Hoy consigna el Martirologio: «En Cilicia, San Andrés, tribuno, y sus compañeros soldados, que, según la tradición, habiendo logrado con la ayuda divina una victoria sobre los persas, se convirtieron a la fe de Cristo y, acusados de ser cristianos, en tiempo del emperador Maximiliano recibieron una muerte cruel en los desfiladeros del monte Tauro, a manos del ejército del prefecto Seleuco (s. IV)».
Como en el caso de muchos otros soldados que fueron militares, la imagen de este San Andrés aparece en uno de los vitrales de la iglesia castrense de Nuestra Señora de Luján, sobre la avenida Cabildo de Buenos Aires.
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