El Evangelio del Viernes XVIII del Tiempo Ordinario (Mateo 16, 24-28) comienza así: :
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga».
La emblemática frase está admirablemente representada en un vitral del templo santiagueño dedicado a San Francisco Solano. En él se ve a Jesús cargando la cruz y como guiando a San Francisco de Asís, quien lleva su propia cruz tras los pasos del Señor, imitándolo. De hecho, la vida misma del santo Poverello fue una manifestación de la frase evangélica que citamos al comienzo... y de todo el Evangelio de hoy, cuyo texto completo dice:
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque él que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida? Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras. Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver al Hijo del hombre, cuando venga en su Reino».
No hay comentarios:
Publicar un comentario