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24 de abril de 2021

24 de abril: Conversión de San Agustín

En el Calendario Propio de los agustinos se celebra hoy con categoría de Fiesta la "Conversión de nuestro Padre San Agustín". 


En un sitio oficial de la Orden de San Agustín se hace referencia a este hecho con estas palabras:

«Durante la Vigilia Pascual del año 387, en la noche del 24 al 25 de abril, Agustín fue bautizado por San Ambrosio, obispo de Milán. Hoy, los restos de San Agustín se veneran en la Basílica de San Pedro in Ciel d’Oro de Pavía, en Italia. El 22 de abril de 2007 visitó este lugar Benedicto XVI y, ante los fieles allí reunidos, se refirió a las tres grandes etapas o tres conversiones de Agustín»:
La primera conversión fundamental fue el camino interior hacia el “sí” de la fe y del bautismo. Agustín fue siempre una persona inquieta. Quería encontrar la vida verdadera y no vivir a ciegas, sin sentido y sin meta. La gran lucha interior de sus años juveniles fue conocer a Dios, familiarizarse realmente con Jesucristo y llegar a decirle “sí” con todas las consecuencias.
La segunda conversión de Agustín hay que situarla después de haber recibido el bautismo. El año 391 fue a la ciudad de Hipona para encontrarse con un amigo, a quien quería conquistar para su monasterio. En la liturgia dominical que se celebraba en la catedral, Valerio –obispo de la ciudad– manifestó públicamente su intención de elegir a un sacerdote para que le ayudara en la predicación. Los asistentes se fijaron en Agustín y fue aclamado como candidato al sacerdocio. A partir de entonces, aceptó ser sacerdote como servicio a la Iglesia.
Hay una tercera etapa decisiva en el camino de conversión de san Agustín. Unos veinte años después de su ordenación sacerdotal, Agustín escribió un libro titulado Retractaciones, donde revisa de modo crítico las obras que había publicado y añade algunas enmiendas. Escribe: “Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden es la oración diaria de la Iglesia” (cf. Retractaciones I, 19, 1-3). Agustín había aprendido la humildad y la misericordia.
El vitral  pertenece a la iglesia porteña de San Agustín. Tomé la foto en febrero de 2019.

10 de octubre de 2020

10 de octubre: Santo Tomás de Villanueva

Un vitral de la iglesia de San Agustín muestra al santo de hoy «dando limosna»:


La escena representa muy bien el elogio que le dedica el Martirologio:  «Santo Tomás de Villanueva, obispo, que, siendo religioso de la Orden de Ermitaños de San Agustín, aceptó por obediencia el episcopado, donde sobresalió, entre otras virtudes pastorales, por un encendido amor hacia los pobres hasta entregarles todos los bienes, incluida la propia cama. Falleció en Valencia, ciudad de España, el 8 de septiembre».


Tomás nació en Castilla en 1488. En 1516 ingresó a la orden de los agustinos. Fue nombrado Arzobispo de Valencia, sede de la que tomó posesión en 1545. Después de un ejemplar episcopado (fue llamado en vida «prototipo de obispos» y «padre de los pobres»), murió santamente en 1555.
«¡Oh, maravillosa bendición! ¡Dios nos promete el Cielo como recompensa por amarlo! ¿No es acaso Su amor mismo, la mayor, la más deseable, la más preciosa de las recompensas y la más dulce de las bendiciones? Sin embargo, hay todavía otra recompensa, un premio inmenso para agregar al de Su amor. ¡Maravillosa bondad! Tú nos diste tu amor y por causa de ese amor nos entregas el Paraíso» (Santo Tomás de Villanueva).
Desde 1975 tengo una especial devoción por Santo Tomás de Villanueva, por un hecho personal que tuvo lugar el 22 de septiembre de aquel año. Esa era la fecha en que se celebraba al santo en el Calendario Litúrgico anterior al Concilio Vaticano II; yo solía consultar un antiguo misal de mis padres.

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10 de septiembre de 2018

10 de septiembre: San Nicolás de Tolentino

Hoy el Martirologio trae la Memoria de San Nicolás de Tolentino, presbítero, religioso de la Orden de Ermitaños de San Agustín, «el cual, fraile de rigurosa penitencia y oración asidua, severo consigo y comprensivo con los demás, se autoimponía muchas veces la penitencia de otros».

La foto que vemos, que tomé en mayo de 2016,  corresponde a una imagen expuesta en el templo de San Agustín, en Recoleta:


«Concédenos, Señor Todopoderoso Dios, que tu Iglesia, honrada con la gloria de las maravillas y milagros del bendito Nicolás, confesor tuyo, pueda, por sus méritos y su intercesión, gozar de paz y unidad perpetuas».

16 de mayo de 2017

16 de mayo: San Posidio

El Martirologio dice para hoy:  

"Conmemoración de San Posidio, obispo de Calama, en Numidia, discípulo y amigo fiel de San Agustín, quien le asistió en su muerte y escribió sobre él una admirable biografía".

Justamente del templo porteño dedicado a San Agustín proceden las imágenes que ilustran la entrada de hoy. Tomé las fotos en abril de 2016.  

San Posidio es representado en uno de los vitrales de la hermosa iglesia, ubicada sobre la avenida Las Heras. A su lado es representado  San Gelasio, papa. 

Pocos datos tenemos acerca de la vida de San Posidio. Era originario del África y fue discípulo de San Agustín. A fines del siglo IV fue elegido Obispo de Calama, en Numidia, donde la herejía donatista y el pelagianismo causaban graves daños a la fe de los cristianos. Junto con Agustín, Posidio luchó enérgicamente contra las herejías, lo que le valió ataques de los enemigos de la Iglesia. Además, San Posidio fundó una especie de congregación religiosa en Calama, siguiendo los principios de San Agustín.  

Cuando los vándalos, procedentes de España, conquistaron el norte del África, la ciudad de Calama fue destruida. El obispo Posidio tuvo que  refugiarse en Hipona, con San Agustín. El Santo Obispo de Hipona, como sabemos, murió poco después, durante el sitio a su ciudad episcopal.


Posidio fue desterrado y murió en el destierro después del 437, aunque se desconoce la fecha exacta. 

Posidio, como afirma el Martirologio, escribió una breve biografía del Doctor de la Gracia y también un catálogo de sus escritos.


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17 de marzo de 2017

Viernes de la II Semana de Cuaresma


En la iglesia de San Agustín, en Recoleta, se venera esta impactante imagen del Cristo de la Buena Esperanza.  

La historia de esta advocación procede de Quito. De un sitio agustino transcribimos a continuación algunos párrafos.

"La historia del Señor de la Buena Esperanza se remonta al año 1652".  Cierto día, una mula atravesaba las calles de Quito cargada con un enorme bulto; "llegó a las gradas de la portería del convento de San Agustín y se echó en el suelo, y ya no pudieron levantarla a pesar de todos los esfuerzos que se hicieron"

"Abierto el cajón, cuyo peso parecía abrumarla", se encontró una estatua de Jesús. "Quisieron conducirla al templo, pero inútilmente; pues aumentaba el peso de la estatua en proporción al número de los que intentaban cargarla. Alguien propuso entonces llevarla no al templo sino a la portería, y el acto se ejecutó con suma facilidad".

Desde entonces, a causa de la piedad popular, la portería del convento San Agustín se convirtió "en el más célebre, frecuentado y rico santuario del Ecuador".

"Entre los ornamentos con que la piedad de la gente adornó la venerada estatua", es digno de mención un par de  sandalias de oro macizo y piedras preciosas, "por haber dado lugar a un notabilísimo milagro que aumentó sobremanera el renombre del Señor de la Buena Esperanza. Y tan notable fue este milagro, que desde entonces su recuerdo está unido a la propia imagen, con la cual se representa".

"Un sencillo y piadoso padre de familia (Gabriel Cayancela), vivía en Quito en total miseria, y ya sin auxilio humano, recurrió una tarde al señor de la Buena Esperanza para suplicarle por su situación, haciendo su oración estaba cuando el sacristán le advierte que salga porque va a cerrar la iglesia. Sale pronunciando palabras que muestran al sacristán lo horrible de su situación, y prometiendo en su interior volver muy temprano a continuar sus plegarias. Todavía no amanecía, y a la puerta de la casa de Gabriel se encontraba el cadáver de una señora asesinada la noche antes, y poco después el pobre sale de su casa, sin ver el charco de sangre lo pisa y todo ensangrentado llega al templo y continúa solitario y fervoroso su oración. En lo profundo de su oración se encontraba cuando, de repente, un milagro viene a llenar de gozo su corazón atribulado. El Señor de la Buena Esperanza deja caer en las manos del suplicante e infeliz padre de familia una de las ricas sandalias. Sin pensar más que en su necesidad, va a venderla a una joyería. Era demasiado conocida la rica alhaja y el joyero hizo aprehender como ladrón sacrílego al vendedor".

Ante la indignación pública contra el supuesto profanador de tan venerada imagen, que parecía ser además un asesino,  Cayancela fue condenado a muerte. "Como último favor pidió y obtuvo el ser conducido ante la milagrosa imagen". Allí suplicó al Señor que lo librara del grave apremio en que se veía justamente a causa de  su prodigioso regalo. En ese momento, ante el pueblo reunido, el  Jesús de la Buena Esperanza tendió hacia el reo el pie que conservaba la otra sandalia,  y dejó caer ésta en sus manos. La entusiasta admiración de la multitud ante el milagro dio la libertad al condenado. Las autoridades propusieron comprarle la sandalia por su peso en oro, pero ocurrió otro milagro: "fue enorme la cantidad de monedas que resistió el platillo de la balanza antes de inclinar el otro en que la sandalia se encontraba. Salió el pobre de su necesidad y el milagro quedó para siempre representado en el Señor de la Buena Esperanza". 

A partir de este milagro, el hasta entonces conocido como "Señor de la Portería" (por estar ubicado en dicho lugar del Convento San Agustín de Quito), comenzó a ser llamado "Señor de la Buena Esperanza". 

La imagen se encuentra en el templo de San Agustín de la ciudad de Quito; la devoción al Señor de la Buena Esperanza ha sido propagada por los agustinos. De allí la presencia de esta imagen en la  iglesia porteña dedicada al mismo santo.

"La imagen se encuentra sentada, coronada de espinas y lleva en su mano derecha una Cruz de madera y en su mano izquierda una caña que los soldados romanos pusieron en la mano del Señor para mayor mofa y escarnio". Forma parte de la iconografía del Señor de la Buena Esperanza la  imagen que representa al devoto de apellido Cayancela, protagonista del célebre milagro, y que "se encuentra en posición suplicante ante el Señor.
Otro elemento característico (...)  es la balanza en la que se colocó la sandalia del Señor que éste le obsequió a Cayancela en un lado y se procedió a colocar monedas de oro en el otro, resultando en la acumulación de monedas de oro en peso mucho mayor al de la sandalia, como también ha sido relatado líneas más arriba".


21 de noviembre de 2016

21 de noviembre: San Gelasio


La iglesia porteña dedicada a San Agustín posee un hermoso conjunto de vitrales; algunos representan escenas de la vida del Obispo de Hipona, mientras que en otros aparecen santos vinculados de un modo u otro con el santo o con la orden que él fundó.

Cerca de la puerta principal del templo puede verse una pareja de vitrales que representan a San Gelasio y a San Posidio, como vemos junto a estas líneas.

Hoy nos ocuparemos del primero de ellos.

Gelasio I fue Sumo Pontífice entre los años 492 y 496, es decir, al comienzo de la Edad Media.  

A él se debe la formulación de la «Teoría de las Dos Espadas» que regirá a lo largo de todo el Medioevo. Así aparece ese principio, en una carta (Epístola VIII) al emperador Anastasio I (491-518):

«Dos son los poderes por los que se rige principalmente el mundo: el de los obispos y el de los reyes. De los dos, es tanto mayor el de los obispos, cuanto que ellos tienen que dar cuenta ante el tribunal de Dios de todos los hombres, incluso de los reyes. Vuestra piadosa majestad no tendrá más remedio que admitir que nadie, en ningún momento ni con ningún pretexto humano, podrá atentar jamás contra la misión absolutamente única del hombre al que el mandato del mismo Cristo ha puesto a la cabeza de todos y al que la Santa Iglesia reconoce como su jefe. Lo que se apoya en el sólido fundamento del derecho divino puede, ciertamente, ser atacado por la insolencia de los hombres, pero nunca, sea cual sea el poder de donde procedan tales ataques, podrá ser vencido»

Además, en los apenas cuatro años que duró, el pontificado de Gelasio I fue  muy prolífico en otros documentos, cartas y decretos, que ocupan un sitio importante en la historia de la Iglesia de ese tiempo.


A San Gelasio debemos por ejemplo una lista oficial de los libros de la Biblia; existen cánones bíblicos más antiguos, pero la lista de Gelasio puede considerarse la primera refrendada oficialmente por un Pontífice. Aunque proviene de un papa anterior (San Dámaso),  Gelasio nos la transmitió y la confirmó con su autoridad. De hecho se conoce a ese listado con el nombre de  «Canon Gelasiano». Junto con esa lista hay una de los escritos de los que en ese tiempos eran considerados «Padres de la Iglesia»,  así como otra,  de escritos considerados «apócrifos».

Gelasio enunció, asimismo, con total claridad, el principio de que la Sede Romana es  la que rige al resto de la Iglesia, por encima de las otras sedes: «Consiguientemente, la primera es la Sede del Apóstol Pedro, la de la Iglesia Romana, que no tiene mancha ni arruga ni cosa semejante».

Además, y por sobre todo, la vida de Gelasio se caracterizó  por su profunda piedad, caridad, oración y penitencia.

29 de junio de 2016

29 de junio: Solemnidad de San Pedro y San Pablo


Un hermoso vitral ubicado cerca de la puerta principal del templo de San Agustín, en Recoleta, sirve para unirnos a la Solemnidad de San Pedro y San Pablo.

Prefacio

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Porque en los Apóstoles san Pedro y san Pablo
nos das un motivo de gran alegría:
Pedro fue el primero en confesar la fe,
Pablo, el insigne maestro que la interpretó;
aquél formó la primera Iglesia con el resto de Israel,
éste la extendió entre los paganos llamados a la fe.

Ambos congregaron, por diversos caminos,
a la única familia de Cristo
y, coronados por un mismo martirio,
son igualmente venerados por tu pueblo.

Por eso, con los santos y los ángeles,
te albamos, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.


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21 de mayo de 2016

Santa María "en sábado"

Los sábados del tiempo ordinario, cuando no hay otra conmemoración de mayor jerarquía, se puede celebrar la Memoria Libre de "Santa María en sábado". Por eso, cada sábado, desde hoy y hasta el Adviento, cuando las rúbricas permitan la Memoria sabatina de la Virgen María, compartiremos una imagen distinta de la Madre de Dios,  siempre en fotos tomadas por mí en templos argentinos y de países limítrofes.


Se tratará alguna vez de advocaciones muy conocidas,  en otros casos de advocaciones menos populares, y en otras ocasiones de imágenes cuya denominación me es desconocida.

Acompañaremos las imágenes, en cada ocasión, con una oración tomada del Común de la Virgen María.

Comenzamos con una hermosa imagen de la Madre de Dios que se venera en el templo porteño de San Agustín, y con la Oración Colecta de la Misa I de Santa María en Sábado del Tiempo Durante el Año.




Señor Dios, 
concédenos gozar de la salud del alma y del cuerpo
y, por la intercesión de la santísima Virgen María,
líbranos de las tristezas de este mundo
y danos la eterna alegría.


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