En calendarios litúrgicos carmelitas, el 26 de agosto aparece la celebración de la Transverberación del Corazón de Santa Teresa de Jesús.
En los párrafos que siguen, los fragmentos entrecomillados pertenecen a un trabajo de Pedro Sergio Antonio Donoso Brant publicado en la Red; el resto de la información procede de esa misma fuente y también de otras.
«Pocos santos en la Iglesia Católica tienen una doble celebración litúrgica; Santa Teresa es una de ellos ya que además de la celebración de su día, 15 de octubre, coincidiendo con el día más cercano a su muerte, desde el siglo XVIII se le añade otra fiesta, la de la Transverberación de su corazón, un fenómeno o una gracia mística que recibió varias veces en el Monasterio de la Encarnación de Ávila» y en otros lugares
«La transverberación de la santa, juntamente con los estigmas de San Francisco de Asís, figura entre los casos excepcionales en que la liturgia ha incorporado un hecho místico a la celebración eclesial. En cuanto a la santa, el proyecto de celebración litúrgica surgió en 1725». Las congregaciones de carmelitas descalzos italianos y españoles presentaron a la Santa Sede una petición para celebrar la fiesta de "la transverberación del corazón de Santa Teresa", que tras algunas dudas finalmente fue aceptada.
Los textos elaborados para la liturgia de la fiesta eran toda una exaltación de la vida mística, del amor de Santa Teresa y de la llamada "gracia del dardo". En el oficio se incluyó el relato de la Vida (cap. 29) donde la santa relata la experiencia. Los textos de la misa y del Oficio Divino tomaron fragmentos del Cantar de los Cantares ["vulnerasti cor meum" ("me has robado el corazón": 4,9); "amore langueo" (2, 5, que en la versión de los Setenta era: "vulnerata sum a dilectione", "estoy enferma de amor"] y de la carta a los Hebreos (4, 12: la palabra de Dios es "más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón"). La traducción al español la tomamos de El Libro del Pueblo de Dios
La palabra transverberación no fue usada por Santa Teresa. Ella hablaba de "heridas" místicas; a veces usó la expresión "traspasamiento", que evoca la "transfixio" de la Virgen al pie de la cruz (Lc 2, 35). En la tradición de los Carmelos de Ávila se la ha llamado siempre "la gracia del dardo", sobre la base del vocablo utilizado por la misma Teresa. El término transverberación quedó consagrado por la liturgia y por la iconografía; más tarde pasó a las biografías de Teresa y al léxico de la teología espiritual.
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Fragmento final de la poesía "Mi Amado para mí" de Santa Teresa de Ávila |
En el capítulo 29 de su Vida, Santa Teresa relata que veía un ángel que tenía en las manos "un dardo de oro largo", en cuya punta parecía tener un poco de fuego. El ángel le introducía el dardo "por el corazón algunas veces" y ella sentía que le "llegaba a las entrañas".
Me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. Era tan grande el dolor, que me hacía dar aquellos quejidos, y tan excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor, que no hay desear que se quite, ni se contenta el alma con menos que Dios. No es dolor corporal sino espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo algo, y aun harto. Es un requiebro tan suave que pasa entre el alma y Dios, que suplico yo a su bondad lo dé a gustar a quien pensare que miento
Los días que duraba esto andaba como embobada. No quisiera ver ni hablar, sino abrazarme con mi pena, que para mí era mayor gloria que cuantas hay en todo lo criado.
(...) Esto tenía algunas veces, cuando quiso el Señor me viniesen estos arrobamientos tan grandes, que aun estando entre gentes no los podía resistir, sino que con harta pena mía se comenzaron a publicar.
(...) En comenzando esta pena de que ahora hablo, parece arrebata el Señor el alma y la pone en éxtasis, y así no hay lugar de tener pena ni de padecer, porque viene luego el gozar.
(...) Sea bendito por siempre, que tantas mercedes hace a quien tan mal responde a tan grandes beneficios.
(Vida)
En el techo de la capilla Corpus Christi de la ciudad de Buenos Aires hay una pintura que representa la transverberación a que alude esta fiesta.
Señor Dios nuestro, que abrasaste de un modo maravilloso el corazón de nuestra madre Santa Teresa con el fuego de tu Espíritu Santo, para fortalecerla en las empresas que por tu nombre había de realizar en la Iglesia; concédenos, por su intercesión, experimentar la fuerza de tu amor y trabajar con generosidad por la venida de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
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