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30 de agosto de 2025

30 de agosto: Santos Félix y Adaucto

Dice el Martirologio: «En Roma, en el cementerio de Comodila, en la vía Ostiense, santos mártires Félix y Adaucto, que habiendo confesado juntos a Cristo con una fe inquebrantable,  juntos volaron vencedores al cielo».

Entre las sagradas reliquias que son patrimonio de la Basílica del Espíritu Santo se encuentran, junto con otras muchas, las de Félix y Adaucto:


Félix era un sacerdote romano, virtuoso y feliz como lo indica su nombre. Fue arrestado al comienzo de la persecución de Diocleciano. Después de soportar la tortura, fue condenado a morir decapitado. Cuando se dirigía al sitio de la ejecución, se cruzó con un desconocido, que al ver su constancia y heroísmo se declaró cristiano. Los magistrados lo mandaron arrestar, y fue decapitado junto a Félix. Como los cristianos ignoraban el nombre del forastero, lo llamaron "Adaucto", es decir, "Añadido", porque se había unido a Félix en el martirio.

La historia proviene de una inscripción del papa San Dámaso: «¡Feliz de ti, que con tanta razón y verdad te llamabas Félix, porque, con fe invencible y total desprecio del mundo, confesaste a Cristo y buscaste el Reino de los Cielos! Admirad también, hermanos, la preciosísima fe que llevó victoriosamente a Adaucto al cielo».

La persecución de Diocleciano comenzó en 303. Poco después (quizás en 304) se produjo el martirio de Félix y su compañero. La Depositio Martyrum, que es del 354, ya menciona a "Félix y Adaucto, en el cementerio de Comodila en la Vía Ostiense", lo que constituye una  prueba de la antigüedad del culto de estos mártires, que también aparecen en el Sacramentario Leonino y en otros documentosSu tumba fue transformada en basílica, y llegó a ser meta de pregrinación y devoción hasta bien entrado el Medioevo, en el que las catacumbas y los santuarios subterráneos cayeron en el olvido. El cementerio de Comodila y la tumba de Félix y Adaucto fueron redescubiertos en 1720; tras otras peripecias , los restos fueron nuevamente olvidados hasta 1903, cuando la basílica fue definitivamente restaurada. 

1 de marzo de 2025

Santa María "en sabado"

En esta conmemoración de Santa María en sábado compartimos un par de fotos de la imagen de la Virgen que preside la representación del colegio de los Doce en el ábside de la Basílica del Espíritu Santo.


El peculiar ángulo en que tomamos la foto permite apreciar la ubicación de la imagen de la Madre de la Iglesia, justo debajo de la representación del Espíritu Santo, Titular del templo.


Ese mismo motivo nos impulsa a dirigirnos hoy a la Madre de Dios con esta hermosa jaculatoria:

Inmaculada Esposa del Espíritu Santo, ruega por nosotros

28 de febrero de 2025

Viernes de la Semana VII Durante el Año

El Evangelio de hoy está tomado del texto de Marcos  10, 1-12:

Jesús fue a la región de Judea y al otro lado el Jordán. Se reunió nuevamente la multitud alrededor de él y, como de costumbre, les estuvo enseñando una vez más.

Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: «¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?».

Él les respondió: «¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?».

Ellos dijeron: «Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella».

Entonces Jesús les respondió: «Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, "Dios los hizo varón y mujer". "Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne". De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido».

Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto.

Él les dijo: «El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio».


Entre los siete vitrales dedicados a los sacramentos en la Basílica del Espíritu Santo,  el que corresponde al Matrimonio está ilustrado con la escena de las bodas entre José y María, cuya foto hemos visto junto al texto.

24 de febrero de 2025

24 de febrero: Fiesta de San Matías

En la Liturgia tradicional, así como en el rito mozárabe, la fiesta de San Matías se celebra el 24 de febrero.


En su catequesis del 18 de octubre de 2006, «al terminar ... de recorrer la galería de retratos de los Apóstoles llamados directamente por Jesús durante su vida terrena», el papa Benedicto XVI se refirió «a quien siempre aparece en último lugar en las listas de los Doce:  Judas Iscariote», y finalmente «a la persona que después fue escogida para sustituirlo, es decir, Matías».


En relación con nuestro santo de hoy, dijo el Papa:

«Queremos recordar también a quien, después de Pascua, fue elegido para ocupar el lugar del traidor. En la Iglesia de Jerusalén la comunidad presentó a dos discípulos; y después echaron suertes:  "José, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo, y Matías" (Hch l, 23).

Precisamente este último fue el escogido y de este modo "fue agregado al número de los doce Apóstoles" (Hch 1, 26). No sabemos nada más de él, salvo que fue testigo de la vida pública de Jesús (cf. Hch 1, 21-22), siéndole fiel hasta el final. A la grandeza de su fidelidad se añadió después la llamada divina a tomar el lugar de Judas, como para compensar su traición.

De aquí sacamos una última lección:  aunque en la Iglesia no faltan cristianos indignos y traidores, a cada uno de nosotros nos corresponde contrarrestar el mal que ellos realizan con nuestro testimonio fiel a Jesucristo, nuestro Señor y Salvador».

La imagen de San Matías corresponde al Apostolado que aparece en el ábside de la Basílica del Espítitu Santo de la Ciudad de Buenos Aires.

17 de diciembre de 2024

Adviento: 17 de diciembre

Del 17 al 23 de diciembre, es decir, en los últimos días del Adviento, con el Magnificat del Oficio de Vísperas  se rezan las antífonas «O». Son siete llamados al Mesías recordando las ansias con que era esperado por todos los pueblos antes de su venida, y también son una manifestación del sentimiento con que todos los años, de nuevo, lo espera la Iglesia en los días que preceden a la Solemnidad del Nacimiento del Salvador.

Se llaman así porque todas empiezan en latín con la exclamación «O», es decir «Oh». También se llaman «antífonas mayores».

Compuestas hacia los siglos VII u VIII, son un magnífico compendio de la cristología más antigua de la Iglesia, y a la vez, un resumen expresivo de los deseos de salvación de toda la humanidad. Se trata de breves oraciones dirigidas a Cristo, que condensan el espíritu del Adviento; todas empiezan por la exclamación «Oh», seguida de un título mesiánico tomado del Antiguo Testamento; todas  terminan con variantes de la misma súplica: «ven» ¹.

En cada uno de estos siete días, compartiremos la antífona correspondiente, junto con una imagen que, de una u otra manera, evoca la súplica expresada en ella. Las imágenes, como es norma en este blog, son fotos propias tomadas en templos argentinos o de los países limítrofes. 

Para los textos, usamos las versiones en castellano y latín publicadas en el sitio web de la Universidad Pontificia de México, en Liturgia Papal y sobre todo (porque en sus páginas conocimos las antífonas "O" hace más de 55 años) en el Misal Diario para América del padre Azcárate (Ed. Guadalupe, Buenos Aires, 1946).


17 de diciembre


O Sapientia, quae ex ore Altissimi prodiisti,

attingens a fine usque ad finem,

fortiter suaviterque disponens omnia:

veni ad docendum nos viam prudentiae.

 



Oh Sabiduría, 

que brotaste de los labios del Altísimo,

abarcando del uno al otro confín,

y ordenándolo todo con firmeza y suavidad:

ven y muéstranos el camino de la salvación.



----

¹    Texto adaptado de la obra de José Laldazábal: "Enséñame tus caminos 1 - Adviento y Navidad día tras día - Comentarios al leccionario ferial" (Barcelona, CPL, 1996)

8 de abril de 2024

Solemnidad de la Anunciación del Señor

La Solemnidad de la Anunciación se celebra el 25 de marzo, pero este año, al verse impedida por la Semana Santa y la Octava de Pascua, se traslada al día de hoy.

Toma su nombre de la buena nueva anunciada por el arcángel Gabriel a la Santísima Virgen María, referente a la Encarnación del Hijo de Dios.



El Sagrario de la Basílica del Espíritu Santo representa el acontecimiento de la Anunciación. La ubicación de esta imagen no es casual: en el Tabernáculo está presente el Verbo hecho carne, hecho alimento para nosotros, y la Anunciación es justamente el momento de la Encarnación del Verbo, que constituye -en palabras de San Juan Pablo II- «la verdad-clave de la fe, expresada por San Juan al principio de su evangelio: "Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros", y en otro pasaje: "Porque tanto amó Dios al mundo, que le dio su unigénito Hijo, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga la vida eterna"» (Encíclica Redemptor Hominis, 1)

Más adelante dice el Papa en el mismo párrafo:

«"Muchas veces y en muchas maneras habló Dios en otro tiempo a nuestros padres por ministerio de los profetas; últimamente, en estos días, nos habló por su Hijo..."; por medio del Hijo-Verbo, que se hizo hombre y nació de la Virgen María. En este acto redentor, la historia del hombre ha alcanzado su cumbre en el designio de amor de Dios. Dios ha entrado en la historia de la humanidad y en cuanto hombre se ha convertido en sujeto suyo, uno de los millones y millones, y al mismo tiempo Único. A través de la Encarnación, Dios ha dado a la vida humana la dimensión que quería dar al hombre desde sus comienzos y la ha dado de manera definitiva —de modo peculiar a él solo, según su eterno amor y su misericordia, con toda la libertad divina— y a la vez con una magnificencia que, frente al pecado original y a toda la historia de los pecados de la humanidad, frente a los errores del entendimiento, de la voluntad y del corazón humano, nos permite repetir con estupor las palabras de la Sagrada Liturgia: "¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!"».

Oración colecta:

Dios todopoderoso,

has querido que tu Verbo se encarnara

en el seno de la Virgen María;

a quienes confesamos a nuestro Redentor

como verdadero Dios y verdadero hombre

concédenos participar también de su naturaleza divina.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,

y es Dios, por los siglos de los siglos.

26 de marzo de 2024

Martes Santo

El Evangelio de la misa de hoy, Martes Santo, corresponde a un momento de la Última Cena, según el relato de San (Jn 13, 21-33. 36-38), en cuya primera parte (13, 21-30) Jesús anuncia la traición de Judas.  Veamos esa parte del texto (hay una frase que hemos puesto en negrita por los motivos que explicaremos abajo):

Jesús, estando en la mesa con sus discípulos, se estremeció y manifestó claramente: «Les aseguro que uno de ustedes me entregará».

Los discípulos se miraban unos a otros, no sabiendo a quién se refería.

Uno de ellos -el discípulo al que Jesús amaba- estaba reclinado muy cerca de Jesús. Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: «Pregúntale a quién se refiere». Él se reclinó sobre Jesús y le preguntó: «Señor, ¿quién es?».

Jesús le respondió: «Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato».

Y mojando un bocado, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él. Jesús le dijo entonces: «Realiza pronto lo que tienes que hacer».

Pero ninguno de los comensales comprendió por qué le decía esto. Como Judas estaba encargado de la bolsa común, algunos pensaban que Jesús quería decirle: «Compra lo que hace falta para la fiesta», o bien que le mandaba dar algo a los pobres. Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Ya era de noche.

 

«Judas salió»:  el vitral muestra claramente ese momento. Jesús está «en la mesa con sus discípulos» y Juan «muy cerca de Jesús». El Iscariote, «después de recibir el bocado», se retira del Cenáculo para consumar su traición.

13 de diciembre de 2023

Miércoles de la Semana II de Adviento



En la misa de hoy se lee este hermoso fragmento del Evangelio de San Mateo (11, 28-30):

Jesús tomó la palabra y dijo:

«Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana».

Dos fragmentos de estos dichos de Jesús están transcriptos en el arco de uno de los ábsides laterales de la Basílica del Espíritu Santo, junto a una imagen del Sagrado Corazón.


9 de octubre de 2023

Lunes de la Semana XXVII Durante el Año

El Lunes de la Semana XXVII del Tiempo Ordinario se lee en el Evangelio la famosa parábola del Buen Samaritano (Lc 10, 25-37):

   Un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?».

    Jesús le preguntó a su vez: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?».

    Él le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo».

    «Has respondido exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida».

    Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: «¿Y quién es mi prójimo?».

    Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió:

«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: "Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver".

    ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?».

    «El que tuvo compasión de él», le respondió el doctor.

    Y Jesús le dijo: «Ve, y procede tú de la misma manera».


La parábola está representada en un relieve en el altar del Sagrado Corazón de la Basílica del Espíritu Santo.

Completamos esta entrada transcribiendo aquí uno de los prefacios comunes (el VII) que trae el Misal Romano con esta expresa indicación: 

Este prefacio se dice en las Misas del tiempo "durante el año" que carecen de prefacio propio. Es oportuno usarlo en el domingo XV del tiempo «durante el año» del ciclo C y el lunes de la semana XXVII del tiempo «durante el año».

...

En verdad es justo darte gracias,

y es deber nuestro alabarte,

Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,

en todos los momentos y circunstancias de la vida,

en la salud y en la enfermedad,

en el sufrimiento y en el gozo,

por tu servidor, Jesús, nuestro Redentor.


Porque él, en su vida terrena, pasó haciendo el bien

y curando a los oprimidos por el mal.

También hoy, como buen samaritano,

se acerca a todo hombre

que sufre en su cuerpo o en su espíritu,

y cura sus heridas con el aceite del consuelo

y el vino de la esperanza.


Por este don de tu gracia,

incluso cuando nos vemos sumergidos en la noche del dolor,

vislumbramos la luz pascual

en tu Hijo, muerto y resucitado.


Por eso, unidos a los ángeles y a los santos,

cantamos a una voz el himno de tu gloria:


Santo, Santo, Santo...



10 de julio de 2023

Lunes de la Semana XIV Durante el Año

Uno de los vitrales del ábside lateral de la Basílica del Espírutu Santo que da hacia el sur muestra a Jacob junto a la escala por la que, en su sueño, vio subir y bajar ángeles. El relato de ese célebre episodio lo trae la Primera Lectura de la misa de hoy, tomada del libro del Génesis (28, 10-22a):

  Jacob partió de Berseba y se dirigió hacia Jarán. De pronto llegó a un lugar, y se detuvo en él para pasar la noche, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso como almohada y se acostó allí.

  Y tuvo un sueño: Una escalinata apoyada en la tierra con la cima tocaba el cielo. Ángeles de Dios subían y bajaban por ella. El Señor estaba en pie sobre ella y dijo:

—«Yo soy el Señor, el Dios de tu Padre Abrahán y el Dios de Isaac. La tierra sobre la que estás acostado, te la daré a ti y a tu descendencia. Tu descendencia se multiplicará como el polvo de la tierra, y ocuparás el oriente y el occidente, el norte y el sur; y todas las naciones del mundo se llamarán benditas por causa tuya y de tu descendencia. Yo estoy contigo; yo te guardaré dondequiera que vayas, y te volveré a esta tierra y no te abandonaré hasta que cumpla lo que he prometido».

Jacob se despertó de su sueño y exclamó: «¡Verdaderamente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía!».

Y lleno de temor, añadió: «¡Qué temible es este lugar! Es nada menos que la casa de Dios y la puerta del cielo».

A la madrugada del día siguiente, Jacob tomó la piedra que la había servido de almohada, la erigió como piedra conmemorativa, y derramó aceite sobre ella. Y a ese lugar, que antes se llamaba luz, lo llamó Betel, que significa «Casa de Dios». 

Luego Jacob hizo este voto: «Si Dios me acompaña y me protege durante el viaje que estoy realizando, si me da pan para comer y ropa para vestirme, y si puedo regresar sano y salvo a la casa de mi padre, el Señor será mi Dios. Y esta piedra conmemorativa que acabo de erigir, será la casa de Dios».


3 de mayo de 2023

3 de mayo: Fiesta de San Felipe y Santiago

 

La imagen que vemos es una composición. En el Apostolado que constituye el retablo principal de la Basílica del Espíritu Santo, los apóstoles están ubicados de dos en dos, pero Felipe y Santiago no están juntos. Por ello hemos recortado las dos imágenes y las hemos unido.

«Felipe y Santiago deben su fiesta romana a una basílica, a saber, a la iglesia que ahora se llama "basílica de los doce apóstoles". Fue edificada por el papa Julio (337-52) y se llamó primero, por el fundador, "basilica Iulii". No hay motivo alguno para creer que ya entonces fuera destinada al culto de los apóstoles». 

La iglesia «fue transformada bajo los papas Pelagio I  (556-561) y Juan III (561-74). (...) En el ábside estaba la dedicación a Santiago y Felipe: Quisquis lector adest,  Iacobi pariterque Philippi  apostolicum lumen inesse locis».


«Cuando en 1873 se descubrió bajo el altar mayor el altar del siglo VI, se halló un relicario con restos del esqueleto de dos hombres. Un trozo de diente se ajustaba exactamente a un resto de diente en la reliquia de la cabeza de Santiago, guardada en la Catedral de Ancona. Ambas reliquias proceden, por tanto, de un cuerpo, cuyos restos se quisieron enterrar en la nueva iglesia como cuerpos de apóstoles».


La consagración de la iglesia tuvo probablemente lugar un 1° de mayo, que por eso es la fecha en que estaba consignada la fiesta de hoy en el calendario litúrgico anterior a la reforma postconciliar. 

«Sólo por esta consagración vinieron a parar los apóstoles Santiago y Felipe a la misma fecha. Las fuentes más antiguas sólo conocen para el 1 de mayo a Felipe», cuya figura predominaba en los textos litúrgicos del Oficio Divino y de la misa.

Más datos sobre esta fiesta en la entrada del 3 de mayo de 2021.

13 de abril de 2023

Jueves de la Octava de Pascua

El Jueves de la Octava de Pascua, en el Oficio de Lecturas, se proclama el siguiente texto de San Cirilo de Jerusalén,  tomado de sus Catequesis  ¹ y titulado "El bautismo, figura de la pasión de Cristo".

«Fuisteis conducidos a la santa piscina del divino bautismo, como Cristo desde la cruz fue llevado al sepulcro.

Y se os preguntó a cada uno si creíais en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Después de haber confesado esta fe salvadora, se os sumergió por tres veces en el agua y otras tantas fuisteis sacados de la misma: con ello significasteis, en imagen y símbolo, los tres días de la sepultura de Cristo.

Pues así como nuestro Salvador pasó en el seno de la tierra tres días y tres noches, de la misma manera vosotros habéis imitado con vuestra primera emersión el primer día que Cristo estuvo en la tierra, y, con vuestra inmersión, la primera noche. Porque como el que anda durante el día lo percibe todo, del mismo modo en vuestra inmersión, como si fuera de noche, no pudisteis ver nada; en cambio al emerger os pareció encontraros en pleno día; y en un mismo momento os encontrasteis muertos y nacidos, y aquella agua salvadora os sirvió a la vez de sepulcro y de madre.

Por eso os cuadra admirablemente lo que dijo Salomón, a propósito de otras cosas: Tiempo de nacer, tiempo de morir; pero a vosotros os pasó esto en orden inverso: tuvisteis un tiempo de morir y un tiempo de nacer, aunque en realidad un mismo instante os dio ambas cosas, y vuestro nacimiento se realizó junto con vuestra muerte.

¡Oh maravilla nueva e inaudita! No hemos muerto ni hemos sido sepultados, ni hemos resucitado después de crucificados, en el sentido material de estas expresiones, pero, al imitar estas realidades en imagen hemos obtenido así la salvación verdadera.

Cristo sí que fue realmente crucificado y su cuerpo fue realmente sepultado y realmente resucitó; a nosotros, en cambio, nos ha sido dado, por gracia, que, imitando lo que él padeció con la realidad de estas acciones, alcancemos de verdad la salvación.

¡Oh exuberante amor para con los hombres! Cristo fue el que recibió los clavos en sus inmaculadas manos y pies, sufriendo grandes dolores, y a mí, sin experimentar ningún dolor ni ninguna angustia, se me dio la salvación por la comunión de sus dolores.

No piense nadie, pues, que el Bautismo fue dado solamente por el perdón de los pecados y para alcanzar la gracia de la adopción, como en el caso del bautismo de Juan, que confería sólo el perdón de los pecados; nuestro bautismo, como bien sabemos, además de limpiarnos del pecado y darnos el don del Espíritu es también tipo y expresión de la Pasión de Cristo. Por eso Pablo decía: ¿Es que no sabéis que los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo Jesús fuimos incorporados a su muerte? Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte».

La imagen, tomada en el Bautisterio de la Basílica del Espíritu Santo, representa gráficamente el vínculo del sacramento del Bautismo con la gloriosa Pasión de Jesucristo.

¹ Catequesis 20, Mistagogica 21, 4-6: PG 33, 1079-1082

23 de marzo de 2023

Jueves de la Semana IV de Cuaresma

La Segunda Lectura del Oficio de Lecturas de hoy está tomada de las Cartas de San Máximo el Confesor (Carta 11: PG 91, 454455): "La misericordia del Señor para con los que se arrepienten". En el texto, que transcribimos a continuación, hemos remarcado algunas frases que están representadas en el conjunto que conforma el altar del Sagrado Corazón (que incluye retablo y ábside) de la Basílica del Espíritu Santo.


Los predicadores de la verdad y ministros de la gracia divina, todos los que desde el principio hasta nuestros días, cada uno en su tiempo, nos han dado a conocer la voluntad salvífica de Dios, nos enseñan que nada hay tan grato y querido por Dios como el hecho de que los hombres se conviertan a él con sincero arrepentimiento

San Agustín y Santa María Magdalena

Y, para inculcamos esto mismo de un modo aún más divino, la divina Palabra del Dios y Padre, aquel que es la primigenia y única revelación de la infinita bondad, con un rebajamiento y condescendencia inefables, se dignó convivir con nosotros, hecho uno de nosotros; e hizo, padeció y enseñó todo aquello que era necesario para que nosotros, que éramos enemigos y extranjeros, que estábamos privados de la vida feliz, fuéramos reconciliados con nuestro Dios y Padre y llamados de nuevo a la vida. 

En efecto, no sólo curó nuestras enfermedades con la fuerza de sus milagros, no sólo nos liberó de nuestros muchos y gravísimos pecados, cargando con la debilidad de nuestras pasiones y con el suplicio de la cruz —como si él lo mereciera, cuando en realidad estaba inmune de toda culpa—, con lo que saldó nuestra deuda, sino que nos enseñó también, con abundancia de doctrina, a imitarlo en su benignidad condescendiente y en su perfecta caridad para con todos. 

Por esto afirmaba: No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. Y también: No son los sanos los que tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Y decía también que él había venido a buscar a la oveja perdida. Y que había sido enviado a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Asimismo, insinúa de una manera velada, con la parábola de la dracma perdida, que él ha venido a restablecer en el hombre la imagen divina, cubierta por el repugnante estiércol de los vicios. Y también: Os aseguro que habrá en el cielo gran alegría por un pecador que se convierta. 

Con este fin, a aquel hombre que cayó en manos de los ladrones, que lo desnudaron, lo golpearon y se fueron dejándolo medio muerto, él lo reconfortó, vendándole las heridas, derramando en ellas aceite y vino, haciéndolo montar sobre su propia cabalgadura y acomodándolo en el mesón para que tuvieran cuidado de él, dando para ello una cantidad de dinero y prometiendo al mesonero que, a la vuelta, le pagaría lo que gastase de más. 

Nos muestra también la condescendencia del buen padre para con el hijo pródigo que regresa arrepentido, al que abraza, al que devuelve plenamente sus prerrogativas de hijo, sin echarle en cara su conducta anterior. 

Por esto mismo, cuando encuentra a la oveja que se había apartado de las otras cien, errante por los montes y colinas, la devuelve al redil, no a golpes y con amenazas ni agotándola de fatiga, sino que, lleno de compasión, la carga sobre sus hombros y la vuelve al grupo de las demás. 

Por esto también clamaba: Venid a mí todos los que andáis rendidos y agobiados, que yo os daré descanso

Y decía: Tomad sobre vosotros mi yugo, dando el nombre de yugo a sus mandamientos, esto es, a una vida ajustada a las enseñanzas evangélicas; y dándoles también el nombre de carga, ya que, por la penitencia, parecen algo pesado y molesto: Porque mi yugo —dice— es suave y mi carga ligera. 



Y en otro lugar, queriendo enseñamos la divina justicia y bondad, nos manda: Sed santos, perfectos, misericordiosos, como vuestro Padre celestial. Y también: Perdonad y seréis perdonados. Y: Cuanto queréis que os hagan los demás, hacédselo igualmente vosotros.

13 de marzo de 2023

Lunes de la Semana III de Cuaresma

 El Salmo Responsorial de la misa de hoy es el salmo 41:



Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios?

Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío. R.

Tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? R.

Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada. R.

Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría; que te dé gracias al son de la cítara, Dios, Dios mío. R.

La frase de la primera estrofa Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío») está transcripta en latín en el relieve de un altar lateral de la Basílica del Espíritu Santo: «Quemadmodum desiderat cervus ad fontes aquarum, ita desiderat anima mea ad te, Deus».

21 de enero de 2023

21 de enero: Nuestra Señora de la Altagracia

Hace algún tiempo, en la Basílica del Espíritu Santo tuvo lugar una muestra de imágenes de advocaciones marianas patronas de países americanos.  Este año mostraremos algunas de las fotos que tomamos en aquella exposición.

Comenzaremos hoy por la imagen de  Nuestra Señora de la Altagracia, patrona de la República Dominicana.


Del sitio www.corazones.org tomamos la información que sigue:

Existen documentos históricos que prueban que en el año de 1502, en la Isla de Santo Domingo, ya se daba culto a la Virgen Santísima bajo la advocación de Nuestra Señora de la Altagracia, cuyo cuadro pintado al  óleo fue traído de España por los hermanos Alfonso y Antonio Trejo, que eran del grupo de los primeros pobladores europeos de la isla.  Al mudarse estos hermanos a la ciudad de Higüey llevaron consigo esta imagen y más tarde la ofrecieron a la parroquia para que todos pudieran venerarla.  En el 1572 se terminó el primer santuario altagraciano y en el 1971 se consagró la actual basílica.

La piedad del pueblo cuenta que la devota hija de un rico mercader pidió a este que le trajese de Santo Domingo un cuadro de Nuestra Señora de la Altagracia.  El padre trató inútilmente de conseguirlo por todas partes; ni clérigos ni negociantes, nadie había oído hablar de esa advocación mariana. Ya de vuelta a Higüey, el comerciante decidió pasar la noche en una casa amiga.  En la sobremesa, apenado por la frustración que seguramente sentiría su hija cuando le viera llegar con las manos vacías, compartió su tristeza con los presentes relatándoles su infructuosa búsqueda.  Mientras hablaba, un hombre de edad avanzada y largas barbas, que también iba de paso, sacó de su alforja un pequeño lienzo enrollado y se lo entregó al mercader diciéndole: "Esto es lo que usted busca".  Era la Virgen de la Altagracia.  Al amanecer el anciano había desaparecido envuelto en el misterio.


El cuadro mide 33 cm por 45 cm y según la opinión de los expertos es una obra primitiva de la escuela española, pintada a finales del siglo XV o a principios del XVI.  El lienzo, que muestra una escena de la Natividad, fue exitosamente restaurado en España en 1978. Se ve a la Madre de Dios mirando dulcemente a su Hijo recién nacido; al fondo aparece San José.

El marco que sostiene el cuadro es posiblemente la expresión más refinada de la orfebrería dominicana.  Un desconocido artista del siglo XVIII construyó esta maravilla de oro, piedras preciosas y esmaltes, probablemente empleando para ello algunas de las joyas que los devotos han ofrecido a la Virgen como testimonio de gratitud.

La imagen de Nuestra Señora de la Altagracia tuvo el privilegio especial de haber sido coronada dos veces; el 15 de agosto de 1922, en el pontificado de Pío XI y por el Papa Juan Pablo II, quien durante su visita a la isla de Santo Domingo el 25 de enero de 1979, coronó personalmente a la imagen con una diadema de plata sobredorada, regalo personal suyo a la Virgen, primera evangelizadora de las Américas. Juan Pablo II también visitó a la Virgen en su basílica en Higüey.

Oración colecta

Señor, Dios Nuestro, que nos diste como Madre a la Bienaventurada María, Madre de tu Hijo, concede que nos afiancemos en tu amor ya que gozamos de la protección de la Virgen bajo el título de la Altagracia, y haz que avancemos en la nueva vida. Por nuestro Señor Jesucristo...

17 de enero de 2023

Martes de la Semana II Durante el Año

La representación simbólica habitual de la virtud de la esperanza por medio de un ancla se fundamenta en este pasaje de la Carta a los Hebreos (6, 20):

«Esta esperanza que nosotros tenemos, es como un ancla del alma, sólida y firme, que penetra más allá del velo, allí mismo donde Jesús entró por nosotros, como precursor».


Esa frase se escucha hoy en la Segunda Lectura de la misa, con su contexto más amplio (el fragmento que se proclama hoy es Heb 6, 10-20).

En dos lugares de la Basílica del Espíritu Santo están representadas las virtudes teologales y, entre ellas, la esperanza como un ancla.

29 de diciembre de 2022

29 de diciembre - Día V dentro de la Octava de Navidad


El 29 de diciembre, quinto día dentro de la Octava de Navidad, se proclama el fragmento del Evangelio de Lucas (2, 22-35) que corresponde a la primera parte del relato de la Presentación de Jesús en el Templo. La segunda parte del relato (2, 22. 36-40) se lee en la misa del  sexto día de la Octava, impedido este año por la Fiesta de la Sagrada Familia. 

Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:

«Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel».

Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos».

La imagen que abre esta entrada corresponde a un relieve en la parte inferior del altar de la Virgen Dolorosa de la Basílica del Espíritu Santo, como vemos en la foto que sigue. Esa ubicación guarda relación con la frase de Simeón dirigida a María en el momento de la Presentación del Niño: «a ti misma una espada te atravesará el corazón» (Lc 2, 35).


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Un aviso final:

Desde que comenzamos con este blog y durante los primeros seis años, tuvimos un número variable de entradas por mes; lo más común fue tener 9 ó 10 entradas cada mes, con un mínimo de 5 (en febrero de 2017)  y un máximo de 13 (en junio de 2020). En el año que termina "estandarizamos" en 10 entradas cada mes. Ahora, en un nuevo crecimiento del blog, nos complace anunciar que durante el año 2023 este blog tendrá un número fijo de 11 entradas por mes. 
Muchas gracias por todo y un feliz y bendecido año del Señor 2023.

14 de noviembre de 2022

Lunes de la Semana XXXIII Durante el Año

Hoy se lee en misa un fragmento del libro del Apocalipsis (1, 1-5a.6b.10-11; 2, 1-5a) que comienza diciendo:

Revelación de Jesucristo, que le fue confiada por Dios para enseñar a sus servidores lo que tiene que suceder pronto. Él envió a su Ángel para transmitírsela a su servidor Juan. Este atestigua que todo lo que vio es Palabra de Dios y testimonio de Jesucristo. Feliz el que lea, y felices los que escuchen las palabras de esta profecía y tengan en cuenta lo que está escrito en ella, porque el tiempo está cerca. 

Yo, Juan, escribo a las siete Iglesias de Asia. Llegue a ustedes la gracia y la paz de parte de aquel que es, que era y que vendrá, y de los siete Espíritus que están delante de su trono, y de Jesucristo, el Testigo fiel, el Primero que resucitó de entre los muertos, el Rey de los reyes de la tierra. ¡A él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén (...) 

La referencia a Jesucristo,  «el Rey de los reyes»  y a los «siete Espíritus que están delante de su trono» la vemos plásticamente representada en el retablo del altar donde se encuentra el Tabernáculo de la Basílica del Espíritu Santo:



Siete ángeles ("los siete Espiritus") rodean el Sagrario, que es  "el trono"  donde se encuentra "Aquel que es, que era y que vendrá" (letras griegas Alfa y Omega a ambos lados del Tabernáculo) y sostienen una corona pues Él es el "Rey de los Reyes".

La referencia a los "siete Espíritus" aparece también en Apoc 4, 5 («siete lámparas de fuego, que son los siete Espíritus de Dios»), versículo de la Primera Lectura (Apoc 4, 1-11) que será proclamada este miércoles. 




18 de agosto de 2022

Jueves de la Semana XX Durante el Año

La Primera Lectura de la misa de hoy está tomada del profeta Ezequiel (36, 23-28), fragmento que está contenido en una de las lecturas que  también se proclama en la Vigilia Pascual (36, 17a. 18-28). El versículo 25 dice:

Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: 

de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar.

A su vez, la respuesta del Salmo Responsorial retoma la misma frase:

R. Derramaré sobre vosotros un agua pura
que os purificará de todas vuestras inmundicias.


El versículo contiene una obvia referencia bautismal, y por eso nos ha parecido interesante ilustrar esta entrada con fotos del Bautisterio de la Basílica del Espíritu Santo, en cuyas paredes se lee una frase de contenido análogo: «Sea fuente viva, agua regeneradora, raudal purificante»