El Martirologio registra en la fecha de hoy la Memoria de Enrique Suso, beato dominico: «En Ulm, ciudad de Suabia (hoy Alemania), beato Enrique Suso, presbítero de la Orden de Predicadores, que soportó pacientemente muchos contratiempos y enfermedades, compuso un tratado sobre la sabiduría eterna y predicó a menudo sobre el Nombre de Jesús (1366)». Sin embargo hemos hallado también su celebración el día 23 y supuestamente, según algunas fuentes, en el Propio de los dominicos se lo recuerda el 2 de marzo.
Enrique Seuze (castellanizado Susón, Susso o Suso) nació en Constanza a fines del siglo XIII. A los trece años ingresó al convento de los dominicos en esa ciudad; allí hizo sus estudios de preparatoria, filosofía y teología. De 1324 a 1327 tomó un curso suplementario de teología en el Estudio General de los Dominicos en Colonia, donde conoció a Johann Eckhart, “el Maestro”, y probablemente fue condiscípulo de Tauler, ambos célebres místicos. «De regreso a Constanza fue nombrado para el oficio de lector, del cual parece haber sido removido varias veces entre 1329 y 1334. En el último año comenzó su carrera apostólica. Para 1343 fue elegido superior de un convento, probablemente en Diessenhofen. Cinco años más tarde fue enviado de Constanza a Ulm donde permaneció hasta su muerte».
Se destaca como místico: «a los dieciocho años, cuando, rompiendo con sus malas costumbres de los cinco años anteriores, se hizo a sí mismo "el Sirviente de la Eterna Sabiduría", la cual él identificaba con la esencia Divina y, en una forma concreta, con la persona de la Eterna Sabiduría hecha hombre. De ahí en adelante, una ardiente amor por la Eterna Sabiduría dominaría sus pensamientos y controlaría sus acciones. Tuvo frecuentes visiones y éxtasis, practicó una severa austeridad (la que prudentemente moderó en sus años maduros), y soportó con paciencia inusual las aflicciones corporales, amargas persecuciones y dolorosas calumnias». En la imagen que ilustra esta entrada vemos su nombre acompañado del título “Doctor Extático”. Además, a causa de su devoción al Nombre de Jesús, se lo representa con ese nombre (simbolizado en las iniciales JHS) grabado en su pecho, como según se cuenta se lo hizo efectivamente grabar
Fue predicador y director espiritual; escribió varios libros. Fue llamado “el más bello fruto del misticismo alemán” y “un poeta de amor en prosa y en el orden espiritual”. Su sabiduría y su elocuencia le ganaron numerosos discípulos de ambos sexos. Se cuenta que convirtió a numerosos pecadores y obró muchos milagros. Su culto fue confirmado en 1831, lo que equivale a una beatificación.
Las fotos que vemos correspondes a uno de los medallones con imágenes de santos y beatos dominicos, que ilustran los muros de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de la ciudad de Santa Fe. Tomé las fotos en julio de 2018.
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