Las fotos, que tomamos (en dos ocasiones distintas) desde una perspectiva inusual, muestran el techo de la Catedral de Buenos Aires, en la zona que corresponde al presbiterio. La escena representada en el panel es el encuentro de Jesús con la mujer samaritana junto al pozo de Jacob (Jn 4, 5-42), episodio que se proclama hoy, en la misa del Tercer Domingo de Cuaresma del Ciclo A.
El texto bíblico es ampliamente conocido; no tan divulgada, en cambio, es la poesía que transcribimos a continuación, titulada "La samaritana". Su autor es el sacerdote argentino Clemente Ruppel (1913-1990), de la Congregación del Verbo Divino, de quien dijo Leonardo Castellani: "El P.Clemente Ruppel soporta la comparación con los mejores poetas argentinos actuales (...) Es un maestro de la lengua y el metro, un príncipe de la metáfora y un millonario de la fastuosa ornamentación". "Su libro —dice también Castellani en el mismo prólogo del libro "Poemas en nostalgia mayor" (Editorial Guadalupe, 1961)― tiene como tres partes: una, la de los sonetos alejandrinos de tema religioso, factura refinada y contenido tierno y regocijado, no pocas veces netamente evangélico, como en esta pieza magistral: LA SAMARITANA".
Desciende el mediodía por la boca del pozo.
En su fondo navegan relámpagos de fragua.
En eso Dios irrumpe, jadeante y sudoroso,
el cielo como premio, por una copa de agua.
Por una copa de agua que su fiebre devora,
sin espera, y de manos de la mujer perdida,
de cuyo seno, enjuto de sed y piedra, aflora
una vertiente intacta que salta a eterna vida.
Camino de las casas un sol de fuego avanza.
Por él la pecadora redimida se lanza,
y a su paso frescuras de ráfaga despierta.
Y junto al pozo inútil, rabioso insatisfecho,
de nuevo se acurruca Dios Amor al acecho,
manantial de agua viva, sediento de agua muerta.
Excelente, tanto por el ojo avizor de la pintura en el techo de la Catedral Metrpolitana porteña (sutil homenaje a los 400 años de la creación de la diócesis bonaerense) como por la publicación de los versos del padre Ruppel, a quien recuerdo bien cuando estuvo en la parroquia de Guadalupe, por su triste final. Copio con cita de la fuente de este blog.
ResponderEliminar¡Gracias!
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