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8 de mayo de 2025

8 de mayo: Solemnidad de Nuestra Señora de Luján

En la  Solemnidad de Nuestra Señora de Luján, recordamos  las palabras del radiomensaje enviado por Pío XII el 12 de octubre de 1947 al Congreso Mariano Nacional que se celebraba en aquella ciudad bonaerense. 

Las imágenes corresponden a un bello retablo lateral de la iglesia de Nuestra Señora del Socorro en San Pedro; las tomamos en 2022.


Era el día 15 de octubre del año 1934. Vibraban todavía en el aire los gritos de júbilo y los cantos entusiastas de las imponentes solemnidades de la víspera, latían fuerte aún los corazones acelerados por el fervor y agolpábanse en Nuestra retina las recientísimas imágenes de aquel trigésimo segundo Congreso Eucarístico Internacional, que el día antes habíamos clausurado, cuando, dejando atrás la encantadora metrópoli, escenario de tantas maravillas, Nos adentrábamos muy de mañanita hacia el interior del país, espaciando la mirada por las puertas de esa pampa vuestra que por lo majestuosa, lo solemne y dilatada puede evocar la grandeza imponente del mar.

¿A dónde íbamos? A cumplir con un amable deber. La magna Asamblea había sido un triunfo sin precedentes y este éxito —que como todos los casos de tan compleja organización podía depender de un detalle cualquiera de los que escapan al hombre— se le debía, después de Dios, a la Patrona oficial del Congreso, a la Pura y Limpia Concepción del Río Luján; ante su imagen se había orado sin interrupción para que la Patria —como alguien dijo— «cuya bandera tiene los colores de su manto, fuera digna de su tradición»; y Ella misma, dos fechas antes había tenido la condescendencia de presidir el «Día de la Patria», que Nos presenciamos, admirando de qué modo los dos grandes amores de toda alma noble —Dios y Patria— pueden fundirse armoniosamente en el único culto verdadero. ¡Íbamos a pagar a María Santísima su visita y a darle las gracias!

Y mientras ante Nuestros ojos se desarrollaba silenciosa la calma del paisaje, recordábamos primero todo lo que sobre vuestra Patrona nos refiere la piadosa tradición, y luego la historia de aquel Santuario cuyas dos torres, como dos gritos de triunfo que suben al cielo, Nos saludaban ya desde el horizonte. Fue Ella la que quiso quedarse allí, pero el alma nacional argentina había sabido comprender que allí tenía su centro natural.

Y al entrar en aquellas espaciosas naves, al ver las banderas que Belgrano ganó en Salta o la espada que San Martín blandió en el Perú, al leer los mármoles que recuerdan la solemne coronación de 1887 —la primera en América— o el reconocimiento de su Patrocinio sobre las tierras del Plata de 1930, al subir a aquel camarín, tan rico como devoto, entonces, sólo entonces, Nos pareció que habíamos llegado al fondo del alma grande del pueblo argentino. Porque el pueblo argentino, como todos los pueblos cristianos, sabe — y vuestro Congreso actual os lo ha repetido—, que el culto a la Madre de Dios, por Ella misma profetizado cuando anunció : «Beatam me dicent omnes generationes» (Lc 1, 48), es un elemento fundamental en la vida cristiana.

Efectivamente, ¿quién de los que por este mundo pasamos cargados con el peso de tantas debilidades y expuestos a tantos peligros, no tendrá necesidad de ayuda? Pues oíd al Doctor Eximio, que os dice : «Tenernos a la Virgen abogada universal para todo, porque es más poderosa en cualquier necesidad que los demás Santos en las particulares» [1].

Honrémosla, pues, reconociendo el brillo sin par de su hermosura, los primores de su bondad y lo irresistible de su poder; por la excelsitud de sus virtudes y por la dignidad incomparable de su misión, reverenciémosla proclamando su grandeza, manifestándole nuestro respeto y pidiéndole su intercesión; finalmente, imitémosla sin cejar en tan noble empeño, porque para citar las palabras de un grande Pontífice mariano, del inmortal León XIII, «Dios bueno y providente nos presentó en María el modelo más acabado de toda virtud... ; y nosotros, atraídos por la misma afinidad de la común naturaleza, nos esforzamos más confiadamente en imitarla» [2].

El pobre mundo, como si quisiera retroceder veinte siglos hasta las aberraciones de la decadente sociedad pagana, pone sobre sus altares los ídolos vanos de la lujuria, de la soberbia, de la codicia y, como consecuencia natural, del odio contra todo el que pueda disputarle su ración mezquina de placer, su miserable parcela de dominio, o una gota que pueda apagar aquella que no es sed de agua, sino de metal. Vosotros, en cambio, queréis en este momento renovar vuestro vasallaje a la que es símbolo de toda pureza —«Mater castissima»— encarnación de la, más completa humildad —«Ecce ancilla Domini»—, y personificación del más total desprendimiento; a Aquélla que, como nadie, es «Mater pulchrae dilectionis», ejemplar perfecto de caridad y amor.

Prometed a María que os dedicaréis con todas vuestras fuerzas a conservar y favorecer la dignidad y santidad del matrimonio cristiano; la instrucción religiosa de la juventud en las escuelas; y la aplicación de las enseñanzas de la Iglesia en la ordenación de las condiciones económicas y en la solución de la cuestión social: el ser fieles a la Iglesia en estos puntos fundamentales de la civilización cristiana será hoy una prueba palmaria del verdadero y genuino amor a María y a su Divino Hijo. Prometedle también, de acuerdo con el espíritu del Congreso, profundizar cada día más en su devoción, que si es la que debe ser, no podrá menos de conduciros a la aplicación integral de los principios y de las normas de vida cristiana, sin incurrir en el error de los que quieren visiblemente pavonearse dándoselas de cristianos y al mismo tiempo sostener aquellas doctrinas que con el Cristianismo son incompatibles.


¡Amadísimos congresistas del primer Congreso Mariano Nacional argentino! Que el Dios de bondad y de misericordia acepte vuestros propósitos y que esta nueva serie de Asambleas Marianas, que ahora inauguráis, sea tan fecunda en frutos espirituales como la serie gemela de vuestras reuniones eucarísticas; que María Santísima según continuamente la rezáis, proteja «vuestra villa de Luján y vuestro pueblo argentino en sus diversas provincias, conceda igual protección a los hermanos del Uruguay y del Paraguay, mantenga a todos en la fe católica, a pesar de las maquinaciones de los incrédulos, os dé sacerdotes celosos de vuestra salvación, autoridades honradas y cristianas, e inspire a todos fe, abnegación y caridad» [3]; que la que habéis invocado: «¡Oh, Santa María! / ¡Oh nuncio de paz ! / de Dios eres Madre, / al mundo salvad», obtenga finalmente para el mundo una paz próxima, estable y justa y que en este momento solemne, que tanto consuelo ha procurado a Nuestro atormentado corazón de Padre, las bendiciones mejores de lo alto desciendan sobre todos vosotros, sobre Nuestro dignísimo Cardenal Legado, sobre todos Nuestros celosos Hermanos en el Episcopado, con su clero y fieles y con todos los países que ellos representan, sobre las autoridades, que con su cooperación y presencia han querido contribuir al mayor esplendor de estas solemnidades y sobre todo el amadísimo pueblo argentino, tan presente siempre en Nuestro recuerdo y en Nuestro paternal afecto.


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[1] Suárez, In III, dise. XXIII, sect. III, n. 5, ed. Paris, tom. 19, 1569, p. 336 b.

[2] Enc. Magnae Dei Matris, 8 Sept. 1992, Leon. XIII Acta, ed. Rom. vol. XII, p. 232.

[3] Cfr. Oración a Ntra Sra. de Luján. 

8 de mayo de 2021

8 de mayo: Solemnidad de Nuestra Señora de Luján




Oración a la Virgen de Luján

Virgen María,
Madre de Dios y Madre nuestra.
Nuestra Señora de Luján,
Patrona de nuestra Patria;
hoy alzamos nuestros ojos
y nuestros brazos hacia ti,
Madre de la Esperanza,
de los pobres y de los peregrinos,
escúchanos.
Hoy te pedimos por Argentina,
por nuestro pueblo.
Ilumina nuestra patria
con el sol de justicia,
con la luz de una mañana nueva,
que es la luz de Jesús.
Enciende el fuego nuevo
del amor entre hermanos.
Unidos estamos bajo el celeste
y blanco de nuestra bandera,
y los colores de tu manto,
para contarte que:
hoy falta el pan material
en muchas, muchas casas,
pero también falta el pan de la verdad
y la justicia en muchas mentes.
Falta el pan del amor entre hermanos
y falta el pan de Jesús
en los corazones.
Te pedimos madre,
que extingas el odio,
que ahogues las ambiciones desmedidas,
que arranques el ansia febril
de solamente los bienes materiales
y derrama sobre nuestro suelo,
la semilla de la humildad, de la comprensión.
Ahoga la mala hierba de la soberbia,
que ningún Caín pueda plantar
su tienda sobre nuestro suelo,
pero tampoco que ningún Abel inocente
bañe con su sangre nuestras calles.
Haz madre que comprendamos
que somos hermanos,
nacidos bajo un mismo cielo,
y bajo una misma bandera.
Que sufrimos todos juntos
las mismas penas y las mismas alegrías.
Ilumina nuestra esperanza,
alivia nuestra pobreza material y espiritual
y que tomados de tu mano
digamos más fuerte que nunca:
¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA, CANTA Y CAMINA!


Oración tomada del sitio Buscad mi rostro.

Tomé la foto en la Catedral de San Justo en octubre de 2019.

8 de mayo de 2018

8 de mayo: Solemnidad de Nuestra Señora de Luján


Como es natural, prácticamente no hay iglesia en nuestro país que carezca de una imagen de la Virgen de Luján, Patrona de la República Argentina. Para la entrada de hoy, hemos elegido una que se venera en la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria. Tomé la foto en septiembre de 2015.

Acompañamos la bonita imagen con un fragmento de la consagración de la Argentina a la Virgen de Luján, realizada por San Juan Pablo II el 12 de abril de 1987 durante su visita a la Argentina:

¡Dios te salve, María, llena de gracia, 
Madre del Redentor!

Ante tu imagen de la Pura y Limpia Concepción, 
Virgen de Luján, Patrona de Argentina, 
me postro en este día aquí, en Buenos Aires, 
con todos los hijos de esta patria querida, 
cuyas miradas y cuyos corazones convergen hacia Ti; 
con todos los jóvenes de Latinoamérica 
que agradecen tus desvelos maternales, 
prodigados sin cesar en la evangelización del continente 
en su pasado, presente y futuro; 
con todos los jóvenes del mundo, 
congregados espiritualmente aquí, 
por un compromiso de fe y de amor; 
para ser testigos de Cristo tu Hijo 
en el tercer milenio de la historia cristiana, 
iluminados por tu ejemplo, joven Virgen de Nazaret, 
que abriste las puertas de la historia 
al Redentor del hombre, 
con tu fe en la Palabra, con tu cooperación maternal.

...

Te encomiendo y te consagro, Virgen de Luján, 
la patria argentina, pacificada y reconciliada, 
las esperanzas y anhelos de este pueblo, 
la Iglesia con sus Pastores y sus fieles, 
las familias para que crezcan en santidad,
los jóvenes para que encuentren 
la plenitud de su vocación
humana y cristiana, 
en una sociedad que cultive sin desfallecimiento
los valores del espíritu. 
Te encomiendo a todos los que sufren, 
a los pobres, a los enfermos, a los marginados; 
a los que la violencia 
separó para siempre de nuestra compañía, 
pero permanecen presentes ante el Señor de la historia 
y son hijos tuyos, Virgen de Luján, Madre de la Vida. 
Haz que Argentina entera sea fiel al Evangelio, 
y abra de par en par su corazón 
a Cristo, el Redentor del hombre, 
la Esperanza de la humanidad.

...

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8 de mayo de 2017

8 de mayo: Solemnidad de Nuestra Señora de Luján

Como es lógico tratándose de la Patrona de la República, en prácticamente todas las iglesias argentinas hay una imagen de la Virgen de Luján. 

Las imágenes que hemos visto y fotografiado en tantos templos son de muy diversas características y méritos artísticos.   Hoy queremos compartir una que nos parece particularmente bella.


Se encuentra en uno de los altares laterales del templo dedicado a San Antonio de Padua en la localidad bonaerense de San Antonio de Areco.


Al pie de la imagen pueden verse los escudos de las naciones del Plata de las que es Patrona.


"¡Dios te salve, María, llena de gracia, Madre del Redentor!
Ante tu imagen de la Pura y Limpia Concepción,
Virgen de Luján, Patrona de Argentina,
me postro en este día aquí, en Buenos Aires,
con todos los hijos de esta patria querida,
cuyas miradas y cuyos corazones convergen hacia Ti;
...
Haz que Argentina entera sea fiel al Evangelio,
y abra de par en par su corazón
a Cristo, el Redentor del hombre,
la Esperanza de la humanidad"

(De la Consagración de San Juan Pablo II a la Virgen de Luján, en Buenos Aires, 12/4/1987)


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9 de mayo de 2016

Solemnidad de Nuestra Señora de Luján

La Solemnidad de Nuestra Señora de Luján se celebra el 8 de mayo, aniversario de su coronación pontificia. Pero este año, al coincidir esa fecha con un Domingo de Pascua, la celebración se traslada al día 9.


Antífona de entrada

Alegrémonos todos en el Señor, al celebrar esta festividad en honor de la santísima Virgen María. Los ángeles se regocijan por esta solemnidad y alaban al Hijo de Dios. Aleluia.


Oración colecta

Señor, mira con bondad la fidelidad de tu pueblo
y concédenos que, por los méritos e intercesión
de la santísima Virgen María,
obtengamos los dones de tu gracia en la vida presente
y la salvación eterna en el cielo.


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