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24 de octubre de 2020

Santa María "en sábado"

«Como los Apóstoles después de la Ascensión de Cristo, la Iglesia debe reunirse en el Cenáculo con «María, la madre de Jesús» (Hech 1, 14), para implorar el Espíritu y obtener fuerza y valor para cumplir el mandato misionero. También nosotros, mucho más que los Apóstoles, tenemos necesidad de ser transformados y guiados por el Espíritu.


(...) Toda la Iglesia es invitada a vivir más profundamente el misterio de Cristo, colaborando con gratitud en la obra de la salvación. Esto lo hace con María y como María, su madre y modelo: es ella, María, el ejemplo de aquel amor maternal que es necesario que estén animados todos aquellos que, en la misión apostólica de la Iglesia, cooperan a la regeneración de los hombres. Por esto, "la Iglesia, confortada por la presencia de Cristo, camina en el tiempo hacia la consumación de los siglos y va al encuentro del Señor que llega. Pero en este camino ... procede recorriendo de nuevo el itinerario realizado por la Virgen María".

A la "mediación de María, orientada plenamente hacia Cristo y encaminada a la revelación de su poder salvífico" confío la Iglesia y, en particular, aquellos que se dedican a cumplir el mandato misionero en el mundo de hoy».

(San Juan Pablo II, Encíclica Redemptoris Missio) 

En el Mes de las Misiones, dedicamos la Memoria sabatina al mandato misionero y compartimos una imagen de la iglesia Mater Misericordiae. 

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10 de septiembre de 2016

Santa María "en sábado"

El frente de la iglesia Mater Misericordiae, en Moreno 1669, muestra una bella imagen de la Virgen María. Tomé la foto en abril de 2014.



Salve, Regina, Mater misericordiae,
vita dulcedo, et spes nostra, salve.

Ad te clamamus, exsules filii Hevae,
ad te suspiramus, gementes et flentes,
in hac lacrimarum valle.

Eia, ergo, advocata nostra,
illos tuos misericordes oculos ad nos converte;
et Iesum, benedictum fructum ventris tui,
nobis post hoc exilium ostende.

O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.

V./ Ora pro nobis, Sancta Dei Genetrix.

R./ Ut digne efficiamur promissionibus Christi. Amen.

Letra en español

Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.
A ti clamamos, los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos
y, después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh, clemente!, ¡oh, piadosa!, ¡oh, dulce Virgen María!

V./ Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

R./ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.


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