Tal como lo anunciamos ayer, recorreremos estos días sacros con vitrales de tres templos porteños. Hoy es el turno de la iglesia de la Asunción de María, en cuyas vidrieras encontramos escenas de la Pasión de Cristo.
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| «Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc 22, 42) |
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«Pilato mandó entonces azotar a Jesús. Los soldados tejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza. Lo revistieron con un manto rojo, y acercándose, le decían: «¡Salud, rey de los judíos!»,
y lo abofeteaban»
(Jn 19, 1-3).
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«Después de haberse burlado de él, le quitaron el manto,
le pusieron de nuevo sus vestiduras y lo llevaron a crucificar.
Al salir, se encontraron con un hombre de Cirene, llamado Simón,
y lo obligaron a llevar la cruz»
(Mt 27, 31-32)
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