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11 de julio de 2018

11 de julio: San Benito

En el bello espacio que oficia de atrio de la iglesia de San Benito y de la pequeña capilla anexa, dedicada al Santo Cristo, hay una estatua del gran santo de Nursia. Tomé en enero de 2016 la fotografía que junto a estas líneas muestra esa imagen.

Del sitio web de la parroquia de San Benito, que funciona en ese templo, transcribimos a continuación la biografía del santo.

«San Benito nació en Nursia (región de Umbria), recibiendo de chico una muy buena educación.

A los 15 años Benito fue a Roma a estudiar pero no se sintió a gusto por el ambiente que allí había y se fue a una aldea cercana, Enfide, donde pronto decidió dedicar su vida a Dios.

Es entonces que se va hacia el norte, a Subiaco, donde vivió por unos tres años en una cueva, absolutamente solo, rezando y meditando teniendo por compañía solo al Señor. Empiezan a aparecer seguidores y allí funda 12 monasterios.

De Subiaco se va a un lugar cercano, Monte Casino, donde construye un monasterio sobre las ruinas de un templo pagano y en él vive; realizará varios viajes por Europa haciendo milagros, pero siempre sirviendo al hermano y llevando la Palabra; vuelve a Monte Casino donde va a morir un 21 de marzo,  a mediados del siglo VI.

Como el 21 de marzo es una fecha que siempre cae durante la Cuaresma, la Iglesia determinó que la Festividad de San Benito de Nursia sea todos los 11 de Julio, fecha en que sus restos fueron trasladados al Monasterio de Monte Casino como el Santo lo había pedido. Los restos de su hermana melliza descansan junto a los de él.

El lema de San Benito es: “Ora et labora” (reza y trabaja), y de acuerdo a ese lema vive toda la familia benedictina.

En Monte Casino escribió La Santa Regla, destinada a los monjes, pero que es modelo para todo cristiano que busca encontrar a Dios y vivir en Él;  en ella que les indicaba como debían vivir y  aún hoy rige la vida de los monjes en general, alrededor del mundo».

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10 de febrero de 2017

10 de febrero: Santa Escolástica

"Memoria de la sepultura de Santa Escolástica, virgen, hermana de San Benito, la cual, consagrada desde su infancia a Dios, mantuvo una perfecta unión espiritual con su hermano, al que visitaba una vez al año en Montecasino, en la Campania, para pasar juntos una jornada de santas conversaciones y alabanza a Dios",  dice el Martirologio en el día de hoy.


En el Oficio de Lecturas de hoy se lee este texto de San Gregorio Magno (Diálogos, Libro 2,33: PL 66, 194-196):
Escolástica, hermana de Benito, dedicada desde su infancia al Señor todopoderoso, solía visitar a su hermano una vez al año. El varón de Dios se encontraba con ella fuera de las puertas del convento, en las posesiones del monasterio. Cierto día vino Escolástica, como de costumbre, y su venerable hermano bajó a verla con algunos discípulos, y pasaron el día entero entonando las alabanzas de Dios y entretenidos en santas conversaciones. Al anochecer, cenaron juntos.Con el interés de la conversación se hizo tarde y entonces aquella santa mujer le dijo: «Te ruego que no me dejes esta noche y que sigamos hablando de las delicias del cielo hasta mañana».A lo que respondió Benito: «¿Qué es lo que dices, hermana? No me está permitido permanecer fuera del convento». Pero aquella santa, al oír la negativa de su hermano, cruzando sus manos, las puso sobre la mesa y, apoyando en ellas la cabeza, oró al Dios todopoderoso.Al levantar la cabeza, comenzó a relampaguear, tronar y diluviar de tal modo, que ni Benito ni los hermanos que le acompañaban pudieron salir de aquel lugar.Comenzó entonces el varón de Dios a lamentarse y entristecerse, diciendo: «Que Dios te perdone, hermana. ¿Qué es lo que acabas de hacer?».Respondió ella: «Te lo pedí, y no quisiste escucharme; rogué a mi Dios, escuchó. Ahora sal, si puedes, despídeme y vuelve al monasterio».Benito, que no había querido quedarse voluntariamente, no tuvo, al fin, más remedio que quedarse allí. Así pudieron pasar toda la noche en vela, en santas conversaciones sobre la vida espiritual, quedando cada uno gozoso de las palabras que escuchaba a su hermano.No es de extrañar que al fin la mujer fuera más poderosa que el varón, ya que, como dice Juan: Dios es amor, y, por esto, pudo más porque amó más.
A los tres días, Benito, mirando al cielo, vio cómo el alma de su hermana salía de su cuerpo en figura de paloma y penetraba en el cielo. Él, congratulándose de su gran gloria, dio gracias al Dios todopoderoso con himnos y cánticos, y envió a unos hermanos a que trajeran su cuerpo al monasterio y lo depositaran en el sepulcro que había preparado para sí.Así ocurrió que estas dos almas, siempre unidas en Dios, no vieron tampoco sus cuerpos separados ni siquiera en la sepultura.

La paloma mencionada en el texto es el atributo iconográfico habitual de Santa Escolástica, como vemos en las fotografías, que tomé en la bella iglesia porteña consagrada a San Benito.

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11 de julio de 2016

11 de julio: San Benito



En la Memoria de San Benito, un par de fotos de la hermosa imagen que se venera en el templo epónimo, en el barrio de Belgrano.



Del "Misal Diario para América" del padre Andrés Azcárate OSB recogemos la Oración Colecta (de la Misa Propia de la Orden Benedictina) correspondiente a la fecha en que anteriormente se celebraba al gran Patriarca de los Monjes de Occidente: el 21 de marzo.


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