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26 de mayo de 2022

26 de mayo: San Felipe Neri

 


«Memoria de San Felipe Neri, presbítero, que, consagrándose a la labor de salvar a los jóvenes del maligno, fundó el Oratorio en Roma, en el cual se practicaban constantemente las lecturas espirituales, el canto y las obras de caridad. Resplandeció por el amor al prójimo, la sencillez evangélica, su espíritu de alegría, el sumo celo y el servicio ferviente a Dios».

La pintura, que se exhibe en la iglesia porteña consagrada al santo, muestra a San Felipe Neri rodeado de aquellos a quienes se extendía su solicitud pastoral: los jóvenes del Oratorio, los pobres y los necesitados.

El Misal Ambrosiano trae este Prefacio para la Memoria de hoy:

Tú nos das en San Felipe un ejemplo vivo

que suscita nuestro fervor en el seguimiento de Cristo.

Su luminoso testimonio nos apremia a amarte con alegría

y a servirte en los hermanos pobres y enfermos.

Su admirable vida nos enseña

a dirigirnos a ti con corazón sencillo

y nos recuerda que la fidelidad de cada día

es la ofrenda más grata a tu nombre.

16 de enero de 2021

Santa María "en sábado"

En cada sábado del Tiempo Ordinario no ocupado por una celebración de mayor rango, puede celebrarse la Memoria de Santa María "en sábado".  

En esta primera ocasión del año en que ello ocurre, visitamos la iglesia San Felipe Neri, donde hallamos esta simpática imagen de la Virgen representada como ama de casa:


En efecto, «la Virgen María también fue ama de casa. Ella cocinaba para San José y Jesús, lavaba y confeccionaba la ropa, ordenaba y limpiaba su hogar en Nazaret, entre otras tareas que hacía con mucho amor y dedicación».


Hemos visto una imagen de la Virgen como ama de casa en la entrada del 15 de junio de 2019, en una iglesia del Paraguay. Daría la impresión de que la advocación nació en aquel país. 

En el caso de la imagen de la iglesia de San Felipe Neri, la Virgen María es llamada "Mamá de la Casa", lleva pan en una bolsa casera atada a su brazo izquierdo, y el Niño, que Ella carga en su brazo derecho, le ofrece -gesto significativo- una hogaza de pan.


Es invocada como Patrona de las amas de casa. En la entrada del 15 de junio de 2019 compartimos una oración de esta advocación; por eso cerramos esta entrada con otra plegaria: una de las Colectas propuestas para  la misa de la Virgen María como "Madre del Amor Hermoso":

Señor Dios, en tu presencia resplandece toda hermosa la Virgen María, 
tu humilde sierva, gloria de tu Hijo y compendio de virtudes; 
concédenos procurar, 
como ella, todo lo que es verdadero y noble, para llegar un día ante ti, 
fuente de toda belleza y autor del amor hermoso. 

26 de mayo de 2020

26 de mayo: San Felipe Neri

Para celebrar la Memoria de San Felipe Neri, visitamos la iglesia que lo tiene por titular en la ciudad de Buenos Aires. Es un santo al que tenemos una especial simpatía porque se destacaba, según cuentan sus biógrafos, por su buen humor.



El Martirologio menciona expresamente ese detalle entre sus elogios: «Memoria de San Felipe Neri, presbítero, que, consagrándose a la labor de salvar a los jóvenes del Maligno, fundó el Oratorio en Roma, en el cual se practicaban constantemente las lecturas espirituales, el canto y las obras de caridad. Resplandeció por el amor al prójimo, la sencillez evangélica, su espíritu de alegría, el sumo celo y el servicio ferviente a Dios».



Nació en Florencia en 1515.  Se distinguió desde niño, por su docilidad y su bondad; luego se convirtió en un joven piadoso, simpático y muy alegre, a quien todos querían. A los dieciocho años tuvo la experiencia mística que él llamaría su «conversión». Se desentendió de los negocios familiares y partió a Roma sin dinero y sin un plan, confiando sólo en la Providencia. Se dedicó a la enseñanza para pagar sus escasos gastos y vivió prácticamente como un anacoreta durante dos años. Al cabo de ese tiempo, Felipe hizo con brillantez sus estudios de filosofía y teología... mas tres años después abandonó súbitamente los estudios, vendió sus libros y se consagró al apostolado para mejorar la vida religiosa del pueblo de Roma, que por cierto dejaba mucho que desear.  San Felipe Neri se dedicó a reevangelizar la Ciudad Eterna de Roma y lo hizo con tal éxito que llegó a ser llamado «el Apóstol de Roma».

Para cumplir su objetivo, Felipe iba a la calle o al mercado y empezaba a conversar con la gente.  «Como era muy simpático y tenía un buen sentido del humor, no le costaba trabajo entablar conversación, en el curso de la cual dejaba caer alguna palabra oportuna acerca del amor de Dios o del estado espiritual de sus interlocutores. Así fue logrando, poco a poco, que numerosas personas cambiasen de vida. El santo acostumbraba saludar a sus amigos con estas palabras: «Y bien, hermanos, ¿cuándo vamos a empezar a ser mejores?».  Si éstos le preguntaban qué debían hacer para mejorar, el santo los llevaba consigo a cuidar a los enfermos de los hospitales y a visitar las siete iglesias, que era una de su devociones favoritas. Felipe consagraba el día entero al apostolado; pero al atardecer, se retiraba a la soledad y, con frecuencia, pasaba la noche en el pórtico de alguna iglesia, o en las catacumbas de San Sebastián, junto a la Vía Appia. Se hallaba ahí, precisamente, la víspera de Pentecostés de 1544, pidiendo los dones del Espíritu Santo, cuando vio venir del cielo un globo de fuego que penetró en su boca y se dilató en su pecho. El santo se sintió poseído por un amor de Dios tan enorme, que parecía ahogarle; cayó al suelo, como derribado y exclamó con acento de dolor: «¡Basta, Señor, basta! ¡No puedo soportarlo más!». Cuando recuperó plenamente la conciencia, descubrió que tenía en el pecho un tumor grande como un puño; pero jamás le causó dolor alguno. A partir de entonces, San Felipe experimentaba tales accesos de amor de Dios, que todo su cuerpo se estremecía. A menudo tenía que descubrirse el pecho para aliviar un poco el ardor que lo consumía; y rogaba a Dios que mitigase sus consuelos para no morir de gozo. La autopsia del cadáver del santo reveló que tenía dos costillas rotas y que éstas se habían arqueado para dejar más sitio al corazón» ¹.

En 1558, con la ayuda del P. Rossa,  San Felipe fundó una cofradía de pobres, que se reunían para los ejercicios espirituales en la iglesia de San Salvatore in Campo. Dicha cofradía ayudó a Felipe a difundir la devoción de las cuarenta horas. Dios bendijo el trabajo de la cofradía, que pronto fundó el célebre hospital de Santa Trinita dei Pellegrini. 

A instancias de su confesor,  recibió las órdenes sagradas en 1551; a partir de ese momento, ejerció el apostolado sobre todo en el confesionario, en el que se sentaba por largas horas para atender penitentes de toda edad y condición social. De ese modo logró numerosas conversiones. 



«En 1564 fundó la Congregación del Oratorio, compuesta de sacerdotes seculares que viven en conunidad y se dedican al ministerio de la predicación y el confesionario» ².

«Humilde y sencillo, y apreciado de las altas autoridades de la Iglesia, se negó a la aceptación de ninguna dignidad» ³.

Murió en Roma el 26 de mayo de 1595. Fue canonizado en 1622.

Próxima entrada: 30 de mayo (Santa Juana de Arco)

Fuentes:
¹      El Testigo Fiel
² ³   José Luis Repetto, "Todos los santos"

27 de abril de 2019

Sábado de la Octava de Pascua



El Salmo Responsorial que se proclama hoy, Sábado de la Octava de Pascua, es un fragmento del salmo 117 -salmo típico de este tiempo- que dice así:

¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!
El Señor es mi fuerza y mi protección;
él fue mi salvación.
Un grito de alegría y de victoria
resuena en las carpas de los justos. 

«La mano del Señor hace proezas,
la mano del Señor es sublime,
la mano del Señor hace proezas».
El Señor me castigó duramente,
pero no me entregó a la muerte. 

«Abran las puertas de la justicia
y entraré para dar gracias al Señor».
«Esta es la puerta del Señor:
sólo los justos entran por ella».
Yo te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación. 


Las palabras que hemos remarcado con negrita están escritas, en latín, en vitrales de la puerta principal de la iglesia dedicada en Buenos Aires a San Felipe Neri. Aparecen en "escudos" sostenidos por dos ángeles.

«Haec est porta Domini» - «Justi intrabunt in eam».


San Juan Pablo II, en su catequesis del 5 de diciembre de 2001, dijo: 

«"Abridme las puertas del triunfo, y entraré para dar gracias al Señor", dice el solista en nombre de la asamblea procesional. "Esta es la puerta del Señor:  los vencedores entrarán por ella" (v. 20), responden otros, probablemente los sacerdotes.
Una vez que han entrado, pueden cantar el himno de acción de gracias al Señor, que en el templo se ofrece como "piedra" estable y segura sobre la que se puede edificar la casa de la vida (cf. Mt 7, 24-25). Una bendición sacerdotal desciende sobre los fieles, que han entrado en el templo para expresar su fe, elevar su oración y celebrar su culto».

Próxima entrada: Domingo II de Pascua de Resurrección (28 de abril)