31 de octubre de 2020

31 de octubre: San Alonso Rodríguez


«En la ciudad de Palma, en la isla de Mallorca, en España, San Alonso Rodríguez, que al perder a su esposa e hijos entró como religioso en la Orden de la Compañía de Jesús y estuvo como portero del colegio de aquella ciudad durante largos años, mostrando una gran humildad, obediencia y constancia en una vida penitente», dice el Martirologio.

Alonso Rodriguez nació en Segovia en 1531.  A la muerte de su padre, debió interrumpir sus estudios para encargarse del negocio familiar de lanas y paños. En 1557 se casó con María Suárez, de la que tuvo una hija y un hijo. Su esposa y sus hijos murieron relativamente pronto; Alonso se preguntó entonces qué quería Dios de él y finalmente decidió ofrecerse en la Compañía de Jesús como hermano coadjutor. Lo rechazó la provincia de Castilla, pero fue admitido en la de Aragón y comenzó su noviciado en 1571. 

Destinado a Mallorca, pasó  allí el resto de su vida. Su ocupación fundamental fue la de portero, lo que le dio ocasión de tratar a muchas personas que comenzaron a fijarse en los grandes valores  que encerraba el modesto hermano; ello le granjeó una universal. Por orden de sus superiores escribió acerca de sus experiencias espirituales. Entre los religiosos de su comunidad estuvo un tiempo San Pedro Claver, con quien Alonso tuvo una santa y profunda amistad. 

Alonso falleció el 31 de octubre de 1617. El virrey y toda la nobleza de Mallorca asistieron a sus funerales, así como  una multitud de pobres y enfermos. 

Fue canonizado junto con San Pedro Claver en 1888.

La imagen que vemos en la foto se venera en la iglesia Regina Martyrum de la ciudad de Buenos Aires.

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25 de octubre de 2020

Domingo XXX Durante el Año


Hoy, Domingo XXX del Tiempo Ordinario, se lee en el actual Ciclo A, como Evangelio de la misa, el fragmento de Mateo (22, 34-40) que a continuación transcribimos:
«Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con Él, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
“Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?.
Jesús le respondió: 
Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas”».

Sobre este fragmento, y en particular sobre la frase que destacamos en las fotos, dice San Agustín: (De doctrina christiana, 1,22):

«Se te manda que ames a Dios de todo corazón, para que le consagres todos tus pensamientos; con toda tu alma, para que le consagres tu vida; con toda tu inteligencia, para que consagres todo tu entendimiento a Aquel de quien has recibido todas estas cosas. No deja parte alguna de nuestra existencia que deba estar ociosa, y que dé lugar a que quiera gozar de otra cosa. Por lo tanto, cualquier otra cosa que queramos amar, conságrese también hacia el punto donde debe fijarse toda la fuerza de nuestro amor. Un hombre es muy bueno, cuando con todas sus fuerzas se inclina hacia el bien inmutable». 

Y en De Trinitate (8, 7), dice:

«Siendo, pues, dos los preceptos de los cuales dependen la Ley y los Profetas -el amor de Dios y del prójimo- con razón la Sagrada Escritura los presenta muchas veces como uno solo. Ya como amor de Dios, según aquello de San Pablo: "Sabemos que a los que aman a Dios todo les sale bien" (Rom 8,28), ya como amor del prójimo, como dice el mismo Santo; "Toda la ley está comprendida en un solo punto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Gál 5,14). Por lo tanto, como el que ama a su prójimo consiguientemente amará también a Dios, amamos a Dios y al prójimo con la misma caridad, aunque debemos amar a Dios por sí mismo, y al prójimo por Dios».

El campanil de la Catedral de Zárate-Campana recoge la frase "Amarás al Señor tu Dios", como vemos en las fotos, tomadas en febrero.

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24 de octubre de 2020

Santa María "en sábado"

«Como los Apóstoles después de la Ascensión de Cristo, la Iglesia debe reunirse en el Cenáculo con «María, la madre de Jesús» (Hech 1, 14), para implorar el Espíritu y obtener fuerza y valor para cumplir el mandato misionero. También nosotros, mucho más que los Apóstoles, tenemos necesidad de ser transformados y guiados por el Espíritu.


(...) Toda la Iglesia es invitada a vivir más profundamente el misterio de Cristo, colaborando con gratitud en la obra de la salvación. Esto lo hace con María y como María, su madre y modelo: es ella, María, el ejemplo de aquel amor maternal que es necesario que estén animados todos aquellos que, en la misión apostólica de la Iglesia, cooperan a la regeneración de los hombres. Por esto, "la Iglesia, confortada por la presencia de Cristo, camina en el tiempo hacia la consumación de los siglos y va al encuentro del Señor que llega. Pero en este camino ... procede recorriendo de nuevo el itinerario realizado por la Virgen María".

A la "mediación de María, orientada plenamente hacia Cristo y encaminada a la revelación de su poder salvífico" confío la Iglesia y, en particular, aquellos que se dedican a cumplir el mandato misionero en el mundo de hoy».

(San Juan Pablo II, Encíclica Redemptoris Missio) 

En el Mes de las Misiones, dedicamos la Memoria sabatina al mandato misionero y compartimos una imagen de la iglesia Mater Misericordiae. 

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23 de octubre de 2020

23 de octubre: Santa Josefina

No siempre es fácil identificar a un santo a través de sus representaciones en los templos, ni siquiera, en ocasiones, si al pie de la imagen aparece su nombre.

En la iglesia del Patrocinio del San José, entre otros vitrales, hay uno dedicado a San Mauricio y otro a Santa Josefina. La presencia de esos santos tan poco usuales se debe, como recordamos hace unas semanas, a que la construcción del templo se realizó gracias a los aportes de  Mauricio Braun Hamburger y su esposa Josefina Menéndez Behety, quienes en acción de gracias por sus bodas de oro matrimoniales decidieron -en los años 40 del siglo pasado- donar al Arzobispado un templo. La piedra fundamental de la iglesia fue bendecida el 20 de julio de 1946; la parroquia fue erigida el 15 de octubre de 1949.



En septiembre nos referimos al vitral dedicado a San Mauricio.  Pero, ¿quién es la santa que aparece en el otro vitral? No hay muchas santas llamadas Josefina en el Martirologio. Por la fecha en que fue erigido el templo (lo que descarta a toda mujer beatificada con posterioridad) y por algunas pistas iconográficas nos inclinamos por suponer, sin absoluta certeza, que se quiso representar a la beata Josefina Leroux, virgen y mártir.

Ana Josefa Leroux nació en Francia en 1747. En 1769 profesó «en las clarisas urbanistas de Valenciennes (...) con el nombre de sor Josefina».   Las “urbanistas” son clarisas que siguen una Regla dada por el papa Urbano IV en 1263, sólo diez años después la muerte de Santa Clara. Josefina vivió en la época de la persecución religiosa de la Revolución Francesa. «Religiosa excelente, cuando su monasterio es suprimido, se va a Mons y toma el hábito ursulino con tal de seguir siendo religiosa. Con las ursulinas vuelve a Valenciennes y es acusada, como las demás religiosas, de ser emigrada que había regresado. Condenada a muerte, manifestó su felicidad por el martirio. Fue guillotinada el 23-10-1794. Beatificada el 13-6-1920». Los párrafos entrecomillados y en cursiva pertenecen al libro "Todos los Santos", de José Luis Repetto Betes (publicado por la B.A.C. en 2007).



El ramo en que parecen entrelazarse lirios de pureza y palmas de martirio, así como el hacha (que aludiría a que murió decapitada) son indicios de que la santa del vitral podría ser la Josefina que recuerda hoy el Martirologio.

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19 de octubre de 2020

19 de octubre: San Pablo de la Cruz



El Martirologio Romano trae hoy la Memoria de  «San Pablo de la Cruz, presbítero, que desde su juventud destacó por su vida penitente, su celo ardiente y su singular caridad hacia Cristo crucificado, al que veía en los pobres y enfermos. Fundó la Congregación de Clérigos Regulares de la Cruz y de la Pasión de Jesucristo, y pasó a la gloria en Roma, el día dieciocho de octubre».

Pablo nació a fines del siglo XVII en Ovada, en la República de Génova. Piadoso y devoto de la Pasión y de la Cruz desde niño, llevó siempre una vida de oración y mortificación.

En 1720 tuvo visiones en las que vio un hábito negro sobre el que estaba grabado el nombre de Jesús, en caracteres blancos, bajo una cruz, a la altura del pecho, y también a la Santísima Virgen que, vestida con  hábito negro, le ordenaba que fundase una congregación cuyos miembros vistiesen ese hábito y sufriesen constantemente por la pasión y muerte de su Hijo. Las autoridades eclesiásticas entendieron que se trataba, realmente, de un mensaje de Dios.  Ese mismo año se considera fundacional para la Congregación de la Pasión, que por tanto cumple en 2020 su tercer centenario.

En la página web oficial de la Congregación añaden:

«Fue ordenado sacerdote por el papa Benedicto XIII, durante la permanencia romana en la cual temporalmente se dedicó al cuidado de los enfermos. Retirado a la soledad del Monte Argentaro, junto con su hermano el Ven. P. Juan Bautista de san Miguel Arcángel, por divina inspiración fundó la Congregación de la Pasión de Jesucristo, cuya finalidad principal es meditar y predicar la pasión y muerte de Cristo. Fundó también, con la misma finalidad, el Instituto de las religiosas Pasionistas de vida contemplativa.

Fue un predicador incansable de la Palabra de la Cruz, superior excelente, modelo perfecto de penitencia y de contemplación, inspirado director de almas, considerado como el más grande místico del siglo XVIII»

«Con clara visión de los males de su tiempo, proclamó incansablemente que la Pasión de Jesucristo, «la obra más grande y admirable del divino amor», es el remedio más eficaz. La Iglesia, habiendo reconocido la acción del Espíritu Santo en San Pablo de la Cruz, aprobó con su autoridad suprema nuestra Congregación y sus Reglas, para la misión de anunciar el Evangelio de la Pasión con la vida y el apostolado. Esta misión conserva siempre toda su fuerza y validez».

Murió en Roma el 18 de octubre de 1775. Fue beatificado en 1853 por Pío IX y canonizado por el mismo Papa en 1867.

En Buenos Aires, los pasionistas atienden la Parroquia de la Santa Cruz, en el barrio de San Cristóbal, en cuyo templo tomamos en 2017  la foto de este entrada.

Oración Colecta:

Concédenos, Señor, que San Pablo de la Cruz, cuyo único amor fue Cristo crucificado, nos alcance tu gracia, para que, estimulados por su ejemplo, nos abracemos con fortaleza a la cruz de cada día. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

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16 de octubre de 2020

16 de octubre: San Gerardo Mayela



El 16 de octubre de 2017 nos referimos  a este joven santo redentorista, que en la iglesia de las Victorias aparece mencionado como Gerardo María Maiella y en la de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (de donde son las fotos de hoy) con la grafía "Mayela"
  

A los sencillos datos biográficos que publicamos entonces, añadamos solamente algunas frases referidas al santo, de quien sus hermanos decían:  «O es un loco o es un santo»:


«Perfecto modelo de los hermanos legos»
(Pío IX)

«Uno de los jóvenes más angelicales 
que Dios haya dado a los hombres por modelo» 
(León XIII)


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12 de octubre de 2020

12 de octubre: Nuestra Señora del Pilar

«Brilla aquí, en la tradición firme y antiquísima del Pilar, la dimensión apostólica de la Iglesia en todo su esplendor. 
El Papa es el que por designio y misericordia del Señor encarna y perpetúa de forma eminente esa tradición apostólica, que tiene en Roma una histórica e inquebrantable relación con la figura y el ministerio de Pedro. 
Pero el Papa quiere llevar a las Iglesias en América no sólo la firmeza de la fe que Pedro representa, sino también la audacia misionera de los otros apóstoles, que obedeciendo al mandato del Maestro, pusieron sus talentos y sus mismas vidas al servicio de la difusión del Evangelio en el Nuevo Mundo.

La fe que los misioneros españoles llevaron a Hispanoamérica, es una fe apostólica y eclesial, heredada —según venerable tradición que aquí junto al Pilar tiene su asiento secular— de la fe de los Apóstoles. 
Desde la misma fuente vigorosa y auténtica de la fe de los Apóstoles, quiere ahora el Papa llevar un nuevo impulso a las Iglesias en América y a vuestra propia Iglesia española».

«La fe mariana de los misioneros españoles cuajó bien pronto en aquellas latitudes en devociones y advocaciones que siguen siendo norte y estrella de los creyentes de aquellos países. Decir España, es decir María. Es decir el Pilar, Covadonga, Aránzazu, Montserrat, Ujué, el Camino, Valvanera, Guadalupe, la Almudena, los Desamparados, Lluch, la Fuensanta, las Angustias, los Reyes, el Rocío, la Candelaria, el Pino. 
Y decir Iberoamérica, es decir también María, gracias a los misioneros españoles y portugueses. Es decir Guadalupe, Altagracia, Luján, la Aparecida, Chiquinquirá, Coromoto, Copacabana, el Carmen, Suyapa y tantas otras advocaciones marianas no menos entrañables.

La Conferencia de Puebla, en su reflexión sobre la evangelización, dijo expresamente: “Ella tiene que ser cada vez más pedagoga del Evangelio en América Latina” (Puebla, 290). Sí, la pedagoga, la que nos lleve de la mano, la que nos enseñe a cumplir el mandato misionero de su Hijo y a guardar todo lo que Él nos ha enseñado. El amor a la Virgen María, Madre y Modelo de la Iglesia, es garantía de la autenticidad y de la eficacia redentora de nuestra fe cristiana».

«¡Que Ella, María, la Madre de la Iglesia, siga guiando y alumbrando la fe y el camino de los pueblos de América! ¡Que encuentren siempre en vosotros, católicos españoles, el consuelo de un testimonio ferviente y la ayuda de vuestra colaboración humilde y generosa!».

(Fragmentos de la homilía de San Juan Pablo II en la explanada de la Avenida de los Pirineos de Zaragoza, el 10 de octubre de 1984, al comenzar el viaje apostólico con el que daría comienzo la «novena particular» del Quinto Centenario: «el período de nueve años» previo a «la fecha del descubrimiento de América», también en palabras del Pontífice).

La imagen que vemos en la foto se venera en la iglesia de San Miguel, en Paraná (Entre Ríos).

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10 de octubre de 2020

10 de octubre: Santo Tomás de Villanueva

Un vitral de la iglesia de San Agustín muestra al santo de hoy «dando limosna»:


La escena representa muy bien el elogio que le dedica el Martirologio:  «Santo Tomás de Villanueva, obispo, que, siendo religioso de la Orden de Ermitaños de San Agustín, aceptó por obediencia el episcopado, donde sobresalió, entre otras virtudes pastorales, por un encendido amor hacia los pobres hasta entregarles todos los bienes, incluida la propia cama. Falleció en Valencia, ciudad de España, el 8 de septiembre».


Tomás nació en Castilla en 1488. En 1516 ingresó a la orden de los agustinos. Fue nombrado Arzobispo de Valencia, sede de la que tomó posesión en 1545. Después de un ejemplar episcopado (fue llamado en vida «prototipo de obispos» y «padre de los pobres»), murió santamente en 1555.
«¡Oh, maravillosa bendición! ¡Dios nos promete el Cielo como recompensa por amarlo! ¿No es acaso Su amor mismo, la mayor, la más deseable, la más preciosa de las recompensas y la más dulce de las bendiciones? Sin embargo, hay todavía otra recompensa, un premio inmenso para agregar al de Su amor. ¡Maravillosa bondad! Tú nos diste tu amor y por causa de ese amor nos entregas el Paraíso» (Santo Tomás de Villanueva).
Desde 1975 tengo una especial devoción por Santo Tomás de Villanueva, por un hecho personal que tuvo lugar el 22 de septiembre de aquel año. Esa era la fecha en que se celebraba al santo en el Calendario Litúrgico anterior al Concilio Vaticano II; yo solía consultar un antiguo misal de mis padres.

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8 de octubre de 2020

8 de octubre: Nuestra Señora del Buen Remedio


San Juan de Mata y San Félix de Valois fueron los fundadores, en el siglo XII, de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos, cuyo lema es  “Gloria a ti Trinidad y a los cautivos libertad”.



Desde sus comienzos, la Orden Trinitaria tuvo una especial devoción por la Virgen María en su advocación «del Remedio» o «del Buen Remedio».



 Un sitio trinitario español relata así los orígenes de esta devoción:
«A la llamada de Dios para la redención de cautivos sigue la alegría por la respuesta y el desconcierto por los medios para realizarla. La actividad redentora de la naciente Orden Trinitaria se convierte en un verdadero quebradero de cabeza para Juan de Mata y los primeros trinitarios redentores: no sólo tienen que conseguir el dinero suficiente para comprar la libertad de los cautivos sino que además deben realizar el viaje a lugares que están en guerra con los cristianos, y convencer a los que tienen esclavos musulmanes para que les liberen y así poderlos cambiar por esclavos cristianos. Toda una empresa llena de riesgos e incertidumbres, para la que Juan encuentra pocas soluciones. Y es aquí donde se sitúa la tradición más conocida y recordada de la Virgen María con los trinitarios. Según cuenta, mientras Juan de Mata paseaba por una playa cercana a Marsella, totalmente abatido por la falta de dinero para la obra de la redención, se le apareció la Virgen María y le dio una pequeña bolsa con dinero suficiente para el rescate de los cautivos cristianos, prometiéndole que nunca le faltaría su auxilio y remedio. Es así como los trinitarios se consagraron desde aquel momento a Nuestra Señora del Remedio (o de los Remedios) como patrona de la redención, representándola con una pequeña bolsa en su mano derecha. A partir del Concilio de Trento, a la imagen se une el Niño Dios en la mano izquierda, incluso en muchas de las imágenes se elimina la bolsa con dinero, porque el Niño, Jesucristo, es realmente el precio de nuestra Redención, pagado por Dios para el rescate de toda la humanidad. Y ella, María, es y sigue siendo el Remedio para ese rescate, Corredentora y Medio de salvación.



En un sitio oficial de los religiosos trinitarios se reproduce el texto (evidentemente reducido y adaptado) de la Carta Apostólica Sacrarium Trinitatis Augustae -publicada en latín en AAS LIII (1961) 602-604- mediante la cual Juan XXIII proclama Patrona de la Orden Trinitaria a la  Virgen del Buen Remedio

Los religiosos trinitarios, que tienen como fin especial el de honrar a la Trinidad divina con particular culto de devoción, promover esta fundamental devoción y ejercitar las obras de misericordia para socorrer a los necesitados, ya desde el origen de la Orden han venerado con singular devoción a la Virgen María, sagrario de la augusta Trinidad, bajo el título del "Buen Remedio".
En efecto, San Juan de Mata, padre, fundador y legislador, profesó una ardiente devoción a la Madre de Dios y, amparado en su protección, propagó y consolidó esta sagrada Orden, entregando a sus hijos, como muy rica herencia, la devoción mariana. Este culto especial a la Madre de Dios, la cual cura los males de cuantos recurren a ella con confianza, se ha mantenido a través de los siglos entre ellos, y aun hoy día está en todo vigor y se mantiene floreciente.
El Capítulo General de 1959, habiendo constatado que el culto a la Madre de Dios, transmitido por la tradición, era en efecto una devoción especialmente sentida en la Orden, manifestó, interpretando los sentimientos de todos los religiosos, el vivo deseo de que la ínclita Virgen María, venerada bajo el título indicado, fuese constituida por la autoridad de la Santa Sede, celestial Patrona de toda la Orden Trinitaria.
Por tanto, Nos, en la confianza de que esto avivará más a los miembros de esta familia religiosa a honrar con perenne y ardiente amor a la Virgen María, adornada con este dulce título y a que, movidos por su ejemplo, se dedicarán especialmente a llevar alivio y remedio a los más necesitados, determinamos acceder gustosamente a tal petición. Oído, por tanto, el parecer de la Sagrada Congregación de Ritos, con pleno conocimiento y tras maduro examen, en virtud de nuestra potestad y de la autoridad apostólica, por las presentes constituimos y declaramos a perpetuidad a la bienaventurada Virgen María bajo el título del "Buen Remedio", celestial Patrona principal, a la par que Santa Inés, virgen y mártir, de toda la Orden de la Santísima Trinidad, atribuyendo a su celebración todos los honores y privilegios que legítimamente competen a los patronos de las órdenes y congregaciones religiosas, y concediendo al mismo tiempo la autorización de celebrar todos los años su fiesta el día 8 del mes de octubre.
Dado en Roma, en San Pedro, el 10 de marzo de 1961, tercer año de nuestro pontificado.
Las fotos que ilustran esta entrada corresponden a la iglesia de la Santísima Trinidad -sede de la parroquia homónima, atendida por los trinitarios-, ubicada sobre la avenida Cabildo de la ciudad de Buenos Aires.

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3 de octubre de 2020

3 de octubre: Santa Emilie de Villeneuve

La destacada presencia en Lomas de Zamora, desde 1905,  de las "Hermanas Azules" (de la Inmaculada Concepción de Castres) explica que se venere una imagen de su santa fundadora en la Catedral local.

Aunque Emilie de Villenueve figura en el Martirologio el 2 de octubre, la Congregación fundada por ella celebra litúrgicamente su fiesta hoy, 3 de octubre.



«Jeanne-Émilie de Villeneuve nació en Toulouse, Francia, el 9 de marzo de 1811 y murió en Castres, ciudad del mismo país, el 2 de octubre de 1854 a la edad de 43 años.
A los 25 años fundó la congregación Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Castres el 8 de diciembre de 1836. Rápidamente se la comienza a reconocer como la congregación de las “Hermanas Azules de Castres” debido al color de su hábito».

«Emilie creció en el castillo de Hauterive, cerca de Castres, donde su madre enferma, que finalmente fallece en 1815, se había retirado para cuidarse. Tres años después de perder a su madre, muere su hermana Octavie. Luego de esas dos desgracias familiares, Emilie vive un tiempo en Toulouse, donde su abuela asume su educación y la de sus hermanas».

«A los 19 años regresa a Hauterive, donde administra la vida familiar, aliviando esta tarea a de su padre, quien en ese entonces era el alcalde de Castres. Piensa entrar con las Hijas de la Caridad pero, durante el tiempo de reflexión impuesto por su padre, funda, con el acuerdo de su Obispo y en colaboración con dos compañeras, la congregación de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre de 1836. En el anonimato de una casa de Castres sirve, junto con sus compañeras, a los más pobres, a jóvenes trabajadoras, a enfermos, a prostitutas, y a los presos».

«Pronto la congregación ve crecer en número de hermanas y cuando esta no tenía más que 12 años y sólo 40 miembros, sonó la llamada de África en el corazón de Emilie. En efecto, es en 1847 cuando maduró el proyecto para enviar a las hermanas al Senegal. En 1848, después de una breve estancia en Gorée, la primera comunidad, formada de 4 hermanas, se estableció en Dakar. Muy pronto esta misma voz que llamó de África, se oirá de América Latina». 

«Finalmente en 1853 Jeanne-Émilie de Villeneuve dimite de su cargo de Superiora General para ser sustituida por la Hermana Hélène Delmas. En 1854, la epidemia de cólera llegó a Castres y la Fundadora de las Hermanas Azules, luego de contraer dicha enfermedad, muere el 2 de octubre rodeada de sus hermanas».

Emilie fue beatificada en 2009. 
El Papa Francisco I la canonizó el 17 de mayo del 2015, y dijo en la homilía: «"Quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en Él" (1 Jn 4, 16). Jesús lo había repetido con insistencia a sus discípulos: "Permaneced en mí… Permaneced en mi amor" (Jn 15, 4. 9). Este es el secreto de los santos: permanecer en Cristo, unidos a Él como los sarmientos a la vid, para dar mucho fruto (cf. Jn 15, 1-8). Y este fruto no es otra cosa que el amor. Este amor resplandece en el testimonio de la hermana Juana Emilia de Villeneuve, que consagró su vida a Dios y a los pobres, a los enfermos, los presos, los explotados, convirtiéndose para ellos y para todos en signo concreto del amor misericordioso del Señor».

Los restantes párrafos entrecomillados, los de la biografía de la santa, fueron tomados del sitio del Colegio Inmaculada Concepción, de Lanús, perteneciente a las Hermanas de la Inmaculada Concepción de Castres.

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1 de octubre de 2020

1° de octubre: Aniversario de la Dedicación de la Catedral de Añatuya

El Calendario Litúrgico de la Argentina señala que hoy es el aniversario de la Dedicación de la Catedral de Añatuya, en la provincia de Santiago del Estero.



La Catedral de Añatuya está dedicada a Nuestra Señora del Valle. La diócesis fue creada por San Juan XXIII mediante la Bula In Argentina, del 10 de abril de 1961.


Las fotos las tomé en agosto de 2019.

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