30 de julio de 2022

Santa María "en sábado"

 


Salve Regina, Mater misericordiae,

vita dulcedo et spes nostra salve.

Ad te clamamus exsules filii Hevae.

Ad te suspiramus gementes et flentes,

in hac lacrimarum valle.

Eja ergo advocata nostra,

illos tuos misericordes oculos ad nos converte.

Et Jesum benedictum fructum ventris tui

nobis post hoc exsilium ostende.

O clemens, o pia, o dulcis Virgo Maria.


La imagen mariana de la foto se venera en la Basílica de San Ponciano, en La Plata.

26 de julio de 2022

26 de julio: San Joaquín y Santa Ana

 


Las imágenes de San Joaquín y de Santa Ana que vemos en las fotos se encuentran flanqueando el cuerpo central de uno de los retablos laterales de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario. 

Hoy celebramos la Memoria de esos santos «a quienes la tradición, que se remonta al evangelio apócrifo de Santiago, venera como padres de la Santísima Virgen María. (...) En el umbral del Nuevo Testamento, precisamente San Joaquín y Santa Ana preparan la venida del Mesías, acogiendo a María como don de Dios y ofreciéndola al mundo como inmaculada «arca de la salvación». A su vez, según el evangelio apócrifo de Santiago, luego son acogidos y venerados por la Sagrada Familia de Nazaret, que se convierte así en modelo de amorosa asistencia con respecto ellos. Imploro a San Joaquín y a Santa Ana y, sobre todo, a su excelsa Hija, la Madre del Salvador, inteligencia de amor para los ancianos, a fin de que en nuestra sociedad «la familia sepa conservar, revelar y comunicar el amor» (cf. Familiaris consortio, 17)», en palabras del papa San Juan Pablo II (Ángelus del 25 de julio de 1999).

21 de julio de 2022

21 de julio: Aniversario de la ordenación episcopal de monseñor Carlos Malfa

Carlos Humberto Malfa nació en 1948. Fue ordenado sacerdote a los 30 años. En 2000 fue designado Obispo de Chascomús; recibió la consagración episcopal el 21 de julio de ese año y tomó posesión de su sede pocos días después.

Para celebrar el aniversario de su ordenación -que forma parte del Calendario Litúrgico, como ya hemos explicado-, recurrimos a su escudo episcopal -presente en el frente de su templo catedralicio- y a una bendición impartida por él en la Solemnidad de Cristo Rey de 2021, también en la Catedral de Chascomús.




La foto del escudo es de 2017; a este blasón episcopal nos referimos en nuestro Blog Heráldica en la Argentina en la entrada del 13 de noviembre de 2015, fecha que corresponde al cumpleaños del obispo.

18 de julio de 2022

18 de julio: Santa Sinforosa

 


Dedicamos la entrada del 18 de julio de 2020 a Santa Sinforosa, mediante una foto de su imagen que se venera en la parroquia epónima en Ciudadela. Hoy compartimos algunas fotos más tomadas en la misma ocasión (visitamos ese templo en 2019). 

Además del frente del templo y del altar, publicamos aquí fotos tomadas en la cartelera parroquial, que hacen referencia a la historia de Santa Sinforosa y de su devoción en Ciudadela, y muestra imágenes de su santuario  en  Italia.






14 de julio de 2022

14 de julio: San Francisco Solano

El Martirologio trae hoy la Memoria de San Francisco Solano, que en el Calendario Litúrgico de la Argentina se celebra el 24 de este mes:

«En Lima, ciudad del Perú, San Francisco Solano, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que para la salvación de las almas recorrió en todas direcciones América meridional, y enseñó, con su palabra y su testimonio, la novedad de la vida cristiana a los indios y a los mismos colonizadores españoles».

Francisco nació en Andalucía en 1549. En 1576 recibió la ordenación sacerdotal.  En el año 1589, Felipe II pidió que se enviasen más franciscanos a las Indias Occidentales, y Francisco Solano fue elegido para la misión. Después de un accidentado viaje al Perú, incluyendo un naufragio, como su destino era Tucumán, emprendió un largo viaje en compañía de otros ocho franciscanos. Trabajó incansablemente, sobre todo en favor de los nativos, recorriendo amplios territorios de nuestro país.  A muchos  nativos convirtió a la fe, los inició en la civilización y los defendió de los opresores. Agotado por largas fatigas y penitencias, acabó sus días en Lima en 1610. Lo canonizó Benedicto XIII  en 1726.

Se le atribuyeron muchos milagros en vida; se decía también que tenía el don de lenguas. Suele ser representado con un violín, por su costumbre de tocarlo (así como a otros instrumentos musicales) como elemento de evangelización. Por ese mismo motivo es Patrono del Folklore Argentino.

La Segunda Lectura del Oficio de Lecturas de hoy trae este fragmento de la biografía de San Francisco Solano, presbítero, escrita por un autor contemporáneo (Acta Sanctorum julii V, París 1868, pp. 884–886):

¡Dios, vida mía, qué suave eres: seas siempre bendito! Aunque toda la existencia del varón de Dios, Francisco Solano, fue un martirio constante y un reflejo de la cruz de Cristo, los dos últimos meses de su vida se mereció las promesas de la eterna bienaventuranza practicando de modo eminente la virtud de la paciencia, al llevar con santa resignación su penosa enfermedad, que le mantuvo postrado en el lecho del dolor, sometido, además, a grandes padecimientos y fiebres abrasadoras.

Esta larga enfermedad nunca fue obstáculo para entregarse de lleno a la oración; la que en sus últimos días fue total contemplación y éxtasis continuos; inflamado en amor divino, siendo su conversación más con los ángeles que con los hombres, olvidado de todo cuidado corporal, de prescripciones facultativas y de cualquier remedio humano, vivió milagrosamente. Con gran ternura repetía incansablemente variadas jaculatorias, en especial: «Bendito sea Dios». Recitaba algunos salmos, sobre todo aquéllos: "Alaba, alma mía, al Señor" y "Bendice, alma mía, a tu Dios", invitando a los presentes a que se unieran a él, mientras su espíritu se derretía en santo fervor. Hizo que le leyeran del evangelio de San Juan el pasaje que empieza: "Antes de la fiesta de Pascua...", quedando ensimismado, en especial cuando se relataba la pasión de Jesús, dejando caer de sus labios frases de agradecimiento sincero a Cristo paciente, porque decía que le había amado a él, pecador, con gran bondad y misericordia. También se confortaba pronunciando himnos de alabanzas en honor de la bienaventurada Virgen María con gran gozo y júbilo espirituales.

A su confesor le declaró: «Ayudadme, Padre, a alabar al Señor»; y luego añadió: «Dios mío, tú eres el Creador, el rey, mi padre, tú eres mis delicias, todas mis cosas». Y su alma quedó inflamada en amor divino, sumida en éxtasis profundo, y su cuerpo permaneció rígido y frío como el mármol. Cinco días antes de su muerte, dijo al hermano enfermero, fray Juan Gómez: «¿Por ventura, hermano, no percibes la gran misericordia de Dios hacia mi persona, que me conforta para vencer con facilidad al enemigo?».

Tres fechas antes de su tránsito, dirigiendo la vista a otro hermano que le atendía, exclamó entre suspiros y lágrimas: «¿De dónde a mí, mi Señor, Jesús, el que tú estés crucificado y yo me encuentre entre tus ministros y siervos; tú desnudo, yo cubierto; tú abofeteado, coronado de espinas, y yo confortado con tantas atenciones?». Al día siguiente, estando rodeado de muchos religiosos, dijo: «¡Oh Dios, mi vida, sé siempre glorificado! ¡Qué inmensa condescendencia hacia mi persona! ¡Soy feliz, mi Señor, por saber que eres Dios! ¡Oh, qué suave eres!».

La última noche, cayó en profundo éxtasis, y los presentes creyeron que expiraba, pero se rehízo, y después recitó el salmo: "Qué alegría cuando me dijeron: ¡Vamos a la casa del Señor! ya van pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén". Desde este momento hasta el instante supremo de la muerte, sufrió un cambio misterioso, apareciendo su rostro hermoso, radiante, transparente, risueño, y su espíritu transpiraba jubilosa paz, gozo y serenidad. 

Un hermano le dijo: «Como quiera que Dios te llama a su seno, te ruego, Padre, que te acuerdes de mí, cuando estés en su reino». A lo que le contestó con cierto gracejo: «Así es, hermano, me voy al cielo, pero gracias a los méritos de la pasión y muerte de Cristo, porque yo soy un gran pecador. Mas, cuando llegue a la patria, seré allí un buen amigo tuyo». 

Hoy es la primera vez que en este blog visitamos la iglesia porteña dedicada a este gran santo. Tomamos las fotos (el mural exterior y el frente del templo parroquial) en agosto de 2021. 

12 de julio de 2022

12 de julio: Santa Verónica

El 4 de febrero de  2020 nos ocupamos de esta popular santa, cuya memoria, sin embargo,  no figura en el Martirologio. Hoy es otra de las varias fechas en que suele celebrarse a Verónica, la mujer que, según la tradición, enjugó con un paño el rostro de Jesús durante el camino del Calvario. Este hecho, como es sabido, no aparece en los Evangelios canónicos.

En el apócrifo titulado "Vindicta Salvatoris" se relata la historia de un tal Tito, que sufría de una enfermedad incurable, quien conoce por casualidad  a Natán, un ismaelita errante. Natán le cuenta:

Si hubieses vivido en Jerusalén, habrías encontrado a un profeta, elegido de Dios, que tenía por nombre Emmanuel, y que curaba al pueblo de sus pecados. Y fue su primer milagro transformar el agua en vino, en Caná de Galilea. Y con su palabra curaba a los leprosos, devolvía la vista a los ciegos, sanaba a los paralíticos, y expulsaba a los demonios. Y resucitó tres muertos, y salvó a una mujer sorprendida en delito de adulterio, y que los judíos habían condenado a ser lapidada. Y otra mujer, llamada Verónica, padecía de doce años atrás un flujo de sangre, y, habiéndose aproximado a él por su espalda y tocado la franja de su vestidura, fue curada. Y con cinco panes y cinco peces alimentó a cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños, y aun quedaron trozos bastantes para llenar doce canastos. Y todas estas cosas y otras muchas se cumplieron antes de su pasión. Y, después de su resurrección, nosotros lo hemos visto en su forma carnal, como antes estaba.

Verónica es identificada aquí, como en otros apócrifos, con la hemorroísa que se cura al tocar el manto de Jesús. 

Por la fe en el Señor, Tito es curado y se hace bautizar; luego resuelve dirigirse a Jerusalén junto con Vespasiano para vengar el daño hecho contra Jesús. Tras tomar la ciudad y apresar o matar a los jefes judíos, Tito y Vespasiano

empezaron a buscar la faz de Cristo. Y hallaron a una mujer, llamada Verónica, que la tenía.

Aparece en escena un tal Velosiano, enviado desde Roma por Tiberio, quien también sufría una enfermedad y confiaba en curarse por medio de Jesús. Ante el enviado imperial declaran José de Arimatea y Nicodemo y también  Verónica, quien dijo:

"Yo, entre la multitud, toqué la franja de su vestido, porque padecía desde doce años antes un flujo de sangre, y me curé".  (...) 

Y Velosiano preguntó por el rostro o la faz del Salvador. Y cuantos allí estaban dijeron: "La mujer que se llama Verónica es la que tiene en su casa la faz del Salvador".

Y él ordenó que la condujesen ante sí. Y le preguntó: "¿Tienes la faz del Salvador en tu casa?" Y ella lo negó. Y Velosiano ordenó que se le diese tormento hasta que entregase la imagen del Señor. Y, cediendo a la violencia, Verónica dijo: "Yo la tengo en un lienzo, y la adoro a diario". Y diciéndole Velosiano: "Muéstramela", ella mostró el rostro del Señor. Y viéndola, Velosiano, se prosternó en tierra y, con fe sincera y corazón encendido, la tomó, la envolvió en una tela dorada, la cerró en una caja, y la selló con su anillo. E hizo un juramento: "Por el Dios vivo y por la salud del César, que no verá su faz nadie hasta que vea yo la de mi señor, Tiberio".

Velosiano se embarca rumbo a Roma con la imagen de la Santa Faz, pero Verónica 

abandonó, por el amor de Cristo, cuanto poseía, y siguió a Velosiano.

Y él le dijo: "Mujer, ¿qué buscas, o qué quieres?"

Y ella contestó: "Busco la faz de Nuestro Señor Jesucristo, que me ha iluminado no por mis merecimientos, sino por su piadosa misericordia. Devuélveme la imagen de Nuestro Señor Jesucristo, porque me mata el dolor de no tenerla. Si no me la devuelves, yo no te abandonaré hasta que vea dónde la has depositado, pues quiero, miserable de mí, servirla todos los días de mi vida. Porque creo que es mi redentor, y que vive en la eternidad".

Y Velosiano ordenó que se admitiese a Verónica con él en el buque.

La imagen que compartimos hoy forma parte del Vía Crucis de la iglesia porteña consagrada a  San Vicente de Paul.

9 de julio de 2022

Sábado de la Semana XIV Durante el Año

La Primera Lectura de la misa de hoy está tomada del profeta Isaías (6, 1-8). La perícopa comienza de este modo (6, 1-4):

El año de la muerte del rey Ozías, yo vi al Señor sentado en un trono elevado y excelso, y las orlas de su manto llenaban el Templo.

Unos serafines estaban de pie por encima de él. Cada uno tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro, y con dos se cubrían los pies, y con dos volaban.

Y uno gritaba hacia el otro: «¡Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos! Toda la tierra está llena de su gloria».

Los fundamentos de los umbrales temblaron al clamor de su voz, y la Casa se llenó de humo.

La bella  imagen del ángel

con los tres pares de  alas y las palabras 

"Santo, santo, santo" 

en lengua ucraniana se exhibe en el frente de la 

Catedral Ucraniana de Santa María del Patrocinio. 

6 de julio de 2022

Miércoles de la Semana XIV Durante el Año

En la misa de hoy se proclama un fragmento del Evangelio de San  Mateo (10, 1.7) que enpieza así:

Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia.

Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.

Los doce apóstoles mencionados en la lectura (con la obvia excepción de Judas, reemplazado por Matías) están representados en los magníficos vitrales de la puerta de la Basílica de San Ponciano, en la ciudad de La Plata: 

Tomás, Simón, Felipe

Bartolomé, Andrés, Santiago

Judas Tadeo, Juan, Santiago

Matías, Mateo, Pedro

3 de julio de 2022

Domingo XIV Durante el Año

La Primera Lectura de la misa de hoy está tomada del profeta Isaías (66, 10-14c): 

Festejad a Jerusalén, gozad con ella,
todos los que la amáis,

alegraos de su alegría,
los que por ella llevasteis luto.

Mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos,
y apuraréis las delicias de sus ubres abundantes.

—Porque así dice el Señor:

«Yo haré derivar hacia ella,
como un río, la paz,

como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones.

Llevarán en brazos a sus criaturas
y sobre las rodillas las acariciarán;

como a un niño a quien su madre consuela,
así os consolaré yo,

y en Jerusalén seréis consolados.

Al verlo, se alegrará vuestro corazón,
y vuestros huesos florecerán como un prado;
la mano del Señor se manifestará a sus siervos».



La frase que resaltamos en negrita aparece, en latín, en el altar de la Virgen de Sumampa en la Catedral de Santiago del Estero. 

2 de julio de 2022

2 de julio: Nuestra Señora del Huerto

En 1493 una grave epidemia de cólera azotó a la ciudad de Génova, alcanzando la vecina localidad de Chiavari. Una piadosa mujer de la zona prometió a la Virgen una señal de público reconocimiento si la mantenía inmune a la peste.

Superado el flagelo, la mujer encargó al artista Benedicto Borzone que pintara una imagen de la Virgen con el Niño sobre un muro del huerto ubicado entre el Palacio de Gobierno y el puerto. La imagen podría ser venerada allí por los transeúntes que quizás  no tenían tiempo de entrar al templo para orar.

Borzone pintó  el bello y colorido retrato que conocemos, cuya reproducción ilustra esta entrada.  

El lugar donde se encontraba la pintura era “el muro del huerto”: de allí el nombre con que se empezó a conocer a la imagen. Con el paso de los años el huerto fue transformado en depósito y chiquero pero la bella pintura siguió allí. 

En 1528 la peste volvió a castigar la Liguria, abatiéndose con especial fuerza en Chiavari, por lo que las autoridades decidieron construirle un altar a la imagen de la Virgen.

Años más tarde, una humilde mujer rezaba frente a la Virgen cuando, repentinamente, la pintura comenzó a irradiar una luz intensa. El prodigio se conoció en los alrededores y cientos de peregrinos comenzaron a acudir al lugar para implorar gracias.

La fama de Nuestra Señora del Huerto se vio reforzada el 2 de julio de 1610, cuando se le apareció a Sebastián Descalzo, un humilde poblador de las inmediaciones, quien caminaba desde su casa al suburbio de Carasco recitando sus oraciones. Poco después comenzaron a sucederse numerosos milagros.



En 1634 el Consejo de Gobierno de la ciudad declaró a la Virgen del Huerto patrona de la población y del distrito de Chiavari; el sector de la pared donde se hallaba pintada la imagen fue trasladado al Altar Mayor del santuario inaugurado el año anterior.

En 1769 Nuestra Señora del Huerto fue coronada solemnemente;  su iglesia fue entregada a los Carmelitas Descalzos quienes la tuvieron en su poder hasta 1797.

En 1829 San Antonio María Gianelli, Obispo de Bobbio, se inspiró frente a la sagrada imagen para fundar la congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto. En su expansión por Europa, América, Asia y África, las hermanas difundieron por el mundo la devoción a esta advocación de la Virgen.


La imagen que vemos hoy en diferentes tomas (registradas en 2017) se venera en la iglesia porteña dedicada a Nuestra Señora del Huerto.