26 de septiembre de 2017

26 de septiembre: San Cosme y San Damián

Dice Butler en su obra "Vidas de santos":  

«Cosme y Damián eran hermanos gemelos, naturales de Arabia; estudiaron las ciencias en Siria y llegaron a distinguirse por su habilidad en la medicina. Como eran cristianos y estaban impulsados por el santo aliento de la caridad en que se nutre el espíritu de nuestra bendita religión, practicaban su profesión con toda su pericia y notable éxito, pero sin aceptar jamás pago alguno por sus servicios. Vivían en Aegeae, sobre la costa de la bahía de Alejandreta, en Cilicia, donde ambos eran distinguidos por el cariño y el respeto de todo el pueblo a causa de los muchos beneficios que prodigaba entre las gentes su caridad y por el celo con que practicaban la fe cristiana, ya que aprovechaban todas las oportunidades que les brindaba su profesión para difundirla y propagarla. En consecuencia, al comenzar la persecución, resultó imposible que aquellos hermanos de condición tan distinguida, pasasen desapercibidos. Ellos fueron de los primeros en ser aprehendidos por orden de Lisias, el gobernador de Cilicia y, luego de haber sido sometidos a diversos tormentos, murieron decapitados por la fe. Conducidos sus restos a Siria, quedaron sepultados en Cirrhus, ciudad ésta que llegó a ser el centro principal de su culto y donde las referencias más antiguas sitúan el escenario de su martirio». 

Enzo Lodi en su obra "Los santos del Calendario Romano" nos aclara que  la memoria de Cosme y Damián corresponde al "día de la dedicación de la basílica por parte de Félix IV (526-530) en honor de estos mártires, en el foro romano, en un edificio pagano", que se anticipa en un día "a la fecha del 27 de septiembre, fecha atestiguada ya por los sacramentarios romanos gelasiano y gregoriano".

"Estos mártires sirios", dice también Lodi, "recibieron en la antigüedad un culto vastísimo", como lo testimonian varios documentos históricos, aunque los detalles acerca de su vida y martirio sean en parte legendarios. La devoción por Cosme y Damián llegó a Roma gracias al papa Símaco (498-514), que les dedicó un oratorio en Santa María la Mayor en Roma. Ambos son mencionados además en el Canon Romano.

La imagen que ilustra la entrada de hoy corresponde a la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria (en Bahía Blanca 363, de Buenos Aires), donde los dos santos son especialmente venerados como Patronos Secundarios de la parroquia:


"Los dos médicos gemelos se hicieron cristianos y por el mérito exclusivo de sus virtudes y la intervención de sus oraciones alejaban las enfermedades de los enfermos; tras diversos suplicios están reunidos en el cielo y hacen numerosos milagros para sus compatriotas. Si un enfermo acude a su tumba y ruega ante ella con fe, obtiene inmediatamente remedio para sus males; se dice que se aparecen en sueños a los enfermos y les dan una prescripción; éstos la ejecutan y se curan".
(San Gregorio de Tours, In gl. mart. 98)


"Nadie alimenta de sí mismo a los que invita, pero el Señor Jesucristo ha hecho precisamente esto: él, que es quien invita, se da a sí mismo como comida y bebida. Y los mártires, entendiendo bien lo que habían comido y bebido, devolvieron al Señor lo mismo que de él habían recibido".
(San Agustín, Sermón 239 sobre el v.5 del salmo 115: 
"Preciosa es ante el Señor la muerte de sus santos")


Próxima entrada: 29 de septiembre (Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael)

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