Visitamos hoy la iglesia de la Santísima Trinidad en Parque Lezama.
En los paneles centrales de esta puerta profusamente decorada pueden verse a los protagonistas de la Anunciación: el ángel Gabriel y la Virgen Santísima.
Dicen los dos primeros fragmentos del himno Akáthistos:
Un arcángel excelso
fue enviado del cielo
a decir «Dios te salve» a María.
Contemplándote, oh Dios, hecho hombre
por virtud de su angélico anuncio,
extasiado quedó ante la Virgen,
y así le cantaba:
Salve,por ti resplandece la dicha;
Salve, por ti se eclipsa la pena.
Salve, levantas a Adán, el caído;
Salve, rescatas el llanto de Eva.
Salve, oh cima encumbrada
a la mente del hombre;
Salve, abismo insondable
a los ojos del ángel.
Salve, tú eres de veras
el trono del Rey;
Salve, tú llevas en ti
al que todo sostiene.
Salve, lucero que el Sol nos anuncia;
Salve, regazo del Dios que se encarna.
Salve, por ti la creación se renueva;
Salve, por ti el Creador nace niño.
Salve,¡Virgen y Esposa!
Conociendo la Santa
que era a Dios consagrada,
al arcángel Gabriel le decía:
«Tu mensaje es arcano a mi oído
y difícil resulta a mi alma;
insinúas de Virgen el parto,
exclamando:
¡Aleluya!».
No hay comentarios:
Publicar un comentario