29 de junio de 2019

29 de junio: Solemnidad de San Pedro y San Pablo

La Segunda Lectura de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo está tomada del libro de los Hechos de los Apóstoles (12, 1-11):
Por aquel entonces, el rey Herodes hizo arrestar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Mandó ejecutar a Santiago, hermano de Juan, y al ver que esto agradaba a los judíos, también hizo arrestar a Pedro. Eran los días de «los panes Ácimos». Después de arrestarlo, lo hizo encarcelar, poniéndolo bajo la custodia de cuatro relevos de guardia, de cuatro soldados cada uno. Su intención era hacerlo comparecer ante el pueblo después de la Pascua. Mientras Pedro estaba bajo custodia en la prisión, la Iglesia no cesaba de orar a Dios por él. La noche anterior al día en que Herodes pensaba hacerlo comparecer, Pedro dormía entre los soldados, atado con dos cadenas, y los otros centinelas vigilaban la puerta de la prisión. De pronto, apareció el Ángel del Señor y una luz resplandeció en el calabozo. El Ángel sacudió a Pedro y lo hizo levantar, diciéndole: «¡Levántate rápido!». Entonces las cadenas se le cayeron de las manos. El Ángel le dijo: «Tienes que ponerte el cinturón y las sandalias», y Pedro lo hizo. Después le dijo: «Cúbrete con el manto y sígueme». Pedro salió y lo seguía; no se daba cuenta de que era cierto lo que estaba sucediendo por intervención del Ángel, sino que creía tener una visión. Pasaron así el primero y el segundo puesto de guardia, y llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad. La puerta se abrió sola delante de ellos. Salieron y anduvieron hasta el extremo de una calle, y en seguida el Ángel se alejó de él. Pedro, volviendo en sí, dijo: «Ahora sé que realmente el Señor envió a su Ángel y me libró de las manos de Herodes y de todo cuanto esperaba el pueblo judío».
La escena está representada en la Catedral de Buenos Aires:


27 de junio de 2019

27 de junio: Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

Celebramos hoy una antigua y veneradísima advocación mariana, la de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. La imagen original es un antiguo icono, difícil de datar con precisión,  procedente de la isla de Creta y venerado en Roma en la iglesia de San Alfonso, a cargo de los redentoristas.  

Se  trata del icono llamado «Madre de Dios de la Pasión»; la Virgen tiene en sus brazos al Niño, quien observa con temor a dos ángeles (Gabriel y Miguel) que le muestran instrumentos de la Pasión,  y con sus dos manitas aprieta la derecha de su Madre, que mira al observador. Otros mil detalles encantadores tiene la hermosa imagen. 


En el frente de la iglesia parroquial porteña dedicada a esta advocación, sobre la calle Irigoyen, hay una reproducción escultórica de la imagen de la Virgen con el Niño y dos ángeles a sus lados.

Y en el edificio del colegio adjunto puede verse esta otra imagen, que reproduce el escudo del instituto educativo, donde nuevamente vemos la imagen de María con su Hijo, en este caso acompañados de una bella corona de flores y el texto "Deus charitas est", "Dios es amor":


De la página Devocionario Católico tomamos esta oración a la Virgen del Perpetuo Socorro, con la que cerramos esta entrada:

Oh Madre del Perpetuo Socorro, en cuyos brazos el mismo Niño Jesús parece buscar seguro refugio: ya que a ese mismo Dios, hecho Hijo tuyo, como tierna Madre lo estrechas contra tu pecho y sujetas sus manos con tu diestra, no permitas, Señora, que ese mismo Jesús ofendido por nuestras culpas, descargue sobre el mundo el brazo de su irritada justicia; sé tú nuestra poderosa Medianera y Abogada, y detenga tu maternal socorro los castigos que hemos merecido. En especial, Madre mía, concédeme la gracia que te pido.

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22 de junio de 2019

Santa María "en sábado"


Hoy se puede celebrar la memoria de Santa María en sábado. Lo hacemos con esta hermosísima imagen que se venera en la Basílica del Santísimo Sacramento. Justamente está representada la Virgen con la advocación de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento (el Niño que está en sus brazos sostiene un cáliz y una hostia), y publicamos esta foto precisamente hoy, ya que mañana se celebra la Solemnidad de Corpus Christi.

“En cierto sentido, María ha practicado su fe eucarística antes incluso de que ésta fuera instituida, por el hecho mismo de haber ofrecido su seno virginal para la encarnación del Verbo de Dios. La Eucaristía, mientras remite a la pasión y la resurrección, está al mismo tiempo en continuidad con la Encarnación. María concibió en la anunciación al Hijo divino, incluso en la realidad física de su cuerpo y su sangre, anticipando en sí lo que en cierta medida se realiza sacramentalmente en todo creyente que recibe, en las especies del pan y del vino, el cuerpo y la sangre del Señor.
Hay, pues, una analogía profunda entre el fiat pronunciado por María a las palabras del Ángel y el amén que cada fiel pronuncia cuando recibe el cuerpo del Señor. A María se le pidió creer que quien concibió «por obra del Espíritu Santo» era el «Hijo de Dios» (cf. Lc 1, 30.35). En continuidad con la fe de la Virgen, en el Misterio eucarístico se nos pide creer que el mismo Jesús, Hijo de Dios e Hijo de María, se hace presente con todo su ser humano-divino en las especies del pan y del vino”. 
(San Juan Pablo II, Encíclica Ecclesia de Eucharistian. 55)


Esta maternidad suya ha sido comprendida y vivida particularmente por el pueblo cristiano en el sagrado Banquete —celebración litúrgica del misterio de la Redención—, en el cual Cristo, su verdadero cuerpo nacido de María Virgen, se hace presente. Con razón la piedad del pueblo cristiano ha visto siempre un profundo vínculo entre la devoción a la Santísima Virgen y el culto a la Eucaristía; es un hecho de relieve en la liturgia tanto occidental como oriental, en la tradición de las Familias religiosas, en la espiritualidad de los movimientos contemporáneos incluso los juveniles, en la pastoral de los Santuarios marianos. María guía a los fieles a la Eucaristía”.
 (San Juan Pablo II, Encíclica Redemptoris Matern. 44)

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17 de junio de 2019

El Señor de Sumalao

En la Arquidiócesis de Salta se venera hoy como Memoria Obligatoria al Señor de Sumalao. 

Se trata de una pintura cuzqueña al óleo de principios del siglo XVII.  Según la tradición, estaba destinada a la provincia de San Juan, pero mientras era trasladada, la mula que la llevaba regresaba reiteradamente al mismo lugar, junto a un algarrobo, en la localidad de Sumalao. Esta circunstancia se tomó como un indicio de la voluntad divina de quedarse allí.


El cuadro cuya imagen vemos se exhibe en la iglesia de Jesús de Nazaret de la ciudad de Buenos Aires. Reproduce el original salteño; representa al Señor crucificado, flanqueado por la Virgen María y San Juan.

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15 de junio de 2019

Santa María "en sábado"

En esta nueva conmemoración sabatina de la Santísima Virgen compartimos una foto que tomamos en Asunción del Paraguay el 31 de diciembre de 2017. 



Se trata de una imagen de la Madre de Dios en una advocación recientemente aprobada: la Virgen María Ama de Casa. En un comunicado oficial de la Arquidiócesis de la Santísima Asunción, fechado el 8 de marzo de 2016,  se informa que aproximadamente desde 2013 «un grupo de mujeres devotas se reunían, encomendaban sus tareas domesticas y sus familias a la Virgen María y tuvieron la necesidad de contar con la  advocación de la Virgen María Ama de Casa. El Arzobispo Metropolitano, Monseñor Edmundo Valenzuela  a pedido de este grupo de personas aprueba la advocación y la imagen, que tiene a la Virgen con un niño en brazos, una bolsa llena de productos típicos del Paraguay, un cántaro de agua y está vestida con un traje típico de ñanduti que simboliza a las mujeres amas de casa del Paraguay».

Una imagen de esa advocación quedó en aquel momento «a la exposición de todos los fieles a la entrada de la Catedral Metropolitana hasta que el crecimiento de la devoción y la piedad popular permitan su traslado a un futuro oratorio o capilla no definido actualmente». Sin embargo, la imagen que ilustra esta entrada es de otro templo asunceno: el consagrado al Niño Jesús de Praga, de cuyo altar vemos a continuación una foto tomada el mismo día:



«Esta expresión de la religiosidad popular -sigue diciendo el comunicado- goza de la aprobación eclesiástica desde el momento de su bendición», la que tuvo lugar el 7 de marzo de 2016 en una celebración presidida por el Arzobispo Emérito monseñor Pastor Cuquejo. Poco más tarde, según leemos en un sitio de un particular, fue aprobada esta oración a la Virgen María Ama de Casa
Señora: discípula y misionera de tu Hijo Jesús, frente a ti y a tus pies pongo mis tareas, las repetidas, diarias y necesarias labores de  la casa, dentro y fuera de ella, y las responsabilidades que tengo con mi familia.
Deseo me ayudes a realizarlas con amor y alegría como tú las hacías para  tu Divino Hijo y tu Santo Esposo.
Ayúdame a  admirar en cada tarea bien hecha, el brillo del rostro de Dios en las cosas cotidianas.
Ayúdame a mejorar  cada día  mi vida y  la de los que amo, a fin de que el Padre, y Tu Hijo Amantísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo,  a través de tu mediación, me bendigan hoy y siempre.   Amén.

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12 de junio de 2019

12 de junio: Aniversario de la ordenación episcopal de monseñor Dante Braida


Hoy se celebra el aniversario de la consagración episcopal de monseñor Dante Braida, que tuvo lugar en 2015.  Para las indicaciones litúrgicas al respecto, véase nuestra entrada del 6 de mayo pasado.




En agosto de 2016 publicamos su escudo episcopal en nuestro Blog sobre Heráldica en la Argentina. Pero desde entonces a monseñor Braida le fueron encomendadas otras tareas pastorales. Actualizamos, pues, la información: nacido en 1968, Dante Gustavo Braida Lorenzón fue ordenado presbítero en su ciudad natal (Reconquista, Santa Fe) en 1996. Ordenado obispo en 2015, fue Auxiliar de Mendoza y, entre diciembre de 2017 y mayo de 2018, Administrador Apostólico "Sede Vacante" de esa misma arquidiócesis, a la muerte del entonces Arzobispo de Mendoza, monseñor Franzini. En diciembre de 2018 monseñor Braida fue trasladado a La Rioja; es el actual obispo de esa sede.

El escudo que publicamos hoy tiene algo que no tenía el que compartimos en Heráldica en la Argentina:  el galero episcopal.  Además, está mejor diseñado. Esta versión procede de Wikipedia.

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10 de junio de 2019

María, Madre de la Iglesia

La Memoria de María, Madre de la Iglesia estuvo siempre en el Calendario Litúrgico de la Argentina, pero desde el año pasado se celebra como Memoria Obligatoria en toda la Iglesia Universal por decisión del Papa, manifestada en este decreto de la Sagrada Congregación para el Culto Divino: 

«La gozosa veneración otorgada a la Madre de Dios por la Iglesia en los tiempos actuales, a la luz de la reflexión sobre el misterio de Cristo y su naturaleza propia, no podía olvidar la figura de aquella Mujer (cf. Gál 4,4), la Virgen María, que es Madre de Cristo y, a la vez, Madre de la Iglesia.

Esto estaba ya de alguna manera presente en el sentir eclesial a partir de las palabras premonitorias de San Agustín y de San León Magno. El primero dice que María es madre de los miembros de Cristo, porque ha cooperado con su caridad a la regeneración de los fieles en la Iglesia; el otro, al decir que el nacimiento de la Cabeza es también el nacimiento del Cuerpo, indica que María es, al mismo tiempo, madre de Cristo, Hijo de Dios, y madre de los miembros de su cuerpo místico, es decir, la Iglesia. Estas consideraciones derivan de la maternidad divina de María y de su íntima unión a la obra del Redentor, culminada en la hora de la cruz.

En efecto, la Madre, que estaba junto a la cruz (cf. Jn 19, 25), aceptó el testamento de amor de su Hijo y acogió a todos los hombres, personificados en el discípulo amado, como hijos para regenerar a la vida divina, convirtiéndose en amorosa nodriza de la Iglesia que Cristo ha engendrado en la cruz, entregando el Espíritu. A su vez, en el discípulo amado, Cristo elige a todos los discípulos como herederos de su amor hacia la Madre, confiándosela para que la recibieran con afecto filial.



María, solícita guía de la Iglesia naciente, inició la propia misión materna ya en el cenáculo, orando con los Apóstoles en espera de la venida del Espíritu Santo (cf. Hch 1,14). Con este sentimiento, la piedad cristiana ha honrado a María, en el curso de los siglos, con los títulos, de alguna manera equivalentes, de Madre de los discípulos, de los fieles, de los creyentes, de todos los que renacen en Cristo y también «Madre de la Iglesia», como aparece en textos de algunos autores espirituales e incluso en el magisterio de Benedicto XIV y León XIII.

De todo esto resulta claro en qué se fundamentó el Beato Pablo VI, el 21 de noviembre de 1964, como conclusión de la tercera sesión del Concilio Vaticano II, para declarar a la bienaventurada Virgen María «Madre de la Iglesia, es decir, Madre de todo el pueblo de Dios, tanto de los fieles como de los pastores que la llaman Madre amorosa», y estableció que «de ahora en adelante la Madre de Dios sea honrada por todo el pueblo cristiano con este gratísimo título».

Por lo tanto, la Sede Apostólica, especialmente después de haber propuesto una misa votiva en honor de la bienaventurada María, Madre de la Iglesia, con ocasión del Año Santo de la Redención (1975), incluida posteriormente en el Misal Romano, concedió también la facultad de añadir la invocación de este título en las Letanías Lauretanas (1980) y publicó otros formularios en el compendio de las misas de la bienaventurada Virgen María (1986); y concedió añadir esta celebración en el calendario particular de algunas naciones, diócesis y familias religiosas que lo pedían.

El Sumo Pontífice Francisco, considerando atentamente que la promoción de esta devoción puede incrementar el sentido materno de la Iglesia en los Pastores, en los religiosos y en los fieles, así como la genuina piedad mariana, ha establecido que la memoria de la bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, sea inscrita en el Calendario Romano el lunes después de Pentecostés y sea celebrada cada año.

Esta celebración nos ayudará a recordar que el crecimiento de la vida cristiana, debe fundamentarse en el misterio de la Cruz, en la ofrenda de Cristo en el banquete eucarístico, y en la Virgen oferente, Madre del Redentor y de los redimidos.

Por tanto, tal memoria deberá aparecer en todos los Calendarios y Libros litúrgicos para la celebración de la Misa y de la Liturgia de las Horas: los respectivos textos litúrgicos se adjuntan a este decreto y sus traducciones, aprobadas por las Conferencias Episcopales, serán publicadas después de ser confirmadas por este Dicasterio.

Donde la celebración de la bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, ya se celebra en un día diverso con un grado litúrgico más elevado, según el derecho particular aprobado, puede seguir celebrándose en el futuro del mismo modo».

La imagen de la Virgen con los Apóstoles el día de Pentecostés, es decir en el nacimiento de la Iglesia, nos parece representativa del misterio que hoy celebramos. Tomamos la foto en 2015 en la iglesia de San Gabriel de la Dolorosa.

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8 de junio de 2019

8 de junio: Aniversario de la Dedicación de la Catedral de Gualeguaychú

En el Calendario Litúrgico de la Argentina se recuerda hoy el Aniversario de la Dedicación de la Catedral de Gualeguaychú, como siempre en estos casos con la categoría de Solemnidad en la misma catedral y de Fiesta en todas las demás iglesias de la diócesis.

Por eso mostramos hoy fotos del frente del templo, de símbolos pontificios y episcopales que se ven en su interior y en su frente,  y, de manera particular, de la cátedra episcopal.







Oración Colecta de la Misa del Común de la Dedicación de una iglesia, en el Aniversario de la Dedicación,  fuera de la iglesia dedicada:

Dios nuestro, que construyes un templo eterno para ti
con las piedras vivas que son tus elegidos,
multiplica en tu Iglesia la gracia que le has dado,
para que tu pueblo fiel continúe edificando la Jerusalén celestial.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.




Fotos que tomé en los veranos de 2014 y 2015.

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7 de junio de 2019

7 de junio: Beata Ana de San Bartolomé

«En los escritos de Santa Teresa de Ávila se pueden encontrar varias alusiones a una joven hermana lega, llamada Ana de San Bartolomé, compañera suya predilecta y a quien describió como «una muy buena sierva de Dios». (...) La muchacha fue pastora hasta los veinte años, cuando consiguió que la admitiesen en el convento de carmelitas de San José de Ávila; fue entonces cuando conoció a Santa Teresa», quien «durante los últimos siete años de su vida la llevó consigo a todas partes y declaró que, para sus trabajos de fundaciones y reformas, no había mejor compañera que Ana». Pese a la insistencia de la santa para que hiciera profesión religiosa, Ana prefería ser hermana lega. «La propia Ana nos ha dejado una crónica muy gráfica de la jornada que hizo, en compañía de la «Doctora de Ávila», de Medina hasta Alba de Tormes, así como una narración sobre los últimos momentos de la santa (...) Fue en los brazos de Ana de San Bartolomé donde santa Teresa exhaló su último aliento».

Ana continuó luego su vida en el convento de Ávila durante otros seis años;  entonces le tocó -a instancia de Ana de Jesús, la sucesora de Teresa-  encabezar el establecimiento de las Carmelitas Descalzas en Francia. Para ello la superiora decidió que la antigua compañera de Teresa debía ser religiosa y la hizo profesar sus votos inmediatamente. Por diversas dificultades, «cinco de las seis monjas españolas se trasladaron a Holanda en busca de un ambiente más propicio. Ana se quedó en Francia y fue nombrada superiora en la casa de Pontoise y luego en la de Tours». La perspectiva de gobernar  una comunidad la hundió al principio  en el desconsuelo; cuando oraba ante el Santo Cristo insistía en su incapacidad y en su indignidad para desempeñar el cargo «y repetía, una y otra vez, que ella no era más que un poco de paja. Ahí mismo, al pie de la cruz, recibió una contestación que la dejó llena de consuelo y fortaleza: «Con la paja yo enciendo mis hogueras», respondió el Señor. A los pocos días se anunció que ya se habían abierto casas de carmelitas en los Países Bajos». Tras un año en la ciudad de Mons, «en 1612 hizo su propia fundación en Amberes, y ahí acudieron pronto y en gran número las herederas de las más nobles familias holandesas, ansiosas todas de emprender la marcha por el camino de la perfección, conducidas por una religiosa que, aun en vida, era considerada como una santa, dotada con los dones de profetizar y hacer milagros. En dos ocasiones en que Amberes quedó sitiada por las fuerzas del príncipe de Orange y a punto de ser capturada, la madre Ana estuvo en oración toda la noche y la ciudad quedó a salvo. A raíz de esto, la monja carmelita fue declarada, por aclamación popular, defensora y protectora de Amberes. Su muerte, ocurrida en 1626, dio motivo a una extraordinaria demostración de duelo, en la que más de veinte mil personas desfilaron ante su cadáver, expuesto durante tres días, para tocarlo con rosarios y otros objetos de devoción. Muchos años más tarde, la ciudad seguía venerando su memoria con procesiones anuales en las que los miembros del Concejo Municipal, con velas en las manos, encabezaban la marcha hasta el convento. Ana de San Bartolomé fue beatificada en 1917».

Los párrafos entrecomillados y en cursiva pertenecen a El Testigo Fiel.

La imagen se venera en la iglesia y convento carmelita de Corpus Christi en Buenos Aires.

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2 de junio de 2019

Solemnidad de la Ascensión del Señor



Dios nuestro, en este día tu Hijo ha subido a los cielos
ante la mirada de los apóstoles;
concédenos que, según su promesa,
él permanezca siempre con nosotros en la tierra
y nosotros merezcamos vivir con él en el cielo.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

(Oración Colecta de la Misa vespertina de la Vigilia)


« ... Recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, 
y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, 
y hasta los confines de la tierra». 
Dicho esto, los Apóstoles lo vieron elevarse, y una nube lo ocultó de la vista de ellos. 
Como permanecían con la mirada puesta en el cielo mientras Jesús subía, 
se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: 
«Hombres de Galilea, ¿por qué siguen mirando al cielo? 
Este Jesús que les ha sido quitado y fue elevado al cielo, 
vendrá de la misma manera que lo han visto partir».

(Fragmento de la Primera Lectura de hoy)

Tomé las fotos en julio de 2017 en la iglesia ortodoxa rusa de Parque Lezama.

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