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5 de septiembre de 2024

5 de septiembre: Santa Teresa de Calcuta

 

Teresa Gonhxa Bojaxhiu, la Madre Teresa de Calcuta, fue canonizada por el papa Francisco I, en el marco del Año de la Misericordia, el 4 de septiembre de 2016.

En esa oportunidad dijo el Pontífice:

«Madre Teresa, a lo largo de toda su existencia, ha sido una generosa dispensadora de la misericordia divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada. Se ha comprometido en la defensa de la vida proclamando incesantemente que «el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre». Se ha inclinado sobre las personas desfallecidas, que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado; ha hecho sentir su voz a los poderosos de la tierra, para que reconocieran sus culpas ante los crímenes de la pobreza creada por ellos mismos. La misericordia ha sido para ella la «sal» que daba sabor a cada obra suya, y la «luz» que iluminaba las tinieblas de los que no tenían ni siquiera lágrimas para llorar su pobreza y sufrimiento.

Su misión en las periferias de las ciudades y en las periferias existenciales permanece en nuestros días como testimonio elocuente de la cercanía de Dios hacia los más pobres entre los pobres. Hoy entrego esta emblemática figura de mujer y de consagrada a todo el mundo del voluntariado: que ella sea vuestro modelo de santidad. Esta incansable trabajadora de la misericordia nos ayude a comprender cada vez más que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de toda ideología y de todo vínculo y derramado sobre todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión. Madre Teresa amaba decir: «Tal vez no hablo su idioma, pero puedo sonreír». Llevemos en el corazón su sonrisa y entreguémosla a todos los que encontremos en nuestro camino, especialmente a los que sufren. Abriremos así horizontes de alegría y esperanza a toda esa humanidad desanimada y necesitada de comprensión y ternura».

Una imagen de esta admirada santa contemporánea se venera en la iglesia del Niño Jesús, en el barrio de Lugano.

18 de diciembre de 2023

18 de diciembre: Expectación del Parto de la Santísima Virgen

 

Hoy celebramos a la Virgen de la Esperanza, o de la Dulce Espera, también llamada, simplemente, “Nuestra Señora de la O”. 

Esta última denominación tiene su origen en una antigua tradición contenida en la Liturgia de las Horas. Entre el 17 y el 23 de diciembre, las antífonas del cántico evangélico de las Vísperas -las que se usan para el Magnificat- empiezan con la exclamación admirativa “Oh”: 

“Oh, Sabiduría”;

“Oh, Adonai”; 

“Oh, Raíz de Jesé”; 

“Oh, Llave de David”;

“Oh, Oriente”;

“Oh, Rey de las Naciones”;

“Oh Emmanuel”.

Estas antífonas son llamadas “Antífonas Mayores” o Antífonas Oh. La repetición constante de esa exclamación, “¡Oh!”, en la oración mariana de la tarde, dio origen a la expresión “Virgen de la Oh”,  que en el uso común suele escribirse omitiendo la letra hache.

La piedad popular, ya en los primeros siglos del cristianismo, quiso unirse a dulce espera de la Virgen María; por eso, en el año 656, en Toledo, se instituyó la fiesta mariana de la “Expectación del Parto”, que fue fijada para hoy, 18 de diciembre. Aunque ya no figura en el Martirologio, se celebra en muchos lugares. 

En la iglesia consagrada al Niño Jesús en Lugano se venera una imagen de María en evidente estado de gravidez, muy a propósito para ilustrar la entrada de hoy.

3 de junio de 2023

3 de junio: San Juan XXIII

El Martirologio Romano  recoge hoy -en su dies natalis- la conmemoración de San Juan XXIII, de cuya muerte se cumplen exactamente 60 años: 

En Roma, San Juan XXIII, papa, cuya vida y actividad estuvieron llenas de una singular humanidad y se esforzó en manifestar la caridad cristiana hacia todos, trabajando por la unión fraterna de los pueblos. Solícito por la eficacia pastoral de la Iglesia de Cristo en toda la tierra, convocó el Concilio Ecuménico Vaticano II (1963).


Añadamos aquí un breve fragmento de la homilía que pronunció Juan XXIII pocas semanas antes de morir, en la última beatificación que presidió, y que también pueden ser aplicadas a él:

[Es un gran consuelo para el Papa]  promover y proceder a la glorificación de los beatos y santos del Señor llamados a recibir del mundo un culto que es alabanza a Dios Padre Omnipotente, homenaje a los prodigios de su gracia, invocada y vivida para la edificación de almas y como sublime escuela de santificación universal a lo largo de los siglos.

¡Qué belleza la Iglesia militante y la Iglesia triunfante, con el esplendor de todas las épocas, con la diversidad de todas las regiones del mundo, llamadas a dar un tributo precioso e incomparable!

Lo que consuela a cuantos han sido llamados a la vida cristiana y a cuantos han ofrecido a Dios esta vida desde su más tierna edad, sin pesar y sin duda alguna, es la idea de no ir a una aventura sin meta, es la certeza de asociarse, con una ideal continuidad de pensamientos y de obras, a las generaciones de los elegidos del pasado; es la confortadora conciencia de transmitir grandes alientos a las generaciones nuevas, que ascienden a lo largo del tiempo y continuarán el buen camino: “Tus santos, Señor, han recorrido un admirable camino sirviendo tus preceptos” (Resp. ad Matut. Comm. pl. Mart, extra temp. pasch.).

La imagen del  santo pontífice tocado con la tiara papal y en actitud de bendecir se venera el iglesia dedicada en el barrio de Lugano al Niño Jesús.

17 de enero de 2022

17 de enero: San Antonio, abad

A San Antonio "el Grande" el Martirologio lo recuerda hoy con estas palabras: «Memoria de San Antonio, abad, quien, habiendo perdido a sus padres, distribuyó todos sus bienes entre los pobres, siguiendo la indicación evangélica, y se retiró a la soledad de la región de Tebaida, en Egipto, donde llevó vida ascética. Trabajó para reforzar la acción de la Iglesia, sostuvo a los confesores de la fe durante la persecución desencadenada bajo el emperador Diocleciano, apoyó a San Atanasio contra los arrianos y reunió a tantos discípulos que mereció ser considerado padre de los monjes».


Transcribimos la información que provee el libro "Todos los Santos" de José Luis Repetto:

«Conocemos su biografía a través de la Vida que de él escribió San Atanasio de Alejandría. Nació en Quemán (Egipto) h. el 250 en el seno de una familia acomodada. Muertos sus padres, queda al cuidado de su hermana menor y de su hacienda. Habiendo oído la llamada de Jesús en el evangelio a darlo todo a los  pobres, renunció a sus bienes y se fue a las afueras del pueblo, donde, en una pequeña ermita, comenzó a llevar una vida retirada y penitente. Quince años más tarde se retira a las montañas de Pispir, cerca del Mar de Rojo, y se instala en una vieja fortaleza abandonada, dedicado a la oración y haciendo espuertas para vencer la ociosidad. Allí se dirigía la gente para pedirle orientación y consuelo, incluso algunos empezaron a querer vivir como él lo hacía. Se llenó así la zona de ermitaños, dedicados a la penitencia y la alabanza divina, teniendo a Antonio como inspirador y modelo. Hacia el 323 se retiró a una soledad más profunda en los desiertos de Tebaida, y estuvo solo muchos años hasta que al final admitió la compañía de dos discípulos Por dos veces volvió a Alejandría: en persecución, para sostener a los mártires, y para apoyar a San Atanasio en su lucha contra el arrianismo. Murió el 17-1-356 ya centenario».



Prefacio de San Antonio en el Misal Ambrosiano:

Te ofrecemos el sacrificio de alabanza
en la fiesta de San Antonio,
que, ardiendo en tu amor,
supo acoger la invitación del evangelio
con dedicación total y profunda alegría.
Impulsado por tu gracia
a seguir a Cristo con corazón libre y puro,
entregó a los pobres todos sus bienes.
Superando con la fuerza del espíritu
la debilidad del cuerpo,
vivió en perfecta comunión contigo, oh Padre, 
en la hosca soledad del desierto.

Su imagen se venera en la iglesia de la parroquia Niño Jesús de Lugano.

12 de junio de 2021

12 de junio: San Onofre

En la iglesia consagrada en el barrio de Lugano al Niño Jesús se venera esta imagen de San Onofre, cuya Memoria se celebra hoy.


Dice el libro "Todos los santos", de José Luis Repetto: 

«Este anacoreta egipcio vivió sesenta años religiosamente en el desierto de la Tebaida, vistiendo con hojas de árboles, comiendo hierbas y durmiendo al sereno. Había sido monje en su juventud pero luego quiso seguir el ejemplo de Elías y Juan el Bautista y vivir en el desierto. Guió sus pasos el ermitaño Hermes y luego buscaron un sitio donde el nuevo anacoreta se instalase, y cuando lo hallaron el ermitaño murió.
Onofre pasó el resto de su vida sin encontrar a nadie hasta que un tal Pafnucio que quería conocer la vida de los padres del desierto lo halló en mitad del mismo. Según su narración, un ángel le llevaba los sábados o domingos la santa comunión.
Se suele situar su muerte a principios del S. V. Ha tenido mucho culto en Oriente y Occidente».