En 2016 nos referimos a San Alberto Magno mostrando una imagen en la que el santo tenía una mitra a sus pies, lo que alude al hecho de que fue Obsipo de Ratisbona, pero renució a sus sede al poco tiempo pues quería dedicarse "a enseñar y escribir", como relata la nota hagiográfica del "Misal Romano Diario y Devocionario" del padre Natalio Díaz que copiamos más abajo. Pero en la imagen de hoy, en cambio, aparece tocado de mitra y portando báculo; en la mano izquierda, además, lleva una esfera armilar, que indica la preocupación del santo por el estudio del cosmos.
San Alberto Magno «era alemán y nació en el castillo de Bollstädt. En su juventud es aficionado a la caza. Noble y rico, quiere ser también sabio, y se pone a estudiar con pasión. Estando en la universidad de Padua estudiando, oye predicar a Jordán de Sajonia, y decide ser, además de sabio, santo. Tenía treinta años cuando ingresó en la Orden de Santo Domingo recién fundada. Su alma cándida fué reciamente combatida, ya por el orgullo, ya por la humildad misma: unas veces el no poder igualar en el estudio a sus condiscípulos hería su amor propio; otras, un pensamiento de su inutilidad le movía a abandonar una Orden cuyo principal empleo es la adquisición de las ciencias. Pero dedicándose Alberto no menos a la oración que al estudio, adquirió la ciencia humana por medio de la sabiduría de Dios. Su inteligencia privilegiada le hace poseer el gusto de las bellas artes y descollar en las ciencias naturales, pero sobre todo en la especulación filosófica y la sagrada teología. La universidad de París, la más célebre entonces de todas las del mundo, oyó con admiración a este sabio, como derramando de su elocuente boca un río caudaloso de ciencia y de doctrina. Tuvo por discípulo a Santo Tomás de Aquino. En 1260 es nombrado Obispo de Ratisbona, y entra de noche y ocultamente en la ciudad, esquivando toda pompa y aplauso; pero a los dos años renuncia para dedicarse a enseñar y escribir, y cumplir algunas legaciones pontificias.
Considerando el catálogo de las numerosas obras que escribió, sorprende ver a un hombre que es al mismo tiempo teólogo, filósofo, escriturario, fisiólogo, médico, naturalista, filólogo, literato, moralista, orador, matemático y artista.
Murió en el año 1280, a los ochenta y siete de edad. El Papa Pio XII le nombró celestial Patrono de los que se dedican al cultivo de las ciencias naturales».





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