Hoy, Tercer Domingo de Cuaresma del Ciclo B, se lee un fragmento, tomado del Evangelio según San Juan (2, 13-25), que transcribimos parcialmente aquí (sólo hasta el versículo 21):
«Se acercaba la Pascua de los judíos.
Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas.
Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio».
Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: "El celo por tu Casa me consumirá".
Entonces los judíos le preguntaron: «¿Qué signo nos das para obrar así?».
Jesús les respondió: «Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar».
Los judíos le dijeron: «Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».
Pero él se refería al templo de su cuerpo».
Una pintura en el techo de la Iglesia del Salvador (Callao y Tucumán) representa este episodio, también recogido en los sinópticos.
Próxima entrada: 7 de marzo (Beata María Antonia de Paz y Figueroa)
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