Imagen de la Virgen en el templo consagrado al Inmaculado Corazón de María en Constitución.
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada, María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, Madre mía!
Próxima entrada: 29 de enero (San José Freinademetz)
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