27 de diciembre de 2025

27 de diciembre: Fiesta de San Juan Evangelista

 

De San Juan, como ocurre con otros apóstoles, es algo lo que sabemos y mucho lo que ignoramos.

Sabemos a ciencia cierta que fue apóstol de Jesús, del grupo de los Doce y también del círculo más íntimo que integraba con Pedro y Santiago; pero no tenemos certeza ni de su parentesco con el Señor, ni de la autoría de los textos bíblicos que se le atribuyen, ni de su identificación con el Discípulo Amado. Por cierto, la tradición que lo hace autor del Cuarto Evangelio, del Apocalipsis y de tres Cartas, y que lo identifica con el discípulo a quien Jesús amaba es venerable y no es necesario desecharla de plano en un sitio de divulgación como este, y menos en la piedad popular; queda a los exégetas, a los críticos literarios y a los historiadores seguir investigando esas complejas cuestiones. El actual Martirologio sólo se decanta por estos datos, que aparecen en la Escritura o surgen de ella, a saber:  Juan era  «apóstol y evangelista» e «hijo de Zebedeo»  y «junto con su hermano Santiago y con Pedro fue testigo de la transfiguración y de la pasión del Señor, y al pie de la cruz recibió de Él a María como madre. En su evangelio y en otros escritos se muestra como teólogo, habiendo contemplado la gloria del Verbo encarnado y anunciando lo que vio».

Tampoco sabemos a ciencia cierta qué fue de la vida de Juan después de Pentecostés; esto ocurre también con otros miembros del grupo de los Doce. La "fantasía piadosa", como la llama más abajo J. Pascher, se ocupó de rellenar esos vacíos de información cono diversas historias y leyendas, no necesariamente falsas o descartables in totuHoy nos ocuparemos de un detalle iconográfico que surge de una de esas historias, para lo cual transcribimos el acápite "La piedad popular" del capítulo dedicado a la Liturgia de la fiesta de San Juan Evangelista en el libro "El Año Litúrgico", de J. Pascher (Madrid, B.A.C., 1955).

«La fantasía piadosa ha adornado al discípulo amado con muchas leyendas que han fecundado a su vez a los artistas.  En un caso, la leyenda originó incluso una costumbre eclesiástica, el beber semilitúrgico del vino de Juan. Se bendice el vino y se da a beber diciendo: "Bebe el amor de San Juan". 

Ello significa la pervivencia de una bebida de amor precristiana, usada entre los indoeuropeos, en que se consagraba a los dioses una libación. El cristianismo tomó ese uso no sólo en honor de San Juan, sino también de San Miguel, San Esteban Juan Bautista y Martín de Tours. Sin embargo, la bebida de amor sólo se ha conservado en honor del discípulo, "a quien Jesús amaba" (Jn 21, 20).

Un apócrifo de Juan, del siglo VI, las llamadas "Virtutes Iohannis", cuenta cómo el apóstol bendijo un vaso de veneno y luego, sin sufrir daño, se lo bebió. La iconografía muestra cómo se escurre el veneno en forma de una serpiente. La fórmula de bendición se 
suponía ser precisamente la oración que rezó Juan sobre el vaso para desenvenenarlo.

De esta leyenda se derivó, desde el siglo XIV, el vaso de veneno, del que sale una serpiente. Más antiguo es el atributo del águila, desde el siglo XIII. Pero ya muy tempranamente, en relación con la interpretación de Ezequiel (1,10-14) el águila es símbolo del cuarto evangelio. Como atributo es más antiguo el tonel o caldera, recuerdo del martirio en aceite hirviendo.

Entre los apóstoles se representa al santo como el más joven de todos; en otros casos, sobre todo si está entre sus propios discípulos, aparece como un viejo, por haber alcanzado la más avanzada edad entre los apóstoles.

También al evangelista Juan se le han erigido muchas iglesias y capillas y, como patrono, goza de mucha veneración. Como evangelista y por suponerse haber sido él mismo librero, es patrono de los libreros. Los teólogos lo veneran señaladamente por su evangelio, que le ha merecido el título de "teólogo". Por su evangelio igualmente lo tienen por protector suyo los escritores. Los molineros de aceite lo reclaman por razón de su martirio en aceite hirviendo; pero también se ponen bajo su patrocinio los escultores, porque de aquella caldera de aceite hubo de salir rejuvenecido. 

Por el martirio del aceite se lo invoca en las quemaduras; por el vaso de veneno, contra el envenenamiento; por haber curado junto con Pedro (Hech 3,1-8) al cojo de nacimiento, se espera su ayuda en los dolores de pies».

La imagen que adorna esta entrada es de pasta de madera, corresponde al antiguo retablo de la Pasión de la Catedral de Asunción, y se exhibe actualmente en el Museo Sinforiano Bogarín, anexo a ese templo catedralicio. Tomamos la foto en enero de 2024.

26 de diciembre de 2025

26 de diciembre: Fiesta de San Esteban

Hoy se celebra la fiesta de San Esteban, primer mártir, expresivamente ubicada al día siguiente de la Navidad. 

San Fulgencio de Ruspe, en un sermón que hoy se lee en el Oficio de Lecturas y transcribimos a continuación, «compara... la fiesta de Navidad...  con la del protomártir, el 26 de diciembre» ¹.

La imagen del santo está representada en un vitral de la Basílica del Espíritu Santo.


De los Sermones de San Fulgencio de Ruspe, obispo

Ayer celebrábamos el nacimiento temporal de nuestro Rey eterno; hoy celebramos el martirio triunfal de su soldado.

Ayer nuestro Rey, con la vestidura de gala de nuestra carne, salió del palacio del seno virginal y se dignó visitar el mundo; hoy su soldado, abandonando la tienda de su cuerpo, ha entrado triunfante en el cielo.

Nuestro Rey, a pesar de su condición altísima, por nosotros viene humilde, mas no con las manos vacías: él trae para sus soldados una dádiva espléndida, ya que no sólo les otorga copiosas riquezas, sino que les da también una fortaleza invencible en el combate. En efecto, trae consigo el don de la caridad, que eleva a los hombres hasta la participación de la naturaleza divina.

Y, al repartir estos dones, en nada queda él empobrecido, sino que de un modo admirable enriquece la pobreza de sus fieles sin mengua de sus tesoros inagotables.

La misma caridad que hizo bajar a Cristo del cielo a la tierra ha hecho subir a Esteban de la tierra al cielo. La misma caridad que había precedido en la persona del Rey resplandeció después en su soldado.

Esteban, para merecer la corona que significaba su nombre, tuvo por arma la caridad, y ella le dio siempre la victoria. Por amor a Dios no cedió ante la furia de los judíos, por amor al prójimo intercedió por los que lo apedreaban. Por esta caridad refutaba a los que estaban equivocados, para que se enmendasen de su error; por ella oraba por los que lo apedreaban, para que no fuesen castigados.

Apoyado en la fuerza de esta caridad, venció la furia y crueldad de Saulo y, habiéndolo tenido por perseguidor en la tierra, logró tenerlo por compañero en el cielo.

Movido por esta santa e inquebrantable caridad, deseaba conquistar con su oración a los que no había podido convertir con sus palabras.

Y ahora Pablo se alegra con Esteban, goza con él de la gloria de Cristo, con él desborda de alegría, con el reina. Allí donde entró primero Esteban, aplastado por las piedras de Pablo, entró luego Pablo, ayudado por las oraciones de Esteban.

Ésta es, hermanos míos, la verdadera vida, donde Pablo no es avergonzado por la muerte de Esteban, donde Esteban se congratula de la compañía de Pablo, porque en ambos es la caridad la fuente de su alegría. La caridad de Esteban, en efecto, superó la furia de los judíos, la caridad de Pablo cubrió la multitud de los pecados, la caridad de ambos les hizo merecer juntamente la posesión del reino de los cielos.

La caridad, por tanto, es la fuente y el origen de todo bien, la mejor defensa, el camino que lleva al cielo. El que camina en la caridad no puede errar ni temer, porque ella es guía, protección, camino seguro.

Por esto, hermanos, ya que Cristo ha colocado la escalera de la caridad, por la que todo cristiano puede subir al cielo, aferraos a esta pura caridad, practicadla unos con otros y subid por ella cada vez más arriba. 

Responsorio

R. El día de ayer nació el Señor en la tierra, para que el día de hoy Esteban naciese en el cielo; entró Jesús en el mundo, * para que Esteban entrara en la gloria.

V. Ayer nuestro Rey, con la vestidura de gala de nuestra carne, salió del palacio del seno virginal y se dignó visitar el mundo.

R. Para que Esteban entrara en la gloria.



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¹  J. Pascher, "El año litúrgico", BAC, 1965

25 de diciembre de 2025

25 de diciembre: Nuestra Señora de Belén

El año pasado hicimos referencia a la advocación  de Nuestra Señora de Belén, que «se relaciona con el nacimiento de Jesús», por lo que se celebra «el mismo día de la Natividad de Nuestro Señor, el 25 de diciembre».  «Muchas de las imágenes de la "Virgen de Belén" se propagaron gracias a la influencia franciscana, pues, el misterio de la Navidad se ha celebrado especialmente desde que los franciscanos difundieron su culto».

Nuevamente volvemos a celebrar esta peculiar memoria mariana, y esta vez lo hacemos desde el templo parroquial que posee esa misma advocación, ubicado sobre la calle Burela. Lo visitamos por primera vez en este blog, pese a que las fotos son de abril de 2016.


La peculiaridad de este templo es que su sagrario (en que se lee la frase "Jesús habitó entre nosotros") es sostenido por una gran imagen de la Virgen María, como vemos en las fotos.


El nombre de la advocación, la frase en el sagrario y el simbolismo de la imagen configuran un excelente marco para la celebración de la Navidad.

24 de diciembre de 2025

24 de diciembre: San Charbel Makhluf

Aunque la memoria litúirgica de San Charbel se celebra en julio, el Martirologio Romano recuerda hoy el aniversario de su fallecimiento, en 1898: «en ‘Annaya, del Líbano, muerte de San Charbel (José) Makhluf».

El siguiente es el Himno de Entrada de la Liturgia maronita del día de su Memoria (23 de julio en el rito maronita, 24 de julio en la Iglesia de rito latino):

I.  Del sepulcro del Señor en la gran oscuridad ha surgido un fulgor que anuncia vida que cubrió de luz al mundo trayendo paz y la libertad.

De San Chárbel descendió un amor muy grande, lleno de luz y paz y a Cristo reflejó. ¡Que sus oraciones vuelvan tu rostro a quien tiene sed de ti!

II. Fue San Chárbel siervo fiel: encontró unión y paz en su soledad a la sombra del Sagrario y, nutrido por el Espíritu Santo sirvió bien a Dios.

¡Oh gran santo libanés!, intercede por los fieles que sufren hoy; a los muertos dales paz. El Señor sane las almas y cuerpos y logremos el perdón.

La imagen que vemos en esta entrada es venerada en la iglesia del Monte Calvario y Nuestra Señora del Líbano, en Villa Lynch, provincia de Buenos Aires. Tomamos la foto en julio del año pasado.

22 de diciembre de 2025

22 de diciembre: Santa Francisca Javier Cabrini

Una vez más celebramos la Memoria de Santa Francisca Javier Cabrini, por primera vez con una imagen del interior del templo que le está dedicado en la ciudad de Buenos Aires. 

En las entradas de 2016 y 2023 hemos aludido a la vida y obra de la Patrona de los Migrantes; hoy nos limitamos a transcribir una oración litúrgica que hemos tomado de varios videos que mostraban la celebración de la misa de su Memoria, en diversas ocasiones, en los Estados Unidos, en cuyo Calendario Litúrgico propio se la honra en el mes de noviembre.






Oración Colecta ¹


Dios, Padre nuestro, que para servir a los inmigrantes de América llamaste de Italia a Santa Francisca Javier Cabrini: por su ejemplo haz crecer en nosotros la preocupación por el extranjero, el enfermo y el necesitado, y por su intercesión ayúdanos a ver a Cristo en todos aquellos con quienes convivimos.

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¹ Del Propio de los Estados Unidos

20 de diciembre de 2025

Adviento: 20 de diciembre

Las ferias del 17 al 24 de diciembre, inclusive, tienen la finalidad de preparar más directamente la Navidad. Suelen ser llamadas "Ferias Mayores" del Adviento. Los evangelios de las misas de esos días relatan en orden los acontecimientos que precedieron al nacimiento de Jesús.

Hoy se lee, del Evangelio de San Lucas, el episodio de la Anunciación (1, 26-38), en el que remarcamos algunas palabras, por los motivos que se aclararán al ver la imagen que acompaña el texto.


«El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.

El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo».

Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.

Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin».

María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?»

El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios».

María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho».

Y el Ángel se alejó».

El bello vitral de la Basílica de Nuestra Señora del Socorro, que fotografiamos en 2017, muestra al Ángel Gabriel y a sus pies la frase "Ancilla Domini", "Servidora del Señor".

18 de diciembre de 2025

18 de diciembre: Expectación del Parto de la Santísima Virgen

En la iglesia de Nuestra Señora del Socorro de la localidad bonaerense de San Pedro se venera esta imagen de Nuestra Señora de la Dulce Espera.


Hoy se celebra en algunos lugares la  Expectación del Parto de la Santísima Virgen, que vendría a ser otra denominación de la misma advocación de la foto.


Leemos en el Misal Romano Diario y Devocionario del padre Natalio Díaz sj:

«Como en la antigüedad no se celebraba ninguna fiesta en tiempo de Cuaresma,  el año 650 decretó el Concilio X de Toledo que la fiesta de la Anunciación de la Virgen se celebrase en este día. San Ildefonso fué quien le dió el nombre de Expectación del Parto de la Virgen Santísima, para dar a entender a los fieles que aunque en todo el Adviento deben pedir y desear fervorosamente con la Iglesia el nacimiento del Salvador, pero particularmente deben en estos ocho días aumentar sus deseos, sus votos, sus ansias, sus suspiros por el sagrado parto de la Santísima Virgen. Llámase también esta fiesta de Nuestra Señora de la Esperanza, y de Nuestra Señora de la O por empezar hoy las antífonas mayores del rezo del breviario así: "O sapientia", etc.».