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16 de noviembre de 2024

16 de noviembre: Santa Gertrudis

Una de las entradas del 16 de noviembre en el Martirologio Romano dice:

«Santa Gertrudis, apellidada “Magna”, virgen, que entregada con mucho fervor y decisión, desde su infancia, a la soledad y al estudio de las letras, y convertida totalmente a Dios, ingresó en el monasterio cisterciense de Helfta, cerca de Eisleben, en Sajonia, de Alemania, donde progresó de modo admirable por el camino en perfección, consagrándose a la oración y contemplación de Cristo crucificado. Falleció el día diecisiete».

Por circunstancias en el fondo triviales, conocí la vida de Santa Gertrudis "la Magna" en mi adolescencia a través del Misal Diario para América del padre Azcárate; hoy guardo una cierta devoción por ella. 

En el mencionado Misal de Azcárate, en la fecha de hoy se dice de ella:

«Santa Gertrudis la "Magna" entró de monja benedictina, en la abadía de Helfta, a los cinco años. 
Se la considera como una de las mayores místicas de la Edad Media, y fue la primera confidente del Sagrado Corazón de Jesús, quien encontraba en el corazón de Gertrudis sus complacencias. 
A los 25 años comenzó a tener maravillosas revelaciones, que nos ha dejado descritas en su "Heraldo del amor divino", libro en que se mezcla la liturgia del cielo con la liturgia de la Iglesia, en la tierra. 
Santa Gertrudis es un guía seguro de la vida mística y de la perfección cristiana. 
Murió en 1302. 
Fue declarada patrona de las Indias Occidentales y sus escritos fueron traducidos y muy leídos en los siglos de oro de la literatura española, y aún hoy corren por las manos de los fieles en ediciones modernas».

También aclara el Misal de Azcárate, en nota al pie, que «la Orden Benedictina celebra su fiesta mañana, día 17, que es propiamente el de su muerte».




Las fotos precedentes las tomé a fines de 2015; la foto que sigue la tomé el 6 de octubre de 2019. Muestran la imagen de la santa que se venera en la iglesia porteña de Nuestra Señora de Monserrat. 

16 de noviembre de 2022

16 de noviembre: Santa Gertrudis

Benedicto XVI dedicó su Audiencia General del 6 de octubre de 2010 a Santa Gertrudis. 

«Santa Gertrudis la Grande, de quien quiero hablaros hoy, nos lleva (...) al monasterio de Helfta, donde nacieron algunas obras maestras de la literatura religiosa femenina latino-alemana. A este mundo pertenece Gertrudis, una de las místicas más famosas, la única mujer de Alemania que recibió el apelativo de «Grande», por su talla cultural y evangélica: con su vida y su pensamiento influyó de modo singular en la espiritualidad cristiana. Es una mujer excepcional, dotada de particulares talentos naturales y de extraordinarios dones de gracia, de profundísima humildad y ardiente celo por la salvación del prójimo, de íntima comunión con Dios en la contemplación y de prontitud a la hora de socorrer a los necesitados».




El gran Pontífice culminó sus palabras diciendo: 

Estima en particular dos favores, más que cualquier otro, como Gertrudis misma escribe:

«Los estigmas de tus salutíferas llagas que me imprimiste, como joyas preciosas, en el corazón, y la profunda y saludable herida de amor con la que lo marcaste. Tú me inundaste con tus dones de tanta dicha que, aunque tuviera que vivir mil años sin ninguna consolación ni interna ni externa, su recuerdo bastaría para confortarme, iluminarme y colmarme de gratitud. Quisiste también introducirme en la inestimable intimidad de tu amistad, abriéndome de distintos modos el sagrario nobilísimo de tu divinidad que es tu Corazón divino (…). A este cúmulo de beneficios añadiste el de darme por Abogada a la santísima Virgen María, Madre tuya, y de haberme encomendado a menudo a su afecto como el más fiel de los esposos podría encomendar a su propia madre a su amada esposa» 

Orientada hacia la comunión sin fin, concluye su vida terrena el 17 de noviembre de 1301 ó 1302, a la edad de cerca de 46 años. En el séptimo Ejercicio, el de la preparación a la muerte, Santa Gertrudis escribe:

«Oh Jesús, a quien amo inmensamente, quédate siempre conmigo, para que mi corazón permanezca contigo y tu amor persevere conmigo sin posibilidad de división y tú bendigas mi tránsito, para que mi espíritu, liberado de los lazos de la carne, pueda inmediatamente encontrar descanso en ti. Amén».

Me parece obvio que estas no son sólo cosas del pasado, históricas, sino que la existencia de Santa Gertrudis sigue siendo una escuela de vida cristiana, de camino recto, y nos muestra que el centro de una vida feliz, de una vida verdadera, es la amistad con Jesús, el Señor. Y esta amistad se aprende en el amor a la Sagrada Escritura, en al amor a la liturgia, en la fe profunda, en el amor a María, para conocer cada vez más realmente a Dios mismo y así la verdadera felicidad, la meta de nuestra vida.

El cuadro "Desposorio místico de Santa Gertrudis" se exhibe en el Museo Histórico del Norte, que funciona en el Cabildo de Salta; tomamos la foto en 2019.