23 de noviembre de 2019

23 de noviembre: Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa

En la iglesia de Lourdes en Santos Lugares hay vitrales con imágenes de advocaciones marianas argentinas. Hoy compartimos una foto, que tomamos en febrero, del vitral que corresponde a la Virgen de Sumampa, que hoy se celebra con el grado de Solemnidad en Santiago del Estero.

«Nuestra Señora de la Consolación, cuyo santuario se halla en Sumampa, unas 60 leguas al sur de la ciudad de Santiago del Estero, es la compañera de la Virgen de Luján, con la que arribó al país por los años de 1630. 
Mientras su gemela se quedó en medio de la pampa, la Virgen de la Consolación prefirió pasar adelante, hasta internarse en los solitarios bosques santiagueños. En Sumampa residía el devoto hacendado que solicitara del Brasil las dos imágenes. La que recibió, llamada también Virgen del Sumo Bien y Nuestra Señora de la Suprema Bondad, es de reducidas dimensiones: unos 23 centímetros de altura, y, como la de Luján, de arcilla cocida. Representa a María Santísima con el Niño Jesús en los brazos. Sumampa, en quichua, significa quebracho lindo. La palabra quebracho proviene de quiebra y hacha, nombre que le dieron los españoles por ser su madera tan dura que les quebraba las hachas. 

Llegó, pues, la Virgen de la Consolación al reino donde el quebracho era soberano y formaban su cortejo una infinidad de maderas. Al establecer la Madre del Creador su morada en dicha región, el árbol, hasta entonces rey, abdicó gustosamente su soberanía en favor de la que se dignaba llegar hasta aquellas misteriosas regiones, para ser la estrella y protectora de los que se dedicarían a la explotación forestal. Humilde fue el primer santuario donde se veneró la imagen de la Virgen de Sumampa; pero nunca apreciaremos lo bastante la tierna devoción y las manifestaciones de culto de que fue objeto por parte de aquellos valerosos colonos, de cristianismo tan arraigado, a pesar de la carencia de sacerdote. Hacia 1700 la imagen de Nuestra Señora de la Consolación estaba ya en una capilla situada en medio de una gran extensión de terreno que le donó don Antonio Farías de Saa, según consta por algunos documentos.

El culto y devoción a la Virgen de Sumampa se extendieron rápidamente, a causa de los muchos milagros que obró en favor de sus devotos. 

Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa protegió y ayudó eficientemente a las tropas españolas en una campaña que el gobernador del Tucumán, don Ángelo Peredo, emprendió contra los indios del Chaco, en 1673. Queda especial memoria también de un insigne prodigio obrado por la Santísima Virgen en 1857, en favor de los vecinos de Sumampa y de los partidos limítrofes. Perjudicados notablemente en su salud e intereses por una espantosa sequía, acudieron con fe y confianza a su celestial Patrona y Madre, quien benignamente atendió sus ruegos, haciendo llover tan copiosamente que, habiendo salido en procesión, llevando la imagen de la Soberana Señora, no pudieron retornar al templo a causa de la abundante lluvia. 

El actual santuario de la Virgen de Sumampa se halla situado en el fondo de un pintoresco valle. Es un centro de irradiación espiritual que no carece, por cierto, de emotivas leyendas de fe y amor. Desde hace más de tres siglos vienen celebrándose cada año las fiestas de la Virgen de Sumampa. Su carácter popular las han hecho célebres y ha contribuido a su arraigo en la provincia santiagueña. Nutridas y devotas peregrinaciones llegan a Sumampa cada año, especialmente desde el 12 al 23 de noviembre. Muchos de sus integrantes han de recorrer fabulosas distancias a lomo de caballo o de mula, cuando no a pie. En 1922 se trasladó la sagrada imagen a la localidad de Ojo de Agua; pero después de dos años se la recondujo a Sumampa.

En los últimos tiempos han recibido gran impulso la devoción y culto de tan milagrosa imagen, la cual ya tiene Misa y Oficio propios». 

(del libro "María, Reina y Madre de los argentinos", Editorial H.M.E., 1947).

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