7 de noviembre de 2022

7 de noviembre: María, Madre y Medianera de la Gracia


«Salus nostra in manu tua est»: «Nuestra salvación está en tu mano». La frase, que aparece en un mosaico en el piso de la iglesia de Monserrat, en el barrio homónimo, alude a un versículo del libro del Génesis 47, cuando los egipcios le dicen a José (47, 25): «Tú nos salvaste la vida». 
Cuando ya no hubo más dinero ni en Egipto ni en Canaán, los egipcios acudieron en masa a José para decirle: «Danos de comer. ¿Por qué tendremos que morir ante tus propios ojos, por falta de dinero?».
José respondió: «Si ya no hay más dinero, entreguen su ganado y yo les daré pan a cambio de él».

Ellos trajeron sus animales a José, y él les dio pan a cambio de caballos, ovejas, vacas y asnos. Y durante aquel año los abasteció de víveres a cambio de todos sus animales.

Pero pasó ese año, y al año siguiente vinieron otra vez y dijeron a José: «Ya se ha terminado todo el dinero y los animales te pertenecen. No podemos ocultarte que no queda nada a tu disposición, fuera de nuestras personas y nuestras tierras. Pero ¿por qué tendremos que morir ante tus propios ojos, nosotros y nuestras tierras? Aduéñate de nosotros y de nuestras tierras a cambio de pan. Así el Faraón será dueño de nosotros y de nuestras tierras. Danos solamente semilla para que podamos sobrevivir. De lo contrario, nosotros moriremos, y el suelo se convertirá en un desierto».
De esa manera, José adquirió para el Faraón todas las tierras de Egipto, porque los egipcios, acosados por el hambre, vendieron cada uno su campo. La tierra pasó a ser propiedad del Faraón, y el pueblo quedó sometido a servidumbre de un extremo al otro del territorio egipcio.
Los únicos terrenos que José no compró fueron los que pertenecían a los sacerdotes, porque a ellos el Faraón le había asignado una ración fija de alimentos; como vivían de la ración que les daba el Faraón, no tuvieron que vender sus tierras.
Entonces José dijo al pueblo: «Ahora ustedes y sus tierras pertenecen al Faraón, porque yo los he comprado. Aquí tienen semilla para sembrar esas tierras.
Pero cuando llegue la cosecha, ustedes deberán entregar al Faraón una quinta parte de los productos, y conservarán las cuatro partes restantes para sembrar la tierra, para alimentarse ustedes y sus familias, y para dar de comer a los niños».
Ellos exclamaron: «Tú nos salvaste la vida. Te agradecemos que nos hayas puesto al servicio del Faraón».
Entonces José promulgó una ley agraria en Egipto –que todavía hoy está en vigencia– por la cual una quinta parte de las cosechas corresponde al Faraón. Sólo las tierras de los sacerdotes no pasaron a ser propiedad del Faraón.  (Gén 47, 16-27)
En versiones antiguas, como esta que vemos abajo (de un breviario editado en 1725), la frase aparece  transcripta en forma textual: «Salus nostra in manu tua est»



Así se expresa San Alfonso María de Ligorio en "Las glorias de María" (el resaltado es nuestro):  «Decía el glorioso San Cayetano que podemos buscar la gracia, pero que no la obtendremos sin la intercesión de María. Y lo confirma San Antonino diciendo con bella expresión: “El que pide sin ella, intenta volar sin alas”. El que pide y pretende conseguir las gracias sin la intercesión de María pretende volar sin alas; porque, como el faraón dijo a José: “En tu mano está la tierra de Egipto” (Gn 47, 6); y como a todos los que a él recurrían en demanda de auxilio les decía: “Id a José”, así Dios cuando le pedimos la gracia nos manda a María: “Id a María”. Y es que él ha decretado, dice San Bernardo, no conceder ninguna gracia sino por mano de María. Por lo que dice Ricardo de San Lorenzo: Nuestra salvación está en manos de María para que nosotros los cristianos le podamos decir mucho mejor que los egipcios decían a José: Nuestra salvación está en su mano”». (...)  Dice «lo mismo, aún con más vigor, Casiano: “Toda la salvación del mundo depende de los innumerables favores de María”. El protegido por María se salva; el que no es protegido se pierde. San Bernardino de Siena le dice: “Señora, ya que eres la dispensadora de todas las gracias y la gracia de la salvación sólo puede venirnos de tu mano, quiere esto decir que de ti depende nuestra salvación”». 

Por ello nos parece apropiado publicar esta imagen en el día en que se honra a la Bienaventurada Virgen María como Madre y Medianera de la Gracia.

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