La memoria sabatina de María adopta en esta ocasión una fisonomía especial, porque el 25 de septiembre es el día en que se celebra a la Virgen del Rosario de San Nicolás, advocación argentina muy popular, pero que hasta ahora, que sepamos, no tiene una celebración propiamente litúrgica. Por ello no titulamos a esta entrada con el nombre de la advocación, sino con el genérico "Santa María en sábado".
Se sucedieron numerosas apariciones y mensajes de la Virgen hasta el año 1990. El templo pedido por la Virgen, que comenzó a construirse un par de años después de la primera aparición, es un enorme santuario al que peregrinan miles de fieles, sobre todo los días 25 y de manera particular los 25 de septiembre. Muchas personas (entre ellas algunas que me son muy cercanas) manifiestan haber sido testigos en San Nicolás de hechos portentosos (como por ejemplo la "danza del sol" similar a las de Fátima). Las apariciones recibieron aprobación diocesana en 2016.
No hemos tenido todavía ocasión de conocer el santuario, pero en muchos lugares de la ciudad de Buenos Aires hay imágenes de la Virgen del Rosario de San Nicolás. De modo particular, es muy lógico que se la venere en la basílica porteña consagrada a San Nicolás de Bari. Allí tomamos, en 2019, las dos fotos de la entrada de hoy.
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