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30 de junio de 2025

30 de junio: Conmemoración de San Pablo

Como sabemos, San Pedro y San Pablo son honrados conjuntamente en la Solemnidad del 29 de junio, y además cada uno tiene por separado su propia celebración, ambas con categoría de Fiesta: la Cátedra de San Pedro (18 de enero) y la Conversión de San Pablo (25 de enero). Sin embargo, en la Liturgia tradicional (expresada en el Misal Romano de 1962) y en algunos calendarios particulares, como en el de los barnabitas, en la fecha de hoy se celebra la conmemoración del apóstol San Pablo.

Nos ha parecido interesante señalar aquí la explicación que da el Misal Diario para América del padre Azcárate sobre esta celebración:


También queremos compartir fragmentos de la Liturgia de hoy según el Misal anterior a las reformas postconciliares.

El Introito y la Oración Colecta:



Y la Primera Lectura, tomada de la Carta a los Gálatas (1, 11-20):
Quiero que sepan, hermanos, que la Buena Noticia que les prediqué no es cosa de los hombres, porque  yo no la recibí ni aprendí de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.

Seguramente ustedes oyeron hablar de mi conducta anterior en el Judaísmo: cómo perseguía con furor a la Iglesia de Dios y la arrasaba, y cómo aventajaba en el Judaísmo a muchos compatriotas de mi edad, en mi exceso de celo por las tradiciones paternas.

Pero cuando Dios, que me eligió desde el seno de mi madre y me llamó por medio de su gracia, se complació en revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara entre los paganos, de inmediato, sin consultar a ningún hombre y sin subir a Jerusalén para ver a los que eran Apóstoles antes que yo, me fui a Arabia y después regresé a Damasco.

Tres años más tarde, fui desde allí a Jerusalén para visitar a Pedro, y estuve con él quince días. No vi a ningún otro Apóstol, sino solamente a Santiago, el hermano del Señor.

En esto que les escribo, Dios es testigo de que no miento.


La imagen de San Pablo que ilustra esta entrada se venera en la Catedral de Buenos Aires. El Apóstol de los Gentiles es representado con su atributo iconográfico habitual, la espada, instrumento de su martirio a la vez que evocación de «la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios», como el mismo Pablo dice en Efesios 6, 17.

11 de noviembre de 2024

11 de noviembre: Solemnidad de San Martín de Tours

En la Solemnidad de San Martín de Tours, Patrono de Buenos Aires desde su fundación, compartimos imágenes que tomamos en la Catedral Metropolitana: un vitral que representa el episodio más famoso de la vida del santo.

Acompañamos dichas fotografías con fragmentos de la homilía pronunciada por el entonces Arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, el 11 de noviembre de 2022. Se trata de la última vez que presidió la misa en honor del Patrono de Buenos Aires durante su pontificado en la ciudad, ya que en mayo siguiente dejó el cargo por haber cumplido la edad canónica.


«(...) 

De la serie de parábolas sobre la vigilancia de Mateo 25, nos vuelve a interpelar la asombrosa imagen de un juicio que llevará a cabo el Hijo del hombre cuando regrese glorioso y convoque a todas las naciones. Es la última parábola sobre el Reino prometido y Jesús retoma la enseñanza de aquella bienaventuranza que declara: «Felices los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia».

El texto que hemos escuchado, nos enseñó San Juan Pablo II, «… “no es una simple invitación a la caridad: es una página de cristología, que ilumina el misterio de Cristo”. En este llamado a reconocerlo en los pobres y sufrientes se revela el mismo corazón de Cristo, sus sentimientos y opciones más profundas, con las cuales todo santo intenta configurarse».

Hoy la liturgia nos permite celebrar la memoria de un santo que sirvió a Jesús, misteriosamente presente en todos los pequeños. 

En la Vida de Martín escrita por Sulpicio Severo –contemporáneo del santo– relata un célebre episodio en la ciudad de Amiens. Martín, compadecido de un pobre que padecía frío a las puertas de la ciudad, rasgó su capa militar por la mitad y se la ofreció. Por la noche Cristo se le apareció en una visión y le dijo: «Martín, siendo todavía catecúmeno, me ha cubierto con este vestido» (Vida de Martín, 3, 3). La iconografía mostrará una señalada preferencia por este hecho en las representaciones del santo. 

Hoy, ante su imagen y su reliquia, deseo recordarlo con la semblanza salida de la pluma del poeta Francisco Luis Bernárdez, un grande de las letras argentinas:

«El soldado Martín detuvo su caballo 

y se quedó mirando al mendigo

que le pedía una limosna 

por el amor de Nuestro Señor Jesucristo,

y vio que tenía los ojos 

de los que han llorado y llorado desde niños,

y vio que tenía las manos 

de los que solamente saben este oficio

y vio que tenía los pies 

de los que no conocen sino este camino.

Y vio que tenía la boca 

de los que no han dicho palabras de cariño,

y vio que tenía la frente 

de los que no saben dónde hallarán arrimo,

y vio que aquel cuerpo sediento y hambriento 

estaba casi aterido de frío,

y vio que el alma de aquel cuerpo 

también carecía de alimento y abrigo.

El soldado Martín detuvo su caballo 

y, después de mirar al mendigo,

contempló la dulce campiña, 

los árboles, los pájaros, el cielo y el río,

feliz cada cual en su mundo, 

feliz cada cual en sus límites estrictos,

feliz cada cual en el orden impuesto a las cosas 

por el Dedo infinito,

menos el hombre sin amparo 

que le pedía una limosna en el camino

y aunque Martín aún no había recibido 

las santas aguas del bautismo

que lavan el entendimiento 

para que refleje los misterios divinos,

(aunque Martín era soldado de Roma

todavía no lo era de Cristo),

comprendió toda la miseria, 

comprendió todo el horror del hombre caído,

y comprendió también que aquella debilidad

provenía del hombre mismo

y no de Dios, que todo, todo, 

lo había creado fuerte, feliz y limpio.

El soldado Martín detuvo su caballo y,

volviendo a mirar al mendigo,

pensó en el valor que tendría la naturaleza humana 

en el plan divino,

pensó en el valor que tendría la naturaleza

de aquel ser desvalido,

cuando, para restaurarla, 

fue menester que lo grande se hiciera chico,

que lo infinito se volviera finito, 

que lo eterno tuviera principio,

que la causa se hiciera efecto, 

que lo absoluto se volviera relativo,

que se ofreciera en sacrificio nada menos

que la Palabra de Dios vivo;

y al pensar en esto el soldado, 

no teniendo con qué socorrer al mendigo,

como aquella causa era justa, 

desenvainó la espada que llevaba al cinto,

rasgó por el medio su capa, 

le alargó la mitad y siguió su camino,

llevando la otra mitad para cubrir

espiritualmente al pueblo argentino,

que, con el andar de los años, 

había de nacer aquí, donde nacimos».


La elección de San Martín como protector de la ciudad aconteció de una manera sorprendente. Dada la fundación definitiva de Buenos Aires en 1580 por el adelantado Juan de Garay, las ordenanzas reales exigían que, cuanto antes, se eligiese entre la Comunión de los Santos, a quien debía interceder ante Dios por los miembros presentes y futuros de lo que entonces era un centenar de personas. Los miembros del improvisado cabildo echaron suerte y por tres veces salió el obispo francés. La triple elección obedeció a la porfía de los cabildantes, que esperaban surgiese la figura de uno de los tantos mártires, beatos y santos con los que España contaba en su tradición.

La fe en Dios, la bondad y caridad con el prójimo que caracterizaron la vida de San Martín de Tours, hoy, durante más de cuatro siglos, siguen siendo un testimonio vivo del Evangelio de Jesús. La vida cotidiana que transcurre en nuestra ciudad tiene luces y sombras. Los millones que vivimos y otros tantos que transitan por distintos intereses, muchas veces se muestran indiferentes ante el dolor de los demás, y nuestro santo samaritano nos enseña a no pasar de largo ante el dolor y las necesidades ajenas. Esta es la razón por la que Dios quiso, en su gran misericordia, ponernos bajo su amparo y dirección espiritual».


8 de junio de 2023

Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

Para celebrar Corpus Christi visitamos una vez más la Catedral de Buenos Aires; concretamente, la Capilla del Santísimo Sacramento.


Un breve fragmento de la Secuencia Lauda, Sion, que forma parte de la Liturgia de hoy, se lee en el frente del templete:

Glorifica, Sión, a tu Salvador,
aclama con himnos y cantos
a tu Jefe y tu Pastor.

Glorifícalo cuanto puedas,
porque él está sobre todo elogio
y nunca lo glorificarás bastante.

El motivo de alabanza
que hoy se nos propone
es el pan que da la vida.

El mismo pan que en la Cena
Cristo entregó a los Doce,
congregados como hermanos.

Alabemos ese pan con entusiasmo,
alabémoslo con alegría,
que resuene nuestro júbilo ferviente.

Porque hoy celebramos el día
en que se renueva la institución
de este sagrado banquete.

En esta mesa del nuevo Rey,
la Pascua de la nueva alianza
pone fin a la Pascua antigua.

El nuevo rito sustituye al viejo,
las sombras se disipan ante la verdad,
la luz ahuyenta las tinieblas.

Lo que Cristo hizo en la Cena,
mandó que se repitiera
en memoria de su amor.

Instruidos con su enseñanza,
consagramos el pan y el vino
para el sacrificio de la salvación.

Es verdad de fe para los cristianos
que el pan se convierte en la carne,
y el vino, en la sangre de Cristo.

Lo que no comprendes y no ves
es atestiguado por la fe,
por encima del orden natural.

Bajo la forma del pan y del vino,
que son signos solamente,
se ocultan preciosas realidades.

Su carne es comida, y su sangre, bebida,
pero bajo cada uno de estos signos,
está Cristo todo entero.

Se lo recibe íntegramente,
sin que nadie pueda dividirlo
ni quebrarlo ni partirlo.

Lo recibe uno, lo reciben mil,
tanto éstos como aquél,
sin que nadie pueda consumirlo.

Es vida para unos y muerte para otros.
Buenos y malos, todos lo reciben,
pero con diverso resultado.

Es muerte para los pecadores y vida para los justos;
mira como un mismo alimento
tiene efectos tan contrarios.


Cuando se parte la hostia, no vaciles:
recuerda que en cada fragmento
está Cristo todo entero.

La realidad permanece intacta,
sólo se parten los signos,
y Cristo no queda disminuido,
ni en su ser ni en su medida.



Este es el pan de los ángeles,
convertido en alimento de los hombres peregrinos:
es el verdadero pan de los hijos,
que no debe tirarse a los perros.

Varios signos lo anunciaron:
el sacrificio de Isaac,
la inmolación del Cordero pascual
y el maná que comieron nuestros padres.

Jesús, buen Pastor, pan verdadero,
ten piedad de nosotros:
apaciéntanos y cuídanos;
permítenos contemplar los bienes eternos
en la tierra de los vivientes.

Tú, que lo sabes y lo puedes todo,
tú, que nos alimentas en este mundo,
conviértenos en tus comensales del cielo,
en tus coherederos y amigos,
junto con todos los santos.

24 de abril de 2023

24 de abril: Nuestra Señora de los Buenos Aires


Hoy se celebra a Nuestra Señora de los Buenos Aires. De una gacetilla de AICA para igual ocasión de 2012, que aporta a su vez datos proporcionados por las autoridades de la Catedral Metropolitana, tomamos la siguiente información:

El 24 de abril «se celebra la fiesta de Nuestra Señora de los Buenos Aires, advocación que dio el nombre a la capital argentina. (...). En la primera fundación de Buenos Aires Pedro de Mendoza llamó al sitio Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre para cumplir la promesa que hiciera a la Patrona de los Navegantes. “Buen Ayre” era la castellanización del nombre de la Virgen de Bonaria que se veneraba en el santuario de Cagliari, Cerdeña, y que era también patrona de los navegantes de Cádiz, España».



«En la segunda fundación, Juan de Garay le da al nuevo asentamiento el nombre de Ciudad de la Trinidad. La razón sería que la festividad más importante cercana a la fecha había sido la de la Trinidad o, según algunos historiadores, porque la nave ancló el día de dicha festividad. 
Pero al puerto le dio el nombre de Puerto de Santa María de los Buenos Ayres. Sin embargo los designios de Garay no tuvieron éxito ya que a pesar de que jamás hubo disposición oficial alguna que cambiara su nombre, el uso inapelablemente consagró desde el primer momento el nombre de Buenos Aires para la ciudad. 
Sin embargo, el nombre asignado por Garay lo conserva el templo mayor porteño, que se llama Catedral de la Santísima Trinidad». 

Tomé las fotos en mayo de 2018 en la Catedral de Buenos Aires.

30 de mayo de 2022

Lunes de la VII Semana de Pascua


En la misa de hoy se lee un fragmento del Evangelio de Juan (16, 29-33) que termina con estas palabras del Señor:

«En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».


La frase "Yo he vencido al mundo", en latín, se lee en la base de la cúpula de la Catedral de Buenos Aires.

18 de marzo de 2022

18 de marzo: San Gabriel

En "El Año Cristiano" de J. Croisset (editado en 1864) leemos, en el capítulo correspondiente al 18 de marzo:


Por particular concesión de la Silla Apostólica se celebra en los reinos de España la festividad del gloriosísimo arcángel San Gabriel, como a quien debemos el singular beneficio de haber anunciado a la santísima Virgen y Señora nuestra la encarnación del divino Verbo, y haber traído al mundo la noticia de su mayor gozo y consuelo, que por tantos años había sido el objeto de las esperanzas de los justos, el blanco de sus suspiros y oraciones, y el fin a que se dirigían las magnificas promesas que el Omnipotente había hecho á su pueblo, sacándole de Egipto y trayéndole a la tierra de promisión, señal manifiesta de que algún día había de sacarle de la esclavitud del demonio, en que vivía desde la primera culpa, y había de traerle al conocimiento perfecto de su santa ley, por medio de un libertador que destruyese el imperio de la muerte, y fuese el redentor de todo Israel.

Estas grandes y verdaderas promesas las conocieron particularmente los justos del Antiguo Testamento; y como observa el padre San Agustín, a proporción que se iba acercando el tiempo de su cumplimiento, fue también haciéndose mas pública y mas notoria esta certísima esperanza en toda la nación hebrea, de la cual había de nacer el Redentor deseado.

Luego el texto glosa la intervención de Gabriel en el libro de Daniel (8, 16; 9, 21). 

A continuación se refiere a la aparición del ángel a Zacarías (Lc 1, 5-25):

De este mismo medio se valió el santo Zacarías, de quien nos dice San Lucas que, viviendo en la observancia de todos los mandamientos y justificaciones del Señor, mereció que se le apareciese en el templo el mismo glorioso arcángel, y le dijese: "No temas, Zacarías, porque han sido oídas tus oraciones en presencia del Señor; y sabe que tendrás un hijo, que será tu gozo y alegría, y ha de ser grande delante del Altísimo". Así se verificó, naciendo al tiempo señalado por el arcángel el precursor San Juan Bautista, que fue grande en la presencia de Dios y de los hombres.

Esta aparición es la que evoca la imagen que compartimos hoy:

Ya vimos esta imagen, en otro contexto litúrgico. Pertenece a la Catedral de Buenos Aires.

Por supuesto, el texto dedica un amplio párrafo a la Anunciación.

El apartado termina con estas palabras:

Tales han sido los honoríficos encargos que ha hecho Dios al arcángel san Gabriel , como vemos en las santas escrituras; señal manifiesta de que es el principal o el sumo entre los ángeles, como le llama San Gregorio, pues tratándose de la más suprema embajada que jamás se hizo o se ha de hacer en el mundo, convenía que fuese destinado para ella uno de los primeros personajes del empíreo. También nos manifiesta el gran poder y valimiento que tiene con Dios este glorioso arcángel, y lo mucho que en su intercesión podemos confiar, si le tenemos una verdadera devoción.

Entendemos que el hecho de que se celebrara a San Gabriel el 18 de marzo podría guardar relación con la  fecha de la Anunciación, que correspondería entonces a la octava de San Gabriel. También la fecha más tradicional para el arcángel, el 24 de marzo, estaba vinculada con Solemnidad de la Anunciación, en cuya víspera, con mucha lógica, se celebraba. Actualmente, los tres arcángeles nombrados en la Biblia (Miguel, Gabriel y Rafael) son honrados juntos en la Fiesta del 29 de septiembre.

23 de junio de 2020

23 de junio: Vigilia de la Solemnidad del Nacimiento de San Juan Bautista


La celebración litúrgica de San Juan Bautista es totalmente peculiar dentro del año cristiano. Ante todo, se celebra su nacimiento, lo cual ocurre sólo -además de con él- con el Señor y con la Virgen María. Además, el Nacimiento de San Juan Bautista alcanza la categoría de Solemnidad. Y por si todo esto fuera poco, es una de las poquísimas fiestas del ciclo santoral que tiene Vigilia (solamente se le equiparan en esto las solemnidades de San Pedro y San Pablo y de la Asunción).

Hoy por la tarde, en la misa de la Vigilia, se lee este fragmento evangélico (Lucas 1, 5-17):


«En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel. Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.

Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor.

Pero el ángel le dijo:

—“No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto”».

La aparición del ángel delante de Zacarías mientras éste estaba haciendo la ofrenda del incienso está magistralmente representada en este retablo lateral de la Catedral Metropolitana.

15 de marzo de 2020

Domingo III de Cuaresma


Las fotos, que tomamos (en dos ocasiones distintas) desde una perspectiva inusual, muestran el techo de la Catedral de Buenos Aires, en la zona que corresponde al presbiterio. La escena representada en el panel es el encuentro de Jesús con la mujer samaritana junto al pozo de Jacob (Jn 4, 5-42), episodio que se proclama hoy,  en la misa del Tercer Domingo de Cuaresma del Ciclo A.




El texto bíblico es ampliamente conocido; no tan divulgada, en cambio, es la poesía que transcribimos a continuación, titulada "La samaritana". Su autor es el sacerdote argentino Clemente Ruppel (1913-1990), de la Congregación del Verbo Divino, de quien dijo Leonardo Castellani: "El P.Clemente Ruppel soporta la comparación con los mejores poetas argentinos actuales (...) Es un maestro de la lengua y el metro, un príncipe de la metáfora y un millonario de la fastuosa ornamentación". "Su libro —dice también Castellani en el mismo prólogo del libro "Poemas en nostalgia mayor" (Editorial Guadalupe, 1961)―  tiene como tres partes: una, la de los sonetos alejandrinos de tema religioso, factura refinada y contenido tierno y regocijado, no pocas veces netamente evangélico, como en esta pieza magistral: LA SAMARITANA".





Desciende el mediodía por la boca del pozo.
En su fondo navegan relámpagos de fragua.
En eso Dios irrumpe, jadeante y sudoroso,
el cielo como premio, por una copa de agua.

Por una copa de agua que su fiebre devora,
sin espera, y de manos de la mujer perdida,
de cuyo seno, enjuto de sed y piedra, aflora
una vertiente intacta que salta a eterna vida.

Camino de las casas un sol de fuego avanza.
Por él la pecadora redimida se lanza,
y a su paso frescuras de ráfaga despierta.

Y junto al pozo inútil, rabioso insatisfecho,
de nuevo se acurruca Dios Amor al acecho,
manantial de agua viva, sediento de agua muerta.

27 de febrero de 2020

Jueves después de Ceniza




La Antífona de Comunión de la misa de hoy, Jueves después de Ceniza, está tomada de los primeros versículos del salmo 50: «Crea en mí, Dios mío, un corazón puro y renueva la firmeza de mi espíritu».

«Crea en mí, Dios mío, un corazón puro»: esas palabras están inscriptas, en latín, en uno de los confesionarios de la Catedral de Buenos Aires. Tomamos la foto en octubre de 2018.

29 de enero de 2020

29 de enero: Aniversario de la Dedicación de la Catedral de Buenos Aires


La Catedral de la Santísima Trinidad de Buenos Aires tiene como primer antecedente el templo al que se refiere Juan de Garay en el acta de fundación de la ciudad (texto adaptado al español moderno):
En el nombre de la Santísima Trinidad, Padre é Hijo y Espíritu Santo, tres personas y un solo Dios verdadero, que vive y reina por siempre jamás, amén, y de la gloriosísima Virgen Santa María, su madre, y de todos los santos y santas de la corte del cielo, yo Juan García Garay, teniente de Gobernador y Capitán General y Justicia Mayor y Alguacil Mayor en todas estas provincias...   en nombre de la majestad real del Rey don Felipe nuestro señor, hoy sábado, día del señor San Bernabé, once días del mes de junio del año del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo de mil quinientos ochenta, estando en este puerto de Santa María de Buenos Ayres, que es en la provincia del Río de la Plata, intitulada la nueva Vizcaya,  fundo en el dicho asiento y puerto una ciudad, la cual pueblo con los soldados y gente que al presente tengo, y he traído para ello, la iglesia de la cual pongo su advocación de la Santísima Trinidad, la cual sea y ha de ser iglesia mayor y parroquial (...) y la dicha ciudad mando se intitule la ciudad de la Trinidad...

En el lugar designado por Garay, frente a la Plaza Mayor, se construyó un templo (que en realidad no era sino un tosco rancho de adobe con techo de cañas). Poco digno y poco sólido, fue demolido por indecente a comienzos del siglo XVII.  En 1618 comenzó a construirse otro templo, que fue el que encontró fray Pedro de Carranza, primer Obispo de Buenos Aires, cuando vino en 1621 a tomar posesión de su sede, creada por Bula de Paulo V en 1620. Se trataba de una iglesia, según sus palabras,  «tan indecente que en España hay lugares en los campos de pastores y ganados más acomodados y limpios».


Altar Mayor y Retablo Mayor

Otras catedrales se sucedieron en el lugar, todas ellas construidas con materiales de poca calidad, hasta que a mediados del siglo XVIII se encaró la construcción de un edificio más sólido y duradero. La actual catedral -la quinta- fue inaugurada con gran pompa el 25 de marzo de 1791.  

¿De dónde surge la fecha del 29 de enero y a qué año corresponde? ¿A 1804, año en que según el sitio web oficial de la Catedral Metropolitana monseñor Benito Lué consagró el templo? Lamentablemente no se conserva la documentación que pueda confirmar esos datos; consultamos incluso oficialmente con autoridades de la Catedral Metropolitana y no pudieron darnos precisiones: «La fecha exacta y el ministro de la consagración exigen para su autenticidad un nuevo estudio»; «Un dato es ese de 1804. Pero hay una resolución de la entonces Congregación de Ritos que el obispo consagrante podía al finalizar el rito cuál sería el día de la memoria anual. Lo cierto es que el 29 de enero hasta ahora fue el único día que se celebró el aniversario»).

Por supuesto, la Catedral de Buenos Aires fue reacondicionada, hermoseada y refaccionada en varias ocasiones a lo largo de los años.

Cátedra episcopal
de la Catedral de Buenos Aires

El aniversario de la Dedicación de una catedral se celebra como Solemnidad en la misma catedral y como Fiesta en los demás templos de la diócesis.


Oración sobre las ofrendas del Común de la Dedicación de una iglesia (en el aniversario de la Dedicación - en la misma iglesia dedicada):

Señor, al recordar el día en que te dignaste
llenar de gloria y santidad
este templo consagrado a ti,
te pedimos que hagas de nosotros
una ofrenda digna de tu agrado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


Todas las fotos son propias, tomadas en diversas ocasiones entre 2011 y 2019.

23 de julio de 2019

23 de julio: Santa Brígida de Suecia

El  23 de julio es el día en que  se celebra la Memoria de Santa Brígida de Suecia.


Una sencilla y bonita imagen de Santa Brígida de Suecia se exhibe en la Catedral Metropolitana, junto a las banderas de la Argentina y de Suecia; es la imagen que ilustra la entrada de hoy. 

Brígida, que vivió en el siglo XIV, desde pequeña practicó devotamente su fe cristiana. A los 14 años contrajo matrimonio con el noble Ulfo, de quien tuvo varios hijos, a todos los cuales educó piadosamente. Consiguió al mismo tiempo, con sus consejos y su ejemplo, que su esposo llevase una vida de piedad. Muerto éste, peregrinó a muchos santuarios y dejó varios escritos, en los que habla de la necesidad de reforma, tanto de la cabeza como de los miembros de la Iglesia. La Pasión de Cristo fue el centro de su espiritualidad. Puso los fundamentos de la Orden del Santísimo Salvador, y finalmente pasó de este mundo en la ciudad de Roma. Fue canonizada pocos años después de su muerte. Es copatrona de Europa.

Oración Colecta:

Señor, Dios nuestro, 
que has manifestado a Santa Brígida secretos celestiales 
mientras meditaba la pasión de tu Hijo, 
concédenos a nosotros, tus siervos, 
gozarnos siempre en la manifestación de tu gloria

12 de julio de 2019

Viernes de la Semana XIV Durante el Año

La historia de José y sus hermanos, hijos de Jacob, se cuenta en la Biblia a lo largo de 14 capítulos del Génesis. José, envidiado por sus hermanos a causa de la preferencia que le tenía su padre,  es vendido como esclavo y termina en Egipto; allí, sin embargo, llega a ser hombre de confianza del Faraón. Cuando Israel sufre una hambruna, sus hermanos (que le habían hecho creer a Jacob que José había muerto) van a Egipto a comprar víveres;  allí José los reconoce y, sin darse a conocer, los provee de lo necesario y les sonsaca información acerca de su padre. Tras otros avatares, José les revela su identidad a sus hermanos y les pide que lleven a Egipto a su padre, ya anciano, con quien finalmente se encuentra.



Algunos momentos principales de esta historia se proclaman en las misas de las ferias (del miércoles al sábado) de la semana XIV durante el año en los años impares. Hoy, viernes de la semana XIV, se lee el fragmento que incluye el conmovedor encuentro en Egipto del anciano Jacob (también llamado Israel) con su hijo José, a quien su padre creía muerto (Génesis 46, 1-7. 28-30).

Los dos versículos finales de la perícopa dicen: «
Cuando llegaron a la región de Gosen, José hizo enganchar su carruaje y subió hasta allí para encontrarse con su padre Israel. Apenas este apareció ante él, José lo estrechó entre sus brazos, y lloró un largo rato, abrazado a su padre. Entonces Israel dijo a José: "Ahora sí que puedo morir, porque he vuelto a ver tu rostro y que vives todavía"».



El episodio es representado en el tímpano de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires. El encuentro de José y sus hermanos hace alusión allí al reencuentro de los argentinos después de la batalla de Pavón en 1861, tras la que volvieron a unirse Buenos Aires y  la Confederación Argentina. Las esculturas son obra de Joseph Dubourdieu, quien también confeccionó la estatua que corona la Pirámide de Mayo.



Fotos propias, como todas las de este Blog, tomadas en diciembre de 2011.

29 de junio de 2019

29 de junio: Solemnidad de San Pedro y San Pablo

La Segunda Lectura de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo está tomada del libro de los Hechos de los Apóstoles (12, 1-11):
Por aquel entonces, el rey Herodes hizo arrestar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Mandó ejecutar a Santiago, hermano de Juan, y al ver que esto agradaba a los judíos, también hizo arrestar a Pedro. Eran los días de «los panes Ácimos». Después de arrestarlo, lo hizo encarcelar, poniéndolo bajo la custodia de cuatro relevos de guardia, de cuatro soldados cada uno. Su intención era hacerlo comparecer ante el pueblo después de la Pascua. Mientras Pedro estaba bajo custodia en la prisión, la Iglesia no cesaba de orar a Dios por él. La noche anterior al día en que Herodes pensaba hacerlo comparecer, Pedro dormía entre los soldados, atado con dos cadenas, y los otros centinelas vigilaban la puerta de la prisión. De pronto, apareció el Ángel del Señor y una luz resplandeció en el calabozo. El Ángel sacudió a Pedro y lo hizo levantar, diciéndole: «¡Levántate rápido!». Entonces las cadenas se le cayeron de las manos. El Ángel le dijo: «Tienes que ponerte el cinturón y las sandalias», y Pedro lo hizo. Después le dijo: «Cúbrete con el manto y sígueme». Pedro salió y lo seguía; no se daba cuenta de que era cierto lo que estaba sucediendo por intervención del Ángel, sino que creía tener una visión. Pasaron así el primero y el segundo puesto de guardia, y llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad. La puerta se abrió sola delante de ellos. Salieron y anduvieron hasta el extremo de una calle, y en seguida el Ángel se alejó de él. Pedro, volviendo en sí, dijo: «Ahora sé que realmente el Señor envió a su Ángel y me libró de las manos de Herodes y de todo cuanto esperaba el pueblo judío».
La escena está representada en la Catedral de Buenos Aires:


8 de marzo de 2019

VIERNES DE CUARESMA: Vía Crucis - Primera y Segunda Estación

Tal como lo hicimos el año pasado, dedicaremos los viernes de la Cuaresma a recorrer las estaciones tradicionales del camino de la Cruz con fotos que tomamos en los respectivos Vía Crucis de catorce templos distintos: distintos entre sí y distintos de los del año 2018.


PRIMERA ESTACIÓN
Jesús es condenado a muerte

Vía Crucis de la capilla de la Santa Casa de Ejercicios




SEGUNDA ESTACIÓN
Jesús carga con la cruz

Vía Crucis de la Catedral de Buenos Aires

Próxima entrada:  9 de marzo, Santa Francisca Romana

24 de abril de 2018

24 de abril: Nuestra Señora de los Buenos Aires


El 24 de abril "se celebra la fiesta de Nuestra Señora de los Buenos Aires, advocación que dio el nombre a la capital argentina. (...) En la primera fundación de Buenos Aires Pedro de Mendoza llamó al sitio Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre para cumplir la promesa que hiciera a la Patrona de los Navegantes. “Buen Ayre” era la castellanización del nombre de la Virgen de Bonaria que se veneraba en el santuario de Cagliari, Cerdeña, y que era también patrona de los navegantes de Cádiz, España.
 
(...) 

En la segunda fundación, Juan de Garay le da al nuevo asentamiento el nombre de Ciudad de la Trinidad. La razón sería que la festividad más importante cercana a la fecha había sido la de la Trinidad o, según algunos historiadores, porque la nave ancló el día de dicha festividad. Pero al puerto le dio el nombre de Puerto de Santa María de los Buenos Ayres. Sin embargo los designios de Garay no tuvieron éxito ya que a pesar de que jamás hubo disposición oficial alguna que cambiara su nombre, el uso inapelablemente consagró desde el primer momento el nombre de Buenos Aires para la ciudad. 
Sin embargo, el nombre asignado por Garay lo conserva el templo mayor porteño, que se llama Catedral de la Santísima Trinidad".

(Fuente: AICA, abril de 2012, en base a una "breve gacetilla" difundida por "la catedral porteña", en la que se narra "el origen de esta advocación").




La imagen de Nuestra Señora de los Buenos Aires es de la misma Catedral Metropolitana,  y cuando tomamos la foto se exhibía excepcionalmente junto al altar de San Martín de Tours, como puede apreciarse en la primera toma.

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24 de enero de 2018

24 de enero: María, Reina de la Paz


Para celebrar hoy la Memoria de María, Reina de la Paz, compartimos unas fotografías de la hermosa imagen de Nuestra Señora de La Paz (Patrona de la ciudad homónima, sede del gobierno de Bolivia) que se venera en la Catedral de Buenos Aires.




Oración Colecta: 
Padre santo, que por medio de tu Hijo único
otorgas la verdadera paz a los hombres del mundo entero,
concédenos, por la intercesión de la Virgen María,
que todos gocemos de tranquilidad
y permanezcamos unidos en el amor fraterno.


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