En la misa de hoy, Lunes de la Quinta Semana de Cuaresma, se proclama como Salmo Responsorial el salmo 22 (1-6), con la antífona «Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo».
El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
Él me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas.
Me guía por el recto sendero,
por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.
El vitral, en que se ve a Jesús como Pastor en una "verde pradera", refleja muy bien las palabras del Salmista: «tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza... tu bondad y tu gracia me acompañan».
Se trata de uno de los bellos vitrales de la iglesia porteña dedicada a Santa Julia, en el barrio de Caballito.
Próxima entrada: Santa María junto a la Cruz (12 de abril)
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