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1 de mayo de 2025

1° de mayo: San José Obrero

 

«Queremos anunciaros nuestra determinación de establecer, como de hecho instituimos, la fiesta litúrgica de San José artesano, asignándole precisamente el día 1 de mayo. ¿Apreciáis, amados trabajadores, este don Nuestro? Estamos seguros de que sí, porque el humilde artesano de Nazaret no sólo encarna la dignidad del trabajador manual ante Dios y la Santa Iglesia, sino que también es siempre el guardián providente de vosotros y de vuestras familias».

Con estas palabras, dirigidas en la Plaza de San Pedro a los integrantes de la  Asociaciones Cristianas de Trabajadores Italianos, Pío XII anunció la institución de la Memoria que hoy celebramos. 

Esa alocución del Venerable Pío XII tuvo lugar hace exactamemte 70 años, el 1° de mayo de 1955.

En el mismo discurso, un poco antes, el Pontífice había dicho:

«Desde el principio pusimos vuestras Asociaciones bajo el poderoso patrocinio de San José. De hecho, no podría haber mejor protector para ayudaros a traer el espíritu del Evangelio a vuestra vida. Como bien dijimos entonces, desde el Corazón del Hombre-Dios, Salvador del mundo, este espíritu fluye hacia vosotros y hacia todos los hombres; pero también es cierto que ningún trabajador estuvo jamás tan perfecta y profundamente penetrado por él como el Padre adoptivo de Jesús, que vivió con Él en la más íntima intimidad y comunidad de familia y trabajo. Por eso, si queréis estar cerca de Cristo, también os repetimos hoy "Ite ad Joseph": "Id a José" (Gén 41, 55)».

La imagen, que muestra a San José junto a su Hijo adoptivo con materiales y herramientas propias de su oficio se venera en la iglesia de Nuestra Señora de la Rábida.

1 de mayo de 2021

1° de mayo: San José, obrero

«El 1° de mayo de 1955, el Siervo de Dios Pío XII instituyó la fiesta de San José obrero, "con la intención de que todos reconozcan la dignidad del trabajo y que ella inspire la vida social y las leyes fundadas sobre la equitativa repartición de derechos y de deberes"», recuerda el Decreto de la Penitenciaría Apostólica que establece las indulgencias otorgadas con ocasión del Año de San José:  «Podrá, por lo tanto, conseguir la indulgencia plenaria todo aquel que confíe diariamente su trabajo a la protección de San José y a todo creyente que invoque con sus oraciones la intercesión del obrero de Nazaret, para que los que buscan trabajo lo encuentren y el trabajo de todos sea más digno».


En el mismo sentido se expresa el papa Francisco I en su Carta Apostólica Patris Corde: «Un aspecto que caracteriza a San José y que se ha destacado desde la época de la primera Encíclica social, la Rerum Novarum de León XIII, es su relación con el trabajo. San José era un carpintero que trabajaba honestamente para asegurar el sustento de su familia. De él, Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan que es fruto del propio trabajo».

Por ello hemos elegido ilustrar esta entrada con una imagen en que se destaca el trabajo de José. Aunque se trata de un tríptico (a la izquierda aparece representado el misterio de la Anunciación y a la derecha la Resurrección del Señor), en el centro se muestra con toda claridad a José trabajando, a un joven Jesús con una sierra -indicando que colaboraba con su padre adoptivo en el trabajo de la carpintería- y a la Virgen María, que lleva un cántaro, también en actitud de trabajo y cooperación.

En este año dedicado a San José, esta es la tercera entrada que dedicamos al glorioso Patriarca. Es oportuno concluirla con la oración que propone el Papa al final de su Carta Apostólica Patris Corde:

Salve, custodio del Redentor

y esposo de la Virgen María.

A ti Dios confió a su Hijo,

en ti María depositó su confianza,

contigo Cristo se forjó como hombre.

Oh, bienaventurado José,

muéstrate padre también a nosotros

y guíanos en el camino de la vida.

Concédenos gracia, misericordia y valentía,

y defiéndenos de todo mal. 

Amén.

La imagen (que fotografiamos en dos ocasiones, en abril y en diciembre de 2018) se venera en la iglesia de Jesús de Nazaret.

1 de mayo de 2020

1° de mayo: San José Obrero


Para celebrar la Memoria de San José Obrero elegimos una imagen que se venera en la iglesia de igual nombre en la ciudad de Asunción (tomamos ambas fotos en enero de 2019), y unos fragmentos del radiomensaje de San Juan XXIII  a los trabajadores el 1° de mayo de 1960.  

«Por segunda vez en el decurso del año litúrgico, presenta la Iglesia a la veneración de los fieles a su patrono universal. Hoy se presenta San José en su aspecto característico de un humilde artesano, de un obrero.

(...)

Cuán consolador es pensar que, con su ayuda, cada familia cristiana dedicada al trabajo puede reflejar fielmente el ejemplo y la imagen de la Sagrada Familia de Nazaret, en la cual la constante laboriosidad, incluso a través de la brevedad de la vida, fue cumplida con el más ardiente amor a Dios y con la generosa adaptación a sus amables designios.

Es éste, en el fondo, el significado de la fiesta de hoy. Presentando el ejemplo de San José a todos los hombres, que en la ley del trabajo encuentran marcada su condición de vida, la Iglesia procura llamarles a considerar su gran dignidad y les invita a hacer de esa su actividad un poderoso medio de perfeccionamiento personal y de mérito eterno.

El trabajo es, en verdad, una alta misión; es para el hombre como una colaboración inteligente y efectiva con Dios Creador, del cual recibió los bienes de la tierra para cultivarlos y hacerlos prosperar. Y todo lo que para él es fatiga y dura conquista pertenece al designio redentor de Dios que habiendo salvado al mundo mediante el amor y los dolores de su Hijo Unigénito, convierte los sufrimientos humanos en precioso instrumento de santificación cuando se unen a los de Cristo.

¡Cuánta luz proyecta sobre esta verdad el ejemplo de Nazaret, donde el trabajo fue aceptado gustosamente como manifestación de la voluntad divina! ¡Y qué grandeza adquiere la figura silenciosa y oculta de San José por el espíritu con que cumplió la misión que le fue confiada por Dios. Pues la verdadera dignidad del hombre no se mide por el oropel de los resultados llamativos, sino por las disposiciones interiores de orden y de buena voluntad.


(...)

¡Oh San José, Custodio de Jesús, Esposo castísimo de María, que consumiste tu vida en el cumplimiento perfecto del deber, sustentando con el trabajo de tus manos a la Sagrada Familia de Nazaret; protege los propósitos de quienes confiadamente se dirigen a ti. Tú conoces sus aspiraciones, sus angustias, sus esperanzas; y a ti recurren porque saben que encontrarán en ti quien los comprenda y proteja. También tú experimentaste la prueba, la fatiga, el agotamiento pero también en medio de las preocupaciones de la vida material, tu ánimo, lleno de la más profunda paz exultó de alegría inenarrable por la intimidad con el Hijo de Dios a ti confiado y con María, su dulcísima Madre. Haz también que tus protegidos comprendan que no están solos en su trabajo sino que vean a Jesús junto a ellos; acógelos con tu gracia, protégelos fielmente como tú hiciste. Y obtén que en cada familia, en cada oficina, en cada laboratorio, donde quiera que trabaje un cristiano, sea todo santificado en la caridad, en la paciencia, en la justicia, en la prosecución del bien obrar para que desciendan abundantes los dones de la celestial predilección».



Próxima entrada: 5 de mayo (Beato Gregorio Frackowiak)