La Orden de los Mínimos, fundada en el siglo XV por San Francisco de Paula, celebra «como celestial patrona y abogada a la Virgen María en su advocación del Milagro» ¹ desde la aparición de la Madre de Dios a Alfonso de Ratisbona, en la iglesia de los frailes mínimos en Roma, en el año 1842.
«En el calendario litúrgico de la Orden está fijada la celebración de Nuestra Señora del Milagro el día 20 de enero, con carácter de Fiesta.
Su origen se halla en la prodigiosa aparición de la Virgen Inmaculada en Roma, el 20 de enero de 1842, al judío descreído Alphonse Ratisbonne, sobre el altar de la entonces Capilla de San Miguel de la iglesia de S. Andrea delle Fratte, con la inmediata conversión del citado Ratisbonne. La narración del hecho efectuada por él mismo es de esta manera:
"La Iglesia me parecía toda obscura, excepto una capilla, como si toda la luz del templo se hubiera concentrado en ella. Levanté los ojos hacia la capilla radiante de luz, y ví, sobre el altar de la misma, en pie, viva, majestuosa, bellísima, misericordiosa, a la Ssma. Virgen María, semejante en forma y estructura, a la imagen que se ve en la medalla milagrosa de la Inmaculada. A tal vista, caí de rodillas en el lugar mismo en que me encontraba. Procuré varias veces levantar los ojos hacia la virgen Ssma., pero la reverencia y resplandor me los hacían bajar, sin que esto impidiese la evidencia de aquella aparición. Miré sus manos y vi en ellas la expresión del perdón y de la misericordia. A la presencia de la Virgen, aunque no me dijese nada, comprendí el horror del estado en que me hallaba, la deformidad del pecado, la belleza de la religión católica; en una palabra, lo entendí todo"» ².
La foto, que tomé en enero de 2017 en Río de Janeiro, corresponde a una imagen que se venera en la iglesia de San Francisco de Paula de aquella ciudad brasileña.
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