Según la tradición, las mártires Ripsima (o Rípsimes), Gayana y sus compañeras, a quienes hoy recuerda el Martirologio, eran romanas, y -el texto procede del libro "Todos los Santos", de Repetto Betes- «hubieron de huir cuando la persecución, llegando hasta Varlasapat, la capital de Armenia. Aquí tuvo lugar su martirio, en tiempos de la predicación de San Gregorio el Iluminador», al comienzo del siglo IV.
En el sitio web de la parroquia armenia católica Nuestra Señora de Narek se llama a Ripsima y Gayana con sus nombres transcriptos al modo tradicional como Hripsimé y Kaiané; la siguiente es la biografía que allí se publica:
«Hripsimé era una noble doncella que había ingresado a una comunidad de vírgenes consagradas en Roma, presidida por la doncella Kaiané. Cuando el emperador Diocleciano decidió tomar esposa, contrató a un pintor para que recorriese Roma y pintara el retrato de las doncellas más hermosas para elegir entre ellas a la que habría de ser su mujer. En cuanto examinó las pinturas eligió a Hripsimé, pero ella rehusó enérgicamente contraer nupcias con Diocleciano. Entonces Kaiané condujo a todas sus pupilas fuera de Roma hasta llegar a Armenia, temiendo las represalias del emperador. Diocleciano envió un mensaje al rey Tirídates de Armenia para pedirle que hiciese morir a la virgen Kaiané y rescatase a Hripsimé para mandarla de regreso a Roma, a menos que desease conservarla para su propio placer. Entonces, el rey dispuso un banquete en el palacio para recibirla. Al enterarse Tirídates de que Hripsimé se negaba a acudir, ordenó que fuese llevada por la fuerza y, cuando estuvo en su presencia, se sintió como hechizado por su belleza y avanzó hacia ella con intenciones de abrazarla y besarla. Ella resistió con tanta energía los asaltos del monarca, que acabó por derribarlo al suelo. El rey montó en cólera y mandó que la doncella fuese encarcelada. Sin embargo, durante la noche consiguió escapar y regresó al convento. Al día siguiente, el rey llamó mandó a matar a ella y a las otras doncellas que la acompañaban. En el mismo convento se procedió a torturar a Hripsimé, a la que se asó en vida a fuego lento y, sobre la parrilla, se le cortaron uno a uno, todos sus miembros. Santa Kaiané y las otras 35 doncellas sufrieron una muerte igualmente cruel».
Las imágenes corresponden a una gran pintura ubicada sobre el altar de la Catedral Armenia Católica Nuestra Señora de Narek. En la puerta del templo se exhibe además este cartel, que identifica a los personajes del mural:
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