Renovó el Excelso de este mundo las leyes
cuando vino a habitar en la Tierra.
Germinando en un Seno incorrupto
lo conserva intacto cual era.
Asombrados por este prodigio
a la Santa cantamos:
Salve, Azucena de intacta belleza;
Salve, Corona de noble firmeza.
Salve, la suerte futura revelas;
Salve, la angélica vida desvelas.
Salve, Frutal exquisito que nutre a los fieles;
Salve, Ramaje frondoso que a todos cobija.
Salve, llevaste en el Seno a Quien guía al errante;
Salve, al mundo entregaste a Quien libra al esclavo.
Salve, Plegaria ante el Juez verdadero;
Salve, Perdón del que tuerce el sendero.
Salve, Atavío que cubre al desnudo;
Salve, del hombre supremo deseo.
Salve, ¡Virgen y Esposa!
Con fotos tomadas en la iglesia de San Antonio de Areco (una en 2015, la otra en enero de este año) y un fragmento (#13) del himno Akathistos, celebramos la Memoria sabatina de la Virgen María.
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