30 de junio de 2021

30 de junio: San Ladislao

El Martirologio trae hoy la Memoria de San Ladislao I, Rey de Hungría.



«En Nitra, en los montes Cárpatos, muerte de San Ladislao, Rey de Hungría, que restableció en su reino las leyes cristianas dictadas por San Esteban, reformando las costumbres y dando él mismo ejemplo de virtud. Propagó fervientemente la fe cristiana en Croacia, que había sido incorporada al reino húngaro, estableciendo la sede episcopal de Zagreb. Murió cuando se disponía a una guerra con Bohemia y fue enterrado en Varadino, en Transilvania».

Ladislao, dice El Testigo Fiel, «pasó la niñez y la juventud en un ambiente cargado de intrigas políticas y dinásticas»; en ese estado de cosas, «ocupó el trono de Hungría en el año 1077. Inmediatamente fueron negados sus derechos reales por su hermanastro Salomón, quien tomó las armas contra él». Salomón fue derrotado por el rey.

Ladislao «desde temprana edad dio muestras de poseer todas las virtudes que deben adornar a un hidalgo y noble caballero. A una estatura descomunal, que le permitía sacar la cabeza y hasta los hombros por encima de cualquier muchedumbre, unía la fuerza de un toro y el valor de un león, pero todos estos atributos estaban en él atenuados por una cortés afabilidad, y una gentileza que conquistaba a todos inmediatamente. Su piedad, tan fervorosa como bien equilibrada, se expresaba en su celo por la fe, en el escrupuloso cumplimiento de sus deberes religiosos, en su estricta moral y en la austeridad de su vida. Se había despojado de toda ambición personal y, sólo por su sentido de la obligación aceptada la dignidad que le habían echado sobre las espaldas. En persecución de una política dictada por sus sentimientos religiosos y patrióticos, Ladislao se vinculó estrechamente al Papa Gregorio VII y a los otros oponentes del emperador Enrique IV de Alemania. Abrazó la causa del rival de Enrique, Ruperto de Suabia, y se casó ron Adelaida, la hija del duque Welfo de Baviera, el más poderoso de los aliados de Ruperto. Dentro del propio territorio de Hungría el rey tuvo que soportar numerosas invasiones por parte de los «kuman» y otras tribus, pero a todas las rechazó triunfalmente e hizo lo más que pudo para atraer a los bárbaros a la civilización y al cristianismo; al mismo tiempo, en su reino otorgó la libertad religiosa a los judíos y los ismaelitas (mahometanos). A solicitud suya, la Santa Sede reconoció como dignos de veneración al rey Esteban I, a su hijo Emeric, así como a Gerardo, el obispo mártir.

Ladislao gobernó con mano firme, tanto en los asuntos civiles como en los eclesiásticos; así se puso de manifiesto en el curso de la dieta de Szabolcs, y en el año 1091, cuando su hermana Elena, la reina de los croatas, le pidió ayuda en contra de los asesinos de su esposo, Ladislao en persona acudió a socorrerla, restableció el orden en Croacia y estableció la sede de Zagreb. Cuando Elena murió sin haber tenido hijos, Ladislao anexó Croacia a Hungría y Dalmacia a la República de Venecia, no obstante las promesas y las amenazas del emperador de Constantinopla. Sin embargo, el Papa Urbano II recurrió al Emperador en busca de apoyo para organizar la primera Cruzada y, los reyes de Francia, España e Inglaterra, eligieron a Ladislao como el comandante en jefe de la expedición. Pero no tuvo ocasión de partir con los cruzados, porque la muerte le sorprendió repentinamente en la ciudad de Nitra, en Bohemia, a principios del año 1095. Sólo tenía cincuenta y cinco años de edad.

El cuerpo de San Ladislao se llevó a Nagy Varad (Oradea Mare, en Transilvania) para sepultarlo en la ciudad que había fundado y en la catedral que construyó. Desde el momento de su muerte, se le honró como a un santo y a un héroe nacional. Sus proezas dieron el tema para innumerables baladas, trovas y leyendas populares entre los magiares. Sus reliquias fueron solemnemente guardadas en un santuario, en el año 1192. En ese mismo año se afirma que fue canonizado por el papa Celestino III (aunque no parece que se haya conservado la bula correspondiente)».

El vitral que fotografiamos forma parte de la iglesia Inmaculada Concepción del barrio de Almagro.

29 de junio de 2021

29 de junio: Solemnidad de San Pedro y San Pablo


Un hermoso vitral que registramos en la antigua iglesia porteña dedicada a San Juan Evangelista en 2012 (mucho antes de que naciera este blog) muestra a San Pedro y San Pablo con sus atributos iconográficos habituales (llave el primero, espada el segundo, libros ambos).

Himno de II Vísperas:

O Roma felix, quae tantórum príncipium 
es purpuráta pretióso sánguine ! 
Excéllis omnem mundi pulchritúdinem 
non laude tua, sed sanctórum méritis, 
quos cruentátis iugulásti gládiis.

Vos ergo modo, gloriási mártyres, 
Petre beáte, Paule, mundi lílium, 
caeléstis aulae triumpháles mílites, 
précibus almis vestris nos ab ómnibus 
muníte malis, ferte super aethera.

Dichosa tú, Roma, purpurada por la sangre preciosa de tan grandes Apóstoles, 
que aventajas a cuanto hay de bello en el mundo, no tanto por tu fama, 
cuanto por los méritos de los santos, que martirizaste con espada sanguinaria.

Ahora, pues, vosotros, mártires gloriosos, Pedro bienaventurado, Pablo, lirio del mundo,
soldados triunfadores en el Palacio del Cielo: haced que, por medio de vuestras preces,
nos veamos defendidos de todo mal y llevados al Paraíso.

El himno fue compuesto por Paulino de Aquileya ( + 802 ) y consta de varias estrofas, dos de las cuales, que transcribimos, se usan en las  II Vísperas.

22 de junio de 2021

22 de junio: Santo Tomás Moro

El Martirologio Romano 

registra hoy 

la memoria de dos santos ingleses:  

«Santos Juan Fisher, obispo, 

y  Tomás Moro, mártires, 

que, por no aceptar el matrimonio 

del rey Enrique VIII 

y mantenerse fieles al primado 

del Romano Pontífice, 

fueron encarcelados 

en la Torre de Londres. 

Juan Fisher, obispo de Rochester, varón conocido por su erudición y por la dignidad de vida, fue degollado este día ante la cárcel, por mandato del rey. 

Tomás Moro, padre de familia, de vida integérrima, presidente del consejo real, por mantenerse fiel a la Iglesia Católica murió el día 6 de julio, uniéndose así al martirio del obispo».

La imagen que ilustra esta entrada puede verse en el exterior del templo parroquial consagrado a  Santo Tomás Moro, de la localidad  de Vicente López.

Del sitio Vatican News tomamos los siguientes datos biográficos.

«Grande era su reputación de hombre recto y jovial, juez justo, culto y estimado por los humanistas europeos, tanto que Erasmo de Rotterdam le dedicó su "Elogio de la locura". Fue muy amado por el pueblo por su caridad, y también muy conocido por su sentido del humor y su fino intelecto, como se evidencia en sus obras y su vida. Pero Tomás Moro era, ante todo, un hombre de fe. Hijo de un abogado, nació en Londres en 1478. En su vida privada visitaba con frecuencia a los franciscanos de Greenwich y pasó un período en la Cartuja de Londres. Su primer matrimonio fue con Jane Colt de quien tuvo 4 hijos y luego, quedando viudo, se casó con Alice Middleton. Fiel esposo y buen padre, se dedicó a la educación intelectual y religiosa de sus hijos, en su casa siempre abierta a los amigos.

En su vida pública lo vemos trabajando como miembro del Parlamento y ocupando varios puestos diplomáticos. En 1516 escribió su obra más conocida, "La Utopía". Enseguida fue juez, presidente de la Cámara de los Comunes y como consejero y secretario del rey, luchó contra la Reforma Protestante. Contribuyó a la redacción de "La defensa de los siete sacramentos", obra que le había valido a Enrique VIII el título de Defensor de la Fe. Su ascenso fue veloz e incomparable hasta llegar a la cima. De hecho fue el primer laico en ser nombrado Gran Canciller. Estamos en 1529. En este turbulento contexto político y religioso, sólo unos pocos años después, en 1532, su vida cambiará de manera decisiva. Tomás sintió que debía renunciar a sus encargos políticos y entonces iniciará otra vida, pero esta vez de pobreza y de abandono para él y su familia.

Su historia está entrelazada con la vida del Rey Enrique VIII, quien, habiendo decidido casarse con Ana Bolena, obligó al Arzobispo Thomas Cranmer a que declarase nulo su matrimonio con Catalina de Aragón y luego, en una escalada de oposición al Papa Clemente VII, se autoproclamó como el Jefe Supremo de la Iglesia de Inglaterra. En 1534 el parlamento ratificó la decisiòn del rey con el Acta de Supremacía y el Acta de Sucesión. No obstante que Tomás ya se había retirado del mundo político, en tal situaciòn tan crítica, confirmó valientemente su lealtad al Papa y por eso, en 1534 fue encarcelado en la Torre de Londres, pero esto no fue suficiente para hacerlo retractar. Su "línea defensiva", que era la del silencio, no fue suficiente para salvar su vida. Fue sometido a un juicio, en el curso del cual pronunció una famosa defensa sobre la indisolubilidad del matrimonio, sobre el respeto del patrimonio jurídico inspirado en los valores cristianos y acerca de la libertad de la Iglesia ante el Estado. Fue injustamente condenado por alta traición y decapitado el 6 de julio, pocos días después de que Juan Fisher, del que era un gran amigo, fuera también condenado por las mismas ideas. Por eso, la Iglesia los recuerda a los dos juntos el 22 de junio. Santo Tomás Moro fue un hombre muy apasionado por la verdad y en el discurso de Benedicto XVI en Westminster Hall leemos: "Quisiera recordar la figura de Santo Tomás Moro, el gran erudito inglés y hombre de Estado, quien es admirado por creyentes y no creyentes por la integridad con la que fue fiel a su conciencia, incluso a costa de contrariar al soberano de quien era un “buen servidor”, pues eligió servir primero a Dios"».

21 de junio de 2021

21 de junio: San Luis Gonzaga

 

San Luis Gonzaga «es el santo patrón de la juventud; por esta razón, me gusta recordar algunos temas que he extraído de la historia de este gran santo y que me parecen muy actuales. En primer lugar, quiero recordaros que Luis Gonzaga pudo tomar decisiones importantes para su vida, sin dejarse llevar por el carisma y el dios del dinero. ¡Hay una gran necesidad de jóvenes que sepan cómo actuar de esta manera, anteponiendo el bien común a los intereses personales! Para tener éxito en esto es necesario cuidar la propia interioridad, a través del estudio, la investigación, el diálogo educativo, la oración y la escucha de la conciencia. 

(...) 

De San Luis es conocida la capacidad de amar con un corazón puro y libre. Solo aquellos que aman llegan a conocer a Dios. En la vida afectiva, dos dimensiones son esenciales: la modestia y la fidelidad. El amor con modestia, no descaradamente. Y permanecer fieles en el amor. El amor no es un juego: el amor es lo más hermoso que Dios nos ha dado, la capacidad de amar. «Dios es amor», dice la Biblia, y Dios nos dio esta habilidad. No la ensuciéis con la falta de modestia e infidelidad. Amar de manera limpia, pero a lo grande. Amar con un corazón agrandado todos los días: esa sabiduría para ensanchar el corazón, no hacerlo pequeño, duro como la piedra. Ensancharlo.

Y Dios dijo a su pueblo, como una gran promesa, que le quitaría su corazón de piedra y le daría un corazón de carne. Agrandar el corazón de carne: esto es amar. Con fidelidad y modestia. El sentido de modestia se refiere a una conciencia vigilante que defiende la dignidad de la persona y el amor auténtico, precisamente para no trivializar el lenguaje corporal. La fidelidad, junto con el respeto por el otro, es una dimensión esencial de toda relación de amor verdadera, ya que no se puede jugar con los sentimientos. Pero amar no es solo una expresión del vínculo afectivo de una pareja o una amistad fuerte, hermosa y fraterna. Una forma concreta de amor también está dada por el compromiso de solidaridad con los demás, especialmente con los más pobres. El amor al prójimo se alimenta de la imaginación y siempre va más allá: las cosas se inventan para ayudar, para avanzar... La fantasía del amor. No tengáis miedo de esto. El amor va más allá de las paredes, más allá de las diferencias, más allá de los obstáculos. También en esto San Luis es un modelo, porque murió consumiéndose al servicio de los pacientes de la peste, es decir, de personas que estaban al margen de la sociedad y rechazadas por todos. El amor lo llevó más allá, más allá... La fantasía del amor. No olvidéis esta palabra: la fantasía del amor. El amor es creativo y siempre va hacia adelante».

(Palabras del papa Francisco I a los estudiantes del instituto "Visconti" de Roma, con ocasión del Año Jubilar Aloisiano (en recuerdo de los 450 años del nacimiento de San Luis Gonzaga) en el Aula Pablo VI,  el sábado 13 de abril de 2019)

En otras dos ocasiones nos referimos a San Luis: aquí y aquí. 

La imagen que ilustra esta entrada se venera en la iglesia porteña dedicada al santo.

19 de junio de 2021

Santa María "en sábado"

 


Renovó el Excelso de este mundo las leyes

cuando vino a habitar en la Tierra.

Germinando en un Seno incorrupto

lo conserva intacto cual era.

Asombrados por este prodigio

a la Santa cantamos:


  Salve, Azucena de intacta belleza;

  Salve, Corona de noble firmeza.

  Salve, la suerte futura revelas;

  Salve, la angélica vida desvelas.

  Salve,  Frutal exquisito que nutre a los fieles;

  Salve, Ramaje frondoso  que a todos cobija.

  Salve, llevaste en el Seno a Quien guía al errante;

  Salve, al mundo entregaste a Quien libra al esclavo.

  Salve, Plegaria ante el Juez verdadero;

  Salve, Perdón del que tuerce el sendero.

  Salve, Atavío que cubre al desnudo;

  Salve, del hombre supremo deseo.

  Salve, ¡Virgen y Esposa!


Con  fotos tomadas en la iglesia de San Antonio de Areco (una en 2015, la otra en enero de este año) y un fragmento (#13)  del himno Akathistos, celebramos la Memoria sabatina de la Virgen María.

12 de junio de 2021

12 de junio: San Onofre

En la iglesia consagrada en el barrio de Lugano al Niño Jesús se venera esta imagen de San Onofre, cuya Memoria se celebra hoy.


Dice el libro "Todos los santos", de José Luis Repetto: 

«Este anacoreta egipcio vivió sesenta años religiosamente en el desierto de la Tebaida, vistiendo con hojas de árboles, comiendo hierbas y durmiendo al sereno. Había sido monje en su juventud pero luego quiso seguir el ejemplo de Elías y Juan el Bautista y vivir en el desierto. Guió sus pasos el ermitaño Hermes y luego buscaron un sitio donde el nuevo anacoreta se instalase, y cuando lo hallaron el ermitaño murió.
Onofre pasó el resto de su vida sin encontrar a nadie hasta que un tal Pafnucio que quería conocer la vida de los padres del desierto lo halló en mitad del mismo. Según su narración, un ángel le llevaba los sábados o domingos la santa comunión.
Se suele situar su muerte a principios del S. V. Ha tenido mucho culto en Oriente y Occidente».

11 de junio de 2021

Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús

 

«¡Señor Jesús! Nos presentamos ante ti, sabiendo que nos llamas y que nos amas tal como somos. “Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Hijo de Dios”.  Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última Cena y continúa como comunión y donación de todo lo que eres. Aumenta nuestra fe.

Por medio de ti y en el Espíritu Santo que nos comunicas, queremos llegar al Padre para decirle nuestro “sí” unido al tuyo. Contigo ya podemos decir: “Padre nuestro”. Siguiéndote a ti, “camino, verdad y vida”, queremos penetrar en el aparente “silencio” y “ausencia” de Dios, rasgando la nube del Tabor, para escuchar la voz del Padre que nos dice: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo mi complacencia; escuchadle”.  Con esta fe hecha de escucha contemplativa, sabremos iluminar nuestras situaciones personales, así como los diversos sectores de la vida familiar y social.

Tú eres nuestra esperanza, nuestra paz, nuestro mediador, hermano y amigo. Nuestro corazón se llena de gozo y de esperanza al saber que vives “siempre intercediendo por nosotros”.  Nuestra esperanza se traduce en confianza, gozo de Pascua y camino apresurado contigo hacia el Padre.

Queremos sentir como tú y valorar las cosas como las valoras tú. Porque tú eres el centro, el principio y el fin de todo. Apoyados en esta esperanza, queremos infundir en el mundo esta escala de valores evangélicos, por la que Dios y sus dones salvíficos ocupan el primer lugar en el corazón y en las actitudes de la vida concreta.

Queremos amar como tú, que das la vida y te comunicas con todo lo que eres. Quisiéramos decir como San Pablo: “Mi vida es Cristo”.  Nuestra vida no tiene sentido sin ti. Queremos aprender a “estar con quien sabemos nos ama”, porque “con tan buen amigo presente, todo se puede sufrir”. En ti aprenderemos a unirnos a la voluntad del Padre, porque, en la oración, “el amor es el que habla”. 

Entrando en tu intimidad, queremos adoptar determinaciones y actitudes básicas, decisiones duraderas, opciones fundamentales según nuestra propia vocación cristiana.

Creyendo, esperando y amando, te adoramos con una actitud sencilla de presencia, silencio y espera, que quiere ser también reparación, como respuesta a tus palabras: “Quedaos aquí y velad conmigo”. 

Tú superas la pobreza de nuestros pensamientos, sentimientos y palabras; por esto queremos aprender a adorar admirando tu misterio, amándolo tal como es y callando con un silencio de amigo y con una presencia de donación. El Espíritu Santo, que has infundido en nuestros corazones, nos ayuda a decir esos “gemidos inenarrables”,  que se traducen en actitud agradecida y sencilla, y en el gesto filial de quien ya se contenta con sola tu presencia, tu amor y tu palabra. En nuestras noches físicas o morales, si tú estás presente y nos amas y nos hablas, ya nos basta, aunque, muchas veces, no sentiremos la consolación. Aprendiendo este más allá de la adoración, estaremos en tu intimidad o “misterio”; entonces nuestra oración se convertirá en respeto hacia el “misterio” de cada hermano y de cada acontecimiento para insertarnos en nuestro ambiente familiar y social, y construir la historia con este silencio activo y fecundo que nace de la contemplación. Gracias a ti, nuestra capacidad de silencio y de adoración se convertirá en capacidad de amar y de servir.

Nos has dado a tu Madre como nuestra, para que nos enseñe a meditar y adorar en el corazón. Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más perfecta madre. Ayúdanos a ser tu Iglesia misionera que sabe meditar, adorando y amando tu palabra, para transformarla en vida y comunicarla a todos los hermanos. Amén».

En la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, compartimos fotos (tomadas en 2015) de la hermosa imagen que se venera en la iglesia de Nuestra Señora de las Victorias, junto con una plegaria pronunciada por San Juan Pablo II durante una adoración nocturna en Madrid el 31 de octubre de 1982.

9 de junio de 2021

9 de junio: San Efrén



(...) «Quisiera hablar hoy de San Efrén el sirio, nacido en Nisibi en torno al año 306 en el seno de una familia cristiana.

Fue el representante más importante del cristianismo de lengua siríaca y logró conciliar de modo único la vocación de teólogo con la de poeta. Se formó y creció junto a Santiago, Obispo de Nisibi (303-338), y juntamente con él fundó la escuela teológica de su ciudad. Ordenado diácono, vivió intensamente la vida de la comunidad local cristiana hasta el año 363, cuando Nisibi cayó en manos de los persas. Entonces San Efrén emigró a Edesa, donde prosiguió su actividad de predicador. Murió en esta ciudad en el año 373, al quedar contagiado mientras atendía a los enfermos de peste.

No se sabe a ciencia cierta si era monje, pero en todo caso es seguro que fue diácono durante toda su vida, abrazando la virginidad y la pobreza. Así, en la especificidad de su expresión cultural se puede apreciar la identidad cristiana común y fundamental:  la fe, la esperanza —una esperanza que permite vivir pobre y casto en este mundo, poniendo toda expectativa en el Señor— y por último la caridad, hasta la entrega de sí mismo para atender a los enfermos de peste.

San Efrén nos ha dejando una gran herencia teológica:  su notable producción puede reagruparse en cuatro categorías:  obras escritas en prosa ordinaria (sus obras polémicas o bien los comentarios bíblicos); obras en prosa poética; homilías en verso; y, por último, los himnos, sin duda la obra más amplia de San Efrén. Es un autor rico e interesante en muchos aspectos, pero sobre todo desde el punto de vista teológico.

Lo específico de su trabajo consiste en que unió teología y poesía. Al acercarnos a su doctrina, desde el inicio debemos poner de relieve que hace teología de forma poética. La poesía le permite profundizar en la reflexión teológica a través de paradojas e imágenes. Al mismo tiempo, su teología se convierte en liturgia, en música:  de hecho, era un gran compositor, un músico. Teología, reflexión sobre la fe, poesía, canto y alabanza a Dios están unidos; y precisamente por este carácter litúrgico aparece con nitidez en la teología de San Efrén la verdad divina. En su búsqueda de Dios, al hacer teología, sigue el camino de la paradoja y del símbolo. Privilegia sobre todo las imágenes contrapuestas, pues le sirven para subrayar el misterio de Dios.

(...)
Para hablar de la Eucaristía, San Efrén utiliza dos imágenes:  las brasas o el carbón ardiente, y la perla. El tema de las brasas está tomado del profeta Isaías (cf. Is 6, 6). Es la imagen del serafín, que toma las brasas con las tenazas y roza simplemente los labios del profeta para purificarlos; el cristiano, por el contrario, toca y consume las Brasas, es decir, a Cristo mismo: 

«En tu pan se esconde el Espíritu,
que no puede ser consumido;
en tu vino está el fuego,
que no se puede beber.
El Espíritu en tu pan,
el fuego en tu vino: 
he aquí la maravilla
que acogen nuestros labios.
El serafín no podía
acercar sus dedos a las brasas,
que sólo pudieron rozar
los labios de Isaías;
ni los dedos las tocaron,
ni los labios las ingirieron;
pero a nosotros
el Señor nos ha concedido
ambas cosas.
El fuego descendió
con ira para destruir a los pecadores,
pero el fuego de la gracia desciende
sobre el pan y en él permanece.
En vez del fuego
que destruyó al hombre,
hemos comido el fuego en el pan
y hemos sido salvados»
(Himno De Fide 10, 8-10).


(...) 
La figura de San Efrén sigue siendo plenamente actual para la vida de las diversas Iglesias cristianas. Lo descubrimos en primer lugar como teólogo, que, a partir de la Sagrada Escritura, reflexiona poéticamente en el misterio de la redención del hombre realizada por Cristo, Verbo de Dios encarnado. Hace una reflexión teológica expresada con imágenes y símbolos tomados de la naturaleza, de la vida cotidiana y de la Biblia. San Efrén confiere a la poesía y a los himnos para la Liturgia un carácter didáctico y catequético; se trata de himnos teológicos y, al mismo tiempo, aptos para ser recitados o para el canto litúrgico. San Efrén se sirve de estos himnos para difundir la doctrina de la Iglesia con ocasión de las fiestas litúrgicas. Con el paso del tiempo se han convertido en un instrumento catequético sumamente eficaz para la comunidad cristiana.

Es importante la reflexión de San Efrén sobre el tema de Dios creador:  en la creación no hay nada aislado, y el mundo, al igual que la Sagrada Escritura, es una Biblia de Dios. Al utilizar de modo erróneo su libertad, el hombre trastoca el orden del cosmos. Para San Efrén es importante el papel de la mujer. Siempre habla de ella con sensibilidad y respeto:  la habitación de Jesús en el seno de María elevó al máximo la dignidad de la mujer. Para San Efrén, como no hay Redención sin Jesús, tampoco hay Encarnación sin María. Las dimensiones divina y humana del misterio de nuestra redención se encuentran en los escritos de San Efrén; de manera poética y con imágenes tomadas fundamentalmente de las Escrituras, anticipa el fondo teológico y en cierto sentido el mismo lenguaje de las grandes definiciones cristológicas de los Concilios del siglo V.

San Efrén, honrado por la tradición cristiana con el título de "Cítara del Espíritu Santo", fue diácono de su Iglesia durante toda la vida. Fue una opción decisiva y emblemática:  fue diácono, es decir, servidor, tanto en el ministerio litúrgico, como, de modo más radical, en el amor a Cristo, cantado por él de manera inigualable, y, por último, en la caridad con los hermanos, a quienes introdujo con maestría excepcional en el conocimiento de la Revelación divina».

Estas palabras del Papa Benedicto XVI en la Audiencia General del 28 de noviembre de 2007 nos acercan a la figura de San Efrén, a quien vemos en las imágenes representado en el frente del templo porteño que le está consagrado.  Tomé las fotos en febrero de 2020.




6 de junio de 2021

Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

 

"Ego sum panis vitae": la frase de Jesús (Jn 6, 48) que forma parte de la Liturgia de hoy, brilla en el techo de la iglesia de las Victorias, en el centro porteño.









RESPONSORIO     
del Oficio de Lecturas
Jn 6, 48. 49. 50. 51. 52


R. Yo soy el pan de vida; vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; * éste es el pan que baja del cielo para que quien lo coma no muera.
V. Yo soy el pan vivo bajado del cielo; todo el que coma de este pan vivirá eternamente.
R. Éste es el pan que baja del cielo para que quien lo coma no muera.

Tomé la foto en 2015.

3 de junio de 2021

3 de junio: San Juan XXIII

Aunque la Memoria litúrgica de San Juan XXIII se celebra el 11 de octubre en recuerdo de la inauguración del Concilio Vaticano II, el Martirologio Romano  recoge hoy su conmemoración,  ya que es el aniversario de su dies natalis:

«En Roma, San Juan XXIII, papa, cuya vida y actividad estuvieron llenas de una singular humanidad y se esforzó en manifestar la caridad cristiana hacia todos, trabajando por la unión fraterna de los pueblos. Solícito por la eficacia pastoral de la Iglesia de Cristo en toda la tierra, convocó el Concilio Ecuménico Vaticano II (1963)».

Ángelo Giuseppe Roncalli nació en 1881 en Sotto il Monte, Bérgamo (Italia); fue  el cuarto de trece hermanos. Fue ordenado sacerdote en  1904 y elevado al episcopado en 1925; en 1953 fue creado cardenal y designado Patriarca de Venecia. Tras la muerte de Pío XII, fue elegido Papa el 28 de octubre de 1958, y tomó el nombre de Juan XXIII. Su breve pontificado, de apenas cinco años, marcó sin embargo profundamente la vida de la Iglesia, sobre todo porque convocó al Concilio Vaticano II. Murió el 3 de junio de 1963.

Fue beatificado por San Juan Pablo II en 2000 y canonizado por Francisco I en 2014.

Oración Colecta ( de su Memoria el 11 de octubre ):


Dios todopoderoso y eterno,
que en el papa San Juan XXIII,
hiciste brillar ante el mundo
el ejemplo del buen pastor,
te rogamos que por su intercesión,
nos concedas poder difundir con alegría
la plenitud de la caridad cristiana.
Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Su imagen, que vemos en la foto, se venera en la iglesia de Nuestra Señora de Belén (parroquia de San Telmo).