23 de septiembre de 2017

23 de septiembre: San Pío de Pietrelcina

Celebramos hoy a un santo del siglo XX: San Pío de Pietrelcina, nacido en 1887 y muerto en 1968.  Su nombre verdadero era Francisco Forgione, pero tomó el de Pío. Nació en Pietrelcina, y  fue ordenado presbítero en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos en 1910.  Se dedicó toda su vida a la dirección espiritual de los fieles y a la reconciliación de los penitentes en el convento de San Giovanni Rotondo, en la región de Apulia, mostrando además una atención particular hacia los pobres y necesitados. 

Fue favorecido por el Señor con carismas especiales, el más famoso de los cuales fue el de los estigmas, que recibió en septiembre de 1918, y conservó por medio siglo, hasta su muerte, el 23 de septiembre de 1968, cuando desaparecieron misteriosamente sin dejar ninguna cicatriz. 


Durante su vida se dedicó solamente a su ministerio sacerdotal, entregado a la oración, la celebración de la misa, la administración de los sacramentos -de manera particular la reconciliación- y la dirección espiritual.

Su fama de santidad se difundió rápidamente en todo el mundo; muchos milagros se atribuyeron desde entonces a su intercesión. Apenas dos años y medio después de su muerte, dijo de él Pablo VI:  «¡Mirad qué fama ha tenido, qué clientela mundial ha reunido en torno a sí! Pero, ¿por qué? ¿Tal vez porque era un filósofo? ¿Porque era un sabio? ¿Porque tenía medios a su disposición? ¡Porque celebraba la Misa con humildad, confesaba desde la mañana a la noche, y era, es difícil decirlo, un representante visible de las llagas de Nuestro Señor! Era un hombre de oración y de sufrimiento».

El padre Pío fue beatificado y canonizado por San Juan Pablo II.


La imagen que ilustra esta entrada se venera en la iglesia porteña de Santa María de los Ángeles, atendida por los capuchinos. Tomé las fotos en marzo de este año.

Próxima entrada: 26 de septiembre (San Cosme y  San Damián)

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