Como en los casos de Pedro González Telmo y de Pedro Pascual, que ya hemos comentado en este blog, y otros semejantes, también ocurre con Pedro Armengol (o Ermengol) que es llamado generalmente santo, aunque es en realidad un beato. Así lo explica El Testigo Fiel: «En cuanto al título, para cuando vivió San Pedro Ermengol no había todavía un procedimiento formal de canonización del todo establecido; se estaba en transición hacia ello, que sólo cuajaría dos siglos después. Todos los santos anteriores al proceso formal establecido en el siglo XVII siguen siendo considerados "santos", salvo cuando se confirma formalmente el culto, en cuyo caso pasan a ser "beatos". Como San Pedro Ermengol tiene el culto confirmado, es en realidad beato. Sin embargo, cuando en el uso está muy establecido llamarlo santo, se conserva esa forma de mencionarlo, como en este y en muchísimos otros casos, aunque en realidad sea beato, es decir, un santo de culto local».
En la versión del Martirologio que usamos, aparece como beato:
«En Tarragona, de la corona de Aragón, en España, Beato Pedro Ermengol, que, siendo jefe de bandoleros, se convirtió a Dios y entró en la Orden de la Virgen María de la Merced, dedicando su vida a rescatar cautivos en África (1304)».
Aparece como santo, en cambio, en la Basílica de Nuestra Señora de los Buenos Aires, donde tomamos la foto que ilustra nuestra entrada de hoy.
El Beato Pedro Armengol nació en 1238. Fue jefe de una banda de delincuentes durante su juventud, pero, tocado por la gracia de Dios, se arrepintió de sus pecados e ingresó en la Orden de la Merced en 1258. Se comportó como un religioso ejemplar cumpliendo fielmente la misión de su orden. En Argel permaneció como prenda por el rescate de 18 jóvenes; en la cárcel alentó la fe de otros prisioneros. Como el dinero acordado no llegaba, y además por considerarlo espía, los moros mandaron ahorcarlo; sin embargo, seis días más tarde, al llegar otro mercedario con la suma del rescate, al acercarse a donde se hallaba Pedro para sepultarlo, encontró que está vivo. Pedro volvió entonces a España y vivió santamente hasta su muerte, el 27 de abril de 1304. Su culto fue confirmado por Inocencio XI en 1686.
De un sitio mercedario tomamos la oración con que cerramos esta entrada:
Próxima entrada: 1 de mayo (San José Obrero)
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