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10 de diciembre de 2024

10 de diciembre: Nuestra Señora de Loreto

 

Durante una visita pastoral a Loreto en octubre de 2012, dijo el Papa Benedicto XVI:

«Aquí, en Loreto, tenemos la oportunidad de ponernos a la escuela de María, de aquella que ha sido proclamada «bienaventurada» porque «ha creído» (Lc 1, 45). Este santuario, construido en  torno a su casa terrenal, custodia la memoria del momento en el que el ángel del Señor vino a María con el gran anuncio de la Encarnación, y ella le dio su respuesta. Esta humilde morada es un testimonio concreto y tangible del suceso más grande de nuestra historia: la Encarnación; el Verbo se ha hecho carne, y María, la sierva del Señor, es el canal privilegiado a través del cual Dios ha venido a habitar entre nosotros (cf. Jn 1, 14). María ha ofrecido la propia carne, se ha puesto totalmente a disposición de la voluntad divina, convirtiéndose en «lugar» de su presencia, «lugar» en el que habita el Hijo de Dios. Aquí podemos evocar las palabras del salmo con las que Cristo, según la Carta a los Hebreos, ha iniciado su vida terrena diciendo al Padre: «Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo… Entonces yo dije: He aquí que vengo… para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad» (10, 5.7). María dice algo muy parecido al ángel que le revela el plan de Dios sobre ella: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 38). La voluntad de María coincide con la voluntad del Hijo en el único proyecto de amor del Padre y en ella se unen el cielo y la tierra, Dios creador y su criatura. Dios se hace hombre, María se hace «casa viviente» del Señor, templo donde habita el Altísimo. Hace cincuenta años, aquí en Loreto, el beato Juan XXIII invitaba a contemplar este misterio, «a reflexionar sobre aquella conjunción del cielo con la tierra que fue el objetivo de la Encarnación y de la Redención», y continuaba afirmando que el mismo Concilio tenía como objetivo concreto extender cada vez más el rayo bienhechor de la Encarnación y Redención de Cristo en todas las formas de la vida social (cf. AAS 54 [1962], 724). Ésta es una invitación que resuena hoy con particular fuerza. En la crisis actual, que afecta no sólo a la economía sino a varios sectores de la sociedad, la Encarnación del Hijo de Dios nos dice lo importante que es el hombre para Dios y Dios para el hombre. Sin Dios, el hombre termina por hacer prevalecer su propio egoísmo sobre la solidaridad y el amor, las cosas materiales sobre los valores, el tener sobre el ser. Es necesario volver a Dios para que el hombre vuelva a ser hombre. Con Dios no desaparece el horizonte de la esperanza incluso en los momentos difíciles, de crisis: la Encarnación nos dice que nunca estamos solos, Dios ha entrado en nuestra humanidad y nos acompaña.

Pero que Hijo de Dios habite en la «casa viviente», en el templo, que es María, nos lleva a otro pensamiento: donde Dios habita, reconocemos que todos estamos «en casa»; donde Cristo habita, sus hermanos y sus hermanas jamás son extraños».

Hermosa reflexión para celebrar la memoria de hoy, ilustrada con una bellísima imagen de la Virgen de Loreto en el templo porteño consagrado a Ella.

10 de diciembre de 2021

10 de diciembre: Nuestra Señora de Loreto


Viajando en colectivo hacia Wilde, en marzo de 2019, divisé sobre la avenida Mitre al 3700, en Sarandí,  el colorido frente de la iglesia de Nuestra Señora de Loreto.  Desde el mismo colectivo, como pude, tomé las fotos que ilustran esta entrada, que salieron bastante bien, pese a la distancia y el movimiento.


Según la tradición, la casa donde María recibió el anuncio del ángel acerca de la Encarnación del Hijo de Dios, en la que además la Virgen vivió con Jesús y San José, fue trasladada por el aire, por ángeles, desde Nazaret a Tarseto (en Dalmacia, Croacia) en el año 1291, para ser protegida ante el avance de tropas musulmanas en Tierra Santa.  Dos años después, fue llevada nuevamente por el aire a Ancona, y el 10 de diciembre de 1294 llegó a la localidad de Loreto. De esos traslados aéreos deriva el hecho de que la Virgen de Loreto sea la patrona de los aviadores y de diversas fuerzas aéreas. En nuestro Obispado Castrense, dado que Nuestra Señora de Loreto es Patrona de la Fuerza Aérea Argentina, la fecha de hoy tiene categoría de Fiesta. En las fotos que vemos, un avión pintado por detrás de la imagen de la Virgen nos recuerda ese patronazgo.

En septiembre de 2007 el papa Benedicto XVI visitó el Santuario de Loreto, en Italia,  y pronunció allí una hermosa oración de la que compartimos a continuación algunos fragmentos: 


María, Madre del sí, tú escuchaste a Jesús 
y conoces el timbre de su voz 
y el latido de su corazón.

Estrella de la mañana, háblanos de él 
y descríbenos tu camino 
para seguirlo por la senda de la fe.

María, que en Nazaret habitaste con Jesús, 
imprime en nuestra vida tus sentimientos, 
tu docilidad, tu silencio que escucha y hace florecer 
la Palabra en opciones de auténtica libertad.

María, háblanos de Jesús, para que el frescor 
de nuestra fe brille en nuestros ojos 
y caliente el corazón de aquellos 
con quienes nos encontremos, 
como tú hiciste al visitar a Isabel, 
que en su vejez se alegró contigo 
por el don de la vida.

María, Virgen del Magníficat 
ayúdanos a llevar la alegría al mundo 
y, como en Caná, impulsa a todos los jóvenes 
comprometidos en el servicio a los hermanos 
a hacer sólo lo que Jesús les diga.

María (...) ora para que Jesús, muerto y resucitado, 
renazca en nosotros 
y nos transforme en una noche llena de luz, 
llena de él.

María, Virgen de Loreto, puerta del cielo, 
ayúdanos a elevar nuestra mirada a las alturas. 
Queremos ver a Jesús, hablar con él 
y anunciar a todos su amor.



10 de diciembre de 2018

10 de diciembre: Nuestra Señora de Loreto


Según la tradición, la casa donde María recibió el anuncio del ángel sobre la encarnación, en la que además vivió con Jesús y San José, fue trasladada desde Nazaret a Tarseto (en Dalmacia, Croacia), por el aire, por ángeles, en el año 1291, para ser protegida ante el avance de tropas musulmanas en Tierra Santa. De allí, dos años después, fue llevada nuevamente por el aire a Ancona, y el 10 de diciembre de 1294 llegó a la localidad de Loreto. De esos traslados aéreos procede el patronazgo de la Virgen de Loreto sobre los aviadores. La imagen que vemos hoy se venera, justamente, en una pequeña capilla del Aeropuerto Internacional "Ministro Pistarini" de Ezeiza, y fue bendecida en ese lugar, en 1987, por San Juan Pablo II.





Las Letanías Lauretanas ( = de Loreto ) son la oración más propicia para el día de hoy.

   

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros.

Santa María, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo, 
Madre de la Iglesia, 
Madre de la divina gracia, 
Madre purísima, 
Madre castísima, 
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada, 
Madre amable, 
Madre admirable, 
Madre del buen consejo, 
Madre del Creador, 
Madre del Salvador, 
Madre de misericordia, 
Virgen prudentísima, 
Virgen digna de veneración, 
Virgen digna de alabanza, 
Virgen poderosa, 
Virgen clemente, 
Virgen fiel, 
Espejo de justicia, 
Trono de la sabiduría, 
Causa de nuestra alegría, 
Vaso espiritual, 
Vaso digno de honor, 
Vaso de insigne devoción, 
Rosa mística, 
Torre de David, 
Torre de marfil, 
Casa de oro, 
Arca de la Alianza, 
Puerta del cielo, 
Estrella de la mañana, 
Salud de los enfermos, 
Refugio de los pecadores, 
Consoladora de los afligidos, 
Auxilio de los cristianos, 
Reina de los Ángeles, 
Reina de los Patriarcas, 
Reina de los Profetas, 
Reina de los Apóstoles, 
Reina de los Mártires, 
Reina de los Confesores, 
Reina de las Vírgenes, 
Reina de todos los Santos, 
Reina concebida sin pecado original, 
Reina asunta a los Cielos, 
Reina del Santísimo Rosario, 
Reina de la familia, 
Reina de la paz.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.



Te rogamos nos concedas, 
Señor Dios nuestro, 
gozar de continua salud de alma y cuerpo, 
y por la gloriosa intercesión 
de la bienaventurada siempre Virgen María, 
vernos libres de las tristezas de la vida presente 
y disfrutar de las alegrías eternas. 
Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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