Cuando se acercaron a Jerusalén y llegaron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos, diciéndoles:
«Vayan al pueblo que está enfrente, e inmediatamente encontrarán un asna atada, junto con su cría. Desátenla y tráiganmelos. Y si alguien les dice algo, respondan: “El Señor los necesita y los va a devolver en seguida”".
Esto sucedió para que se cumpliera lo anunciado por el Profeta: "Digan a la hija de Sión: Mira que tu rey viene hacia ti, humilde y montado sobre un asna, sobre la cría de un animal de carga".
Los discípulos fueron e hicieron lo que Jesús les había mandado; trajeron el asna y su cría, pusieron sus mantos sobre ellos y Jesús se montó.
Entonces la mayor parte de la gente comenzó a extender sus mantos sobre el camino, y otros cortaban ramas de los árboles y lo cubrían con ellas.
La multitud que iba delante de Jesús y la que lo seguía gritaba: «¡Hosana al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas!».
Cuando entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, y preguntaban: «¿Quién es este?». Y la gente respondía: «Es Jesús, el profeta de Nazaret en Galilea».
(Mt 21, 1-11)
(Evangelio de la Entrada de Jesús en Jerusalén que se lee hoy, en el ciclo A,
durante los ritos iniciales, en la Procesión o en la Entrada Solemne)
La imagen corresponde a la iglesia de San Juan Bautista de la Merced de la ciudad de Salta.
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