Hoy se lee en misa un fragmento del libro del Apocalipsis (1, 1-5a.6b.10-11; 2, 1-5a) que comienza diciendo:
Revelación de Jesucristo, que le fue confiada por Dios para enseñar a sus servidores lo que tiene que suceder pronto. Él envió a su Ángel para transmitírsela a su servidor Juan. Este atestigua que todo lo que vio es Palabra de Dios y testimonio de Jesucristo. Feliz el que lea, y felices los que escuchen las palabras de esta profecía y tengan en cuenta lo que está escrito en ella, porque el tiempo está cerca.
Yo, Juan, escribo a las siete Iglesias de Asia. Llegue a ustedes la gracia y la paz de parte de aquel que es, que era y que vendrá, y de los siete Espíritus que están delante de su trono, y de Jesucristo, el Testigo fiel, el Primero que resucitó de entre los muertos, el Rey de los reyes de la tierra. ¡A él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén (...)
La referencia a Jesucristo, «el Rey de los reyes» y a los «siete Espíritus que están delante de su trono» la vemos plásticamente representada en el retablo del altar donde se encuentra el Tabernáculo de la Basílica del Espíritu Santo:
Siete ángeles ("los siete Espiritus") rodean el Sagrario, que es "el trono" donde se encuentra "Aquel que es, que era y que vendrá" (letras griegas Alfa y Omega a ambos lados del Tabernáculo) y sostienen una corona pues Él es el "Rey de los Reyes".
La referencia a los "siete Espíritus" aparece también en Apoc 4, 5 («siete lámparas de fuego, que son los siete Espíritus de Dios»), versículo de la Primera Lectura (Apoc 4, 1-11) que será proclamada este miércoles.
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