9 de octubre de 2024

9 de octubre: San Dionisio

Como ocurre en muchos otros casos, en la biografía de nuestro santo de hoy se mezclan algunos datos históricos con otros legendarios o  producto de la fantasía del biógrafo.

Por San Gregorio de Tours, que escribió en el siglo VI, sabemos que Dionisio, nacido en Italia, fue enviado en el año 250 a las Galias, donde sufrió el martirio. En santorales muy antiguos ya se menciona a San Dionisio el 9 de octubre, junto con los santos Rústico y Eleuterio, sus compañeros, que quizás eran respectivamente el sacerdote y el diácono del obispo San Dionisio, que se establecieron con él en París e introdujeron allí el Evangelio. Debido a su predicación y a las numerosas conversiones que lograban, fueron arrestados y más tarde los tres murieron decapitados. Sus cuerpos fueron arrojados al Sena, pero los cristianos consiguieron rescatarlos y les dieron sepultura. Sobre el sepulcro se construyó una capilla, junto a la cual se erigió la gran abadía de Saint-Denis, fundada por el rey Dagoberto I, quien vivió en el siglo VII. 

En algún momento empezó a introducirse la identificación de Dionisio Areopagita (Hech 17, 34) con el Obispo de París o, por lo menos, la idea de que Dionisio había sido enviado a Francia por el papa Clemente I en el primer siglo. 

Esta errónea identificación se debe sobre todo a Hilduino, abad de Saint-Denis a mediados del siglo IX. La biografía que escribió Hilduino está tejida de fábulas. Según su relato, el Areopagita viajó a Roma, donde el Papa San Clemente I lo recibió y lo envió a evangelizar la Lutetia Parisiorum. Los habitantes de París intentaron en vano darle muerte de varias maneras, hasta que por fin Dionisio y sus compañeros fueron decapitados en Montmartre. 

Según la leyenda, el cuerpo decapitado de San Dionisio, guiado por un ángel, caminó tres kilómetros, desde Montmartre hasta la abadía que lleva su nombre, portando en las manos su propia cabeza y rodeado de coros de ángeles.  

Este último detalle curioso de la vida de Dionisio de París ha quedado inmortalizado en la iconografía del santo: se lo suele representar, como en las fotos que vemos hoy, llevando en sus manos su propia cabeza mitrada.

El culto de san Dionisio fue muy popular en la Edad Media. Ya en el siglo VI, Venancio Fortunato lo  reconocía como Patrono de París y el pueblo lo consideraba como el protector de Francia: Saint Denis. Es además uno de los «Catorce Santos Auxiliadores». 

El Martirologio actual recoge que Dionisio fue enviado a París por el Papa, como afirma el relato tradicional, pero evita prudentemente dar nombres: «Según la tradición, Dionisio, enviado por el Romano Pontífice a la Galia, fue el primer Obispo de París, y allí, junto con el presbítero Rústico y el diácono Eleuterio, padecieron todos en las afueras de la ciudad».

La imagen que ilustra esta entrada es una talla altoperuana, en madera dorada y policromada,  de la primera mitad del siglo XVIII. Se conserva en el Museo de Arte Hispanoamericano "Isaac Fernández Blanco".

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