24 de marzo de 2021

24 de marzo: San Gabriel Arcángel

En el Calendario Litúrgico de la Forma Extraordinaria hoy se celebra al arcángel San Gabriel. La fecha guarda obvia relación con la de mañana, como señala «El Año Litúrgico» de Don Próspero Guéranguer, editado en 1956:

«Hoy damos como una especie de tregua a los severos pensamientos de la Cuaresma, para festejar al Arcángel San Gabriel. Mañana, le veremos descender a la tierra como celeste embajador de la Santísima Trinidad cerca de la más pura de las Vírgenes; con toda razón los hijos de la Iglesia se recomiendan a él para aprender a celebrar dignamente aquel misterio cuyo mensajero fué».

En el mismo libro aparece esta súplica al arcángel, con la que cerramos esta entrada, junto con la foto que tomamos en la Basílica de Nuestra Señora de los Buenos Aires:
 

¡Amigo de los hombres! 

Continúa

ayudándonos 

con tu ministerio. 

Estamos rodeados

de enemigos terribles 

que aumentan su audacia 

al ver nuestra debilidad. 

Ven en nuestra ayuda 

y fortifica nuestro valor. 

Asiste a los cristianos 

en este tiempo 

de conversión 

y de penitencia.

Haznos comprender 

lo que debemos a Dios 

por el misterio de la Encarnación 

cuyo primer testigo fuiste. 

Hemos olvidado nuestros deberes

para con el Hombre-Dios 

y le hemos ofendido.

Enséñanos, pues,

a fin de que seamos fieles a sus mandatos y ejemplos. 

Eleva nuestros pensamientos hacia la morada que habitas. 

Ayúdanos a merecer en las filas de tu jerarquía las sillas que los ángeles malos dejaron vacías por su pecado y que están prometidas a los elegidos. 

Ruega, oh Gabriel, por la Iglesia militante y defiéndela contra el infierno. Los tiempos son malos; los espíritus malignos están desencadenados, no podemos resistir delante de ellos si el socorro del Señor no viene en nuestra ayuda; por medio de sus ángeles concede Él la victoria a su Esposa. Rechaza la herejía, contén el cisma, disipa la falsa sabiduría, confunde la política vana, quita la indiferencia,  a fin de que el Cristo, que has anunciado, reine sobre la tierra que Él rescató y para que podamos cantar contigo y con toda la milicia celestial "¡Gloria a Dios y paz a los Hombres!"

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