En la iglesia porteña consagrada a Santa María Goretti se conserva esta imagen de la Virgen, conocida como Madonna dell'Aiuto.
La imagen original se venera en la localidad italiana de Busto Arsizio. De un sitio sobre advocaciones marianos (en italiano) tomamos la información que sigue.
«La devoción de los habitantes de Busto Arsizio a la Madonna dell'Aiuto se remonta a la Edad Media. En la primitiva iglesia de Santa Maria di Piazza, sobre cuyos restos se construyó el actual grandioso santuario en 1517, se conservaba una imagen de la Virgen, quien se había manifestado milagrosamente el 30 de enero de 1346. Las características de esta imagen son reconocibles en un fresco de finales del siglo XV, ubicado en el patio de una casa de la zona. La pintura, trasladada a lienzo, fue destruida en 1943 durante un bombardeo de Milán, mientras se encontraba en el taller del restaurador. Afortunadamente, quedó una excelente y fiel fotografía. La Virgen, sentada en el trono, sostiene al Niño desnudo en su regazo, envuelto en un dobladillo del manto de la Madre, sosteniendo un objeto redondo, tal vez una manzana (...), o un balón que podría significar el globo terráqueo.
Por obra de talentosos arquitectos de la escuela de Bramante, en apenas cinco años se levantó el majestuoso templo que hoy admiramos, que es el orgullo de Busto Arsizio. En el portal occidental se relata la alegría de la reconstrucción con los versos del poeta: "Oh Virgen, que florezca este pueblo con toda su posteridad que levantó para ti la espléndida iglesia".
La antigua estatua de la Madonna dell'Aiuto que se venera en el Santuario de Santa Maria di Piazza tiene algunas variaciones en comparación con la representación del fresco primitivo. El Niño ya no sostiene una bola en la palma de su mano, (...) [mientras que] la Virgen levanta la mano derecha, con el brazo apoyado en su regazo, en el gesto característico de quien quiere detener algo. La tradición, pasada de generación en generación, cuenta que la imagen de la Virgen, llevada en procesión por las calles del pueblo durante la terrible plaga de 1576, detuvo repentinamente la infección levantando su mano derecha. En memoria del milagro, los fieles de Busto Arsizio habrían hecho esculpir la estatua de la Virgen con la mano derecha levantada».
La imagen fue coronada varias veces.
En el sitio del Vaticano encontramos una plegaria de Pío XII a la Madonna dell'Aiuto:
Santísima Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, que en el título de "Nuestra Señora de la Ayuda" no cesas de recordar a tus devotos las maravillas por las que nos aseguraste tu protección maternal: mira piadosamente nuestras necesidades y miserias, y ven una vez más a nuestro rescate.
De tu ayuda, oh María, los pobres esperan el pan, los enfermos la salud, los desempleados el trabajo; todos, la preservación de nuevas calamidades y nuevas ruinas.
Pero el bien que necesita sobre todo la generación que te reza es tu Hijo, oh María, a quien el mundo quisiera excluir de la vida, de la familia, de la sociedad, donde todo se espera de la materia, de la fuerza y de los designios humanos. .
Ayúdanos, oh María, a guardar celosamente o redescubrir este bien, sin el cual cualquier otro don es ilusión, inquietud y veneno.
Por ti, oh Madre, que Jesús vuelva a entrar en las mentes descarriadas para disipar sus errores con la luz de su Persona y de su Evangelio. Que vuelva a los corazones pervertidos, con la pureza de la moral, la modestia de vida, la caridad que supera todo egoísmo. Que regrese a las familias y a la sociedad para recuperar sus derechos como Señor y Maestro.
Protegidos y asistidos por ti, todos, oh María, experimentaremos la eficacia de tu patrocinio. "Nuestra Señora de la Ayuda", te escucharemos en todos los momentos de nuestra vida terrena: en la adversidad, para no deprimirnos; en la prosperidad, para no corrompernos; en el trabajo, para ordenarlo en Dios; en el sufrimiento, para acogerlo con humildad.
Por ti viviremos con las virtudes del Evangelio, en el santo temor de Dios, en su amor, en la caridad fraterna que beneficia, perdura y perdona. Ayudados por tu poderosa intercesión, esta vida será una lucha victoriosa para tus hijos, y será, en la fe y piedad sincera, digna preparación para la vida eterna. Que así sea.
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