A partir del 11 de febrero de 1858, la Virgen María se apareció en 18 ocasiones a Bernadette Soubirous, una niña de 14 años. Las apariciones tuvieron lugar en la gruta de Massabielle, en las afueras de la población de Lourdes, en Francia. Por ello hoy se celebra a Nuestra Señora de Lourdes.
La Virgen apareció vestida de blanco, con una cinta celeste en la cintura y rosas en los pies. Hizo brotar del suelo una fuente, de la que todavía hoy mana agua: es meta de peregrinaciones y lugar de innumerables curaciones, muchas de ellas reconocidas como milagrosas. Cuando Bernadette le pidió a la "Señora" que le revelara su nombre, la Virgen le dijo: "Yo soy la Inmaculada Concepción".
Ilustramos la entrada de hoy con una hermosa imagen, que reúne todos los elementos iconográficos y simbólicos que hemos reseñado: la gruta, la referencia a la fuente, la forma en que se presenta la Virgen, la frase que pronuncia, la presencia de la niña vidente. Esta hermosa reproducción de la gruta de Lourdes puede visitarse en la Basílica de Nuestra Señora de la Merced de la ciudad de Buenos Aires.
Proxima entrada: 17 de febrero, San Teodoro
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