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8 de noviembre de 2024

8 de noviembre: «Synaxis de los Príncipes de la milicia celestial Miguel, Gabriel y de los otros espíritus incorporales»

Esta sinaxis se celebra el 8 de noviembre en el Calendario Litúrgico bizantino  ¹.

El texto que sigue fue publicado en el sitio de la Iglesia Ortodoxa Rusa en la Argentina. Una aclaración: el texto menciona a siete arcángeles: los tres reconocidos en la tradición católica y cuatro más; hemos mantenido la mención a los siete, pero omitimos los párrafos que se refieren directamente a estos cuatro, no aceptados en la Iglesia Católica. También omitimos el que se refiere a San Rafael, para centrarnos en los dos que aparecen en el título de esta celebración. 


La fiel Iglesia de Cristo celebra, una vez al año, a los Santos Arcángeles Miguel y Gabriel, junto a la legión de todos los ángeles.

La palabra “arcángel” significa “más importante que los ángeles” o “el primero de entre los ángeles”. Por su parte, la palabra “ángel” significa “anunciador”, porque los ángeles anuncian en la Tierra la voluntad de Dios. Los ángeles son “espí­ritus que trabajan”, como dice el profeta David en el Salmo 104. Ellos fueron creados por Dios antes del hombre y del mundo visible.

Según las enseñanzas de los Santos Padres de la Iglesia, los ángeles se pueden clasificar en nueve grupos, teniendo cada grupo una misión que cumplir en el cielo y en la tierra. Los ángeles son espí­ritus, es decir, cuerpos inmateriales, inmortales, o como dice San Pablo, tienen “cuerpos celestiales”, es decir, cuerpos angelicales que se diferencian de aquellos terrenales, que son mortales. El propósito principal para el que fueron creados los ángeles, que forman un mundo invisible, es para alabar incesantemente a Dios. Luego, para cumplir ante todo Su voluntad, para revelar a los hombres la voluntad de Dios y para ayudarlos a cumplir con Sus mandatos.

De entre todos los Santos Padres, quien habla más largamente sobre los ángeles, es San Dioniso el Aeropagita, discí­pulo del Santo Apóstol Pablo, él dice que los ángeles se dividen en nueve grupos, cada uno de ellos teniendo un nombre y una misión propia. Así­, las legiones angelicales se dividen en tres jerarquí­as o grupos. Así­, el grado más alto, que tiene su lugar cerca de la Santí­sima Trinidad, está formada por los Serafines, Querubines y Tronos. Estos están alrededor del trono de Dios, anunciando Su voluntad a los ángeles. La jerarquí­a del medio está formada por los Señorí­os, Poderes y Soberanos, como los llama también el Apóstol Pablo. Ellos dominan sobre los ángeles de más abajo y sobre los poderes del infierno y del universo entero. La jerarquí­a más baja es la de los Principados, Arcángeles y Ángeles. Estos están mucho más cerca de los hombres, a quienes dan a conocer la voluntad de Dios y los ayudan a escapar de las astucias de los ángeles malos, de las tentaciones del enemigo.

Los Santos Arcángeles son siete, quienes están frente al trono glorioso de Dios, según las palabras del evangelista San Juan en el Apocalipsis (1, 4). Estos son: Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, Salael, Gudiel y Varael. Cada uno de ellos tiene su propia misión divina qué cumplir.

Miguel, que se interpreta “el poder de Dios”, es el soberano de las huestes celestiales y el primero de los Arcángeles. Él sostiene una espada de fuego y tiene como mandato proteger la Ley de Dios y vencer al enemigo, Él mismo dijo “Yo soy el Jefe de los ejércitos del Señor y acabo de llegar” (Josué 5, 14).

Gabriel, que se interpreta como “hombre-Dios”, es el arcángel de las buenas nuevas de felicidad, quien tiene como misión el anunciar a los hombres los misterios divinos. Él no lleva una espada de fuego, sino un lirio de perfecta alegrí­a. Se le representa con una mirada dulce y con gesto de divina serenidad. Por esto, fue el elegido y enviado por Dios para anunciar a la Virgen de Nazaret el gran misterio de la encarnación del Señor.

(...)

No olvidemos que los Santos Arcángeles son los primeros ángeles en interceder ante Dios por los hombres. Ellos cuidan y protegen a los cristianos, ayudándolos en el camino de la salvación. El Arcángel Miguel es el protector directo de los monjes, de los ejércitos cristianos, de los soberanos que portaban en momentos de batalla el í­cono de este arcángel. El Arcángel Gabriel, es principalmente el protector de las vírgenes cristianas, de las familias cristianas, de las parturientas, de los niños y de las monjas.


Dos composiciones fotográficas, con imágenes tomadas en la Basílica de Nuestra Señora de los Buenos Aires, ilustran esta entrada.



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¹ Cfr. Revista Litúrgica Argentina, número 206-207 -dedicado a las Liturgias Orientales-, 1962. Editor: Abadía de San Benito.

29 de septiembre de 2023

29 de septiembre: Fiesta de los Santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Aunque en el actual Calendario Litúrgico se celebra hoy la fiesta de los tres arcángeles mencionados en la Escritura, la fecha es la que tradicionalmente le correspondía a San Miguel, como puede verse por la entrada del 29 se septiembre en el Martirologio de 1956:

En el monte Gargano, la venerable memoria de San Miguel Arcángel, cuando allí fue consagrada a su nombre una Iglesia, de poca apariencia en verdad, pero dotada de celestial virtud.

In monte Gargano venerabilis memoria beati Michaelis Archangeli, quando ipsius nomine ibi consecrata fuit Ecclesia, vili quidem facta schemate, sed caelesti praestans virtute.

Por eso mostramos este hermoso vitral que representa a San Miguel con sus atributos militares clásicos, en una puerta de la iglesia de Nuestra Señora de las Victorias.

Invitamos a rezar en esta celebración las Letanías a San Miguel. Compartimos a continuación una versión, de entre las muchas que circulan en medios católicos.

San Miguel Arcángel,

ruega por nosotros

San Miguel, espíritu gloriosísimo,

San Miguel, guardián del Paraíso,

San Miguel, príncipe de la milicia celestial,

San Miguel, mensajero de Dios para las almas justas,

Tú que  te enfrentaste en combate contra el Dragón, 

Tú que saliste victorioso en la lucha,

Tú que expulsaste del Cielo al Dragón y a los ángeles apóstatas,

Tú que apareciste glorioso en la presencia del Señor,

Tú que te levantas en defensa de los hijos de Dios,

Tú que eres el príncipe de todas las almas,

Tú que eres el auxilio de los justos,

Tú, enviado en ayuda del Pueblo de Dios,

Tú, a quien se han confiado las almas de los santos,

Tú, que las conduces al Paraíso con gozo exultante,

Tú que siempre has protegido al Pueblo del Señor,

Tú que a menudo te apareciste a nuestros santos Padres,

Tú que revelaste arcanos misterios a los Profetas,

Tú, de cuyas manos se elevan exquisitos aromas hasta la presencia del Señor,

Tú, cuya honra favorece al Pueblo de Dios,

Tú, cuya oración es guía hacia el Reino de los Cielos,

San Miguel Arcángel, 

...

Señor, te rogamos que la gloriosa intercesión de San Miguel Arcángel nos proteja siempre y en todo lugar, y nos conduzca a la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

29 de septiembre de 2022

29 de septiembre: Fiesta de los Santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Una de las dos opciones que ofrece el Leccionario para usar como Primera Lectura de la misa de hoy es este fragmento del libro del Apocalipsis (12, 7-12a):

«Se libró una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron contra el Dragón, y este contraatacó con sus ángeles, pero fueron vencidos y expulsados del cielo.

Y así fue precipitado el enorme Dragón, la antigua Serpiente, llamada Diablo o Satanás, y el seductor del mundo entero fue arrojado sobre la tierra con todos sus ángeles.

Y escuché una voz potente que resonó en el cielo: “Ya llegó la salvación, el poder y el Reino de nuestro Dios y la soberanía de su Mesías, porque ha sido precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que día y noche los acusaba delante de nuestro Dios. Ellos mismos lo han vencido, gracias a la sangre del Cordero y al testimonio que dieron de él, porque despreciaron su vida hasta la muerte. ¡Que se alegren entonces el cielo y sus habitantes!».

El protagonismo de Miguel en este fragmento (Gabriel y Rafael no aparecen en las lecturas del día) nos recuerda que la fecha de hoy era tradicionalmente fiesta exclusiva de ese ángel, como sucede aún en la Forma Extraordinaria del Rito Romano y, por otra parte, justifica que ilustremos la entrada con una imagen en que sólo aparece Miguel. La representación iconográfica es muy habitual y se inspira sobre todo en este texto bíblico. El vitral se encuentra en la iglesia de San Pablo Apóstol y lo fotografiamos en enero de 2016.

En una homilía pronunciada en día tal como hoy en 2007, dijo Benedicto XVI: 

A Miguel «en la Sagrada Escritura lo encontramos sobre todo en el libro de Daniel, en la carta del apóstol San Judas Tadeo y en el Apocalipsis. En esos textos se ponen de manifiesto dos funciones de este arcángel. Defiende la causa de la unicidad de Dios contra la presunción del dragón, de la "serpiente antigua", como dice San Juan. La serpiente intenta continuamente hacer creer a los hombres que Dios debe desaparecer, para que ellos puedan llegar a ser grandes; que Dios obstaculiza nuestra libertad y que por eso debemos desembarazarnos de él.

Pero el dragón no sólo acusa a Dios. El Apocalipsis lo llama también "el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa día y noche delante de nuestro Dios" (Ap 12, 10). Quien aparta a Dios, no hace grande al hombre, sino que le quita su dignidad. Entonces el hombre se transforma en un producto defectuoso de la evolución. Quien acusa a Dios, acusa también al hombre. La fe en Dios defiende al hombre en todas sus debilidades e insuficiencias: el esplendor de Dios brilla en cada persona (...) 

La otra función del arcángel Miguel, según la Escritura, es la de protector del pueblo de Dios (cf. Dn 10, 21; 12, 1)».

18 de marzo de 2022

18 de marzo: San Gabriel

En "El Año Cristiano" de J. Croisset (editado en 1864) leemos, en el capítulo correspondiente al 18 de marzo:


Por particular concesión de la Silla Apostólica se celebra en los reinos de España la festividad del gloriosísimo arcángel San Gabriel, como a quien debemos el singular beneficio de haber anunciado a la santísima Virgen y Señora nuestra la encarnación del divino Verbo, y haber traído al mundo la noticia de su mayor gozo y consuelo, que por tantos años había sido el objeto de las esperanzas de los justos, el blanco de sus suspiros y oraciones, y el fin a que se dirigían las magnificas promesas que el Omnipotente había hecho á su pueblo, sacándole de Egipto y trayéndole a la tierra de promisión, señal manifiesta de que algún día había de sacarle de la esclavitud del demonio, en que vivía desde la primera culpa, y había de traerle al conocimiento perfecto de su santa ley, por medio de un libertador que destruyese el imperio de la muerte, y fuese el redentor de todo Israel.

Estas grandes y verdaderas promesas las conocieron particularmente los justos del Antiguo Testamento; y como observa el padre San Agustín, a proporción que se iba acercando el tiempo de su cumplimiento, fue también haciéndose mas pública y mas notoria esta certísima esperanza en toda la nación hebrea, de la cual había de nacer el Redentor deseado.

Luego el texto glosa la intervención de Gabriel en el libro de Daniel (8, 16; 9, 21). 

A continuación se refiere a la aparición del ángel a Zacarías (Lc 1, 5-25):

De este mismo medio se valió el santo Zacarías, de quien nos dice San Lucas que, viviendo en la observancia de todos los mandamientos y justificaciones del Señor, mereció que se le apareciese en el templo el mismo glorioso arcángel, y le dijese: "No temas, Zacarías, porque han sido oídas tus oraciones en presencia del Señor; y sabe que tendrás un hijo, que será tu gozo y alegría, y ha de ser grande delante del Altísimo". Así se verificó, naciendo al tiempo señalado por el arcángel el precursor San Juan Bautista, que fue grande en la presencia de Dios y de los hombres.

Esta aparición es la que evoca la imagen que compartimos hoy:

Ya vimos esta imagen, en otro contexto litúrgico. Pertenece a la Catedral de Buenos Aires.

Por supuesto, el texto dedica un amplio párrafo a la Anunciación.

El apartado termina con estas palabras:

Tales han sido los honoríficos encargos que ha hecho Dios al arcángel san Gabriel , como vemos en las santas escrituras; señal manifiesta de que es el principal o el sumo entre los ángeles, como le llama San Gregorio, pues tratándose de la más suprema embajada que jamás se hizo o se ha de hacer en el mundo, convenía que fuese destinado para ella uno de los primeros personajes del empíreo. También nos manifiesta el gran poder y valimiento que tiene con Dios este glorioso arcángel, y lo mucho que en su intercesión podemos confiar, si le tenemos una verdadera devoción.

Entendemos que el hecho de que se celebrara a San Gabriel el 18 de marzo podría guardar relación con la  fecha de la Anunciación, que correspondería entonces a la octava de San Gabriel. También la fecha más tradicional para el arcángel, el 24 de marzo, estaba vinculada con Solemnidad de la Anunciación, en cuya víspera, con mucha lógica, se celebraba. Actualmente, los tres arcángeles nombrados en la Biblia (Miguel, Gabriel y Rafael) son honrados juntos en la Fiesta del 29 de septiembre.

6 de noviembre de 2021

«Synaxis de los Príncipes de la milicia celestial Miguel, Gabriel y de los otros espíritus incorporales»

En el Calendario Litúrgico bizantino  esta sinaxis se celebra el 8 de noviembre; en el rito armenio, en fecha variable, que corresponde al sábado de la Octava Semana de la Cruz, es decir, este año, en el día de hoy.

El nombre de la celebración tiene pequeñas variantes;  en el título de esta entrada, lo tomamos textualmente del número 206-207 de la Revista Litúrgica Argentina, dedicado a las Liturgias Orientales, publicado en 1962. La revista era editada por la Abadía de San Benito.


De un sitio dedicado al calendario bizantino tomamos esta información (traducida por nosotros del italiano): 

Conmemoración de los arcángeles Miguel y Gabriel y de todas las Potencias incorpóreas 

Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, las milicias celestiales son conocidas, citadas y contadas entre las presencias de ese "lugar divino" que llamamos Cielo. El apóstol Pablo, que los menciona varias veces en sus cartas, dice que los ángeles son espíritus al servicio de Dios, enviados como servidores para el bien de aquellos que deben recibir la herencia de la salvación, y establecidos como protectores y guías de cada nación y de cada pueblo. Los ángeles están al lado de quienes les han sido confiados, no para protegerlos de las agresiones terrenales, la pobreza y el sufrimiento, ni para ahorrarles dolores, ni para ofrecerles un brazo fuerte a fin de obtener algún bien temporal, sino para llevarlos a Dios y a la salvación por el camino que la Divina Voluntad les ha designado. En el cielo, ven continuamente el rostro de Dios, cantan el himno "tres veces santo", interceden por nosotros y se regocijan por un solo pecador que se convierte.

Por eso la Iglesia honra a estos ministros divinos, que son nuestros intercesores y tutores, celebrando esta sinaxis. La Iglesia recuerda en particular los nombres de los santos Miguel y Gabriel, porque están vinculados a nosotros por la Sagrada Escritura. La palabra "Miguel" significa "¿Quién es como Dios?", y la palabra "Gabriel", "Dios es poderoso".

Según la Sagrada Escritura, el número de ángeles es infinito; Daniel vio "miles y miles sirviendo a Dios, y miríadas de miríadas de pie delante de él" (Daniel 7:10). Están divididos en nueve coros que son: Serafines, Querubines, Tronos, Dominaciones, Virtudes, Poderes, Principados, Arcángeles y Ángeles.


Publicamos un fragmento de la Liturgia del día, tomado del mismo sitio

APOLITICHION

Τῶν οὐρανίων στρατιῶν Ἀρχιστράτηγοι, δυσωποῦμεν ὑμᾶς ἡμεῖς οἱ ἀνάξιοι, ἵνα ταῖς ὑμῶν δεήσεσι, τειχίσητε ἡμᾶς, σκέπῃ τῶν πτερύγων, τῆς ἀΰλου ὑμῶν δόξης, φρουροῦντες ἡμᾶς προσπίπτοντας, ἐκτενῶς καὶ βοῶντας· Ἐκ τῶν κινδύνων λυτρώσασθε ἡμᾶς, ὡς Ταξιάρχαι τῶν ἄνω Δυνάμεων.

Tó̱n ouranío̱n stratió̱n Archistráti̱ghi, dyso̱poúmen ymás i̱mís i anáxii, ína tès ymó̱n deí̱sesi, teichísi̱te i̱más, sképi̱ tó̱n pterýgo̱n, tí̱s ailu ymó̱n dóxi̱s, frouroúntes i̱más prospíptontas, ektenó̱s kié voó̱ntas: Ek tó̱n kindýno̱n lytró̱sasthe i̱más, o̱s Taxiárche tó̱n áno̱ Dynámeo̱n.

Supremos líderes de los ejércitos celestiales: nosotros, indignos, os suplicamos: Con vuestras oraciones sed un baluarte para nosotros. Custodiadnos al amparo de las alas de vuestra gloria inmaterial, ante la que nos inclinamos y clamamos insistentemente: Libradnos del mal, príncipes de las huestes supremas.


Todas las fotos las tomamos en 2017 en la iglesia ortodoxa rusa de la Santísima Trinidad, en Parque Lezama.

24 de marzo de 2021

24 de marzo: San Gabriel Arcángel

En el Calendario Litúrgico de la Forma Extraordinaria hoy se celebra al arcángel San Gabriel. La fecha guarda obvia relación con la de mañana, como señala «El Año Litúrgico» de Don Próspero Guéranguer, editado en 1956:

«Hoy damos como una especie de tregua a los severos pensamientos de la Cuaresma, para festejar al Arcángel San Gabriel. Mañana, le veremos descender a la tierra como celeste embajador de la Santísima Trinidad cerca de la más pura de las Vírgenes; con toda razón los hijos de la Iglesia se recomiendan a él para aprender a celebrar dignamente aquel misterio cuyo mensajero fué».

En el mismo libro aparece esta súplica al arcángel, con la que cerramos esta entrada, junto con la foto que tomamos en la Basílica de Nuestra Señora de los Buenos Aires:
 

¡Amigo de los hombres! 

Continúa

ayudándonos 

con tu ministerio. 

Estamos rodeados

de enemigos terribles 

que aumentan su audacia 

al ver nuestra debilidad. 

Ven en nuestra ayuda 

y fortifica nuestro valor. 

Asiste a los cristianos 

en este tiempo 

de conversión 

y de penitencia.

Haznos comprender 

lo que debemos a Dios 

por el misterio de la Encarnación 

cuyo primer testigo fuiste. 

Hemos olvidado nuestros deberes

para con el Hombre-Dios 

y le hemos ofendido.

Enséñanos, pues,

a fin de que seamos fieles a sus mandatos y ejemplos. 

Eleva nuestros pensamientos hacia la morada que habitas. 

Ayúdanos a merecer en las filas de tu jerarquía las sillas que los ángeles malos dejaron vacías por su pecado y que están prometidas a los elegidos. 

Ruega, oh Gabriel, por la Iglesia militante y defiéndela contra el infierno. Los tiempos son malos; los espíritus malignos están desencadenados, no podemos resistir delante de ellos si el socorro del Señor no viene en nuestra ayuda; por medio de sus ángeles concede Él la victoria a su Esposa. Rechaza la herejía, contén el cisma, disipa la falsa sabiduría, confunde la política vana, quita la indiferencia,  a fin de que el Cristo, que has anunciado, reine sobre la tierra que Él rescató y para que podamos cantar contigo y con toda la milicia celestial "¡Gloria a Dios y paz a los Hombres!"

24 de octubre de 2019

24 de octubre: San Rafael Arcángel

Aunque en la Forma Ordinaria del Rito Romano los tres arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael son celebrados conjuntamente en la única fiesta del 29 de septiembre, en la Forma Extraordinaria se mantiene la práctica de honrarlos por separado. A San Rafael se le consagra la fecha de hoy, que elegimos para compartir estas imágenes.

Nos unimos a la memoria de San Rafael con fotografías que tomamos en julio del año pasado en el exterior de la iglesia porteña consagrada al santo arcángel.



La mayólica muestra los dos atributos clásicos de Rafael:  el bordón de peregrino y el pez.  Se lo invoca en la misma mayólica como «Patrono de los enfermos», «de los matrimonios» y «de los caminantes».  Tanto los atributos iconográficos como los patronazgos brotan de un episodio narrado en el libro de Tobías, que abarca varios capítulos pero que podemos resumir así:



Tobit, padre de Tobías, queda ciego; al mismo tiempo Sara, una mujer de otra comarca, sufre bajo la malvada acción de un demonio por lo que, cada vez que se casa, su marido muere. Cada uno de ellos ora rectamente a Dios y entonces «a un mismo tiempo, fueron acogidas favorablemente ante la gloria de Dios las plegarias de Tobit y de Sara, y fue enviado Rafael para curar a los dos: para quitar las manchas blancas de los ojos de Tobit, a fin de que viera con ellos la luz de Dios, y para dar a Sara, hija de Ragüel, como esposa de Tobías, hijo de Tobit, librándola del malvado demonio Asmodeo» (3, 16 s). 

Tobit envía a su hijo Tobías a un largo viaje, en el que es acompañado por el ángel, quien no se da a conocer y dice llamarse Azarías.

En un momento del camino, en el capítulo 6  (1-9) tiene lugar el episodio del pez:
El joven partió con el ángel, y el perro los seguía. Caminaron los dos y, al llegar la primera noche, acamparon a orillas del río Tigris. El joven bajó a lavarse los pies en el río, y de pronto saltó del agua un gran pez que intentó devorarle el pie. El joven gritó,  pero el ángel le dijo: «¡Agárralo y no lo dejes escapar!». Entonces él se apoderó del pez y lo sacó a tierra. El ángel le dijo: «Ábrelo, sácale la hiel, el corazón y el hígado, y colócalos aparte; luego tira las entrañas. Porque la hiel, el corazón y el hígado son útiles como remedios».  El joven abrió el pez, y le sacó la hiel, el corazón y el hígado. Asó una parte del pez y la comió, y guardó la otra parte después de haberla salado. Luego los dos juntos continuaron su camino hasta llegar cerca de Media.
Entretanto, el joven preguntó al ángel: «Hermano Azarías, ¿qué clase de remedio hay en el corazón, en el hígado y en la hiel del pez?». El ángel le respondió: «Si se quema el corazón o el hígado del pez delante de un hombre o de una mujer atacados por un demonio o espíritu maligno, cesan los ataques y desaparecen para siempre. En cuanto a la hiel, sirve para ungir los ojos afectados de manchas blancas: basta con soplar sobre esas manchas para que se curen». 
Poco después Rafael sugiere a Tobías  pasar esa noche en casa de Ragüel,  pariente de Tobías que tenía una única hija llamada Sara.  «Por ser tú el pariente más cercano -le dice-, tienes más derecho sobre ella que todos los demás, y es justo que recibas la herencia de su padre. Es una joven seria, decidida y muy hermosa, y su padre es una persona honrada»  (6, 11-12). 
Naturalmente, Tobías objeta la fama de esa mujer: «Hermano Azarías, he oído decir que ella se ha casado siete veces, y que todos sus maridos han muerto la noche misma de la boda, apenas se acercaban a ella. También he oído decir que es un demonio el que los mataba. Yo tengo miedo, ya que a ella no le hace ningún mal, porque la ama, pero mata a todo el que intenta tener relaciones con ella. Y soy hijo único, y si muero, mi padre y mi madre bajarán a la tumba llenos de dolor por mi causa. Y ellos no tienen otro hijo que les dé sepultura» (6, 14 ss).



El ángel le indica: «No te preocupes de ese demonio y cásate con ella. (...) Pero eso sí, cuando entres en la habitación, toma una parte del hígado y del corazón del pez, y colócalos sobre el brasero de los perfumes. Entonces se extenderá el olor, y cuando el demonio lo huela, huirá y nunca más aparecerá a su lado. Antes de tener relaciones con ella, levántense primero los dos para orar y supliquen al Señor del cielo que tenga misericordia de ustedes y los salve. No tengas miedo, porque ella está destinada para ti desde siempre y eres tú el que debe salvarla. Ella te seguirá, y yo presiento que te dará hijos que serán para ti como hermanos. No te preocupes» (6, 16-18).

Tobías se une a Sara no sin antes cumplir las indicaciones de Rafael; ora junto con su esposa -una plegaria hermosa que ocupa gran parte del capítulo 8- y ambos regresan acompañados por Rafael a la casa de Tobit. Allí, con la hiel del pez, Tobías cura la ceguera de su padre.  

Cuando Tobit se dispone a pagarle sus servicios al guía y acompañante de Tobías, el joven revela su verdadera identidad:  «Cuando tú y Sara hacían oración, era yo el que presentaba el memorial de sus peticiones delante de la gloria del Señor  (...)  Dios también me envió para curarte a ti y a tu nuera Sara.  Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia» (12, 12-15).

29 de septiembre de 2017

29 de septiembre: Fiesta de los Santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael


La imagen que compartimos hoy no fue obtenida en un templo, sino en en hotel de Ciudad del Este, en Paraguay. Tomé la foto en enero del año pasado.

Tres figuras de artesanía indígena representan a los tres ángeles que honra la fiesta de hoy: de izquierda a derecha,  Rafael, Miguel y Gabriel.

Son los tres únicos ángeles mencionados en la Escritura por su nombre, y los únicos a los que la Iglesia rinde culto.

Dice Lodi en "Santos del Calendario Romano":
Los testimonio bíblicos sobre Miguel se encuentran en la carta de Judas (8-9, que cita la apócrifa Asunción de Moisés, según Orígenes); luego en Ap 12,7-10 (la batalla de Miguel y sus ángeles contra el dragón) y en Dan (cc. 10-12), donde es presentado como protector de Israel. El culto de Miguel en el monte Gargano (Puglia, Italia) hasta el siglo VI se ha desarrollado después de que la fiesta del 8 de mayo del año 663, por la victoria obtenida por los logobardos sobre los sarracenos y atribuida a la protección del arcángel, confluyó en la del 29 de septiembre; luego encontró como centro de irradiación la famosa abadía normada de Mont-Saint-Michel (709), que se convirtió en meta de peregrinaciones, con la instalación de los benedictinos (966). Tres son las apariciones que han contribuido en Occidente al culto del arcángel Miguel. La primera a Gregorio Magno cuando, durante la procesión para impetrar el fin de la peste, habría visto al ángel envainando la espada en lo alto de la mole Adriana (origen del oratorio en honor de Miguel). La segunda (asimismo muy dudosa) es la aparición del arcángel a un pastor para proteger a un toro descarriado, con la orden de construir una capilla en la caverna de la alta montaña del Gargano. La tercera es la del arcángel al obispo de Avranches (Saint-Aubert), por tres veces, con la orden de construir una basílica en su honor en el monte Tomba.
Gabriel ("Fuerza de Dios") es el ángel que está en presencia de Dios, según Lc 1,19; interviene en los acontecimientos de la anunciación, del nacimiento de Juan Bautista y de Jesús; y en Daniel (8,16; 9,21) es el anunciador de las divinas revelaciones. Es venerado, desde el siglo II, como arcángel, y en la Iglesia siria, como el primer ángel. Hasta el siglo XII, al ángel del Ap 7,3-4, junto al altar con un incensario en la mano, se le confundía con Gabriel, que se le apareció a Zacarías (Lc 1,11).
Rafael ("Dios cura") es muy venerado por los judíos y también por los cristianos, porque su nombre aparece en Tob 12,15, y lo acompaña en su viaje.

Próxima entrada: 2 de octubre  (Santos Ángeles Custodios)

29 de septiembre de 2016

29 de septiembre: Fiesta de los Santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

En la fiesta de los santos ángeles Miguel, Gabriel y Rafael, una imagen del frente de la iglesia dedicada al primero de ellos en Mitre y Suipacha, de la ciudad de Buenos Aires.


Oración Colecta de la misa de hoy:


Señor Dios nuestro, que ordenas admirablemente
los oficios de los ángeles y de los hombres,
te pedimos que nos protejan siempre en la tierra
aquellos que te asisten continuamente en el cielo.

Próxima entrada: 1° de octubre, Santa Teresita