Monseñor Alberto Bochatey nació en 1955. Recibió la ordenación sacerdotal para la Orden de San Agustín el 24 de abril de 1981. En diciembre de 2012, Benedicto XVI, lo designó Obispo Titular de Monte de Mauritania y Auxiliar de La Plata; recibió el Orden del episcopado el 9 de marzo de 2013.
Escudo episcopal: Mantelado, 1° de gules, un libro con un corazón traspasado por una flecha, todo de oro; 2° de gules, una cruz griega de plata; 3° de plata, una estrella de siete puntas de azur y en punta dos fajas ondeadas de lo mismo.
«Escudo de forma suiza. En la zona superior sobre un campo rojo, se presenta una figura de oro: un libro, la Sagrada Escritura, con un corazón que traspasado por la flecha de la Verdad, es encendido en el amor. Se indica de este modo la Orden de San Agustín, familia religiosa de la cual proviene el obispo.
A su lado, la bandera suiza hace presenta la cruz de Cristo y recuerda el origen de sangre de la familia Bochatey.
En el centro sobre un campo de plata, que representa pureza y transparencia, una estrella azul de siete puntas, hace presente a la Santísima Virgen María, invocada como “Sede de la Sabiduría”.
Al pie del escudo, dos bandas ondeadas en azul separadas en blanco, hacen referencia al agua, la cual simboliza tanto el origen de toda vida natural como la vida de la gracia en el bautismo. Al mismo tiempo, estos colores recuerdan la bandera argentina, patria de nacimiento y ámbito de la acción pastoral de Monseñor Bochatey.
El lema episcopal elegido “Veritas liberabit vos” (La Verdad los hará libres) está tomado de palabras dichas por Jesús en el Evangelio según San Juan 8, 32 con las cuales enseña que la Verdad, Cristo mismo, Verdad absoluta y objetiva, es quien libera al hombre por medio de la gracia, así como el pecado por el contrario, lo hace esclavo. Es una referencia a la acción pastoral del Obispo que fiel al Evangelio y al Magisterio de la Iglesia, según la teología agustiniana, se compromete a testimoniar, enseñar y anunciar la Verdad que junto con el Amor conforman la auténtica y plena libertad, identidad del creyente, que lo hace capaz de elevar y dirigir su corazón y su vida hacia Dios"».
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