Entre los maravillosos frescos que Raúl Soldi pintó en la iglesia de Santa Ana de Glew, hay uno que representa la boda entre Joaquín y Ana, ambientada como si se hubiera celebrado en esa misma localidad.
Nada sabemos con certeza acerca de los padres de la Virgen María, «cuyos nombres se conservaron gracias a la tradición de los cristianos», como dice el Martirologio. El culto de Santa Ana es muy antiguo; el de San Joaquín es más reciente. Ambos son honrados conjuntamente en el Oriente en el día siguiente al de la Natividad de María; en Occidente las fechas fueron variables y sólo recientemente se fijó la memoria de ambos en su fecha actual.
Oración colecta:
Señor, Dios de nuestros padres,
tú concediste a San Joaquín y Santa Ana
la gracia que de ellos naciera María,
la Madre de tu Hijo encarnado;
otórganos, por sus ruegos,
alcanzar la salvación prometida a tu pueblo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
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