

Su imagen, cuya foto vemos junto a estas líneas, se venera en la iglesia de San Bonifacio, sobre la calle Cuba de nuestra ciudad de Buenos Aires.


ESTA FUE LA ENTRADA NÚMERO 500 DE ESTE BLOG.

20 de marzo de 2020

20 de marzo: Santa María Josefa del Corazón de Jesús



María Josefa Sancho de Guerra, tal su nombre de nacimiento, nació en Vitoria en 1842.  A los 18 años sintió la vocación religiosa e ingresó en el Instituto de las Siervas de María. En 1871 fundó en Bilbao el Instituto de las Siervas de Jesús, del que sería superiora durante los 41 años siguientes. La nueva institución tenía como finalidad la asistencia a los enfermos,  los ancianos, los niños y los desamparados.  La institución creció rápidamente: cuando María Josefa falleció, en 1912, tenía 43 casas fundadas y un millar de religiosas. Actualmente se halla extendida en 16 países y posee casi 100 casas repartidas en Europa, América y Filipinas.


Fue  declarada beata en 1992. En el año 2000 fue canonizada por Juan Pablo II.

La imagen que vemos hoy se venera en la iglesia de Nuestra Señora de Fátima en el barrio de Belgrano.

16 de marzo de 2020

16 de marzo: San José Gabriel del Rosario Brochero

En la Memoria de San José Gabriel Brochero, remitimos a  nuestros lectores, en primer lugar, a nuestra entrada de igual fecha del año pasado, en la que hicimos algunas referencias  biográficas acerca del santo.

En esta ocasión recordamos que en 2013, cuando el Cura Brochero fue beatificado, el Papa envió una carta a la Conferencia Episcopal Argentina, que ahora transcribimos casi en su totalidad, cambiando  en el primer renglón y en el último "beato" por "santo", ya que fue canonizado en 2016.

«Que finalmente el Cura Brochero esté entre los santos es una alegría y una bendición muy grande para los argentinos y devotos de este pastor con olor a oveja, que se hizo pobre entre los pobres, que luchó siempre por estar bien cerca de Dios y de la gente, que hizo y continúa haciendo tanto bien como caricia de Dios a nuestro pueblo sufrido.

Me hace bien imaginar hoy a Brochero párroco en su mula malacara, recorriendo los largos caminos áridos y desolados de los 200 kilómetros cuadrados de su parroquia, buscando casa por casa a los bisabuelos y tatarabuelos de ustedes, para preguntarles si necesitaban algo y para invitarlos a hacer los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola. Conoció todos los rincones de su parroquia. No se quedó en la sacristía a peinar ovejas.

El Cura Brochero era una visita del mismo Jesús a cada familia. Él llevaba la imagen de la Virgen, el libro de oraciones con la Palabra de Dios, las cosas para celebrar la Misa diaria. Lo invitaban con mate, charlaban y Brochero les hablaba de un modo que todos lo entendían porque le salía del corazón, de la fe y el amor que él tenía a Jesús.

José Gabriel Brochero centró su acción pastoral en la oración. Apenas llegó a su parroquia, comenzó a llevar a hombres y mujeres a Córdoba para hacer los ejercicios espirituales con los padres jesuitas. ¡Con cuánto sacrificio cruzaban primero las Sierras Grandes, nevadas en invierno, para rezar en Córdoba capital! Después, ¡cuánto trabajo para hacer la Santa Casa de Ejercicios en la sede parroquial! Allí, la oración larga ante el crucifijo para conocer, sentir y gustar el amor tan grande del corazón de Jesús, y todo culminaba con el perdón de Dios en la confesión, con un sacerdote lleno de caridad y misericordia. ¡Muchísima misericordia!

Este coraje apostólico de Brochero lleno de celo misionero, esta valentía de su corazón compasivo como el de Jesús que lo hacía decir: «¡Guay de que el diablo me robe un alma!», lo movió a conquistar también para Dios a personas de mala vida y paisanos difíciles. Se cuentan por miles los hombres y mujeres que, con el trabajo sacerdotal de Brochero, dejaron el vicio y las peleas. Todos recibían los sacramentos durante los ejercicios espirituales y, con ellos, la fuerza y la luz de la fe para ser buenos hijos de Dios, buenos hermanos, buenos padres y madres de familia, en una gran comunidad de amigos comprometidos con el bien de todos, que se respetaban y ayudaban unos a otros.

(...) 

Brochero era un hombre normal, frágil, como cualquiera de nosotros, pero conoció el amor de Jesús, se dejó trabajar el corazón por la misericordia de Dios. Supo salir de la cueva del «yo-me-mi-conmigo-para mí» del egoísmo mezquino que todos tenemos, venciéndose a sí mismo, superando con la ayuda de Dios esas fuerzas interiores de las que el demonio se vale para encadenarnos a la comodidad, a buscar pasarla bien en el momento, a sacarle el cuerpo al trabajo. Brochero escuchó el llamado de Dios y eligió el sacrificio de trabajar por su Reino, por el bien común que la enorme dignidad de cada persona se merece como hijo de Dios, y fue fiel hasta el final: continuaba rezando y celebrando la misa incluso ciego y leproso.

Dejemos que el Cura Brochero entre hoy, con mula y todo, en la casa de nuestro corazón y nos invite a la oración, al encuentro con Jesús, que nos libera de ataduras para salir a la calle a buscar al hermano, a tocar la carne de Cristo en el que sufre y necesita el amor de Dios. Solo así gustaremos la alegría que experimentó el Cura Brochero, anticipo de la felicidad de la que goza ahora como  santo en el cielo».

La imagen de la entrada de hoy se venera en la Catedral de Paraná. Tomamos la foto en julio de 2018.

15 de marzo de 2020

Domingo III de Cuaresma


Las fotos, que tomamos (en dos ocasiones distintas) desde una perspectiva inusual, muestran el techo de la Catedral de Buenos Aires, en la zona que corresponde al presbiterio. La escena representada en el panel es el encuentro de Jesús con la mujer samaritana junto al pozo de Jacob (Jn 4, 5-42), episodio que se proclama hoy,  en la misa del Tercer Domingo de Cuaresma del Ciclo A.




El texto bíblico es ampliamente conocido; no tan divulgada, en cambio, es la poesía que transcribimos a continuación, titulada "La samaritana". Su autor es el sacerdote argentino Clemente Ruppel (1913-1990), de la Congregación del Verbo Divino, de quien dijo Leonardo Castellani: "El P.Clemente Ruppel soporta la comparación con los mejores poetas argentinos actuales (...) Es un maestro de la lengua y el metro, un príncipe de la metáfora y un millonario de la fastuosa ornamentación". "Su libro —dice también Castellani en el mismo prólogo del libro "Poemas en nostalgia mayor" (Editorial Guadalupe, 1961)―  tiene como tres partes: una, la de los sonetos alejandrinos de tema religioso, factura refinada y contenido tierno y regocijado, no pocas veces netamente evangélico, como en esta pieza magistral: LA SAMARITANA".





Desciende el mediodía por la boca del pozo.
En su fondo navegan relámpagos de fragua.
En eso Dios irrumpe, jadeante y sudoroso,
el cielo como premio, por una copa de agua.

Por una copa de agua que su fiebre devora,
sin espera, y de manos de la mujer perdida,
de cuyo seno, enjuto de sed y piedra, aflora
una vertiente intacta que salta a eterna vida.

Camino de las casas un sol de fuego avanza.
Por él la pecadora redimida se lanza,
y a su paso frescuras de ráfaga despierta.

Y junto al pozo inútil, rabioso insatisfecho,
de nuevo se acurruca Dios Amor al acecho,
manantial de agua viva, sediento de agua muerta.

9 de marzo de 2020

9 de marzo: Aniversario de la ordenación episcopal de monseñor Alberto Germán Bochatey Chaneton

Monseñor Alberto Bochatey nació en 1955. Recibió la ordenación sacerdotal para la Orden de San Agustín el 24 de abril de 1981. En diciembre de 2012,  Benedicto XVI, lo designó Obispo Titular de Monte de Mauritania y Auxiliar de La Plata; recibió el Orden del episcopado el 9 de marzo de 2013.


Escudo episcopal:  Mantelado, 1° de gules, un libro con un corazón traspasado por una flecha, todo de oro; 2° de gules, una cruz griega de plata; 3° de plata, una estrella  de siete puntas de azur y en punta dos fajas ondeadas de lo mismo.

«Escudo de forma suiza. En la zona superior sobre un campo rojo, se presenta una figura de oro: un libro, la Sagrada Escritura, con un corazón que traspasado por la flecha de la Verdad, es encendido en el amor. Se indica de este modo la Orden de San Agustín, familia religiosa de la cual proviene el obispo.

A su lado, la bandera suiza hace presenta la cruz de Cristo y recuerda el origen de sangre de la familia Bochatey.

En el centro sobre un campo de plata, que representa pureza y transparencia, una estrella azul de siete puntas, hace presente a la Santísima Virgen María, invocada como “Sede de la Sabiduría”.

Al pie del escudo, dos bandas ondeadas en azul separadas en blanco, hacen referencia al agua, la cual simboliza tanto el origen de toda vida natural como la vida de la gracia en el bautismo. Al mismo tiempo, estos colores recuerdan la bandera argentina, patria de nacimiento y ámbito de la acción pastoral de Monseñor Bochatey.

El lema episcopal elegido “Veritas liberabit vos” (La Verdad los hará libres) está tomado de palabras dichas por Jesús en el Evangelio según San Juan 8, 32 con las cuales enseña que la Verdad, Cristo mismo, Verdad absoluta y objetiva, es quien libera al hombre por medio de la gracia, así como el pecado por el contrario, lo hace esclavo. Es una referencia a la acción pastoral del Obispo que fiel al Evangelio y al Magisterio de la Iglesia, según la teología agustiniana, se compromete a testimoniar, enseñar y anunciar la Verdad que junto con el Amor conforman la auténtica y plena libertad, identidad del creyente, que lo hace capaz de elevar y dirigir su corazón y su vida hacia Dios"».

6 de marzo de 2020

6 de marzo: Santa Coleta

El Martirologio Romano recoge hoy la Memoria  de Santa Coleta,  con estas palabras: «En Gante, en Flandes, Santa Coleta Boylet, virgen, que durante tres años llevó una austerísima vida, encerrada en una pequeña casa junto a la iglesia, y después, tras profesar en la Regla de san Francisco, recondujo muchos monasterios de clarisas a la forma primitiva de vida, insistiendo principalmente en el espíritu de pobreza y de penitencia (1447)».  En el calendario propio de los franciscanos, sin embargo, su Memoria se celebra el 7 de febrero.                              

Coleta -cuyo verdadero nombre de bautismo era Nicoleta, pues sus padres eran muy devotos de San Nicolás de Mira- nació en Corbie el año 1381. «Hija única y huérfana de padre y madre a los 18 años, distribuyó sus bienes entre los pobres y emprendió una variada experiencia religiosa, hasta profesar en las clarisas. Se sintió llamada por Dios a renovar su Orden y, con autorización pontificia, reformó y fundó monasterios. Aún en la actualidad son muchos los monasterios de "coletinas". Su impulso renovador benefició también a los franciscanos. Murió en Gante el 6 de marzo de 1447» (texto tomado de un sitio oficial franciscano).

Tomamos las fotos en noviembre pasado en la iglesia de San Ildefonso, en la que, en un cartel, se la llama "Santa Coleta de las Llagas".

1 de marzo de 2020

Domingo I de Cuaresma

En la misa del Primer Domingo de Cuaresma del actual Ciclo A se lee este fragmento del Evangelio de San Mateo:
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo:
—Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.
Pero él le contestó, diciendo:
—Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios".
Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le dice:
—Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras".
Jesús le dijo:
—También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios".
Después el diablo lo llevó a una montaña altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo:
—Todo esto te daré, si te postras y me adoras.
Entonces le dijo Jesús:
—Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto".
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.
(Mt 4, 1-11)

La luz de la foto es muy mala, pero permite entrever una hermosa obra de arte  del siglo XVII titulada "Cristo entre dos ángeles". Hemos elegido esta imagen no porque represente el Evangelio de hoy, sino porque parece aludir a la última frase de la perícopa: "Se acercaron los ángeles y le servían".


La imagen está expuesta en la Basílica del Santísimo Sacramento de la ciudad de Colonia (Uruguay).