En Barracas, muy cerca del límite sur de la ciudad con Avellaneda, los Clérigos Regulares de San Pablo atienden una parroquia dedicada al santo fundador de la congregación, San Antonio María Zaccaria.
Antonio María Zaccaria nació en Cremona en 1502. Hizo estudios de medicina en la Universidad de Padua, y volvió luego a su ciudad natal a ejercer su profesión. Poco a poco fue comprendiendo que su vocación consistía en cuidar no sólo los cuerpos, sino también las almas. Por ello se consagró a los estudios teológicos y finalmente, en 1528 recibió la ordenación sacerdotal. Enseguida fue enviado como sacerdote a Milán, donde -en el Oratorio de la Eterna Sabiduría- conoció a otras personas que compartían sus ideales.
En 1530 el padre Zaccaria y otros dos sacerdotes, Bartolomé Ferrari y Jacobo Morigia, decidieron fundar una asociación de clérigos regulares para «revivir y reavivar el amor por los oficios litúrgicos y promover la vida cristiana mediante la predicación y la administración de los sacramentos». Sus pocos miembros iniciales predicaban sobre la Pasión del Señor y sobre la muerte, en los templos y en las calles de Milán.
Era el tiempo terrible de la Reforma protestante. San Antonio María y sus compañeros trabajaban por reformar la Iglesia desde el interior, reavivando el espíritu cristiano y el celo del clero, y practicando la caridad.
En 1533 el Papa Clemente VII aprobó la nueva congregación de Clérigos Regulares de San Pablo. El padre Antonio María fue el primer superior, pero poco después cedió el cargo al padre Morigia.
San Antonio obtuvo, como sede para su congregación, la iglesia de San Bernabé, en Milán; por ello se llama «barnabitas» a los Clérigos Regulares de San Pablo.
Fundó también la congregación de las Hermanas Angélicas de San Pablo y el movimiento de Laicos de San Pablo.
A causa de sus trabajos y fatigas, el santo contrajo una enfermedad que lo llevó a la muerte cuando apenas tenía 37 años; murió en Cremona, en la casa de su madre.
Fue canonizado en 1897 por el Papa León XIII.
«Los barnabitas (...) nunca han formado una congregación muy numerosa. En nuestros días trabajan todavía modestamente en los suburbios de las grandes ciudades. Dondequiera que hay un barnabita hay una obra educativa. Siguiendo el ejemplo de su fundador, los barnabitas predican el Evangelio, haciendo especial referencia a las epístolas de San Pablo», dice "El Testigo Fiel". Y la afirmación se comprueba en nuestro caso, ya que la iglesia dedicada a San Antonio María Zaccaria en Buenos Aires se encuentra en las periferias de la ciudad, y junto a ella hay una escuela, cuyo escudo mostramos hace un año en Heráldica en la Argentina.
Y dice Wikipedia: «La espiritualidad de los barnabitas se caracteriza desde sus inicios por una asidua renovación interior, cuyo centro es la contemplación del crucifijo y la participación de la Eucaristía», haciéndose eco de lo que afirma la página oficial de los barnabitas: su espiritualidad es «muy exigente» y está «centrada en el Crucificado y en la Eucaristía». La imagen del santo que vemos hoy confirma indirectamente esta aseveración: San Antonio María aparece sosteniendo una custodia (se le atribuye además la creación de la devoción de las Cuarenta Horas).
La imagen que vemos se encuentra ubicada en el exterior del templo, en la ochava formada por las avenidas Montes de Oca e Iriarte. Tomé las fotos en enero de 2018.
Oración Colecta:
Oración Colecta:
Concédenos, Señor, crecer, según el espíritu de San Pablo, apóstol,
en el conocimiento incomparable de tu Hijo Jesucristo,
que impulsó a San Antonio María Zaccaría
a proclamar en tu Iglesia la palabra de salvación.
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